/tr>
LOS PRODUCTOS DEL BOICOT ¡NO LOS CONSUMAS!: Bimbo , Sabritas , Jumex , Pepsi, Gamesa , Televisa (televisión y revistas), TV Azteca , Milenio (Diario y Semanal), Banamex , Maseca , COPARMEX , Coca-Cola , Wal-Mart , Bachoco , Megacable , Farmacias Similares , M&M's , Kimberly Klark , Burger King , grupo ALSEA , Autobuses Estrella Blanca . Más en este link.

jueves, diciembre 28, 2006

EDITORIALES DESDE JALISCO

ROBERTO CASTELÁN RUEDA: EN CALIENTE

Entrar por atrás de las banderas a la ceremonia más importante de tu vida puede traer nefastas consecuencias. La primera es un complejo de inferioridad reforzado con un sentimiento de rencor, capaz de incubar en la mente más sensata la firme idea de la revancha.

Si a eso se añade saber que 65 por ciento de los electores eligió una opción que no fue la tuya, el desprecio por el otro y la idea de revancha crecerá en proporción opuesta a tu pequeño 35 por ciento. El tamaño no importa, pensarás. El tamaño no importa.

Para reforzar esa idea, se vendrá a tu mente la célebre frase de Alicia en el País de las Maravillas: todo depende de quién sea el que mande.

Ya para entonces, la idea de democracia se habrá convertido en una fugaz quimera. Algo irreal, como siempre ha sido. ¿Qué caso tiene pretender aferrarse a ella cuando el poder es lo que cuenta?

Entonces aparece la idea de la fuerza bruta como la única forma de domesticar al México bárbaro. Ya lo dijo don Porfirio: el pueblo no está preparado para la democracia. Ya les dimos PAN, démosle ahora un circo armado con soldados y narcotraficantes.

Qué bien se ve entre tanto hombre verde. Qué fácil es transformar un raquítico 35 por ciento en un poderoso ejército bien armado y bien pagado.

Civilizar este país va a costar muertos. Ya vendrá después la democracia: los acuerdos, los consensos, los derechos humanos, los reclamos de las víctimas. Palabrería vana que no ayuda para nada en la difícil función de gobernar.

Lo primero es eliminar al enemigo: narcos, pobres, feos, movimientos populares y todo aquel que no esté conmigo.

Ya lo dijo el ilustre diputado jalisciense, enemigo de la educación superior pública, quien firma sus célebres textos como “ciudadano y empresario”: “Es importante por lo tanto que aquellos que estorban, aquellos que llevan o que no ayudan a un mejor país, los vayamos quitando del camino”.

En pleno siglo XXI también podemos gritar: aquellos a quienes no les guste como me veo: “¡Mátenlos en caliente!”

Perritos. El Volker, pastor alemán correcto y mesurado, también se indignó por la comparación que en esta columna se hizo entre Pinochet y sus seguidores a quienes se les calificó de “perritos”. En realidad, frente a tantas manos limpias, duras, firmes, yunques, diputados federales enemigos de la educación pública y demás fauna política admiradora del pensamiento y obra del dictador chileno, se pretendió hacer una referencia al popular corrido que a la letra dice: “Ya mataron a la perra, pero quedan sus perritos”, lo cual, obviamente asegura su legado.

Que quede claro pues: los pinochetitos locales, aunque aseguran el legado de su admirado general, no son perritos. Brincos dieran.

COMENTARIO: Nada más para que no se quede en el olvido, el diputado aludido, Padilla, fue presidente de la Concanaco, para que quede cuenta de la clase de sabandijas que dirigen las "cúpulas" empresariales en el país.

MYRIAM VIDRIALES: NOTICIAS DEL MUNDO BIZARRO

En una espectacular denuncia pública, avalada con actas de la reunión en la que sucedieron los hechos, los minibuseros de la ciudad de Guadalajara anunciaron que presentarán una denuncia por el delito de “cohecho, fraude y los que resulten”, en contra de los diputados del PAN Alfredo Argüelles Basave y Ricardo Ríos Bojórquez, del secretario de Vialidad y Transporte, Alfonso Rejón Cervantes y el director jurídico de la dependencia, Gabriel Diez Martínez Serrano. Esto luego de que se supiera que a cambio de seis millones de pesos (a los que se llegaría luego de que cada minibusero pusiera su parte) los diputados locales estaban dispuestos a dar permiso para aumentar el precio del transporte. El alegato fundamental de la airada reacción de los minibuseros fue, en palabras de su líder, Enrique Galván Vargas, que no quieren que se les llame corruptos ni que se manche la imagen del gremio. Desde un camión hacinado, los ciudadanos cabecean.

En el país en el que los pobres, los obreros y los campesinos obtienen líquido potable a partir de los refrescos embotellados, los diputados tuvieron la genial idea de sacar 3,200 millones de pesos mediante el impuesto a las bebidas gaseosas. El fondo de la medida, que fue lanzada desde la presidencia enana de Felipe Calderón fue sintetizada en forma deslumbrante por José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud: “que los refrescos cuesten más, para ver si la gente toma más leche”. Desafortunadamente, esta valiente iniciativa fue tumbada por el lobby refresquero, que se movió bien en el Senado y logró que se diera marcha atrás a pesar de que hubo fuertes discusiones en las que, en un intento de ganar aunque fuera algo de lo perdido, hasta se propuso gravar únicamente los refrescos light. La gente, desde las tienditas, responde con un sonoro y burbujeante eructo.

Que dice el presidente de la Coparmex, cuyos miembros todos ganan un salario mensual que rebasa por mucho los 1,517 pesos al mes del nuevo y flamante salario mínimo, que el alza de 1.89 pesos al sueldo que perciben casi dos millones de mexicanos es lo más cercano a la realidad real. Al parecer, el problema es que desde que la ley determinó que el salario mínimo es una referencia para saber cómo está la economía del país, o dicho de otro modo, es un indicador económico, la cosa se fue al carajo, pues modificarlo implica modificar también multas, costos y sanciones de más de 70 por ciento de las legislaciones del país. La respuesta, dijeron los sesudos empresarios, es que el salario mínimo deje de estar protegido por la ley. Entonces podrá negociarse al alza. Las masas obreras asienten con la boca abierta.

Para quien no se acuerde en dónde estaba el mundo bizarro, hay noticias: ya no está en un lejano planeta cerca de Kripton. Se instaló hace rato en la República Mexicana y, al parecer, también lo metieron por detrás de las banderas.

JAIME PRECIADO CORONADO: EN TU AÑO PARA TU DAÑO

A Fernando Pozos y Memo Martin,
que este año nos los quitó

En el amor se dice que lo que no fue en tu año, no fue en tu daño, para ponerse en paz con el pasado de las parejas. Pero en política todos los años son nuestros años, y este 2006 que está por concluir fue eminentemente en nuestro daño, para quienes teníamos expectativas de sintonizar con las transformaciones sociales y políticas que se operan en buena parte del mundo y particularmente en América Latina. Desafortunadamente, mi balance anual es pesimista; perdimos espacios potenciales para la democratización mexicana nacional y en varias regiones. Por otra parte, retrocedimos en procesos democratizadores que dábamos por conquistados; las nuevas instituciones que veíamos sólidas como para resistir los vendavales que trae consigo la sucesión presidencial se erosionaron; aún concediendo cierto instinto optimista dudo si el daño fue irreversible.

Ciertamente, 2006 no fue un año cualquiera: concluía el primer sexenio del gobierno de alternancia y se preveía una cerrada competencia por la presidencia de la república. Se perfilaba un sistema de partidos pluralista, en torno del cual se expresaban proyectos de país variados, los cuales alcanzarían una representación proporcional al apoyo que concitaran, en el Congreso de la Unión, mientras que la competencia por la presidencia se daba entre dos fuerzas y proyectos políticos; ambos con raíces históricas en el pasado reciente. El presidencialismo, que había caracterizado los 71 años del partido de Estado en México, estaba en el corazón del debate; otra vez, había esperanzas de que la moderación lograda en ciertas atribuciones de la institución presidencial, promovida por Vicente Fox, dejara respirar la autonomía de los poderes republicanos, consolidara aquello que discutíamos durante el gobierno de Ernesto Zedillo: la “sana distancia” entre partido y gobierno. En suma había esperanzas democratizadoras sobre la institución presidencial, el sistema político y de partidos.

Esas esperanzas se fueron desvaneciendo conforme avanzaron las campañas electorales. La principal responsabilidad cayó sobre un presidente Fox obsesionado por mantener en alto su índice de popularidad, a costa de derrumbar todo lo que pudiese opacarlo. No tuvo empacho entonces, de utilizar aparatos y fuerza del Estado para combatir de manera facciosa a su principal oponente, Andrés Manuel López Obrador, cuya figura estigmatizó por todos los medios posibles con la complicidad activa de Acción Nacional. A tal grado, que las diferencias entre ese partido y el gobierno, por ganar la candidatura presidencial, se borraron a lo largo de la campaña electoral. Fox guardó a Santiago Creel, al lado de la incómoda candidatura de doña Martha Sahagún, en el armario de los agravios en su contra y se empecinó por construir a AMLO como peligro para México, y por tanto enemigo unificador de facciones internas panistas.

Otros daños nos fueron propinados por el sistema partidocrático y el predominio de la mercadotecnia electoral. Qué bueno que las elecciones presidenciales nunca sean en diciembre, pues en estas fechas podemos equivocarnos todavía más entre escoger el producto de consumo con mayor agresividad mercadotécnica y algún(a) candidato(a) que gastó dinero propio y ajeno para construirse una imagen convincente, garantía de potabilidad para la mediocridad realmente existente. Esa nefasta mercadotecnia político-electoral, acompañada de crecientes dosis de realpolitik que vienen dadas por la negociación de cuotas de poder partidario en cuanto espacio público se pueda, terminó por arruinar la calidad de la política como arte de la negociación para vivir juntos, a partir de una comunicación en la que intercambiemos razonamientos argumentados. 2006 año del desencanto democrático popular, pero también año del reencantamiento de los poderes fácticos con esa mercadotecnia política que deja dividendos económicos jugosos y encumbra incondicionales a su servicio en el gobierno.

No hay comentarios.: