Nisiquiera hubo necesidad de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Argentina. Cristina Kirchner, candidata de izquierda y esposa del actual presidente de Argentina, Nestor Kirchner, ganó las elecciones con más del 42% de los votos y un MUY amplio margen de más del 20% de ventaja sobre el segundo lugar. (Por ley en Argentina se tiene que hacer segunda vuelta si se tiene una distancia menor al 10% entre el primero y el segundo lugar cuando el primer lugar no logra el 46% de la votación).
Cristina Fernández de Kirchner y Nestor Kirchner celebran el triunfo de Cristina Kirchner en las elecciones presidenciales argentinas.
Y miren lo que son las cosas: Cristina Kirchner inició su campaña para la presidencia mostrando un video en donde aparecían imágenes de Hugo Chávez y de Hillary Clinton.
Pero el triunfo de Cristina Kirchner es mucho más importante para la historia de América Latina si consideramos lo siguiente:
El neoliberalismo de Carlos Saúl Menem (ora si que el Salinas argentino) hizo añicos a la economía argentina. A tal grado que el caos económico causado por el neoliberalismo orilló a un presidente a salir huyendo en un helicóptero de la sede de la presidencia argentina y a su sucesor a renunciar en menos de una semana.
Entonces llegó Kirchner, quien es de izquierda.
Nestor Kirchner se fajó los pantalones y le dijo a la banca internacional que Argentina no le iba a pagar sus deudas completas. Que pagaba lo que había y no más. Que lo tomaran o lo dejaran. La banca internacional no pudo hacer otra cosa más que aceptar. No sólo eso: se enfrentó a la trasnacional petrolera SHELL cuando subió los precios de sus energéticos, al punto de llamar a los argentinos a boicotearla.
¿Y qué pasó?
Nada. Argentina creció en su economía a un ritmo de 10% anual, y la pobreza y el desempleo disminuyeron notablemente. (No lo digo yo. Lo dice la Wikipedia.)
Interesante: los críticos de Kirchner alegan que el crecimiento económico de Argentina se debió a una tendencia internacional al crecimiento económico. ¿Ah sí? Hombre, pues que interesante por que en México en el mismo periodo (2003-2007) la economía se ESTANCÓ, aumentó el desempleo y aumentó la pobreza. Y los apologistas de la derecha panista salieron que esto fue ¡por factores internacionales!
Ahora bien; para el electorado mexicano la idea de que la esposa de un gobernante sea candidata para sucederlo en el cargo no es agradable. NO por que se trate de una candidata mujer (si así fuera no serían gobernadoras ni Amalia García ni Ivonne Ortega) sino por que la idea de heredar el poder en México suena demasiado al antigua régimen priista, en el cual el poder se heredaba al que se le pegara la gana al presidente en turno. No tiene nada que ver la ideología política con esto. Igual no le funcionó a la esposa de Fox que a la esposa del ex-gobernador PERREDISTA de Tlaxcala. En ambos casos el NO a la herencia del poder fue rotundo tanto por parte del electorado de derecha como por parte del electorado de izquierda.
Pero México es México y Argentina es Argentina. Y a quienes les corresponde decidir que va y que no va en Argentina, es A LOS ARGENTINOS.
Y los argentinos decidieron, de manera contundente, que quieren continuidad en el proyecto de Nestor Kirchner. Así que eligieron como presidenta a su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
Curioso, la elección de Cristina Kirchner también dejó ver las divisiones sociales que hay en argentina, y que son sumamente similares a las divisiones entre pirrurris y nacos en México. Vean, por ejemplo, lo que publica el Reforma:
Cristina Kirchner, de 54 años, recordó que "los argentinos vivían horas difíciles hace poco más de cuatro años. Desde aquel 25 mayo de 2003 (cuando asumió como Presidente Néstor Kirchner) hemos avanzado mucho".
"Hemos reposicionado al país, combatido la pobreza, la desocupación, aquellos males que tanta tragedia trajeron a los argentinos", dijo.
La Primera Dama dedicó unas palabras a las mujeres y al "el hombre que hoy me acompaña y que ha sido mi compañero de toda la vida".
En ese momento, Kirchner trepó a la tribuna donde estaba la oradora, le dio un beso y luego descendió, mientras su esposa lo saludaba con un "¡gracias mi amor!".
El discurso fue interrumpido varias veces con aplausos y vítores, mientras centenares de jóvenes entonaban estribillos contra sus adversarios, al decir que "¡hay que cantar, hay que cantar, los 'gorilas' se quedaron sin ballottage!".
La denominación "gorilas" se usa en Argentina para identificar a los antiperonistas y a los sectores de clase media y alta que miran con desconfianza a los sectores de bajos recursos.
Otro cántico hizo alusión a la condición de los Kirchner de activistas de la radicalizada Juventud Peronista (izquierda nacionalista) en los años 70, con el estribillo "¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es la gloriosa JP!".
"Saben que con eso me emocionan", respondió la Primera Dama.
O sea que lo que en Argentina serían los "gorilas" en México serían los PANAZIS.
El mundo está cambiando. Gira hacia la izquierda. Es por eso que en México la derecha hizo un fraude electoral. Pero el gusto les va a durar muy poco. Como dijera el Peje, más temprano que tarde este movimiento va a triunfar.
UPDATE:
Para los que vayan a salir que Nestor Kirchner es la razón por la cual ahora Cristina Fernández es presidenta, me temo que es al revés. En 2002, cuando Nestor Kirchner se perfilaba para ser candidato a la presidencia de Argentina, era más conocida su esposa que él en la política argentina. Así lo da a conocer esta nota biográfica de El Universal:
Cristina Kirchner: ni Evita Perón ni Hillary Clinton
Con casi 20 años en la política, la esposa del actual mandatario de Argentina ha sido senadora, primera dama y ahora presidenta
EFE
El Universal
Buenos Aires, Argentina
Lunes 29 de octubre de 2007
00:10 La llegada a la presidencia de Argentina constituye para Cristina Fernández la cumbre de su carrera política, una trayectoria de dos décadas que supo construir a fuerza de una destacada labor legislativa y una fuerte vocación de poder.
La actual primera dama argentina ganó hoy las elecciones presidenciales con más del 42 por ciento de los votos, según los primeros resultados oficiales.
Hija de una matrimonio de clase media de La Plata, Fernández conoció a su esposo, el presidente Néstor Kirchner, en 1974, cuando ambos estudiaban Derecho en la universidad pública de esa ciudad.
Militantes del Partido Justicialista (PJ, peronista) desde la juventud, Néstor y Cristina se casaron en mayo de 1975 tras un noviazgo de apenas seis meses y un año después, para escapar de la represión desatada por la dictadura militar (1976-1983), se trasladaron a Río Gallegos, la capital de la provincia de Santa Cruz.
En esta ciudad a 2 mil 500 kilómetros al sur de Buenos Aires donde nació Kirchner, ambos fundaron un estudio jurídico e iniciaron un boyante negocio inmobiliario.
Allí Cristina desarrolló su carrera política a la par de su esposo, electo en 1987 alcalde de Río Gallegos y en 1995 gobernador de la provincia de Santa Cruz.
Fernández fue elegida en 1989 diputada provincial en Santa Cruz, cargo que dejó en 1995 para asumir como senadora nacional por la misma provincia.
Dos años más tarde se convirtió en diputada nacional y en el 2001 regresó a su banca como senadora, puesto que ocupa hasta la actualidad y en el que ha tenido una destacada actuación.
Esta trayectoria parlamentaria, combinada con un alto perfil de exposición pública, le valió a Fernández ser más conocida que su esposo cuando éste comenzó a perfilarse en el 2002 como posible aspirante a la presidencia, a la que finalmente accedió en mayo del 2003.
"Hicimos todo juntos y pasamos cosas terribles y maravillosas. Néstor es diferente a mí, siempre va hacia adelante, tiene otra manera de entender la vida y su devenir. Nos peleamos cuando no estamos de acuerdo en algo, como cualquier pareja. Pero después nos reconciliamos y no pasó nada. Y así seguiremos siempre", aseguró.
Madre de Máximo, de 30 años, y Florencia, de 17, Cristina se caracteriza por un carácter fuerte al que el ex presidente radical Raúl Alfonsín (1983-1989) ha tachado de "irascible".
Cristina reconoce tener un "carácter fuerte" , pero no "arrogante" .
"No soy tan terrible como parezco. Soy buena mina (mujer) y tengo muy buen humor. Enérgica y obsesiva, sí. Exijo mucho de los demás, lo mismo que me exigen a mí", dijo de sí misma la presidenta electa en su biografía, Reina Cristina.
La autora de ese libro, la periodista Olga Wornat, ha descrito a la primera dama como "una fémina indomable, inteligente, polémica, transgresora y ambiciosa como ninguna otra después de Eva Perón".
La alusión a la segunda esposa del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón no es ociosa: Fernández no sólo ha heredado de la "abanderada de los humildes" su liderazgo político y sus dotes como oradora, sino también la coquetería y la afición a la moda.
Fernández, de 54 años, también ha sido identificada con Hillary Clinton, esposa del ex presidente estadounidense Bill Clinton, pero a la argentina no le gustan las comparaciones.
"Con Hillary tenemos algunas coincidencias, ambas hemos sido senadoras, abogadas y esposas de presidentes, pero no mucho más. No quiero que me identifiquen ni con Hillary, ni con Evita, ni con nadie. No hay mejor cosa que ser parecido a uno mismo", afirma.
Se define como amante de la lectura y "muy cinéfila" y asegura que sabe cocinar "muy bien", aunque admite que no lo hace desde hace años.
Asegura que no es una madre "controladora", pero siente cierta culpa por el tiempo dedicado a la política en detrimento del destinado a sus hijos, y señala a su hermana menor, Giselle, como su "mejor amiga".
Es decir, se trata de una mujer profesionista, con una auténtica trayectoria de trabajo social y a la que no le gustan los comparativos. Todo lo opuesto a Marta Sahagún, quien pensó que simplemente por ser esposa de Fox y regalar bicletas iba a poder ser presidenta.
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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