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martes, agosto 21, 2007

EDITORIALISTAS DE LA JORNADA

que chinguen a su madre las dos...

SIN PALABRAS

SIN PALABRAS

El distanciamiento entre Elba Esther Gordillo y Josefina Vázquez Mota fue centro de atención en la ceremonia de apertura del ciclo escolar, el cual se realizó en la escuela primaria República de Costa Rica. La llegada de la dirigente magisterial fue aparatosa, pues la protegían unos 30 guaruras. Circuló la versión de que su presencia obedecía a una recomendación de Los Pinos, en la que se le pidió que matizara sus opiniones sobre la titular de la SEP. Concluido el acto, la funcionaria federal dejó a toda prisa el plantel FOTO María Meléndrez

José Blanco

La Maestra

El corporativismo es un hecho social que desde que apareció en la Edad Media ha vivido crisis severas y recuperaciones frondosas: a veces se enconcha en los intersticios de la sociedad y, cuando se le abre alguna puerta, sale a la superficie, siempre bajo formas renovadas, buscando alcanzar el mayor poder.

No estoy haciendo una hipóstasis del corporativismo; aludo al hecho de las analogías que pueden hallarse en formas de organización social diversas, con propósitos de fondo similares, en un tramo sumamente largo de la historia medieval y capitalista.

Acaso la primera gran crítica del corporativismo se la debemos a la economía clásica: el corporativismo cancela el desarrollo económico.

Pero han empezado a ocurrir cosas. A fines de julio, en una entrevista con el periodista Raymundo Riva Palacio, doña Vitalicia dijo que Josefina Vázquez Mota “no sabe nada de educación”. La responsable de la SEP no se subió al ring, pero declaró que la calificación más importante y la de calidad es la de los ciudadanos.

Nada perezoso en la política, el “secretario general” del sindicato, Rafael Ochoa, se sumó a doña Vitalicia y opinó que a Vázquez Mota seguramente “le gusta acumular papeles en su escritorio, ya que no ha dado respuesta a infinidad de peticiones (del sindicato)”; en diversos momentos ha agregado que “las propuestas del sindicato no son atendidas por la SEP”, y que “no hay voluntad ni sensibilidad para establecer compromisos” entre el SNTE y la SEP.

Hay diversas lecturas sobre estos hechos. Una dice que hay una ruptura entre las elites políticas. Otra, que Gordillo ha estado cobrando las facturas de sus servicios, pero que quiere la SEP entera. Otra, que nunca antes la Maestra tuvo un repudio tan grande del PRI y del PRD y una tan horrible vergüenza del PAN por contar con una aliada tan impresentable. Unos más advierten que los miembros del SNTE absorben 90 por ciento del presupuesto de educación, cobran el equivalente a 466 días del año y descansan 90 (concediendo que los días que asisten, trabajan), mientras la educación se deteriora, todo lo cual es parte de la explicación de que la Maestra haya acumulado más odio social que Madrazo y que cualquier otro personaje de la política mexicana, incluido Salinas.Leer más...

Luis Hernández Navarro

Yucatán y los derechos humanos

Unos días antes del primero de agosto de 2007, fecha en la que dejó la gubernatura de Yucatán, Patricio Patrón Laviada, publicó en el Diario Oficial del Gobierno de Yucatán el decreto 791. En él se asigna a sí mismo y a algunos de sus funcionarios vinculados con el combate al crimen organizado una escolta vitalicia a cargo del erario.

El decreto establece que el ex gobernador tendrá, por lo menos, tres escoltas escogidos por él mismo, además de armamento adecuado y sistemas de comunicación. Por supuesto, no lo consultó con el Congreso local porque “es potestad exclusiva del mandatario”.

Investigando los motivos del decreto, un periodista preguntó: “¿Tiene miedo, señor gobernador?

“–Ya lo dije: por si se requiere –respondió molesto y azotó la puerta de su camioneta.”

Ese es el tamaño del miedo de Patrón Laviada. Ese gesto sintetiza y perpetúa su administración. Durante su gestión, sus dos procuradores, en vez de perseguir al crimen organizado, le dieron protección; en vez de acabar con la impunidad de funcionarios públicos y familiares cercanos al titular del Ejecutivo, los solaparon.

Promotor de la candidatura de Felipe Calderón, nieto de la “casta divina” formada durante el porfiriato por los hacendados yucatecos, sobrino del banquero Roberto Hernández, empresario que no pasó de estudiar la secundaria, coordinador de Amigos de Fox en su estado, llegó a la gubernatura para restaurar los privilegios de la antigua oligarquía henequenera. Lo logró montado en el hastío ante el caciquismo priísta, la “ola foxista” y la consolidación del conservadurismo panista en el estado.Leer más...

Javier Flores

Educación hoy

Impulsar la educación de los jóvenes es el camino para abatir las desigualdades, es la forma en la que México puede contar con los cuadros calificados para enfrentar con éxito los retos que plantean las economías basadas en el conocimiento. Es lo que puede garantizar un futuro digno para millones de mexicanos
Impulsar la educación de los jóvenes es el camino para abatir las desigualdades, es la forma en la que México puede contar con los cuadros calificados para enfrentar con éxito los retos que plantean las economías basadas en el conocimiento. Es lo que puede garantizar un futuro digno para millones de mexicanos Foto: María Meléndrez Parada

La mejor opción que tenemos es la educación. No hay otro camino. Veámoslo desde dos escenarios: Si aceptamos que la desigualdad es el más grave problema de nuestro país, o bien, si consideramos la inserción de México en el mundo actual, las respuestas pasan inevitablemente por el sistema educativo. Entonces, estamos en serios problemas. El gobierno de Felipe Calderón no da las respuestas adecuadas ante estos desafíos. Le importan poco o nada. Los mexicanos no podemos permanecer impasibles ante las políticas que ignoran las necesidades nacionales. Algo hay que hacer, cuando además se trata de un gobierno carente de legitimidad. Calderón no puede ocultar que nos lleva a la ruina, él lo sabe, también lo saben los intelectuales que lo han apoyado, todos lo sabemos. Sin avances en la educación vamos hacia un precipicio.

No me voy a quedar en los lugares comunes de culpar a la maestra Elba Esther Gordillo, símbolo de la tragedia y degradación educativas. La culpa es de todos por permitir que esto suceda. México no se lo merece. Somos como una especie de hacienda porfirista, que para su funcionamiento tiene que apoyarse en la ignorancia de los peones, que deben servir a un patrón, rico e ignorante. Así es como nos ven quienes hoy nos gobiernan, así es como quieren que permanezcamos, para continuar impunemente con el saqueo de nuestros recursos naturales, con la explotación de los más pobres. Esta es simple y llanamente nuestra realidad… O una parte de nuestra realidad.

La mejor forma de combatir la desigualdad es la educación, ¿por qué? Porque es una de las vías –de eficacia probada por generaciones– para ascender en la escala socioeconómica. Cada familia lucha por que sus hijos estudien la primaria, secundaria y preparatoria, sueña que algún día serán abogados, médicos, ingenieros o arquitectos, ofrenda la vida en este propósito, son más sabias que nuestros gobernantes.

Todos queremos lo mejor para nuestros hijos. Pero las puertas están cerradas a nuestros sueños. Hay miles de estudiantes rechazados. Dígase lo que se diga, esto es una tragedia para México. Cómo es posible: jóvenes que desean estudiar y que son empujados a la nada. ¿Qué clase de país es aquél que abandona a sus jóvenes? Es inaceptable, por falaz, el argumento de que se formarían ejércitos de desempleados. Los mejor preparados pueden inventar o crear sus propias fuentes de ingreso en mejores condiciones que los que se encuentran al margen del conocimiento.

México no tiene la posibilidad para brindar cobertura educativa a los jóvenes que lo solicitan en los niveles secundario y terciario, y al mismo tiempo es incapaz de alcanzar los niveles que se necesitan para enfrentar los requerimientos de una economía globalizada. Parecería que estamos en un callejón sin salida… Pero no todo está perdido.

La semana pasada fuimos testigos de una imagen notable y esperanzadora. Un gobernante legítimamente electo, acompañado por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, y por el director general del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa Rivera, anunciando un programa que beneficia a los estudiantes de bachillerato en el Distrito Federal. Es una imagen más fuerte y digna que cualquier fotografía del gabinete presidencial. Los representantes de las instituciones educativas y científicas más importantes del país, que son parte esencial de nuestra historia, saben exactamente qué es lo que hay que hacer para sacar al país de la postración. Impulsar la educación de los jóvenes es el camino para abatir las desigualdades, es la forma en la que México puede contar con los cuadros calificados para enfrentar con éxito los retos que plantean las economías basadas en el conocimiento. Es lo que puede garantizar un futuro digno para millones de mexicanos.

El programa que puso en marcha el gobierno del DF, que encabeza Marcelo Ebrard (por conducto de Axel Didriksson, su secretario de Educación), no es cualquier cosa. Se otorgan becas y otros estímulos a los estudiantes de bachillerato con el objetivo de que concluyan satisfactoriamente sus estudios. Es apenas una parte del programa educativo en la ciudad de México; lo que viene es el bachillerato universal, es decir, que todos los jóvenes (sí, todos) puedan estudiar la preparatoria, con el apoyo de la UNAM y el IPN mediante el uso de las nuevas tecnologías.

El gobierno de Felipe Calderón va por su lado, dando palos de ciego, sin saber qué hacer en materia educativa, o mejor dicho, haciendo lo que sabe: destruir el futuro. El problema es que comienza a perfilarse una asimetría, pues mientras en el DF se avanza con pasos firmes, en algunas regiones de la República la educación vive una de las peores tragedias.

La educación produce hombres y mujeres libres, mientras que la idea de la hacienda porfirista apunta hacia una nación de esclavos.

México SA

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx/ cfv@prodigy.net.mx

Lo falso y lo cierto de Téllez

No se darán concesiones carreteras a quienes ya las tuvieron, prometió en marzo

En agosto hizo lo contrario.

Con el rigor científico que lo caracteriza, Luis Téllez, ahora en funciones de Secretario de Comunicaciones y Transportes, ha sido convocado por la Comisión Permanente del Congreso para que a sus integrantes detalle lo “falso” y lo cierto del rescate carretero, el Farac, y la (tercera) “nueva” etapa de concesiones al capital privado.

Entre lo “falso” que deberá detallar se cuenta lo que a senadores de la República dijo el pasado 14 de marzo: “no se darán concesiones carreteras a quienes ya las tuvieron… es falso que las autopistas retornen a los concesionarios originales”, porque sus empresas fueron “rescatadas” por el gobierno federal, amén que “muchos de ellos no cumplen” con “el requisito” legal.

Y entre lo cierto, lo que el pasado 6 de agosto, en conferencia de prensa, informó: el ganador de la primera licitación de la “nueva” etapa de concesiones carreteras fue ICA, asociado con Goldman Sachs o, lo que es lo mismo, el concesionario original, con Salinas de Gortari, de los tramos “rescatados” por el gobierno de Zedillo y que hoy regresan a su inventario, a pesar de no cumplir con el “requisito”.

También tendrá que explicar, junto con el director de Banobras, Alonso García Tamés, la magia numérica del Fideicomiso de Apoyo para el Rescate de Autopistas Concesionadas (Farac), pues sus pasivos reportan un espeluznante incremento de 210 por ciento en sus diez años de fértil existencia: de poco más de 58 mil millones de pesos en 1997, a estas alturas acumula alrededor de 180 mil 300 millones, a pesar del creciente uso de recursos públicos para “reducirlos”.

No hay que dejar de lado que en agosto de 1997, inicio oficial del “salvamento”, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes Carlos Ruiz Sacristán, reconoció que con el “rescate” carretero puesto en marcha por el gobierno zedillista “se asumirán pasivos por casi 60 mil millones de pesos y un costo fiscal cercano a 19 mil millones; el costo fiscal se absorberá en el largo plazo”.Leer más...

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