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martes, marzo 27, 2007

PERDIO MEXICO SOBERANÍA FINANCIERA.

Perdió México soberanía financiera PDF Imprimir E-Mail
martes, 27 de marzo de 2007

Ganancias escandalosas de bancos
Se niegan a impulsar el crecimiento
Urge cambio estratégico del sistema
Propone López Obrador reforma fiscal

A pesar de las escandalosas e inmorales ganancias de los bancos (en su inmensa mayoría extranjeros), que alcanzaron en las últimas dos décadas elevados niveles de rentabilidad sin tomar riesgos, como consecuencia del alto e injustificado cobro de comisiones, un gran margen de intermediación y los intereses casi usureros de crédito al consumo, éstos no han cumplido con la función que más le importa a la Nación: canalizar recursos suficientes en cantidad y a precios asequibles para la inversión productiva de las empresas.
A México le urge un cambio fundamental en el estratégico sistema financiero -considerado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) como uno de los más ineficientes en materia operativa del continente-, para revertir esa situación si se quiere garantizar la estabilidad, a través de un sano desarrollo económico y social, e incluso político.
El desplome del sistema institucional del financiamiento de nuestra economía ocurrido en los últimos tres sexenios, ha contribuido en un alto grado a resentir un bajo crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) -con todas sus funestas consecuencias, sobre todo en cuanto al incremento del desempleo y la incontenible migración hacia los Estados Unidos- una desarticulación sectorial de la producción, un descenso del mercado interno, acompañado de una política fiscal y monetaria de carácter restrictivo, cuya meta principal -y parece que la única- es la estabilidad de precios.
Los bancos en manos privadas -y para colmo en su mayoría extranjeras- no han querido satisfacer las necesidades de inversión nacionales que contribuyan a acelerar la formación de capital y sustentar un crecimiento económico de México de largo plazo, para lo cual, sin duda alguna, se requiere mayor captación fiscal (una verdadera y adecuada reforma fiscal), así como una renovada capacidad del Estado (totalmente ausente en estos momentos) para movilizar recursos financieros para proyectos importantes y fundamentales de infraestructura y, sobre todo, de desarrollo social. Para eso, es requisito indispensable contar con una política de fomento a través de la banca de desarrollo, cuya capacidad actualmente está sumamente encogida.
La negligencia de los bancos para impulsar el desarrollo económico del país es evidente en los últimos años. El crédito bancario al sector productivo se redujo de 43 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 1994, cuando alcanzó sus niveles más altos, a 17 por ciento en 2000, y hasta menos del 14 por ciento en 2006 (13.8 por ciento, similar a la de 1980).
El Banco Mundial (BM) reveló que México ocupa el lugar 105, entre 138 países considerados, en materia de crédito bancario al sector productivo, es decir, que se encuentra en condiciones similares a las de países como los africanos Gabon y Ruanda, o la pequeña Lituania.
Al país le urge aumentar la competencia entre las instituciones financieras, disminuir el margen entre los intereses que cobran los bancos y los que paga a los ahorradores, bajar las comisiones que cobra por sus servicios y mejorar éstos y, sobre todo, reactivar el crédito al sector productivo.


Ganancias estratosféricas
El año pasado los 43 bancos del país alcanzaron las mayores ganancias desde la crisis de 1995. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) reportó que las instituciones bancarias tuvieron ganancias por 66 mil 749 millones de pesos, lo que significó un crecimiento de 33.65 por ciento en relación a diciembre de 2005, debido a una mayor actividad en el crédito al consumo y en los financiamientos hipotecarios.
El resultado de las comisiones netas aumentó 16.16 por ciento y éstas lograron una participación de 22.57 por ciento en los ingresos totales de operación, mientras que la intermediación originó 16,719 millones de pesos, lo que contribuyó con 6.9 por ciento de dichos dividendos.
Los ingresos derivados de la cartera al instituto para la Protección al Ahorro bancario (IPAB) cayeron 75.42 por ciento y contribuyeron sólo con 1.18 por ciento de los recursos que recibió la banca por intereses, lo que fue compensado con la cartera de crédito total al consumo, que creció 38.72 por ciento anual y alcanzó 375 mil 347 millones de pesos, en tanto que la vivienda se expandió 29.55 por ciento y sumó 233 mil 573 millones de pesos.
La cartera total de la banca múltiple creció 15.31 por ciento y alcanzó 1 billón 383 mil 436 millones de pesos, recursos que constituyen el principal activo de las instituciones de banca múltiple, pues significan 53.95 por ciento de ese concepto. Sin embargo, la cartera vencida del segmento registró un incremento anual en su saldo de 26.59 por ciento provocado por el aumento de 97.12 anual de la cartera vencida al consumo.
El gobierno federal anterior, que encabezó Vicente Fox, se constituyó en un verdadero paraíso para los banqueros: se consolidó la extranjerización del sistema de pagos y lograron un crecimiento cercano a 500 por ciento en utilidades netas, “limpias de polvo y paja”, además de 110 mil millones en pagarés Fobaproa, es decir, alrededor de 200 mil millones de pesos en los seis años, de los cuales, como ya se señaló, casi 67 mil millones correspondieron al último año del “gobierno del cambio”.

Y ya que hablamos del “Robaproa”, no debemos olvidar que el rescate del sistema bancario mexicano representó una erogación, según lo consignó el Banco Mundial, de 135 mil millones de dólares de recursos públicos, es decir, la cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) del país, a pesar de que el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) sostiene que el costo de la crisis es de 112 mil millones de dólares, el 18 por ciento del PIB.
Como escandalosos ejemplos de las ganancias que en el sexenio pasado alcanzaron las instituciones bancarias tenemos que las utilidades netas de la trasnacional estadounidense Banamex-Citigroup crecieron 5 mil por ciento, al pasar de 423.2 millones de pesos en 2001 a 21 mil 160.2 millones de pesos en diciembre de 2006.
El español BBVA-Bancomer no se quedó atrás y sus ganancias netas crecieron en mil 200 por ciento, de mil 468.49 millones en diciembre de 2000 a 17 mil 926.5 millones en diciembre de 2006. Sólo estas dos instituciones financieras extranjeras se engulleron la mitad de las ganancias del sistema bancario que opera en México.
Es totalmente negativo el control del capital extranjero sobre casi el 90 por ciento de los activos bancarios del país porque ha subordinado el sistema de pagos en México a decisiones adoptadas desde el exterior con criterios globales, ajenos a la definición de políticas económicas del país, según lo han señalado especialistas en la materia, como la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Patricia Rodríguez, quien asegura que la extranjerización de la banca no ha beneficiado la productividad y la eficiencia del sistema bancario mexicano.


Urge reforma al sistema financiero
Durante su participación en la 70 Convención Bancaria, realizada en el Puerto de Acapulco, Guerrero, el discípulo de los “Chicago Boys”, Agustín Carstens, importado directamente del Fondo Monetario Internacional (FMI) para conducir la economía mexicana a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, adelantó que se actualizará el marco legal de la banca, mediante una reforma a la Ley de Instituciones de Crédito.
El funcionario subrayó la necesidad de fomentar la competencia y el acceso de los servicios financieros y propiciar la eficiencia en la operación de las instituciones. Dijo que buscarán un esquema de banca especializada que permita delimitar la carga de regulaciones que enfrentan los participantes en función de las operaciones que realicen, así como una realineación de las facultades de las autoridades financieras, lo que implicará procesos más claros y eficientes para las instituciones reduciendo costos innecesarios de regulación.
La banca en México tiene dos grandes desafíos, según el titular de Hacienda: en primer lugar debe llevar a cabo grandes acciones para generar competencia, particularmente en torno a las altas comisiones que cobra a sus clientes y usuarios. Además, debe incursionar en sectores que tradicionalmente ha considerado de mayor riesgo, como el financiamiento a las pequeñas y medianas empresas, en construcción de infraestructura y hacia el sector rural.
En la inauguración de ese foro, el Presidente Felipe Calderón pidió a los banqueros -no le queda ninguna otra opción en estos momentos con el tipo de gobierno que encabeza- abaratar los costos de los créditos, tanto para los individuos como para las pequeñas y medianas empresas, sector que genera dos tercios del Producto Interno Bruto (PIB).
Insistió en que se requiere de un mayor equilibrio del crecimiento del crédito entre los sectores productivos e ilustró que el año pasado los préstamos a la vivienda y al consumo aumentaron en 45.7 y en 36 por ciento, respectivamente, mientras que el destinado a las empresas se incrementó en sólo 21 por ciento.

Banqueros repiten promesas incumplidas
En respuesta, el presidente de la Asociación de Bancos de México (AMB), Marcos Martínez Gavica, se comprometió a que en los próximos seis años se ofrecerá financiamiento por 3.3 billones de pesos para las pequeñas y medianas empresas, el campo y la construcción de infraestructura.
Por su parte, Enrique Castillo, al tomar posesión como presidente de la ABM, sostuvo que los diferenciales que pagan las empresas e individuos que tienen créditos con la banca, sobre la tasa de referencia (TIIEE), están en los niveles más bajos que se tengan memoria, y destacó que las tasas de interés las fija el mercado no los bancos. Sin embargo, subrayó la necesidad de contar con un marco jurídico que impida tener ventajas indebidas entre diferentes bancos, o entre diferentes intermediarios financieros, ya que “un marco que fomente una sana competencia es indispensable”.
Lo cierto es que, como siempre, los banqueros volvieron a repetir promesas que no han cumplido: reducir las comisiones que cobran a los usuarios, aumentar el crédito al sector productivo e impulsar el desarrollo nacional.
Lo que si han hecho, además de rellenarse los bolsillos del dinero de los mexicanos, es mantenerse como un oneroso aparato improductivo para fines de crecimiento económico y desarrollo nacional.

De los pasillos.
Para eliminar privilegios a por lo menos 500 grandes empresas del país que eluden el pago de impuestos por un monto anual de 200 mil millones de pesos, el equipo del denominado “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador, presentó una iniciativa de reforma fiscal. Rogelio Ramírez de la O, asesor del tabasqueño, explicó que se trata de un proyecto de ley con una adecuada alternativa para que los legisladores escojan entre gravar el consumo, para lo que tendrían que irse por el IVA en medicinas y alimentos, o gravar el ingreso, para lo que tendrían que enfocarse hacia donde se encuentra éste.

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