La salida de los efectivos inició en la madrugada de ayer para replegarse en una base aérea militar cercana al aeropuerto de la ciudad de Oaxaca. (NTX) Los policías, con armaduras contra balas de color gris, empezaron a recoger sus tiendas y sacos para dormir, retirándose de la plaza central oaxaqueña antes del amanecer y dejándole el control de la misma a las policías estatal y citadina. (NTX) Cientos de policías federales se retiraron de la plaza central de Oaxaca poniendo fin a seis semanas de ocupación / Los policías, junto con sus equipos antimotines y vehículos blindados, helicópteros y cañones lanzadores de agua, recogerieron sus cosas y se fueron antes del amanecer / Dejaron el control a las policías del Estado y municipal OAXACA, Oaxaca, 16 de diciembre (LA JORNADA/AP/REUTERS).- A más de un mes y medio de su arribo, la Policía Federal Preventiva (PFP) se retiró la madrugada de este sábado de la Alameda de León y de las calles del centro histórico de la ciudad de Oaxaca, donde tenía establecidos retenes en rededor del zócalo.
Las fuerzas federales dejaron también el parque Juárez, conocido como El Llano, donde se habían situado después del último enfrentamiento con seguidores de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) el 25 de noviembre pasado.
Ahora, las bocacalles quedaron bajo resguardo de elementos de las policías Preventiva del Estado y Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial, así como de la Municipal de Oaxaca. Los agentes oaxaqueños colocaron vallas metálicas en cada una de las esquinas para su resguardo.
En tanto, miembros de la Policía Ministerial del Estado, algunos de ellos con rifles de asalto, a pesar que supuestamente la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) revisa todo el armamento a su disposición, realizan patrullajes por toda la ciudad.
"La verdad es que ya éramos un estorbo para la ciudadanía", dijo un oficial de alto rango de la PFP que pidió no ser identificado.
En un comunicado, el gobierno del estado explicó que la salida de los elementos de la PFP del centro histórico de Oaxaca fue "con el fin de que los oaxaqueños y visitantes puedan disfrutarlo".
El gobernador Ulises Ruiz Ortiz agradeció y reconoció "el esfuerzo de las fuerzas federales, así como el apoyo del gobierno federal, para contribuir a la recuperación del primer cuadro de la ciudad y devolver a la capital la paz que fue violentada por el conflicto reciente".
Por su parte, el vocero de la APPO, Florentino López Martínez, desestimó la salida de la PFP del centro de la ciudad porque, dijo, "aún permanece el estado de excepción, de facto y la represión" en contra del pueblo oaxaqueño.
"No debemos dar ni un paso atrás hasta la caída del tirano, la libertad de nuestros presos políticos y la salida de las fuerzas de ocupación", asentó.
Tras salir del centro histórico, la PFP se acantonó en el gimnasio Ricardo Flores Magón, ubicado a unas 10 calles del centro de la ciudad; así como en el estadio de fútbol Benito Juárez y en la Base Aérea Militar número 15, ubicados en los municipios de Santa Lucía del Camino y Santa Cruz Xoxocotlán, conurbados a Oaxaca.
Además, un convoy de unos cinco camiones de la PFP salió de la ciudad la noche del viernes, para tomar la carretera internacional Cristóbal Colón que comunica con los estados de Veracruz y Chiapas. Según el oficial de alto rango que pidió el anonimato, "no fue un retiro sino solamente un relevo de personal". Subrayó que las fuerzas federales "estarán pendientes para cualquier cosa", porque "solamente fue un cambio de posiciones".
Así, cientos de policías federales mexicanos se retiraron de la plaza central de la ciudad de Oaxaca el sábado, poniéndole fin a seis semanas de ocupación para restaurar el orden en la ciudad histórica en el sur de México.
Los policías, con armaduras contra balas de color gris, empezaron a recoger sus tiendas y sacos para dormir, retirándose de la plaza antes del amanecer y dejándole el control de la misma a las policías estatal y citadina.
Lino Celaya, secretario de seguridad de Oaxaca, dijo que alrededor de 2,000 policías continuarán en una base militar en las afueras de la ciudad, en caso de que se amerite su regreso.
Más de 4,000 policías federales apoyados con cañones lanzadores de agua y helicópteros tomaron Oaxaca a fines de octubre, expulsado del centro a los manifestantes que la tuvieron bajo su control durante cinco meses.
La presencia de los policías con equipo antimotines, vehículos blindados, cañones de agua y cercas de alambre de púas, causó molestias entre muchos de los pobladores de la zona, que la consideraron una virtual ocupación militar.
Los agentes federales habían entrado a la capital de Oaxaca a finales de octubre tras la muerte de tres personas en un tiroteo, entre ellas un camarógrafo estadounidense, en medio de una crisis en la que activistas exigían la renuncia del gobernador Ulises Ruiz, al que acusan de corrupción y autoritarismo.
La salida de los efectivos inició en la madrugada del sábado para replegarse en una base aérea militar cercana al aeropuerto de la ciudad de Oaxaca, dijo la portavoz del Gobierno del Estado, Luz Divina Zárate.
La portavoz dijo que la seguridad del centro histórico de Oaxaca quedó a cargo de policías preventivos locales y que la salida de los agentes federales se ha dado de manera paulatina.
Los agentes federales habían instalado barricadas con contenedores y alambres de púas en la ciudad de Oaxaca, que había sido el centro de operaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). |
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