MARIN EL GOBER PRECIOSO Y EL FASCISTA DE LA SUPREMA CORTE CENAN "CARNITA" Y ALGO MAS

Lydia, no te rindas
17 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:44:22 AM hora de Cd. Juárez

Nota original:

Jorge Zepeda Patterson

Distrito Federal— El sábado se cumplió un año de la detención irregular y traslado a Puebla de Lydia Cacho. Desde aquel 16 de diciembre muchas cosas han sucedido, menos la justicia. Un gobernador se hizo precioso; Kamel dejó de ser simplemente una marca de cigarros para convertirse en objeto de corridos y desprecios; las botellas de coñac han desaparecido de las canastas navideñas que se intercambian los hombres de poder; los políticos han dejado de hablar por teléfono, salvo para proferir frases de bronce, dignas de los libros de historia; el presidente actual y otras autoridades importantes han prometido, indignados, que las violaciones en contra de Cacho no quedarían impunes.

Muchas cosas han pasado, salvo la justicia. Lydia Cacho sigue bajo la figura de un auto de formal prisión por la demanda original de Kamel Nacif, acusada de difamar a un buen nombre. Hace dos semanas se presentó una demanda en contra de Lydia de parte de una de las víctimas controladas por Succar, para exigir las regalías del libro Los Demonios del Edén (aunque éstas ni siquiera han alcanzado para que la periodista pague el costo de su defensa).

Lydia Cacho sigue viva gracias a la opinión pública. No sólo fue detenida de tal manera que los judiciales poblanos pudieran darle un esquinazo a los Afis que la protegían luego de varias amenazas de muerte. Fue sacada de Cancún sometida y agachada en el asiento trasero de un auto, con una pistola pegada a su nuca.

Las primeras horas transcurrieron entre mofas y amenazas de aplicarle ley fuga. Un secretario de estado y un comentarista de Televisa hablaron con el gobernador Marín, pocas horas después de la detención de la periodista, para advertirle los riesgos en los que incurría y hacerle responsable de su vida. Mientras Lydia recorría kilómetros de tierras tropicales pensando que sería lo último que vería, sus colegas denunciaban en todos los noticieros la infamia que se estaba cometiendo. Eso la salvó.

Ocho horas después, el judicial poblano que la llevaba recibió una llamada de sus jefes; al cerrar el celular le comentó a su compañero un lacónico “hay cambio de planes”. Mantuvieron con su detenida una actitud hostil y amenazante, pero dejaron de hacer alusiones a la ley fuga.

Pero eso no evitó que a partir del día siguiente, cuando Lydia Cacho llegó a Puebla, el gobernador hiciera un linchamiento público de la periodista. No le había cumplido a su amigo Kamel el coscorrón prometido, pero se encargaría de que por la vía judicial viviera un infierno los siguientes meses.

El jueves pasado, envalentonado por la presencia de su amigo Mariano Azuela, presidente de la Suprema Corte, en un acto público el gobernador Marín acusó a Lydia de ser una delincuente, porque así lo había dictaminado un juez. Lo que no dijo Marín, ni Mariano Azuela, es que tanto el gobernador como la procuradora estatal y la jueza en cuestión están siendo investigados por otros ministros de la Suprema Corte, por la probable colusión para violentar los derechos de la periodista.

Algunos dirán que en un país en el que todos los días se cometen infinidad de infamias, lo que han hecho en contra de Lydia es pecata minuta. Mientras usted lee esto es probable que se esté cometiendo un feminicidio más en el país (asesinato de una mujer, por razones vinculadas a su género). Hoy muchos niños serán objeto de abuso. A una persona pueden pasarles peores tragedias que ser detenida, arrastrada a Puebla a golpe de amenazas de violación y vivir bajo la permanente amenaza de cárcel por la incompetencia o corrupción de jueces banales.

Sin embargo, la gente sabe que lo que está en juego en este caso, no sólo es la vida de una mujer de grandes ojos y de personalidad indomable, sino la necesidad de impedir el castigo a una periodista que ha salido en defensa de la sociedad. Si Lydia es vencida, la comunidad en conjunto habrá sido derrotada.

Los hombres de poder habrán demostrado que la comunidad está indefensa frente a sus prácticas viciadas, su corrupción y su impunidad.

El caso de Lydia Cacho se ha convertido en el símbolo de lo mejor y de lo peor de este país. Nos ha permitido atisbar las cloacas de las redes de protección y el desenfado y cinismo de los grandes hombres de poder, pero también ha hecho posible entender que la entereza y la congruencia de una persona ponen en movimiento fuerzas mayores. Lo mejor de estos doce meses ha sido la manera en que la sociedad civil ha hecho suya esta causa. No se ha hecho justicia en los tribunales, todavía, pero en cierta manera el país es otro por lo que respecta a la pederastia.

Pocas veces un libro periodístico, y lo que este desencadenó, habían significado tanto para la comunidad. La indignación frente a esta denuncia y la represión de parte de las redes de corrupción, propiciaron una actitud más severa de la opinión pública ante el abuso sexual infantil. Lo que en muchas zonas del país era un “vicio” tolerado, se ha convertido ya en un crimen inadmisible. Las leyes se han endurecido y la opinión pública se está haciendo intolerante frente a estos abusos. El caso de Lydia Cacho ha permitido quemar etapas y brincar una generación en términos de conciencia pública sobre la trata de menores.

No sabemos cuál será el desenlace de esta historia. El caso está en tribunales, pero en realidad se estaría litigando en una arena pública mayor: por un lado, la fuerza de los poderosos capaces de influir en jueces y autoridades; por otro, la solidaridad y la indignación de la comunidad que sabe que se está jugando mucho más que la suerte de una periodista. Sólo queda respaldar la actitud de un mazatleco, anónimo, que luego de leer el libro mandó hacer una manta que colgó fuera de su ventana: “Lydia no te rindas, estamos contigo”.

¿QUE PASA EN CHIHUAHUA?:


2007: ¿Alianza PRI-PRD?

17 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:44:22 AM hora de Cd. Juárez

nota original:

Luis Javier Valero Flores
Corrían las primeras semanas posteriores a la elección federal, en la que por segunda ocasión consecutiva el PRI perdía una elección presidencial, y las señales de alarma surcaban a ese partido en todo el país. El panorama era verdaderamente incierto a pesar de contar con 14 gubernaturas, con sus respectivas legislaturas, pues el desplome también había ocurrido en esas entidades gobernadas por los priístas, leales o no a Roberto Madrazo (¿Quién es este personaje? ¿Existe? ¿En dónde está?), y las derrotas abarcaban también a los aspirantes a las senadurías y las diputaciones.

El PRI pasaba a ser tercera fuerza nacional (ni mi abuelita en sus mejores momentos llegó a pensar que ocurriera una cosa tan agradable a ojos de muchísimos mexicanos, que vivieron prácticamente toda su existencia bajo gobiernos de ese signo partidario y cuya mejor expresión era, ante la terquedad de alguno, gánale al PRI), y el empuje del blanquiazul amenaza ahora hasta los enclaves más poderosos del PRI. Y todo eso de frente a las elecciones –15-- que abarcarán a casi la mitad del territorio nacional pues se celebrarán en 14 entidades, cuatro de las cuales realizarán, además de las correspondientes a las alcaldías y legislaturas, la de las respectivas gubernaturas.

Factor central en esa derrota lo constituyó el resultado de la disputa Madrazo-Gordillo. Si bien es cierto que la maestra ya estaba “encampañada” con el PAN y el foxismo, la resolución de dejarla fuera del partido la llevó a apoyar fuertemente a su nuevo partido, el PANAL, y al candidato panista, Felipe Calderón.

La estructura priísta resintió seriamente la salida de miles de maestros de la estructura electoral. No sólo se trata de la aportación que hacían los maestros a la representación del PRI en las casillas, sino fundamentalmente al activismo realizado por ellos a favor del tricolor. Hoy hacen cuentas los priístas y concluyen que les hicieron falta los votos, y les harán más falta en las próximas elecciones locales.

Por añadidura, la posibilidad de que la mismísima Elba Esther Gordillo accediera al gabinete calderonista –como fue su pretensión-- confirmaba que la alianza del PANAL con el PAN era lo más lógico pues ambas fuerzas pretenderían afianzarse. El PAN buscará consolidarse como primera fuerza política nacional y el partido magisterial como la alternativa de un partido insurgente. Ante ese panorama, la posibilidad de concretar alianzas con el PRD parecía, para el PRI, la alternativa más a la mano para evitar la posibilidad de ser derrotado en el ámbito local.

Así, en los meses previos a la designación del gabinete federal parecía que el PRI chihuahuense lograba los acercamientos necesarios con la dirigencia panalista y, consecuentemente, se enfriaron las conversaciones que mantuvieron con la dirigencia perredista.

Los rumores confirmaban que había acuerdos y el magisterio, por lo menos en el ámbito chihuahuense, iría junto al priísmo en la elección local. Esta primera impresión pareció reforzarse ante el nombramiento de Josefina Vázquez Mota al frente de la Secretaría de Educación Pública y la airada reacción del dirigente formal del magisterio, el senador panalista, Rafael Ochoa Guzmán, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien la descalificó acremente: “Si una persona adquiere la capacidad para manejar un ‘vocho’, no implica que con esa experiencia se le va a soltar un tráiler para manejarlo con la misma habilidad y el hecho de que haya sido funcionaria federal (Vázquez Mota) no le da la capacidad para enfrentar los retos de la educación en México”.

Todo caminaba sobre rieles para el priísmo. Todo cambió a partir del nombramiento de Miguel Angel Yunes, hombre de todas las confianzas, integrante del primer círculo de colaboradores de Elba Esther Gordillo (quien deploró que no se le nombrara al frente de la Secretaría de Seguridad Pública) al frente del Issste, con lo que un gordillista, también por segunda ocasión consecutiva, era designado en la dependencia encargada de otorgarle los beneficios de la seguridad social a los burócratas federales y especialmente a los maestros.

Pero si había alguna duda acerca de la alianza de la Gordillo con Calderón, ésta se disipó en el curso de la semana cuando se dio a conocer el nombramiento de Fernando González Sánchez, yerno de la maestra, en la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP.

Es decir, para que se entienda bien, el calderonismo le entregó a la cúpula gordillista el control de la educación –y sus cifras millonarias-- básica del país, lo que deberá reflejarse, a querer y no, en el “amarre” de candidaturas, alianzas y un sinfín de posiciones políticas, magisteriales y en los gobiernos estatales y municipales que esta dupla alcance en el futuro inmediato.

Con esta alianza, sí, el PAN podrá alcanzar más triunfos electorales, pero quien se consolidará con una fuerza impresionante será el grupo de la Gordillo pues obtendrá, además del registro federal como partido político, la inserción del PANAL como un fuerte partido regional en varias entidades y, además, tendrá el control del sindicato magisterial y de la federación de sindicatos de trabajadores burócratas federales, cuyo registró alcanzó meses antes de las elecciones federales del 2006.

Y ahora sí a temblar en el priísmo. No sólo puede perder al ejército de activistas magisteriales, también su influencia política y con ello su hegemonía en Chihuahua pues la percepción generalizada es la de que serán elecciones muy competidas en las principales ciudades del Estado Grande, lo que acarreará, también, una muy cerrada competencia por la mayoría en el Congreso del Estado. Y si el PRI la pierde, arderá Troya. Se repetiría, pero al revés, lo sucedido en la segunda mitad del gobierno de Francisco Barrio y nada garantiza que la tersura y los buenos modales pudieran ser las características que presidieran las relaciones entre las dos fuerzas políticas hegemónicas en Chihuahua.

Todo lo contrario, la competencia sería feroz –lo que no quiere decir que a partir de ahora, independientemente de los resultados de julio próximo, no lo sea igual-- pero presenciaríamos una fuerte ofensiva del blanquiazul en pos de todas las canicas en Chihuahua, igual que lo hará en el resto del país. No se necesita ser muy puntilloso para adivinar que el PAN intentará llegar con fuerza hasta el más apartado o marginal de los municipios y, entonces, el 2010 sería la siguiente meta del panismo y de ganar la mayoría en el Congreso en 2007, muy asequible.

De ahí que la disputa entre priístas y panistas por el magisterio se convertirá en las próximas semanas en el objetivo central de sus dirigencias. El 3 ó 5 por ciento que obtuviera el PANAL será la diferencia en muchos de los distritos. También contará, y mucho, la definición de las candidaturas que hagan el PRI y el PAN.

Si se preguntara en estos momentos qué partido se encuentra adelante en las preferencias electorales, seguramente que el PAN deberá tener una ligera ventaja en el total y que puede ser muy importante en municipios como Chihuahua, Camargo, Jiménez, Cuauhtémoc, Parral, Madera, Ojinaga, Nuevo Casas Grandes e, incluso, en la capital política del sexenio, Delicias. Juárez es una incógnita pues a pesar de que el alcalde Héctor Murguía mantiene buenas calificaciones, éstas no se transfieren automáticamente y debemos recordar que si bien el PRI ganó más distritos en la contienda federal pasada, en el total de votos obtenidos en el municipio el PAN derrotó a los candidatos priístas.

Pero esas percepciones podrían cambiar, y en algunos casos drásticamente, con la nominación de los candidatos y variar sustancialmente la correlación de fuerzas ahora existente.

Pero el PRI podría jugar a una carta jamás empleada en la historia de los dos partidos: una alianza con el PRD.

Es de tal importancia que hasta el mismo gobernador Reyes Baeza no la descartó en recientes declaraciones respecto a que si la alianza con el PRD no se vería afectada –así fue la pregunta-- por las “actitudes” de los perredistas en el centro del país. Pero Reyes fue enfático en su respuesta: “Antes que buscar las alianzas con otros partidos, el PRI debe buscar el fortalecimiento interno”.

Y con su respuesta no negó lo que es un secreto a voces, que el PRI analiza la posibilidad de aliarse al PRD en los próximos “comicios electorales, (con) acuerdos y tiempos que se puedan considerar viables para construir las alianzas que más le convengan para la consecución de su objetivo principal que es ganar las elecciones”.

A las declaraciones realizadas por los dirigentes estatales de ambos partidos, que confirmaron esa posibilidad, se sumó la conversación sostenida en días pasados en la cafetería de un hotel en el antiguo Paso del Norte entre los dirigentes juarenses del PRI y del PRD. Por el primero asistieron Alfredo Urías Cantú, presidente del Comité Municipal; Wilfrido Campbell Saavedra, síndico y uno de los más mencionados como candidato de concretarse tal alianza y Octavio de la Torre, el tesorero. Por el perredismo estuvieron Jorge Yapor Carrejo, presidente municipal del PRD, Edna Lorena Fuerte, quien abiertamente busca la diputación plurinominal, y Gustavo de la Rosa Hickerson, fuertemente ligado al líder de los diputados locales, Jaime García Chávez.

De esa reunión se concluyó la programación de otra en la que se buscaría la participación de los líderes parlamentarios de ambos partidos, Mario Tarango y Jaime García Chávez, respectivamente.

Sin embargo, por el lado del PRD la concreción de la alianza tiene varios obstáculos; el primero, obvio, es la natural reticencia de sus militantes procedentes de la izquierda a promover el voto a favor del partido que combatieron toda una vida, independientemente de los objetivos democráticos que se planteara una alianza de tal tipo, la que tendría como el principal de ellos, evidentemente, oponerse al crecimiento de la derecha, nucleada alrededor del PAN.

En segundo lugar, y derivado de lo anterior, sería la resistencia de una parte del electorado perredista a votar por el PRI pues, no es una novedad decirlo, quien se ha mantenido –o que llega a la conclusión de votar por el partido de izquierda-- votando por el PRD en estas tierras de la polarización PRI-PAN, es un elector muy consistente, al cual los arreglos cupulares, burocráticos, o del simple reparto de posiciones de las dirigencias, no lo motivarán a votar por una alianza de tal tipo.

Para convencerlo sería necesario mostrar algo así como una “prueba de amor” que hiciera creíble que los objetivos de ambas dirigencias va más allá de lo mencionado y que se podría reflejar en la vida cotidiana de los chihuahuenses, porque flaco favor se le haría si sólo se tratara de uno más de los arreglos que la clase política efectúa en su interior, independientemente de los partidos en los que militen, y en los que lo más evidente es el incremento de las prebendas y privilegios con los que se regalan a espaldas –y muy frecuentemente enfrentados a la población-- como los aumentos que se aprueban año con año, más allá, incluso, de la inflación anual.

Más aún, la aprobación de una alianza de tal tipo debería superar las aduanas de las instancias nacionales, pues en el caso del PRD tendría que ser aprobada por su Consejo Nacional –y seguramente por encima de los acuerdos de su Congreso Nacional que las prohíben con el PAN y el PRI--, y la de la opinión de López Obrador, quien no ha expresado públicamente postura alguna, pero cuyos hombres más cercanos ven con más simpatía la de fortalecer la propia opción perredista, algo que no está lejos de las opiniones de muchos de los electores que atrajo la candidatura del tabasqueño.

Pero existe un factor nada despreciable, la postura del dirigente nacional, Leonel Cota, que no ha expresado vetos para el establecimiento de conversaciones informales en los estados a fin de explorar todas las posibilidades electorales del próximo año.

No tienen fácil la decisión, ni los dirigentes, ni los militantes perredistas, es indudable que el panismo ha asumido una postura a la ofensiva y que se encuentra en posibilidades de sumar más posiciones, algunas de ellas estratégicas, el próximo año y que conformaría un escenario nada agradable para las fuerzas de la izquierda, o la del centro del priísmo, el mismo que afrontará otro problema, la elección de su dirigencia nacional y que puede arrojarle algunos saldos no deseables. Y todo cuando medio país se meterá de nuevo en un proceso electoral.

Así que, ¿con quién se aliará el priísmo chihuahuense?

A deshojar margaritas.

NOTA:¿Que pasa en Chihuahua?


LA ESPOSA MILLONETA DE FECAL YA ESTA INCRUSTANDO A SU FAMILIA EN EL "PODER":

nota original.

PASADA la tormenta por el relevo en la dirigencia del PRD capitalino, ya quedó claro que en el PAN del DF también se cuecen habas.

MIENTRAS el actual dirigente Carlos Gelista busca quedarse en el cargo y ya emitió una convocatoria para el proceso interno, le salió una fuerte competencia.

A RESERVA de que se apunten otros, la retadora estelar en esta lucha a dos de tres caídas sin límite de tiempo, es la ex diputada local panista Mariana Gómez del Campo Gurza.

PARA MÁS SEÑAS, la joven blanquiazul fue una activa participante en la campaña electoral de Felipe Calderón cuya esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo, es ni más ni menos que su prima hermana.

POR AHORA y en lo que comienzan los registros, cada uno de los contendientes está reforzando sus equipos.

INCLUSO cuentan que Mariana ya le echó el ojo a un grupo de perredistas inconformes de la tribu de Nueva Izquierda que fueron sus compañeros de legislatura para que se pasen al PAN. ¿Será?

Alfonso Elizondo
Neoporfirismo

Nota original:

En el nuevo gobierno el neoporfirismo se expresa en la reiteración de esa añeja oligarquía desvinculada de la sociedad
En Los olvidados, el extraordinario filme de Buñuel, se reiteraba una escena en la que un pordiosero ciego (Miguel Inclán) deambulaba por las peligrosas calles de los suburbios de la Ciudad de México tocando un instrumento musical multifuncional y entonando melodías del periodo porfirista a fines de los años cuarenta. Cuando tenía que enfrentar a pillos o pandilleros que intentaban robar el producto de su arduo trabajo, el cieguito blandía su bastón y tiraba golpes a diestra y siniestra, mas cuando lograba restablecer el orden se quitaba con respeto su sombrero y con la mirada en el cielo evocaba la eficacia de Porfirio Díaz en asuntos de seguridad pública.

"A estos bandidos desgraciados 'mi general' los mandaba matar desde antes de que nacieran", vociferaba el salaz cieguito pordiosero de la película de Buñuel, mientras se iba internando en el territorio sin ley de los barrios de indigentes y pordioseros donde tenía su morada. Algo parecido se escucha ahora entre la empobrecida y desinformada clase media mexicana cuando comentan las acciones policiales y militares del nuevo gobierno en algunas de las regiones de México donde es más notorio el poder del crimen organizado.

Secuestrados por la seducción y la desinformación de los medios audiovisuales, la gran mayoría de los mexicanos no pueden percibir la ilegalidad y la farsa que existe en esas acciones espectaculares de las que no se revelan resultados, ni se dan nombres de prisioneros, mientras los medios ocultan a la sociedad que las detenciones sin órdenes de aprehensión, las vejaciones y las deportaciones a cárceles federales son anticonstitucionales.

Este neoporfirismo se inicia desde los tiempos de Salinas, se mantiene discretamente con Zedillo y se reaviva con Fox, su cónyuge y la pequeña élite que dilapidó el poder desde Los Pinos, tal como lo hizo Porfirio Díaz desde Chapultepec. En el gobierno entrante de Calderón se expresa en la reiteración de esa misma oligarquía desvinculada de la sociedad y al servicio de los intereses de una pequeña élite económica, en la intromisión de un sector radical de la Iglesia católica en la política, en la recurrencia al desplazamiento de hombres armados para enfrentar problemas que debieran ser resueltos mediante la política y en el manejo discrecional y al margen de la ley de estas operaciones.

Existe también una visión discriminatoria de las universidades públicas donde se considera que existe poco interés en sus estudiantes y se menosprecian sus resultados académicos, por lo que opinan que el dinero público debe ir al ámbito de las universidades privadas en donde se obtienen mejores resultados. Es enorme la lista de errores y dislates del nuevo gobierno en el ámbito cultural, artístico, educativo y de investigación que apuntan hacia un Poder Ejecutivo retrógrado que no logra articular propuestas políticas, sociales y culturales que permitan sacar al país del pantano postelectoral lleno de crispación y de odio.

En el neoporfirismo, se acentúa el poder de un grupo económico que extiende sus privilegios sin control alguno, la economía no se retroalimenta al no haber poder adquisitivo en gran parte de la sociedad, la inseguridad crece con el auge del crimen organizado que es el único capaz de generar empleos. Mientras tanto, los verdaderos dueños del poder público siguen gobernando a través del medio televisivo y creen protegerse con las instituciones judiciales y castrenses que son utilizadas torpe e ilegalmente como sucedáneas de la acción política.


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