RUBÉN MARTÍN: OAXACA, DECISIÓN IMBÉCIL
Ya están los militares de la Policía Federal Preventiva (PFP) en el centro de Oaxaca, ya Vicente Fox se manchó las manos de sangre (de nuevo). Ya se usó la fuerza pública (como pedían algunos periodistas de Tercer Grado), en fin, ya se puso en marcha la salida demandada por los sectores conservadores y liberales del país. Pero la salida violenta y el uso de la fuerza pública no sólo no pusieron fin a los problemas que se pretendía resolver, sino que persisten y sin lugar a dudas se han agravado. Lo que era un complicado conflicto regional se ha convertido ahora en el conflicto de mayor envergadura que ha tenido que enfrentar el actual gobierno foxista. Algún imbécil en Los Pinos tomó una decisión equivocada.
El saldo de esta mala decisión de enviar más de 4,500 elementos de la PFP, hasta ahora, es de tres muertos (a pesar de que el gobierno foxista lo sigue negando), 22 detenidos oficialmente reconocidos, once desaparecidos, y decenas de allanamientos ilegales a casas de presuntos dirigentes del movimiento popular oaxaqueño.
Las reacciones internacionales han sido enormes. Hubo protestas en las embajadas y consulados de unas 20 ciudades en el mundo. En las redes globales de resistencia, ahora México no solamente es Chiapas: Oaxaca se ha agregado al listado de agravios que ocurren en el país. Lo más relevante ha sido la reacción de los distintos actores nacionales.
En el campo oficial, lo más notable es que Fox actuó como un simple esbirro armado de un cacique priista. Según los resultados de esta imbécil decisión, pareciera que Fox envió la fuerza pública únicamente para poner de vuelta al repudiado Ulises Ruiz Ortiz en la casa de gobierno y deja libres a los asesinos (claramente fotografiados) que agredieron barricadas en días anteriores. En lugar de detener a los criminales, el gobierno federal arremetió en contra de los agredidos.
Por su parte el PAN no encuentra cómo salir del chantaje al que lo tiene sometido el PRI, para asistir a la toma de posesión de Felipe Calderón. Los priistas, por su parte, se muestran como una camarilla de defensa de intereses caciquiles. La insostenible defensa de la gubernatura para Ulises Ruiz no hace sino desprestigiar más al priismo que viene de sufrir su peor derrota política. El PRD ha hecho pronunciamientos tibios ante una situación crítica nacional.
La torpe reacción del lado oficial ha permitido que el movimiento popular oaxaqueño recupere la iniciativa política más pronto de lo esperado tras la intervención de la fuerza pública. A diferencia de cómo se actuó en Atenco, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) ordenó no enfrentar la llegada de los miles de policías federales. De ese modo, se permitió a la fuerza federal llegar hasta el Zócalo de la capital oaxqueña, mientras la APPO reestablecía las barricadas en las calles por donde había pasado la PFP. La fuerza federal ingresó a Oaxaca después de la artera agresión a las barricadas el viernes anterior y tras de que Gobernación logró dividir a los maestros de la sección 22 y la APPO ofreciendo a los primeros un paquete económico cuantioso para atender sus demandas, mientras cerraba el diálogo con la APPO. Como reacción ante la decisión federal de enviar a la policía militarizada, debe registrarse la convergencia de posturas en este caso las principales fuerzas de izquierda en el país, entre ellas el zapatismo y las redes que apoyaron a Andrés Manuel López Obrador. (NOTA: cosa que efectivamente ocurrió después de la publicación de este artículo)
De modo que la torpe decisión que se tomó en Los Pinos no sólo no resolvió el problema en Oaxaca, sino que lo complicó. Y esto se debe a la limitada visión de considerar el conflicto oaxaqueño únicamente como un asunto de despejar calles del centro de la ciudad para que los comercios reabrieran y el turismo regresara. Nada más alejado de las raíces profundas de lo que ocurre en aquella entidad. El conflicto en Oaxaca es la reacción moderna de los marginados del país ante el fracaso de las políticas del capitalismo flexible que se han venido imponiendo en el país. Representa un triple fracaso: del pacto social posrevolucionario, del modelo de libre mercado, y de la democracia liberal. En Oaxaca se muestra claramente la inutilidad, para muchos sectores, del actual sistema de partidos y sus caducas formas de representación y mediación social. Ante ello, es infame cómo algunos articulistas liberales y conservadores están pidiendo mayor violencia en Oaxaca.
SERGIO RENÉ DE DIOS CORONA: ¿CUÁNTAS VIDA VALE ULISES?
Los muertos en Oaxaca han sido de un solo bando: profesores, indígenas y en general opositores al gobernador priista de Oaxaca, Ulises Ruiz, y a su Administración. Los heridos, también. Pero es incorrecto decir muertos; se trata de asesinados. Cuatro fueron baleados el viernes pasado, entre ellos el periodista norteamericano Bradley Will. Sus victimarios fueron policías y funcionarios municipales, convertidos en escuadrones de la muerte. Tres personas más fueron abatidas el domingo, durante el violento desalojo de la Policía Federal Preventiva (PFP). Si los asesinados y los heridos están en un solo bando, ¿quiénes son los violentos? ¿Las víctimas son los violentos? ¿Los violentos son quienes ponen los cadáveres? Si es condenable la violencia, ¿a quién hay que condenar primero?, ¿hay que condenar a los acribillados por paramilitares, porros y policías municipales, estatales y federales?, ¿o a las familias en luto frente al cuerpo sin vida de un esposo, hijo o hermano? El conflicto ha llegado hasta la represión masiva por la incapacidad política, primero, del gobernador oaxaqueño, quien no gobierna y que hasta ayer permanecía aferrado al poder. No le importan las exhortaciones o llamados de diputados federales y senadores. No le importa la sangre derramada. No le importa la honda división social que ha causado en Oaxaca. No le importa más que el poder y lo que de ahí se obtiene.
¿Cuántas vidas vale Ulises Ruiz? ¿Cuántas muertes tiene que pagar un pueblo para quitar a un gobernador represivo e impopular? Si las vidas son sagradas, ¿porqué hay quienes legitiman los crímenes disfrazados de acciones legales?
El gobierno foxista termina su sexenio cometiendo torpezas políticas y reprimiendo movimientos políticos y sindicales adversos: dos muertos en la siderúrgica de Lázaro Cárdenas; dos muertos en San Salvador Atenco y tres el domingo pasado, cifra que crece si se considera que durante el conflicto en Oaxaca van quince asesinados de mayo a la fecha, sin que nadie supiera actuar para impedirlo.
Los llamados a restablecer el Estado de derecho han surgido desde diferentes tribunas. Bien. Lástima que no lo hicieron cuando empezaron los primeros crímenes, los primeros opositores torturados, los primeros lesionados a balas o golpes. Tampoco lo hicieron cuando el gobernador lo mismo persiguió disidentes que cerró las puertas del diario Noticias, o cuando actuaron de manera similar sus antecesores. Cómplices del violento clima son los partidos políticos. En especial, PAN y PRI. El primero quiere que Felipe Calderón llegue con un panorama político sin líos, cuando se haga cargo de la presidencia de la república a partir del primero de diciembre. Los panistas requieren el apoyo de los priistas y han vendido caro su amor: han sostenido a Ulises Ruiz contra viento y marea. Dando y dando.
El PRD, mientras tanto, ha sido más un partido de declaraciones, de legisladores con poses y discursos encendidos desde la curul, sin real solidaridad con el movimiento popular oaxaqueño.
Hay que poner orden, insisten voces de aquí y allá. ¿El orden que impida criticar, movilizarse, protestar contra injusticias? ¿O el orden que permita mantener a millones de hambrientos mientras otros pocos se enriquecen?
SOBRE LA ÚLTIMA CAMPAÑA DE PROPAGANDA FOXISTA ( Y SU CÍNICA PROMOCIÓN DE LOS BENEFICIOS DE LA DEMOCRACIA INEXISTENTE)
ROBERTO CASTELÁN RUEDA: PROPAGANDA
Con esto de la democracia tenemos más oportunidades. Las cosas han cambiado mucho con el gobierno de Fox. Si no es adicto a la lectura de periódicos viejos, los nuevos le darán la noticia de que ya puede comprar casa porque los intereses han bajado como nunca antes.
Gracias a esto de la democracia ya no se tiene que vender la tele, la estufa o cualquier otro mueble de primera necesidad para tener consultas médicas y medicinas gratis. Con el seguro popular que impulsó nuestro Presidente, las personas tienen acceso gratuito a tratamiento de hemodiálisis, quimioterapias, trasplantes de órganos y hasta una que otra cirugía plástica.
En educación no se diga, la democracia amplió la cobertura educativa a través del programa escuelas de calidad y hasta la más alejada ranchería goza de su Enciclomedia y sus aulas inteligentes.
Con los programas de apoyo a la competitividad extendidos por todo el país, los productores agroalimentarios alcanzan mejores niveles de competencia y están al tú por tú con los socios comerciales. Estados Unidos y Canadá ya no significan una amenaza para la economía nacional.
Con los beneficios obtenidos a través de la tarifa eléctrica 9cu, 40 por ciento de ahorro al adquirir diesel agropecuario y 26.3 por ciento en el precio de diesel marino, los hombres, y mujeres, dedicados a cultivar la tierra y pescar en el mar, o viceversa, ya se encuentran en condiciones de competitividad. El despegue definitivo vendrá en los próximos seis años.
Gracias a esto de la democracia atrás quedaron todos esos años de violaciones a los derechos humanos, los cuales ¡por fin!, son para todos menos para los delincuentes. La tortura ya no existe y las pistolas paralizantes son tan sólo un juego de niños que se juega en las rosticerías.
Con el gobierno de Fox las cosas han cambiado mucho. Hemos dejado de ser un país reprobado en matemáticas y lengua materna. Ya no se invierte sólo 0.37 por ciento para investigación científica y nuestro escaso número de patentes subió a tal grado que ahora competimos con las 18 mil anuales que registra Estados Unidos. Nuestro número de científicos creció de tal forma que por cada mil empleos 17 son de científicos, no 0.6 por ciento que antes teníamos.
Gracias a esto de la democracia, en nuestro país ya no se compra ni asesina a los periodistas y los cadáveres de decapitados que aparecen por toda la república son parte de los festejos del Día de Muertos.
La democracia panista, nuestro mejor camino.
COMENTARIO: Qué malviaje se dio Roberto Castelán para poder meterse en la mente de Fox y ver el país idílico que este hombre mira a través de su imaginación dopada. Lástima que en el país verdadero, las casas con bajos intereses son construcciones de ínfima calidad que no sobrevivirán ni la tercera parte del periodo en el que serán pagadas, que el seguro popular -y para el caso también el Social- no cuentan con los fondos para otorgar servicio de calidad y en el caso del primero es más una campaña mediática que un programa real de protección a la salud.
Y de ribete, en un país con millones de pobres, un millonario mexicano impone récord en subastas de arte en pagar 145 millones de dólares en un solo cuadro de Pollock, dinero más que suficiente para mejorar substancialmente el nivel de vida de todos los maestros oaxaqueños, para pagar varios kilómetros de segundo piso del periférico defeño, para pagar la quinta parte del más importante proyecto de infraestructura del sexenio foxista. Pero como esa concentración de riqueza no es suficiente, la industria petrolera y energética también será entregada a Carlos Slim y la plutocracia para que tengan todavía más dinero; se autorizan acuerdos de autoabastecimiento a las grandes empresas aunque eso signifique electricidad más cara a los pequeños empresarios y en los hogares, se desmantelan las grandes compañías energéticas que financian el estado mientras se aumentan los impuestos a los más pobres, pero eso sí, la Secretaría de Hacienda no conforme con dejar que los bancos cobren los intereses y comisiones más altas del mundo en nuestro país, todavía los quiere subsidiar con el IVA a los no suficientemente ricos e inchados plutócratas nacionales y extranjeros; cómo podría progresar España, la madre patria, si no la financiamos los súbditos novohispanos.
Ya están los militares de la Policía Federal Preventiva (PFP) en el centro de Oaxaca, ya Vicente Fox se manchó las manos de sangre (de nuevo). Ya se usó la fuerza pública (como pedían algunos periodistas de Tercer Grado), en fin, ya se puso en marcha la salida demandada por los sectores conservadores y liberales del país. Pero la salida violenta y el uso de la fuerza pública no sólo no pusieron fin a los problemas que se pretendía resolver, sino que persisten y sin lugar a dudas se han agravado. Lo que era un complicado conflicto regional se ha convertido ahora en el conflicto de mayor envergadura que ha tenido que enfrentar el actual gobierno foxista. Algún imbécil en Los Pinos tomó una decisión equivocada.
El saldo de esta mala decisión de enviar más de 4,500 elementos de la PFP, hasta ahora, es de tres muertos (a pesar de que el gobierno foxista lo sigue negando), 22 detenidos oficialmente reconocidos, once desaparecidos, y decenas de allanamientos ilegales a casas de presuntos dirigentes del movimiento popular oaxaqueño.
Las reacciones internacionales han sido enormes. Hubo protestas en las embajadas y consulados de unas 20 ciudades en el mundo. En las redes globales de resistencia, ahora México no solamente es Chiapas: Oaxaca se ha agregado al listado de agravios que ocurren en el país. Lo más relevante ha sido la reacción de los distintos actores nacionales.
En el campo oficial, lo más notable es que Fox actuó como un simple esbirro armado de un cacique priista. Según los resultados de esta imbécil decisión, pareciera que Fox envió la fuerza pública únicamente para poner de vuelta al repudiado Ulises Ruiz Ortiz en la casa de gobierno y deja libres a los asesinos (claramente fotografiados) que agredieron barricadas en días anteriores. En lugar de detener a los criminales, el gobierno federal arremetió en contra de los agredidos.
Por su parte el PAN no encuentra cómo salir del chantaje al que lo tiene sometido el PRI, para asistir a la toma de posesión de Felipe Calderón. Los priistas, por su parte, se muestran como una camarilla de defensa de intereses caciquiles. La insostenible defensa de la gubernatura para Ulises Ruiz no hace sino desprestigiar más al priismo que viene de sufrir su peor derrota política. El PRD ha hecho pronunciamientos tibios ante una situación crítica nacional.
La torpe reacción del lado oficial ha permitido que el movimiento popular oaxaqueño recupere la iniciativa política más pronto de lo esperado tras la intervención de la fuerza pública. A diferencia de cómo se actuó en Atenco, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) ordenó no enfrentar la llegada de los miles de policías federales. De ese modo, se permitió a la fuerza federal llegar hasta el Zócalo de la capital oaxqueña, mientras la APPO reestablecía las barricadas en las calles por donde había pasado la PFP. La fuerza federal ingresó a Oaxaca después de la artera agresión a las barricadas el viernes anterior y tras de que Gobernación logró dividir a los maestros de la sección 22 y la APPO ofreciendo a los primeros un paquete económico cuantioso para atender sus demandas, mientras cerraba el diálogo con la APPO. Como reacción ante la decisión federal de enviar a la policía militarizada, debe registrarse la convergencia de posturas en este caso las principales fuerzas de izquierda en el país, entre ellas el zapatismo y las redes que apoyaron a Andrés Manuel López Obrador. (NOTA: cosa que efectivamente ocurrió después de la publicación de este artículo)
De modo que la torpe decisión que se tomó en Los Pinos no sólo no resolvió el problema en Oaxaca, sino que lo complicó. Y esto se debe a la limitada visión de considerar el conflicto oaxaqueño únicamente como un asunto de despejar calles del centro de la ciudad para que los comercios reabrieran y el turismo regresara. Nada más alejado de las raíces profundas de lo que ocurre en aquella entidad. El conflicto en Oaxaca es la reacción moderna de los marginados del país ante el fracaso de las políticas del capitalismo flexible que se han venido imponiendo en el país. Representa un triple fracaso: del pacto social posrevolucionario, del modelo de libre mercado, y de la democracia liberal. En Oaxaca se muestra claramente la inutilidad, para muchos sectores, del actual sistema de partidos y sus caducas formas de representación y mediación social. Ante ello, es infame cómo algunos articulistas liberales y conservadores están pidiendo mayor violencia en Oaxaca.
SERGIO RENÉ DE DIOS CORONA: ¿CUÁNTAS VIDA VALE ULISES?
Los muertos en Oaxaca han sido de un solo bando: profesores, indígenas y en general opositores al gobernador priista de Oaxaca, Ulises Ruiz, y a su Administración. Los heridos, también. Pero es incorrecto decir muertos; se trata de asesinados. Cuatro fueron baleados el viernes pasado, entre ellos el periodista norteamericano Bradley Will. Sus victimarios fueron policías y funcionarios municipales, convertidos en escuadrones de la muerte. Tres personas más fueron abatidas el domingo, durante el violento desalojo de la Policía Federal Preventiva (PFP). Si los asesinados y los heridos están en un solo bando, ¿quiénes son los violentos? ¿Las víctimas son los violentos? ¿Los violentos son quienes ponen los cadáveres? Si es condenable la violencia, ¿a quién hay que condenar primero?, ¿hay que condenar a los acribillados por paramilitares, porros y policías municipales, estatales y federales?, ¿o a las familias en luto frente al cuerpo sin vida de un esposo, hijo o hermano? El conflicto ha llegado hasta la represión masiva por la incapacidad política, primero, del gobernador oaxaqueño, quien no gobierna y que hasta ayer permanecía aferrado al poder. No le importan las exhortaciones o llamados de diputados federales y senadores. No le importa la sangre derramada. No le importa la honda división social que ha causado en Oaxaca. No le importa más que el poder y lo que de ahí se obtiene.
¿Cuántas vidas vale Ulises Ruiz? ¿Cuántas muertes tiene que pagar un pueblo para quitar a un gobernador represivo e impopular? Si las vidas son sagradas, ¿porqué hay quienes legitiman los crímenes disfrazados de acciones legales?
El gobierno foxista termina su sexenio cometiendo torpezas políticas y reprimiendo movimientos políticos y sindicales adversos: dos muertos en la siderúrgica de Lázaro Cárdenas; dos muertos en San Salvador Atenco y tres el domingo pasado, cifra que crece si se considera que durante el conflicto en Oaxaca van quince asesinados de mayo a la fecha, sin que nadie supiera actuar para impedirlo.
Los llamados a restablecer el Estado de derecho han surgido desde diferentes tribunas. Bien. Lástima que no lo hicieron cuando empezaron los primeros crímenes, los primeros opositores torturados, los primeros lesionados a balas o golpes. Tampoco lo hicieron cuando el gobernador lo mismo persiguió disidentes que cerró las puertas del diario Noticias, o cuando actuaron de manera similar sus antecesores. Cómplices del violento clima son los partidos políticos. En especial, PAN y PRI. El primero quiere que Felipe Calderón llegue con un panorama político sin líos, cuando se haga cargo de la presidencia de la república a partir del primero de diciembre. Los panistas requieren el apoyo de los priistas y han vendido caro su amor: han sostenido a Ulises Ruiz contra viento y marea. Dando y dando.
El PRD, mientras tanto, ha sido más un partido de declaraciones, de legisladores con poses y discursos encendidos desde la curul, sin real solidaridad con el movimiento popular oaxaqueño.
Hay que poner orden, insisten voces de aquí y allá. ¿El orden que impida criticar, movilizarse, protestar contra injusticias? ¿O el orden que permita mantener a millones de hambrientos mientras otros pocos se enriquecen?
SOBRE LA ÚLTIMA CAMPAÑA DE PROPAGANDA FOXISTA ( Y SU CÍNICA PROMOCIÓN DE LOS BENEFICIOS DE LA DEMOCRACIA INEXISTENTE)
ROBERTO CASTELÁN RUEDA: PROPAGANDA
Con esto de la democracia tenemos más oportunidades. Las cosas han cambiado mucho con el gobierno de Fox. Si no es adicto a la lectura de periódicos viejos, los nuevos le darán la noticia de que ya puede comprar casa porque los intereses han bajado como nunca antes.
Gracias a esto de la democracia ya no se tiene que vender la tele, la estufa o cualquier otro mueble de primera necesidad para tener consultas médicas y medicinas gratis. Con el seguro popular que impulsó nuestro Presidente, las personas tienen acceso gratuito a tratamiento de hemodiálisis, quimioterapias, trasplantes de órganos y hasta una que otra cirugía plástica.
En educación no se diga, la democracia amplió la cobertura educativa a través del programa escuelas de calidad y hasta la más alejada ranchería goza de su Enciclomedia y sus aulas inteligentes.
Con los programas de apoyo a la competitividad extendidos por todo el país, los productores agroalimentarios alcanzan mejores niveles de competencia y están al tú por tú con los socios comerciales. Estados Unidos y Canadá ya no significan una amenaza para la economía nacional.
Con los beneficios obtenidos a través de la tarifa eléctrica 9cu, 40 por ciento de ahorro al adquirir diesel agropecuario y 26.3 por ciento en el precio de diesel marino, los hombres, y mujeres, dedicados a cultivar la tierra y pescar en el mar, o viceversa, ya se encuentran en condiciones de competitividad. El despegue definitivo vendrá en los próximos seis años.
Gracias a esto de la democracia atrás quedaron todos esos años de violaciones a los derechos humanos, los cuales ¡por fin!, son para todos menos para los delincuentes. La tortura ya no existe y las pistolas paralizantes son tan sólo un juego de niños que se juega en las rosticerías.
Con el gobierno de Fox las cosas han cambiado mucho. Hemos dejado de ser un país reprobado en matemáticas y lengua materna. Ya no se invierte sólo 0.37 por ciento para investigación científica y nuestro escaso número de patentes subió a tal grado que ahora competimos con las 18 mil anuales que registra Estados Unidos. Nuestro número de científicos creció de tal forma que por cada mil empleos 17 son de científicos, no 0.6 por ciento que antes teníamos.
Gracias a esto de la democracia, en nuestro país ya no se compra ni asesina a los periodistas y los cadáveres de decapitados que aparecen por toda la república son parte de los festejos del Día de Muertos.
La democracia panista, nuestro mejor camino.
COMENTARIO: Qué malviaje se dio Roberto Castelán para poder meterse en la mente de Fox y ver el país idílico que este hombre mira a través de su imaginación dopada. Lástima que en el país verdadero, las casas con bajos intereses son construcciones de ínfima calidad que no sobrevivirán ni la tercera parte del periodo en el que serán pagadas, que el seguro popular -y para el caso también el Social- no cuentan con los fondos para otorgar servicio de calidad y en el caso del primero es más una campaña mediática que un programa real de protección a la salud.
Y de ribete, en un país con millones de pobres, un millonario mexicano impone récord en subastas de arte en pagar 145 millones de dólares en un solo cuadro de Pollock, dinero más que suficiente para mejorar substancialmente el nivel de vida de todos los maestros oaxaqueños, para pagar varios kilómetros de segundo piso del periférico defeño, para pagar la quinta parte del más importante proyecto de infraestructura del sexenio foxista. Pero como esa concentración de riqueza no es suficiente, la industria petrolera y energética también será entregada a Carlos Slim y la plutocracia para que tengan todavía más dinero; se autorizan acuerdos de autoabastecimiento a las grandes empresas aunque eso signifique electricidad más cara a los pequeños empresarios y en los hogares, se desmantelan las grandes compañías energéticas que financian el estado mientras se aumentan los impuestos a los más pobres, pero eso sí, la Secretaría de Hacienda no conforme con dejar que los bancos cobren los intereses y comisiones más altas del mundo en nuestro país, todavía los quiere subsidiar con el IVA a los no suficientemente ricos e inchados plutócratas nacionales y extranjeros; cómo podría progresar España, la madre patria, si no la financiamos los súbditos novohispanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario