REFORMA.
Froylán M. López Narváez.
Ultimátum.
Los principales del gobierno federal lanzaron el lunes un ultimátum rotundo: "(Si no hay acuerdo entre las organizaciones en rebeldía en contra de la postrera satrapía o cacicazgo priista en Oaxaca) la transgresión a la ley debe ser impedida y debe ser castigada".
Su subalterno, el cruzado secretario de Gobernación, fue más lejos y equiparó a los opositores con asaltantes domiciliarios.
Ultimátum es según la Moliner: "Una comunicación por parte de un país a otro de cierta resolución perjudicial para aquel a quien la dirige, que está determinado a tomar si este no hace o deja de hacer cierta cosa".
Se diría que es un exceso considerar al gobierno de la República, en el caso oaxaqueño, como una fuerza de un país extraño y a los territorios de la antigua región como otro. No es excesiva la aseveración, se queda corta.
En ese territorio, son abundantes y resistentes las naciones indígenas, con habla propia, con costumbres y valores ajenos a los que rigen en la mayor parte de la República Mexicana.
Ya metido en el "estilacho" parlanchín de su jefe, aunque prefiere ornatos y requiebros verbales para expresarse, el convicto católico Carlos Abascal dejó ir su puntilloso hablar para comparar a los contestatarios rijosos y en revuelta intransigente, ajena a las buenas costumbres de la sumisión y el conformismo o de las reclamaciones que acostumbraron, sin solución de continuidad, los gobiernos priistas engendradores y propiciadores del abandono, la incuria y el menosprecio que han asolado a los pueblos allá.
Cree Abascal que es analogable el caso de los insurrectos a los de asaltantes que allanan hogares. "Quien está delinquiendo es quien ha invadido mi casa, quien tiene de rehenes a un millón 300 mil niños, a los ciudadanos de Oaxaca. Entonces me parece infantil decir ¡uy me están hostigando!", mal ironizó y comparó.
Y no es que los miembros de la APPO y los maestros que quieren decapitar políticamente a Ulises Ruiz, no hayan faltado a leyes y reglamentos locales y federales con agravios sociales y económicos fuertes, sobre todo a quienes lucran con las riquezas magníficas de la tierra de hombres trascendentes como Juárez y Vasconcelos.
Aunque ya el ex secretario del Trabajo, y los políticos involucrados o inodados en este descomunal conflicto, han reconocido la legitimidad de las reclamaciones magisteriales, y el menosprecio de secretarios y secretarios de Educación de allí mero y de la metrópoli, los rebeldes han concitado animadversión y encono de lugareños y de otros ciudadanos que aunque admiran las artes y las gracias culinarias de la ya innombrada Antequera, no hubo freno para considerarles maleantes, subversivos, atracadores e indios malagradecidos.
Entrañada está en estas maldiciones la condición de las "etnias" o pueblos primigenios, los cruces y problemas que confunden y envenenan las relaciones entre "mexicanos". Ocurren en el país lo que registra y pondera Ramón Kuri (La indiferencia, Ed. Coyoacán, México, 2003): "Sin duda la penetración de lo tanapolítico (ahora la posible y odiosa inminencia de matanzas o muertes, junto con los Colosios, los Ruiz Massieu, se agrega aquí), el culturalismo, indiferencia y hombre autónomo en nuestro país es indudable, sobre todo a través de los medios de comunicación, cuyo mensaje es que el individuo de cualquier clase debe resignarse a ser permanentemente víctima de ataques y humillaciones".
Como halcones o buitres maquinales han sobrevolado naves de la Marina sobre la ciudad de Oaxaca. Ya en el mundo de los políticos con poder, se dijo primero, que los vuelos eran ajenos a intimidaciones o amenazas. Estaba y está claro que se han preparado gente y avíos para "darles mate" o prisión a los querellantes en las vías de hecho.
Claro se dice que de ocupar los federales zonas en poder indebido de los inconformes radicalizados, las huestes de la PGR o de la milicia nacional se encargarían de que los ciudadanos pudiesen hacer sus tareas habituales. No, ¡cómo creen!, no se trata de represión. Es una especie de contención "buena onda", pacífica, amable. Como en Iraq, Afganistán, Panamá, el estilo pacificador norteamericano, busheano.
Así las costras viejas o nuevas, hoy habrá o habría de signarse un Pacto de la Gobernabilidad, la Paz y el Desarrollo de Oaxaca. Han sido invitados para poner el poder (simbólico) de su firma, personas y personalidades de la región. La trama maliciosa, advierte un legislador opositor anónimo, es revolver en la reunión a la APPO y a la sección 22 con socios y cómplices del sobreviviente gobierno estatal.Se sabe y sospecha, una y otra, que se llegó a un punto final en esta semana.
Hay incertidumbre sobre el desenlace y su costo humano y moral. Pero a ciencia cierta se reconoce que en Oaxaca -y Chiapas, Puebla, Veracruz, Yucatán y...- la injusticia y la pobreza han sido obra de insidiosos y sufrientes años, décadas, siglos. Su desmonte habrá de ser difícil y lento, audaz y prudente.Aunque se intentarán soluciones regresivas, no faltará el necio aterrado que quiera volver a lo imposible: "No olvidemos a Goofus Bird, pájaro que construye el nido al revés y vuela para atrás, porque no le importa adónde va, sino dónde estuvo" (Borges, no Borgues).
Correo electrónico: froymln@prodigy.net.mx
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miércoles, octubre 04, 2006
LOS FOXISTAS SON PÁJAROS QUE VUELAN PARA ATRÁS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 9:15 a.m.
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