¿JUSTICIA PARA TODOS?.

ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ

¿JUSTICIA PARA TODOS?
"Por si faltara enrarecer el ambiente del país ante la creciente certeza de un fraude electoral, en el ámbito empresarial corre insistente la versión de que algunos magnates se estarían cooperando para integrar una vaquita, cuyo monto se entregaría, a título de donativo secreto, a los integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Los recursos garantizarían un retiro placentero."
Alberto Barranco
Empresa / 2 Agosto 2006

"QUIEN GOBIERNA PARA todos, acaba por no gobernar". De don Jesús Reyes Heroles, la sentencia aplica hoy a los siete magistrados del Tribunal Electoral: quienes pretenden hacer justicia para todos, acaban por acometer una injusticia.
Y es que dizque salomónicos, los reconocidos juristas actuaron con absoluta parcialidad. Parcialmente satisficieron la demanda de que se cuente voto por voto en apenas poco más del nueve por ciento de las casillas. También parcialmente cumplimentaron a quienes fueron a rogarles que no abrieran los paquetes electorales.
Imposible asistir a todos con la razón. Inadmisible intentar hacer justicia para todos.
"Gobernar es elegir" reza un viejo proverbio francés. Debieron distinguir cada una de las causas a su consideración.
Y es que parecieran no reconocer que la política, dirigida por partidos, no es más que un amasijo de intereses. No aceptaron con su fallo del sábado anterior que la tarea del abogado especializado consiste justamente en la defensa de los intereses de aquellos a quienes deben servir: los ciudadanos.
En el campo electoral el magistrado electoral supera a cualquier "funcionario". Eso deben entender ellos mismos, pese a la propaganda y a la contra-propaganda que nos abruma. Ellos pueden hacer que triunfe una causa, cualquiera de ambas, aunque los argumentos que esgriman tengan una base lógica endeble, siendo por tanto lógicamente una mala decisión. Pero también son ya los únicos capaces de lograr que triunfe una causa con argumentos sólidos y en tal sentido, buena.
Sucede ahora que ciertos funcionarios partidistas, en tanto que políticos, hacen mala una buena causa, desde el punto de vista de los argumentos, a resultas de equivocaciones de técnica jurídica, cual pareciera haberles ocurrido a los representantes de la causa de López Obrador, de acuerdo a lo argüido por los magistrados.
Contrario sensu, lo mismo les pasó a los funcionarios de Luis Carlos Ugalde y sus muchados del IFE.
Dice Max Weber al respecto:
"En una medida cada vez mayor, la política de hoy se hace en público, y por lo tanto se realiza con medios que son las palabras habladas y escritas. Pasar el efecto de las palabras es una tarea que forma parte fundamental del jurista y no la del funcionario especializado; porque el jurista no debe ser un demagogo; por definición no puede serlo.
"Si por desgracia el abogado trata de interpretar el papel de demagogo, sólo puede hacerlo de manera deficiente. Lo verán todos".
A final de cuentas, pues, los "salomónicos" magistrados del Tribunal Electoral actuaron demagógicamente.
No se puede hacer justicia para todos.
Acaba siendo injusticia para aquellos a quienes deben servir: los ciudadanos.
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