Pablo Marentes excribe en el Universal:
Asediado.
Pablo Marentes.
02 de mayo de 2006.
A partir del 25 de mayo, López Obrador es un político que vuelve a ser asediado por la hetería conservadora.
El desfile de aspirantes transmitido por televisión de conformidad con el rígido formato concertado por los representantes de los diversos sicofantes, fue convertido a su conclusión en un concurso entre examinandos ávidos de merecer la más alta calificación por haber acatado con estricta disciplina las indicaciones de sus manejadores escénicos, sus sastres, sus modistas, sus peluqueros y maquillistas y sus instructores de voz, rictus y ademanes. Y por haber demostrado poseer la más adiestrada memoria efímera para recordar las palabras y las frases más innecesarias que les habían recomendado para concluir cada lamentable recitación.
Es justo destacar que el coordinador de cámaras conservó un rescoldo de pudor profesional y evitó tomas del atril que habría ocupado el contumaz rebelde, quien sólo había ejercido el derecho de no participar en el desfile. Ni tradición ni reglamentos le obligaban a estar presente.
Quienes dicen las noticias, y los comentaristas-analistas-aclaradores, señalaron reiteradamente que el primer lugar le sería adjudicado al participante cuyo equipo fuese el más hábil para producir el rimbombo del día siguiente, lo cual nada tendría que ver con las calificaciones inmediatas a la nocturna polución televisiva.
No hubo debate el 25. A los 10 minutos de escuchar a la aspirante que no desechó ripio, de oír al autodeclarado triunfador alabar a los actuales jinete y caballo, de presenciar cómo otro más actuó como un vergonzante miembro del partido que aún posee la organización electoral más extendida, y presenciar cómo el candidato de la más nueva organización iniciaba la sarta de ataques ad hominem que distinguió al triste desfile de celebridades, los futuros votantes se dieron cuenta que les estaban despachando una torta que no era la de jamón que habían pedido.
Un debate había surgido a partir de la decisión de López Obrador de no formar parte del espectacular elenco. Pero ningún asesor político de sus adversarios quiso debatir.
Los adversarios de López Obrador recordaron ad náuseam, a partir del 25 de abril, la hipocondría política del tabasqueño, la cual le hace padecer complós -conjuras, confabulaciones, maquinaciones- de inventados tamaños y consecuencias. Y lo pronunciaron cadáver. Su ventaja de 10 puntos desapareció en unas cuantas horas. Los administradores mediáticos -que no los encuestadores serios- hicieron a un lado el conocimiento ratificado en torno al fenómeno proteico que conduce al surgimiento de la opinión pública, y asimilaron ésta al efímero efecto de campaña.
La tendencia favorable a AMLO fraguó a lo largo de los pasados tres años. En 60 días no desaparecerá. Quienes votarán el 2 de julio saben que las conjuras en su contra no son síntomas hipocondriacos. Son resultado de sus actividades políticas, de sus propuestas económicas y de sus enfrentamientos con el presidente Fox, con el senador Fernández de Cevallos y con grupos de influyentes que obtuvieron sentencias favorables a reclamos indemnizatorios por miles de millones de pesos.
Andrés Manuel López Obrador sabe debatir. Un debate es una confrontación de ideas mediante argumentos.
No son rosarios de insultos, insolencias y argumentos ad hominem. Convendría que el próximo día 6 de junio se los recordara a sus adversarios.
pmg14@prodigy.net.mx
Profesor de la FCPyS de la UNAM
Todavía queda luz en mentes ínclitas que no se venden al mejor postor. El pueblo de México sabe esto y porque lo sabe está con el PEJE, !Péjele a quien le Peje!.
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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martes, mayo 02, 2006
LO QUE FRAGUÓ EN TRES AÑOS NO SE DERRUMBA EN 60 DIAS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 5:46 p.m.
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