DOS HOMENAJES DOS

De la Lámpara de Diógenes:

Varios días atrás algunos periódicos de circulación nacional habían publicado la noticia que el presidente usurpador pretendía llevar a cabo un homenaje a Benito Juárez el día de su onomástico, mencionado que este evento se llevaría acabo en el Palacio Nacional. Un PELELE ALERT se preparaba. El día anterior nos enteramos que el presidente legítimo de este país llevaría a cabo una guardia de honor en el monumento al Benemérito de las Américas: el hemiciclo a Juárez. Revisando la noche del 20 la agenda de actividades del presidente espurio esta anunciaba, de última hora, que el pelele pretendía imitar a Andrés Manuel López Obrador, adelantándose por media hora a la visita al hemiciclo.




Y así, de prisa, a escondidas, protegido por soldados, decenas de granaderos de la Policía Federal Preventiva (PFP), algunos de ellos portando armas largas, docenas de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), la sonora presencia de una "banda de guerra" y por brevísimos minutos, el presidente usurpador llegó, puso una escueta ofrenda vegetal haciéndose acompañar de el gallego Juan Camilo Mouriño y se fue para no cruzarse con Andrés Manuel López Obrador.





A diferencia de otras ocasiones ahora no se contó con la presencia de elementos del cuerpo de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del D.F., para proteger a los ciudadanos que se manifiestan en contra del gobierno de facto de las fuerzas policíacas federales, por lo que los miembros de la resistencia civil pacífica (RCP) estuvieron expuestos al siempre agresivo contacto con los granaderos de la PFP, quienes primero meramente impedían el paso a los ciudadanos que transitaban por la Avenida Juárez.



Cuando los valerosos miembros de la RCP comenzaron a lanzar consignas los mandos de la PFP ordenaron a su tropa empujar a todos los ciudadanos que ahí se encontraban, incluídos varios turistas nacionales y extranjeros varias decenas de metros hacia atrás, de manera de hacer más difícil que los gritos y consignas de los miembros de la RCP llegaran a los oídos del pelele. Unos visitantes de Puerto Vallarta, sorprendidos por la agresión de la PFP al quedar rodeados e inmovilizados por las fuerzas federales protestaban asombrados del atropello del que eran objeto. Una señora, impedida de regresar a su hotel nos comentó:

"Yo soy una turista que vengo al D.F. respondiendo a una invitación que hace el Jefe del Distrito Federal, que México es tranquilo, que México nos espera con las puertas abiertas, hablando del Distrito Federal. Y resulta que hoy, que venimos libremente y que queremos ver a nuestro presidente Calderón, nos encontramos con que estos 'señores' que son los defensores de los ciudadanos mexicanos, de todos, de mi también, si, yo también merezco que me defiendan, y resulta que soy atropellada. Por lo tanto me voy a unir a los gritos de esta señorita que está apoyando a Andrés Manuel López Obrador, a eso me van a obligar. No voy a decir yo por quién voté, pero sí voy a decir que cuando vuelva a gritar espurio, la voy a apoyar, en vista del atropello del qué he sido objeto."

El "encapsulamiento" por parte del las fuerzas de la PFP y del EMP no impidió que cuando finalmente llegó el convoy de la presidencia espuria, la RCP aprovechara la corta distancia que lo separaba del paso de las camionetas para dejarle claro una vez más al presidente usurpador que nunca habrá para él ni perdón ni olvido por haberse robado la presidencia de la República.



El espurio y el gallego se fueron presurosos, los miembros del Cuerpo de Guardias Presidenciales (CGP) levantaron las vallas metálicas dando por concluído el evento de la presidencia usurpadora.





Minutos después, frente a decenas de ciudadanos libres reunidos en el hemiciclo a Juárez, Andrés Manuel López Obrador arribó. La gente a su alrededor lo acompaño hasta el fondo del monumento. Y ahí, junto con miembros del gabinete del Gobierno Legítimo de México, rodeado de la gente que lo reconoce como el legítimo presidente de este país, hizo una guardia de honor al lado de una corona floral, para posteriormente retirarse entre vítores y aplausos de la gente ahí reunida.

Más fotografías en la Lámpara de Diógenes.