EN BÚSQUEDA DE LOS RESPONSABLES DE LA INUNDACIÓN DE TABASCO

En esta nota de AMLO en La Jornada, se informa que la presa Peñitas se encontraba al 90% de su capacidad al momento de iniciarse las lluvias que terminaron por desencadenar la inundación en Tabasco. Sin embargo, tengo que decir que los asesores de AMLO no le dieron la información más completa, correcta y actualizada, porque se menciona en la nota que es un 20% de participación privada en la generación eléctrica, cuando la realidad es aún más grave:

• A junio de este año, las empresas privadas tenían el 22.99% de la capacidad instalada, y producían el 29.46% de la energía de servicio público en el país.
• A la misma fecha, se había utilizado sólo el 47.3% de la capacidad de producción de CFE, contra un 66.16% de la capacidad de producción de los privados, por esto es la desproporción entre la capacidad instalada de los privados contra su mayor producción de energía.

El modo de operación normal de las hidroeléctricas es que esas centrales salen a mantenimiento en época de sequía, y operan a toda capacidad en la temporada de lluvias, disminuyendo gradualmente su producción para dejar almacenada agua en las presas para el uso de ésta nuevamente en la temporada de sequía del próximo año. En el caso del sureste, allí es donde se cuenta con la mayor productividad de las centrales hidroeléctricas de CFE, además que es donde se cuenta con los menores costos de producción, gracias a que allí se encuentran los ríos más caudalosos del país y que el energético, literalmente, cae del cielo.

Pero CFE no maneja sola las presas que cuentan con centrales hidroeléctricas, la disponibilidad de agua para generar la define la Comisión Nacional del Agua en base a una curva de nivel, y a la estimación que se hace de cómo será el temporal en el año en cuestión. CFE no puede apartarse mucho de esa curva de nivel, especialmente si es menor el nivel de agua respecto al especificado. Cuando una central cae debajo de ese nivel, se interrumpe la generación por falta de agua, porque es más importante contar con agua para la sequía, que con la generación de energía de la hidroeléctrica que se puede obtener por otras fuentes.

Así, el hecho de que se hubiera necesitado abrir los vertederos de las hidroeléctricas para derramar esa agua, representa un doble daño al patrimonio nacional. ¿Por qué?

• Esa agua es un energético, y al derramarse sin utilizarse en la producción de electricidad, pudiéndose haber aprovechado en ello, representa pérdidas para el erario, porque esa energía se habrá generado por otros medios, que con excepción de la generación eoloeléctrica, todos son más contaminantes y costosos. Por lo tanto, el valor en energía eléctrica del agua derramada debe agregarse a las pérdidas por la inundación.
• Además de no aprovecharse el agua, se corre el riesgo de desencadenar inundaciones con los efectos desastrosos de los que hemos sido todos testigos.

Es por esto, que además de lo que menciona este Astillero de Julio Hernández , se haga una comparación entre los niveles especificados por la Conagua en las centrales hidroeléctricas del sureste para el período 1997-2007, contra los niveles reales de las presas de esa cuenca. Aunque para hacer aún más interesante la investigación, de una vez se podría extender el período a 1994, justo un año antes de la inundación de 1995, que coincide con el período en el que Jesús Reyes Heroles fue Secretario de Energía en el gobierno zedillista, y también se vería cómo evolucionaron los niveles de las presas cuando Luis Téllez fue Secretario de Energía, cuando se arrancó la privatización de la generación eléctrica en el mismo sexenio, y se produjo la gran inundación de 1999.

Sin embargo, es casi seguro, que a partir del 2003 -que fue cuando los productores privados obtuvieron condiciones aún más ventajosas para operar- que las curvas de nivel de la Conagua y los niveles reales de las presas, hayan dado un salto hacia arriba, demostrando con ello, el uso faccioso del estado para beneficiar intereses privados. Esto, además, coincidiría con el período en el que Felipe Calderón fue Secretario de Energía.
Esta inundación no habría pasado de no ser por los enormes excedentes en capacidad de generación que hay en el país, y que se quieren resolver retirando de operación centrales de CFE perfectamente funcionales para ser reemplazadas por centrales de ciclo combinado que consumen gas, ya sea de CFE, o como son la gran mayoría, por centrales privadas, todas dependientes del abasto de energético de parte de las españolas Repsol y de Gas Natural, que están desplazando a Pemex de la distribución de gas en el país.

Estos son los márgenes de reserva con los que se realizó la "planeación" del sistema eléctrico nacional:


El real en estos momentos está muy por encima del 50% (así se registra en el primer informe de gobierno de FeCal, en el apartado de electricidad), además, es fácil ver cual ha sido la tendencia en la producción de parte de los privados, contra la caída de producción en CFE durante los gobiernos panistas, en esta otras gráficas, con los datos a junio de este año, siendo la fuente la propia CFE:


Combinado con los datos del artículo de La Verdad del Sureste que comenta en un post anterior Víctor Hernández, se sustenta muy bien la afirmación de que se ha favorecido a los productores privados en detrimento no sólo de CFE, sino de todos los mexicanos. Los 2,000 m3/s que se derramaron en la presa de Las Peñitas, equivalen a que se desperdiciara el 138% de la capacidad de generación de la central en agua derramada inútilmente.

Esto sí tiene la pinta de ser todo un patoatentado porque por un lado se destruyen miles de viviendas, se perjudica a millones de personas y se crea una animosidad en contra de CFE para facilitar más la privatización de la empresa, legitimando la propuesta panista de desmantelar CFE bajo el pretexto de que CFE en su situación actual no puede garantizar la seguridad de la infraestructura eléctrica y menos de los mexicanos.