Presidencia acotada
pedro matías Oaxaca, Oax., 12 de noviembre (apro).-
La falta de espacios de negociación política y de gestión están orillando al presidente Felipe Calderón al autoritarismo, advierte el escritor Juan Villoro.
El autor de La casa pierde, Materia dispuesta y El disparo de argón, entre muchas otras obras, considera que ante el acotamiento al que está sometido Calderón, se corre el riesgo de que el presidente ceda a la tentación de “dar algunos golpes autoritarios, represivos”.
De visita en Oaxaca para presentar su más reciente libro, Los culpables, en la XXVII Feria del Libro, Oaxaca 2007, Juan Villoro lamenta que Felipe Calderón esté acotado en todos los frentes: por su propio partido, por la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, por el PRI, por la jerarquía católica, por los dueños del dinero, por el narcotráfico, por Estados Unidos…
Reprocha que Calderón “haya cedido en exceso” a las presiones de Elba Esther Gordillo, quien fue factor importante para que el PAN conservara la Presidencia de la República.
Otro factor que mantiene acotado a Felipe Calderón, agrega, es el Partido Revolucionario Institucional, ya que necesita del respaldo priista para sacar adelante sus iniciativas en el Congreso de la Unión.
El ganador del premio Xavier Villaurrutia en 1999, pone como ejemplo los casos de los gobernadores de Oaxaca, Ulises Ruiz, y de Puebla, Mario Marín, con quienes no se ha atrevido a enemistarse.
Calderón “no va a intervenir en casos como los de Mario Marín (de Puebla) ni de Ulises Ruiz (Oaxaca) y eso es bastante grave porque aunque se trate de gobernadores democráticamente electos, la conducta que han tenido deja mucho que desear y deberían ser llamados a juicio político”.
Lo más delicado, añade, es que mandó una señal muy preocupante hacia el resto del país porque evidencia que el presidente Felipe Calderón no se quiere enemistar con gobernadores priístas porque necesita los votos del PRI en el Congreso, reitera.
Villoro asegura también que Calderón está acotado por su propio partido, ya que “cometió el error de hacer un gabinete que no es plural ni siquiera en términos del panismo”, ya que lo integran personajes identificados con su propia tendencia que lo ayudaron a ganar la Presidencia.
Desde que asumió la Presidencia de la República, Felipe Calderón mantiene una confrontación con el líder nacional del PAN, Manuel Espino, quien en reiteradas ocasiones lo ha acusado de que pretende tomar el control del partido, a través de personajes cercanos, como el exsecretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares, a quienes considera “menores de agua bendita”.
El escritor y ensayista reprocha que Calderón no atreva a enfrentarse a los “poderes fácticos” que representan los grandes empresarios, dueños de monopolios que impiden la verdadera libre empresa.
Por otra parte, dice, Calderón le ha dado un excesivo margen a la jerarquía eclesiástica que moralmente le ha dado un respaldo y, por lo tanto, lo ha estado presionando para que tome algunas decisiones en materia legislativa.
Además, destaca, “está el tema del expresidente Vicente Fox, quien se ha convertido en su sombra no sólo porque no lo quiso como candidato y ahora quiere hacer política desde la expresidencia.
“Aunque el presidente ha tenido gestos de querer gobernar más que Fox, ha tenido gestos de querer ser más eficaz que un presidente que sólo estuvo en campaña durante seis años, al mismo tiempo, él mismo se ha acotado, se ha amarrado, entonces, su margen de acción es muy pequeña.”
Por último, señala, “está el asunto del narcotráfico, un problema muy grave, aunque se desconoce el alcance que tendrá la aplicación de un plan Colombia en México y la asistencia norteamericana a cambio de qué y con qué requisitos. La política exterior se podría ver acotada, sino es que vulnerada”, advierte.
Ante este panorama, insiste, que se corre el peligro que Felipe Calderón ceda a la tentación del autoritarismo: “Ante la falta de espacios de negociación política y de gestión, ceda el presidente a dar algunos golpes autoritarios, represivos, eso podría ser un fantasma muy grave, eso sería lo peor”.
Respecto al conflicto social que detonó en Oaxaca durante el 2006, afirma que esta entidad “es un modelo de cultura”, sin embargo, las desigualdades sociales, las injusticias y la falta de democracia, perviven en el estado, de tal forma que su pacificación es una “normalidad entrampada”.
Aunque admite no ser un especialista sobre el conflicto social que persiste en la entidad, considera que “uno de los grandes problemas de Oaxaca es que no hubo ninguna solución. Es decir, los rezagos políticos y sociales que había antes, quedaron tal cuales”. Esta pasividad, agrega, manda una señal de impunidad muy grave para el país.
Lo más terrible es que “los mexicanos no nos podamos juzgar a nosotros mismos, sobre todo en esos mandos; creo que manda un mensaje de impunidad muy grave”, sostiene.
Luego de celebrar que haya paz en Oaxaca para que la gente desarrolle sus actividades con normalidad y se recupere la economía del estado, también cuestiona a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) porque hubo muchos abusos y decisiones exageradamente rijosas que pusieron en riesgo a bastante gente.
Sin embargo, insiste en que “desgraciadamente la solución dejó mucho qué desear y esa es una tónica que ha imperado en México durante los últimos años, donde los problemas no se resuelven, al contrario, parecería que los gobernantes quieren que los problemas se pudran y que la única forma de solucionarlos es olvidarse de ellos y que la realidad los vaya disipando o disolviendo, y eso desgraciadamente es muy grave”.
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lunes, noviembre 12, 2007
DEL PROCESO.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 3:20 p.m.
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