DEL PROCESO DE ESTA SEMANA

Va esta nota del Proceso de esta semana en la que un diputado panista acusa a fecal de haber pactado impunidad con el góber precioso:

Calderón pactó en Puebla
Álvaro Delgado

El diputado federal Alfonso Bello Pérez, del PAN, no tiene duda: Felipe Calderón tiene un pacto de impunidad con el mandatario de Puebla Mario Marín, quien tuvo las “manos libres” para operar con toda la estructura gubernamental la elección del domingo 11 en esa entidad.

“El gobernador actuó con toda impunidad porque sabemos que hay un pacto”, asegura el legislador panista de Puebla, quien manifestó su repudio a esa componenda al votar en contra del Presupuesto de Egresos de la Federación. “El gobierno le dio a Marín impunidad para dejarle las manos libres”, insiste.

Bello Pérez, allegado al derrotado candidato panista al gobierno de la ciudad de Puebla, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, asegura que el panismo poblano está ofendido porque esa componenda es al más alto nivel, a tal punto que el jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, y el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ignoraron y hasta dejaron plantados a diputados que pretendían exponerles los “focos rojos” que había en la entidad desde hace tres meses.

Pero, además, la impunidad garantizada por el gobierno de Calderón se extendió a la Cámara de Diputados: Diódoro Carrasco, exgobernador priista de Oaxaca y ahora legislador del PAN, ha evitado que avance el procedimiento de juicio político contra Marín.

“Es increíble que, en vez de poner al gobernador dentro de la ley, se le dejen las manos libres. Pero, además, el juicio político contra Marín está parado y me queda claro que Diódoro Carrasco es el que lo obstaculiza. Sigue teniendo la camiseta del PRI y ahora simplemente está operando dentro de nuestro propio grupo parlamentario.”

En entrevista, Bello Pérez detalla que desde hace tres meses los 14 diputados federales del PAN solicitaron entrevistas con Mouriño y Ramírez Acuña para presentar pruebas del uso del aparato gubernamental de Puebla para favorecer al PRI, entre ellos programas como Unidos para Progresar.

Sin embargo, ambos funcionarios les dieron largas a los legisladores y Ramírez Acuña ofreció recibirlos cuatro días antes de la elección, pero a última hora canceló el encuentro, mientras que Mouriño los citó 10 días antes, pero faltó a la cita en la residencia oficial de Los Pinos.

“El secretario de Gobernación nunca nos recibió. Nos dio una cita cuatro días antes de la elección y la canceló. Mouriño igual, nunca nos quiso recibir, hasta nos dejó plantados en una cita que habíamos pactado. Si no recibe a 14 diputados federales, que somos un número importante de un estado, qué pueden esperar los de otros estados.”

–¿Pero hablaron, al menos telefónicamente, con Mouriño?

–Hablamos con Abraham Cherem, su secretario particular. Incluso el día de la cita nos dijo: “Ya viene para acá, estará aquí en 10 minutos”. Luego nos dijo que en cinco. Y al último nos dijo: “Tiene un problema y de plano no puede venir”.

–¿Buscaron comunicarse con Calderón?

–Sabemos que para llegar a él hay un camino. Para eso está Mouriño como jefe de la Oficina de la Presidencia. Pero no nos quiso recibir. Inclusive nos dijo que platicábamos después de las elecciones. ¿Qué podemos hablar pasando las elecciones? En lo personal no quiero volver a hablar con él.

El chantaje del PRI

El diputado Alfonso Bello Pérez asegura que el gobierno de Calderón no hizo caso a la propuesta de los diputados de enviar elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) a los “puntos rojos” de Puebla, entre ellos el municipio de Jalpan, donde la víspera de los comicios el candidato del PAN a la alcaldía, Antonio Amador, fue asesinado por Humberto Olarte, aspirante priista e hijo del alcalde saliente.

“Por eso quisimos hablar con Mouriño”, dice el legislador, quien asegura que el PRI chantajea a Calderón con aprobar las reformas a cambio de impunidad: “La política es negociación, pero hay cosas que, por ética política, son innegociables, como proteger a un protector de pederastas, a alguien cuya campaña política la hizo con recursos de una persona que es un pederasta.”

–¿Esta preocupación la comparte el resto de los diputados de Puebla?

–Sí, muchos, pero cada quien tiene que decirlo. Es algo muy preocupante al interior del PAN y lo sentimos y nos damos cuenta de su dimensión cuando nos toca estar en elecciones, como ahora nosotros, pero también los de Veracruz, Tamaulipas, Durango y Oaxaca.

–¿Oaxaca, gobernado por Ulises Ruiz?

–Claro, ahí también hay pendiente un juicio político. No se trata de partidos, porque ahí la fuerza principal es el PRD, sino de justicia. Y ahí el exgobernador de Oaxaca también ha frenado el juicio político.

Eso no se explica, dice, sin un pacto entre Calderón y Marín: “Nunca lo van a aceptar, pero todo efecto tiene una causa. No podemos entenderlo de otra manera. Hay que recordar que el presidente fue personalmente a Puebla, cuando era candidato, a solicitar juicio político contra Marín.”

Bello Pérez recuerda cómo, hace apenas dos semanas, Alberto Amador Leal, coordinador de los diputados priistas de Puebla, declaró públicamente que había un acuerdo del PRI con Calderón para aprobar el Presupuesto de Egresos a cambio de no enjuiciar a Marín. “Yo decía: díganme qué clase de acuerdo, porque no lo sé.”

–¿Y ya le quedó claro a partir de lo que pasó el domingo 11?

–Sí. Yo me resistía a creer ciertas cosas, pero todo efecto tiene una causa, y aquí está más que claro: El gobernador operó con toda impunidad, porque sabemos que hay un pacto…

¿Ven el tamaño de la hipocresía del PELELE? Le vendio a la gente que disque tenía "manos limpias" y ahora las usa para limpiarle la cola a defensores de pederastas.

No es nadamás este diputado el que sabe que virtualmente el que gobierna es el PRI mediante el jalone a los hilos de su PELELE. Vean:

Desde Los Pinos, la estrategia del trueque
Álvaro Delgado

Después de 12 elecciones estatales, Manuel Espino tiene claro que funcionarios federales tienen “arreglos” con el PRI para intercambiar las derrotas panistas por votos en el Congreso que favorezcan las reformas que le interesan a Felipe Calderón. Gente como el jefe de la oficina presidencial, Juan Camilo Mouriño, y el estratega de la guerra sucia Jorge Manzanera, estarían entre los responsables de ese trueque.

Luego de un negro año electoral, con sucesivas derrotas en los procesos estatales –a excepción de Baja California y Tlaxcala–, Manuel Espino deja la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) al tiempo que hace una denuncia pública insólita: el contubernio entre operadores de la Presidencia de la República y gobernadores priistas, entre ellos el poblano Mario Marín y el oaxaqueño Ulises Ruiz.

“Hay oscuras negociaciones. Aunque se han hecho en lo oscurito, se advierte dónde han sido esa negociaciones”, acusa Espino en entrevista, e identifica a subordinados de Felipe Calderón, encabezados por Juan Camilo Mouriño, jefe de la Oficina de la Presidencia, como operadores del acuerdo para tolerar elecciones de Estado a cambio de aprobar reformas legislativas.

Así ocurrió en Durango, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas, cuyos gobernadores priistas “restablecieron el autoritarismo de Estado a nivel de entidades federativas” con la tolerancia y aun el auxilio del gobierno de Calderón, quien busca apoyo en el Congreso para sus reformas.

–¿Usted, como presidente del PAN, está al tanto de esos arreglos?

–¡No!

–¿Se han hecho a espaldas del PAN?

–¡Claro! Yo no he participado en un arreglijo de esos. Jamás me prestaría a un arreglo ni cambiaría las posibilidades de éxito del partido que yo presido, por las posibilidades de un proyecto de reforma. ¡No se vale canjear una reforma, por muy importante que ésta sea, por el éxito del partido! ¡Esa no puede ser moneda de cambio!

Después de que decidió no buscar la reelección “para no legitimar” la “inminente” llegada de Germán Martínez como su sucesor, Espino subraya: “Las cosas están de tal manera que en los estados se opera en paralelo (al PAN) y llega el momento en que se hace valer el poder del poder, valga la redundancia. Y entonces hay actores que no voltean a ver al dirigente estatal ni al candidato local, que dejan que hagan su luchita, porque los acuerdos se toman en otro lado.”

En entrevista con Proceso, el mediodía del martes 13, Espino inscribe también a Michoacán, gobernada por el perredista Lázaro Cárdenas Batel, en los “arreglijos” de los allegados a Calderón que no actuaron a favor del PAN, como lo denunció él mismo en mayo, tras la derrota en la elección por la gubernatura de Yucatán.

“Me encontré con la desagradable sorpresa de que quienes operaron nuestra campaña en Yucatán estaban también operando en ese estado”, revela Espino.

–¿Jorge Manzanera y Antonio Solá?

–No, Solá no. Manzanera sí. Solá está en España apoyando al Partido Popular. Pero me encontré con municipios donde suponía, por el papel, que ya teníamos una estructura que ellos habían armado para operar el día de la elección, pero en la práctica no estaba pasando nada.

“Y entonces uno se pregunta: ¿Y los 25 millones de pesos que pedí de préstamo, quién los usó? ¿Los uso él (Manzanera), como los usaron en su momento en otras partes el recurso que les mandamos, y se ponían en manos de ellos? ¿Para qué? ¿Para operar a favor de quién o en contra de quién?”

Marín y Ulises, impunes

Y aunque el PAN obtuvo muchos triunfos de diputados y alcaldes en Michoacán, Espino acusa a Manzanera y sus operadores, todos allegados a Mouriño y Germán Martínez, de entorpecer las acciones de su partido:

“Yo no puedo, con estos resultados en Michoacán, decir que algo falló, pero esa gente no estaba de nuestro lado. No sé de qué lado estaban, ni sé qué estaban operando ni las estrategias diseñadas por quién, pero la estrategia del PAN era para ganar”.

Igual ocurrió en la elección de Puebla: El PRI ganó 25 de 26 distritos y arrasó con la mayoría de las presidencias municipales, cuando Espino afirma que el PAN esperaba “una gran cosecha” después de los triunfos de 2006 y con el descrédito del gobernador Mario Marín.

Y asegura que funcionarios federales, que se niega a identificar con su nombre, prohibieron a los panistas usar el desprestigio de Marín para hacer campaña. “Hubo momentos en los que nuestra gente se desesperaba de nuestros candidatos que, a la hora del debate, cuando querían esgrimir como argumento la debilidad institucional del gobierno, el descrédito particular del gobernador, había llamadas telefónicas para decir: ‘Hey, por ahí no’.”

–Pero usted mismo fue a Puebla a dar esa instrucción.

–Yo dije que no íbamos a usarlo como bandera, porque no era nuestra estrategia fundamental. Pero eso no quiere decir que no aprovechemos el debilitamiento institucional que tiene el gobierno y su propio gobernador. No, él no tiene que ser bandera, pero había peticiones directas a nuestra dirigencia, a los candidatos, que no era por ahí.

Y, además, Marín fue el que encabezó el operativo de Estado en las elecciones, lo mismo que hizo el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, donde el PAN fue aplastado electoralmente, en medio de la acción de bandas del crimen organizado.

“El que no quiera reconocer que en Tamaulipas tenemos un problema serio de crimen organizado está ajeno a la realidad. Y en esas condiciones fuimos a una contienda en la que no se vio la acción del Estado, digámoslo así, para poner orden.”

Y en tanto que es facultad de Calderón combatir el crimen organizado, Espino puntualiza: “No sólo estamos ante los adversarios políticos, sino que da la impresión de que nuestros adversarios reciben una ayuda adicional que esperaríamos fuera, en todo caso, no una ayuda al partido como tal, sino que, por lo menos en Tamaulipas, hubiera una acción contundente para replegar el crimen organizado para que no se den lecturas de que probablemente se metió hasta dinero del crimen organizado en campañas.”

Mouriño, el operador

Espino, quien concluirá su encargo partidista el sábado 8 de diciembre, insiste: “La dirigencia nacional y las dirigencias estatales del PAN no están metidas en ningún arreglijo ni en ningún cochupo. Yo no quiero hacer expresiones para que digan que evado mi responsabilidad, pero no pudimos contener a nuestros adversarios y tampoco pudimos contener a quienes les ayudaron”.

Se trata, insiste, de “factores externos” que se han impuesto a las estrategias diseñadas por el CEN y en las dirigencias estatales: “En el pasado esto era suficiente para ganar. Ahora hay una fuerza que antes no jugaba en nuestra contra y ahora está jugando en nuestra contra”.

–¿Es la fuerza del poder presidencial?

–No, yo jamás culparía al presidente Calderón de esto.

–Pero sí a sus subordinados...

–Yo se lo comenté alguna vez a él. Le dije: “Presidente, hay gente a la que le está ganando la ambición de poder”. Pero de ninguna manera pensaría que el presidente está involucrado. Son personas que están viendo por su proyecto personal a corto plazo, que están acumulando poder dentro del partido, pero con este tipo de consecuencias.

–¿Qué le respondió Calderón?

–Él me dijo: “Eso hay que revisarlo, porque no podemos permitir que haya funcionarios públicos que estén operando cosas en el partido, perjudicando al partido”. El presidente no está en esa idea de a ver cómo le hacemos para controlar al partido, y menos para que el partido pierda.

–¿Entonces lo que pasa es que no lo obedecen sus subordinados?

–No lo sé, pero es un asunto que hay que revisar. Como presidente del PAN asumo la responsabilidad que me toca, que no es toda, de estos resultados en Puebla o en Tamaulipas. Los de Tlaxcala son muy exitosos, los de Michoacán son muy exitosos.

–Insisto: ¿O están desobedeciendo a Calderón, si dio la instrucción de no intervenir, o no puede ni controlar a su grupo cercano?

–Yo no sé, yo no quiero especular. Yo tengo claro que hay personas ahí (en Los Pinos) que han obrado de manera indebida. Que van y se meten en los procesos internos del PAN para influir en la designación de candidaturas y, ya en las campañas, se meten por la puerta de atrás o por la rendija que encontraron abierta.

“Yo jamás autorizaría que Jorge Manzanera se vaya a cuidar una campaña estatal. Pero alguien lo puso ahí y lo puso ahí muy a pesar de la dirigencia estatal, que no fue tomada en cuenta para muchas cosas”.

–Pero Manzanera no se maneja solo...

–No sé a quién le haga caso, no sé quién lo manda.

–¿Mouriño?

–Lo puedo suponer.

–Y Mouriño no actúa por su cuenta, sino por los canjes que le interesan a Felipe Calderón...

–Es que no sé quién esté operando esas cosas, pero la lectura inmediata es: ¿Aquí hay un canje o qué? Porque, ¿cómo se explican cosas como las de Oaxaca, la de Puebla? Es verdaderamente inaudito.

Espino también alude a la defensa que de Manlio Fabio Beltrones hizo el senador panista Federico Döring, allegado a Calderón, del vínculo con el narcotráfico que le imputó el expresidente Vicente Fox: “¿Cómo se explica que haya voces tan identificadas con el PAN avalando y hasta defendiendo a Beltrones? ¡A mí una vez me mandaron a darle la pelea a Sonora!”

–Fue Calderón en 1996...

–Sí. Lo que me decía era que aguas, porque esto y aquello, y ten cuidado por esto y esto. ¿Eso ya cambió o qué pasó? Sí se generan muchas dudas.

Espino, quien publicó dos artículos en El Universal sobre las formas en que altos servidores públicos del PAN actúan “al viejo estilo del PRI”, se niega a identificar por su nombre a todos los colaboradores de Calderón que intervienen indebidamente en tareas partidistas.

“Se necesita ser muy bobo para no darse cuenta quiénes son. Yo no tengo por qué decirlo. ¿Qué gano con eso? ¿Resuelvo algo? ¿Corrijo algo? Cuando lo he dicho ha salido contraproducente, porque hay una reacción virulenta que desgasta más. No tiene caso. Yo tengo convicción de esto, tengo certeza moral de esto.”

–¿Pero tiene pruebas?

–Lo que tenga es lo de menos, si tengo o no tengo pruebas. Eso está pasando.

–¿Qué clase de PAN existe hoy en el país?

–No, no, el PAN está bien y hay un esfuerzo institucional de evitar ese asedio, ese acoso, esa manipulación. La naturaleza del PAN se lo pide y la institución se defiende, pero no es tan fácil a veces ganarle al vendaval.

No voy a legitimar

Y en medio del vendaval, por la permanente riña con la facción que encabeza Calderón, Espino deja el cargo que ocupó durante casi tres años, después de que declinó contender por la reelección ante Martínez Cázares, el transitorio secretario de la Función Pública convertido en “candidato de unidad”.

–Usted decía que no iba a irse por comodidad, ¿cómo es que lo sometieron?

–¡A mí no me ha sometido nadie!

–Ya entregó la presidencia del PAN...

–La presidencia del PAN no es de mi propiedad. Yo, a diferencia de otros, no tengo una visión copernicana de la militancia: no soy de los que cree que el panismo debe girar en torno de mí.

“Estoy terminando mi gestión con tres meses de adelanto para evitar un mayor desgaste en la relación partido-gobierno, que no es, por cierto, atribuible a la falta de apoyo del partido al gobierno. Es más bien atribuible al exceso de injerencia en la vida interna del partido de personas que están en el gobierno.”

Espino reitera que no ha sido aplastado por sus adversarios ni ha pactado impunidad: “Es muy estúpida la lectura, porque a veces me preguntan qué negocié. No negocié ni estoy negociando absolutamente nada.”

–Eso que usted califica de estúpida es la interpretación de la opinocracia...

–Es lamentable tener analistas con opiniones tan superficiales que vean en esa acción una autoderrota o un entreguismo. Al contrario, yo no voy a legitimar algo con lo que no estoy de acuerdo. Hay quienes han leído bien y han dicho: Aquí se está dejando ver lo que en realidad hay.

“Personas que tuvieron la opción de participar dijeron que no, porque el resultado era el esperado. Yendo yo o quien sea, el resultado ya está dicho, aunque vendrán voces que digan que fue una competencia y que fue muy democrática. Pero yo no puedo legitimar.”

Sin embargo, el domingo 11, Martínez Cázares invitó a Espino a su casa de Quiroga, Michoacán, donde comieron carnitas. “Es inminente su llegada a la presidencia del partido en estas circunstancias extraordinarias, y lo que hay que hacer es tratar de que su llegada signifique una continuidad a la trayectoria del partido de 1939, y no una salida de cauce.”

Según él, la decisión de no buscar la reelección fue sólo suya y no obedeció al temor por un posible expediente en su contra, como lo han filtrado allegados a Calderón. “Reto al que dice que tengo un expediente negro a que lo enseñe. Si yo tuviera algo de qué preocuparme, ya hubiera huido. No tengo nada que ocultar, absolutamente nada. Y tan no tienen nada que no lo han enseñado.”

–¿Se usó el expediente para persuadirlo?

–No, a mí no me asustan con eso. ¡Jamás! No tengo nada de qué preocuparme.

Espino se refugiará en la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA). Al respecto, dice: “¡Espero que allá no me toquen ya, Chihuahua!”

Cerramos con esta nota que reitera lo que ya habíamos dicho en este blog: fue demasiado fácil el triunfo de Leonel Godoy en Michoacán-

En Michoacán, "algo" pasó
Rosalía Vergara y Francisco Castellanos

El triunfo de Leonel Godoy dejó varias incógnitas, entre otras, una fundamental: o la fuerza de la profesora Elba Esther Gordillo es menor de lo que se piensa o algo o alguien frenó a sus huestes durante la jornada electoral del domingo 11. En cambio, el sucesor de Lázaro Cárdenas Batel aclaró dudas: se mostró como un perredista dispuesto a dialogar con el régimen de Felipe Calderón con quien, dice, buscará una “relación institucional”.

MORELIA. MICH.- Eran las nueve de la mañana. Apenas instaladas las urnas, arribó a la casilla 1175 el candidato del PRD Leonel Godoy Rangel. Iba acompañado por el presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño.

Ahí lo esperaban Jesús Ortega, los legisladores Graco Ramírez, Juan N. Guerra, el delegado para Michoacán Saúl Escobar y Jesús Zambrano, miembros de la corriente Nueva Izquierda, conocida también como Los Chuchos.

Godoy comentó que la única forma de perder la contienda sería “que hubiera una elección de Estado”.

Y Cota Montaño contestó a los reporteros que, de ganar, Godoy tendría con Calderón una relación institucional. Y, cauteloso, añadió: “la relación la definirá el gobernador”.

Una hora más tarde, el panista Salvador López Orduña hizo lo propio, pues llegó en compañía de su esposa y del dirigente nacional del Partido Nueva Alianza, Jorge Kahwagi. Lo extraño es que ningún representante del PAN nacional o local se presentó. Pero el candidato se veía contento y confiado en que ganaría la elección. Incluso criticó a Godoy, a quien comparó con López Obrador. Adelantó que celebraría el triunfo en su casa junto a Germán Martínez, quien sufragó en Quiroga, y “al papá de César Nava”, el secretario particular de Calderón.

Así arrancaron los comicios del domingo 11, jornada en la que participó más de 50% del electorado michoacano, según el Instituto Electoral local, y comenzaron también a reportarse los primeros actos de “mapachería”.

Miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), encabezados por Artemio Ortiz y con la asesoría de Noé Rivera, excolaborador de la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, comenzaron la cacería de lo que ellos definían como delincuentes electorales.

Rivera contó que los “mapaches” elbistas interrumpieron el operativo montado por el SNTE y la profesora semanas antes en varios municipios para cooptar el voto e intentar frenar a Godoy. Finalmente, “huyeron del estado”, dijo. Era ya el mediodía.

Fue a partir de ese momento cuando se comenzó a hablar de que los actores y protagonistas de la elección habían llegado a un acuerdo, donde los ganadores de estos comicios serían: Nueva Izquierda, la dinastía Cárdenas, Calderón y la CNTE; y los perdedores: Andrés Manuel López Obrador y la maestra Elba Esther Gordillo, según coincidieron Noé Rivera, Artemio Ortiz y el sociólogo Jaime Rivera Velazquez, fundador de Cambio de Michoacán y director de Investigación para Decisiones Estratégicas (Indes).

“Con el resultado de esta elección, el PRD hizo un reacomodo estratégico al interior, en el marco de su competencia por la dirigencia nacional programada para marzo de 2008 –dijo Rivera–. Por eso Los Chuchos estuvieron presentes durante todo el proceso y Cuauhtémoc Cárdenas le dio su apoyo a Godoy”.

Ello se debe a que Los Chuchos y los Cárdenas –Cuauhtémoc y su hijo, el gobernador saliente Lázaro Cárdenas Batel– son partidarios de dialogar con Calderón en “el marco de las instituciones”. En contraste, los “grandes ausentes” fueron López Obrador y sus colaboradores, quienes desde el interior del PRD rechazan cualquier tipo de diálogo con Calderón.

“Es un golpe al lopezobradorismo, por eso Calderón prefirió sacrificar su tierra natal para minimizar la figura del tabasqueño”, explicó Noé Rivera.

A su vez, el sociólogo Rivera Velazquez explicó: “Yo diría que ganó la izquierda moderada, que es más amplia que Los Chuchos, dispuesta al diálogo y a la negociación, como la corriente cardenista. Además se demostró que la fuerza de Gordillo es mucho menor de lo que se cree”.

“No hubo negociación”

Noé Rivera asegura que días antes de la elección se encontró en Morelia con Ulises Beltrán, de BGC Asociados, quien iba con la directora de Imagen y Estudios de la Presidencia, Alejandra Gutiérrez. Según él, Beltrán le aseguró que su encuesta le daba el triunfo al panista López Orduña. “Con la ayuda del SNTE y el Partido Nueva Alianza (Panal), el empujoncito será contundente”, indicó.

Pero el día de los comicios el escenario cambió. Los perredistas se mostraron confiados y alrededor de las siete de la noche, horas antes de que el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) terminara el conteo de votos, ya estaban celebrando en el Palacio de Gobierno y en el obelisco Lázaro Cárdenas. En el festejo, Godoy reiteró que sostendría una relación “institucional” con Calderón.

El viernes 16, en el marco del Consejo Nacional del PRD, afinó la postura: “La relación será digna, respetuosa, intensa, entendiendo que pertenecemos a partidos diferentes, que tenemos incluso proyectos de nación diferentes, pero hay que contribuir a mejorar las condiciones de vida en Michoacán. Por eso vamos a hacer un trabajo de coordinación y de apoyo con el gobierno federal”.

Ese mismo día, el presidente nacional del PAN, Manuel Espino, rechazó que la elección michoacana haya sido negociada en Los Pinos, porque su partido sí quería ganar la gubernatura, “aunque otros factores incidieron para no hacerlo”. López Orduña reconoció que su derrota se debió a que el PAN lo dejó solo y espero varios días la llamada de Calderón. Luego anunció que podría aceptar un cargo en el gabinete presidencial, aunque no detalló en qué cartera.

Pero también dijo que Nueva Alianza fue la causante del fracaso electoral. No aportó lo que se esperaba, dijo el candidato panista.

–¿Qué esperaba?

–Esperaba más votos.

El SNTE, disminuido

La subsecretaría de Gobierno de Michoacán informó que durante la jordana del domingo 11 se reportaron más de 100 incidentes menores, sobre todo en municipios como Zamora, Uruapan, Puruándiro, La Piedad, Maravatío, Jiquilpan, Zinapécuaro y Morelia.

Para evitar contingencias mayores, el gobierno local solicitó la presencia de militares y miembros de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en municipios que reportan presencia de narcos, como Aguililla, Nueva Italia y Tepalcatepec, entre otros. Había 5 mil elementos.

Y aunque no hubo enfrentamientos violentos, la CNTE inhibió la actuación de más de 7 mil maestros del SNTE que intentaron inclinar la balanza a favor del PAN-Panal. “Salieron huyendo”, afirmó Ortiz.

Para el sociólogo Jaime Rivera, esto demuestra “que la fuerza de Gordillo es menor de lo que se cree”.

Juan Manuel Marcelo Negrete, maestro del SNTE militante del Panal, intentó justificar la derrota:

“La maquinaría dio hasta donde tenía que dar, hubo muchas inercias que no nos dejaron movilizar a la gente para que fuera a votar. Los compañeros pensaron que los iban a meter a la cárcel. La consigna del gobierno del estado era real: atacar a la gente identificada con Nueva Alianza”, dice.

E insiste: “Sí le tenían temor a Nueva Alianza por la movilidad que teníamos”.

Según su evaluación, el Panal salió más afectado en esta elección, pues obtuvo menos votos de los pretendidos, lo que pone en riesgo su registro.

“Con las cuentas que teníamos esperábamos estar arriba por uno o dos puntos de Godoy. Algo nos falló en el proceso”, reconoce en entrevista.

Por su parte, Artemio Ortiz, secretario general de la sección 18 del sindicato magisterial, asegura que “la CNTE cumplió con el objetivo de frenar a la maestra Gordillo, quien intentó favorecer al PAN”.

Dice que “la señora está a la baja. Se acabó y nada tiene que hacer en la política nacional ni en el SNTE”.

El jueves 15, Gordillo apareció en Los Pinos en un acto de la Secretaría de Educación Pública. De acuerdo con una nota periodística, “solicitó una cita con el presidente Calderón para informarle de las reuniones con empresarios y con sectores de la sociedad”.

Los resultados de la elección se darán a conocer el domingo 19. Según el PREP, la gubernatura es para Godoy –quien fue impulsado por PRD, PT, Convergencia y Alternativa–, mientras que el PRI ganó medio centenar de municipios, cinco más de los que gobernaba y el PAN obtuvo la mayoría en el Congreso estatal.

En la elección para gobernador no hubo reclamos ni impugnaciones. Es más, el jueves 15 López Orduña se reunió con Godoy para felicitarlo.

La elección “representa más que un respiro para el PRD”, afirmó el gobernador saliente Lázaro Cárdenas Batel. “El de Godoy es un triunfo –dijo– de todos los michoacanos y de todo el PRD”.

Afianzado el triunfo de Godoy, ahora el maestro Artemio Ortiz prepara ya una movilización nacional para buscar la dirigencia del SNTE.

O como quien dice, fecal tiene que pagar UN CHINGO de facturas y las va a seguir pagando mientras que al país se lo lleva la chingada.


Una razón más para apoyar al peje en el 2007.