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martes, octubre 23, 2007

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1 comentario:

Pterocles Arenarius dijo...

Carta a Cuauhtémoc Cárdenas

Pterocles Arenarius

Señor ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
En el año de 1988 usted prefirió declinar de la responsabilidad que el movimiento popular le mandataba: resistir contra el gobierno espurio de Carlos Salinas de Gortari para impedirle que llevara a cabo el desmantelamiento del país. Las condiciones parecían apropiadas para someter al perverso Salinas de Gortari y evitar que llevara a cabo los crímenes de diversas índoles que perpetró: económicos contra el país y en particular contra el pueblo mexicano; de corrupción y materiales, desde la muerte de unos 600 militantes del Partido de la Revolución Democrática, el asesinato de Luis Donaldo Colosio y otros, no pocos más.
Nunca sabremos qué habría ocurrido si se hubiera llevado a cabo una resistencia más fuerte contra el usurpador Salinas. Hoy sólo recordamos a Salinas como el peor presidente por su extraordinaria inteligencia para dañar a ciertos sectores, los mayoritarios de nuestro país y las propiedades de la nación. Pero, al menos, se creó el PRD.
Hoy, sin embargo, recordamos que muchos expusimos nuestras vidas por defender la victoria de usted –porque usted era nuestro presidente y usted jamás pretendió asumirse como tal–. Y en el plantón frente a San Lázaro cuatro jóvenes, compañeros nuestros que participaban en el plantón, fueron brutalmente asesinados.
Hoy sujetos de los peores políticos, entiéndase, con las más nefastas costumbres de los priístas tradicionales, se han apoderado del partido que usted, con muchos otros fundamos.
Pero antes de continuar quiero recordarle un momento de grandeza: cuando el ingeniero Heberto Castillo Martínez, a quien se debe mucho de lo bueno que tiene todavía el PRD, en plena campaña electoral, declinó en su favor y, de esa manera, le entregó a usted una victoria que no supimos –usted tampoco supo– defender.
Hoy nos lamentamos de haber padecido a uno de los peores políticos en el peor sentido posible de la palabra, como presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.
Y hoy, nuevamente, cuando un gobernante de izquierda logró levantar un movimiento nacional que volvió a derrotar –como usted lo hizo– a los enemigos internos de México, y cuando ese político está haciendo lo que usted no supo –ni nosotros– supimos hacer y nos convoca a todos a que apoyemos su lucha, usted le voltea la espalda.
Lamento entrañablemente su actitud, ingeniero. Me duele monstruosamente que usted haya estado tan lejos de la grandiosa estatura del ingeniero Heberto Castillo –su maestro, por cierto, no sólo académico– y se haya usted negado (me duele reconocer que mezquinamente) a brindar su apoyo a Andrés Manuel López Obrador, incluso desde la campaña y más ahora en que López Obrador está haciendo lo que usted (y nosotros) no supimos hacer.
Ingeniero, ha degradado usted la inmensa estatura que había creado entre muchos de nosotros que hemos militado en la izquierda desde muchos años atrás. Finalmente usted enseñó el cobre en el peor estilo de los políticos del partido de donde usted procede, el PRI. Lo cual no nos cansaremos de lamentar, pero lo que tampoco nos detendrá para apoyar con todas nuestras fuerzas a López Obrador.
Cada quien quedará en el sitio que implacablemente se labre en la historia, ingeniero. Y usted parece empeñado en degradar un sitio grandioso que había conseguido. Lo lamento, finalmente, más bien por usted, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Viva el Gobierno Legítimo de México y su presidente Andrés Manuel López Obrador.