No acostumbro leer lo que escribe Raymundo RivaPANacios--digo--Rivapalacios. Me resulta completamente irrelevante lo que tenga que decir. No obstante, una lectora me mandó por e-mail su columna de hoy, en donde se pone a chillar por que los chuchos no pudieron apoderarse del PRD. Si bien no le encuentro relevancia a lo que escribe Rivapalacios--puesto que su mamotreto es una especie de queja de por qué los chuchos no le pudieron quitar el poder al peje para poder negociar con fecal--si me resulta interesante que el muy PENDEJO no se da cuenta de que él mismo responde a su propia pregunta. ¿Por qué los chuchos no pudieron quitarle el poder al peje? Pues por que Nueva Izquierda NO tiene el apoyo de las bases del PRD. Y si no tienen el apoyo de las bases, MUCHO MENOS van a tener el apoyo del resto de la gente que NO milita en el PRD pero que votó por el PRD en 2006 POR QUE EL PEJE ESTABA EN LA BOLETA ELECTORAL.
Esto es lo que dice Rivapalacios:
Estrictamente personal
Raymundo Riva Palacio
24 de agosto de 2007
La derrota de Goliat
• Como siempre, su aceleramiento político y falta de cálculo hizo que ‘Los Chuchos’, la corriente más numerosa dentro del PRD, perdieran poder frente a López Obrador y sus fieles
Llegaron con la maquinaria del partido afilada al Congreso Nacional del PRD el fin de semana pasado. Gracias al control que tiene la corriente de Nueva Izquierda, conocida como Los Chuchos, habían logrado alinear a todo el aparato para lanzar su división Panzer sobre los fieles de Andrés Manuel López Obrador. Desde el Senado, sus máximos exponentes Carlos Navarrete, coordinador de la fracción del PRD, y René Arce, quien tiene el control político del partido en el Distrito Federal, los empujaron a dejarse ir con todo sobre las huestes del ex candidato presidencial, a quien consideran el nuevo caudillo. Este domingo era el momento para dirimir no sólo la línea política del partido a futuro, sino su posicionamiento para la presidencia del instituto que conducirá los procesos electorales de 2009 y 2012.
Parecía que ese sería el desenlace por el trabajo que había hecho Nueva Izquierda dentro del partido desde hace años, cuando empezaron a tomar el control político del aparato. El Congreso parecía un mero trámite. Habían sido ellos quienes organizaron la elección de delegados en el país y colocado a sus cuadros, organizado las votaciones, escrutado los votos y asumido el cómputo. Nunca antes habían tejido tantas alianzas, con los ex rosaristas que encabezan el coordinador de la fracción del PRD en el Congreso, Javier González Garza, y el senador Pablo Gómez, con la vieja línea (muy) dura de la corriente cívica, donde se encuentra un histórico de la izquierda, Mario Saucedo, y con el importante bloque de perredistas del estado de México encabezado por el senador Héctor Bautista. Además, restablecieron sus viejos vínculos con el grupo de la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, que tiene un peso político y simbólico dentro del partido.
Con todas las estrellas alineadas a su favor, no pudieron dar el salto para arrebatar los liderazgos a López Obrador y tomar la línea política del partido, en la cual dejaban abierta la posibilidad de iniciar un diálogo con el presidente Felipe Calderón a partir del próximo año, ni colocar a su líder Jesús Ortega como la figura imbatible para contender por la presidencia del PRD, donde tiene como rival al apocado ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, delfín de López Obrador.
Les sucedió lo que les ha pasado muchas veces antaño. En el momento de la verdad, su base en el partido se distancia de la cúpula al reprobar su forma de conducirse en las coyunturas. Los Chuchos, considerados el ala más moderada y reformista del partido, fracasaron ante la percepción de que se habían vendido al enemigo, en este caso Calderón, a través de negociaciones con el PAN en el Congreso, y con Manlio Fabio Beltrones, del PRI, en el Senado. Nadie dentro del PRD puede probar si, en efecto, existen esos compromisos, pero la sola sospecha provocó su derrota en el Congreso Nacional.
La corriente de Los Chuchos había crecido de una manera tan sorprendente en la conquista de los espacios políticos en el partido, que en las semanas previas al congreso los periodistas de televisión, radio y prensa impresa más opuestos a López Obrador, y por caprichosa coincidencia en varios casos, más cercanos a Calderón, comenzaron a manejarla como la posibilidad de derrotar al jefe político del PRD y como la oportunidad para romper su caudillaje, en la expectativa de que esa parte del PRD dejara de considerar “ilegítimo” al Presidente y establecieran un diálogo oficial y formal. En la catarata de elogios empezó a sufrir merma su poder.
Aunque Ortega leyó correctamente que ese apoyo de opinadores proclives a Calderón les estaba causando un rendimiento decreciente, Navarrete y Arce impulsaron la línea de la confrontación en el Congreso, de acuerdo con perredistas que conocieron del entramado. “Les dijeron que de cualquier forma iban a ganar, porque tenían control sobre el 80% de los delegados”, añadió uno de los perredistas.
El primer conflicto se dio cuando Los Chuchos encargaron a sus nuevos aliados ex rosaristas, en la pluma de Saúl Escobar, una autocrítica al manejo de la campaña de López Obrador. El primer borrador incluía una línea donde señalaba que aun “de no haber existido los errores de campaña, no se podía determinar si el resultado final de la elección hubiera sido diferente”. La interpretación política fue que esas líneas habrían llevado al reconocimiento oficial del Congreso Nacional de los resultados del 2 de julio y demolido la persistente línea combativa de que lo que hubo fue un fraude electoral. Era una primera ventana que, a decir de colaboradores de López Obrador, dejaban abierta para un acercamiento con Calderón. Frente al rechazo de esas líneas, se volvió a redactar el párrafo. En los medios no se difundió el matiz, sino meramente que el acuerdo que alcanzaron las partes se limitaba a eliminar el nombre del ex candidato del documento final.
La segunda complicación se dio con la propuesta de Nueva Izquierda para aceptar un diálogo con Calderón en 2008. Una interpretación que manejan varios perredistas cercanos a López Obrador es que pudo haber sido un pacto de Nueva Izquierda con el PAN y el PRI en las cámaras, para que a cambio de reformas este año, les dieran los espacios políticos para maniobrar en el siguiente la interlocución con el mandatario. Nuevamente hubo un rechazo al diálogo, que al ponerse a votación descubrieron Los Chuchos que aunque ganaron, estaban lejos del respaldo de bases que pensaban tenían. Tuvieron el 60% del voto del Congreso, incluidos los apoyos de todas las corrientes con las que se aliaron. Para tranquilizar las aguas, el senador Navarrete afirmó que el PRD “no dejaría llegar a la tribuna” a Calderón el 1 de septiembre. En la esquizofrenia total, el moderado tomó una posición más dura que los duros del lopezobradorismo.
Al ver las secuelas internas y la división en el partido, pidieron una cita con López Obrador a la que llegaron dos horas antes de lo programado para poder platicar a solas con él. Contra la percepción general, el ex candidato no los llamó a cuentas y sólo los escuchó. Lo que oyó de los dirigentes de Nueva Izquierda fueron disculpas y galimatías. Lo que se difundió, le dijeron, realmente no es lo que quisieron decir. “Bien”, les dijo López Obrador de acuerdo con cercanos a él. “Salgan a decirlo”. Eso hicieron. Esa noche recularon dramáticamente y se metieron en una nueva dinámica.
Si Navarrete marcó una línea de intransigencia ante la presencia del Presidente en San Lázaro el día primero, ¿cómo van a negociar los moderados ahora con el PAN y el PRI, con quienes Nueva Izquierda iba caminando de la mano? ¿Cómo van a desenredar el entuerto para evitar una crisis política? ¿Cómo recortar sus pérdidas y controlar el daño infligido? Tienen una semana para corregir, pero el desprecio con el cual los están viendo sus opositores parlamentarios y la burla que generaron sus inconsistencias entre los perredistas, nadie se las quita a este Goliat que volvió a perder la pelea.
Obviamente RivaPANacios lo que quiere es que la corrupción y nalguiprontismo (que el llama "moderación") de los chuchos impere en el PRD para que entonces, con una izquierda dócil y sumisa que da las gracias cuando le parten el hocico y pide disculpas por salpicar sangre (Pomponio dixit) entonces sí se perpetúe la derecha fascista en el poder.
Lo que RivaPANacios parece no identificar es precisamente el talón de aquiles de los chuchos: podrán tener las mañas y los arreglos bajo la mesa en LAS CÚPULAS del PRD, pero abajo, en las bases, donde están los VOTOS, no tienen la influencia que ya quisieran tener, y que SÍ tiene el peje.
Aparte de que RivaPANacios NO dice que para poder llegar con "todas las estrellas" a su favor, antes los chuchos se pasaron MESES saboteando al gobierno legítimo (el puro caso de la credencialización en Sonora baste como ejemplo); tratando de hacer alianzas con el yunque (remember Ana Rosa Payán en Yucatán); dándole las nalgas al PRI de Ulises Ruiz en Oaxaca (¿verdad, Fernando Belaunzarán?); dándole las nalgas al PAN de Eugenio Elorduy en Baja California; y de pilón haciendo FRAUDE en las elecciones para delegados del PRD con padrones razurados gracias a que "por error" se desarreglaron las listas de militantes perredistas que, a la mera hora, ya no les permitieron votar.
Todo eso ha estado causando una gran molestia en las BASES, que son las que VOTAN. Nada de eso lo menciona RivaPANacios por que no le conviene.
Curioso, eso sí, que mencione RivaPANacios que los merolicos de la derecha que viven de lamerle las patas al PAN hayan cantado loas para Chucho Ortega. Como si no supiéramos que esa es la MISMA estrategia que trataron de usar contra el peje cuando le cantaron loas a Cuauhtémoc Cárdenas para ver si así dividían al PRD y le dificultaban la candidatura del PRD. José Hernández hizo una chingonería de cartón en 2005 que mostraba esta situación tal cual:
Esa jalada es la misma que quisieron aplicar los merolicos de la derecha en 2007, nadamás que con Chucho Ortega. Y Ortega y sus chuchos, pendejotes que son, se la tragaron completa.
El problema es que lo que digan 10 merolicos del PAN en los medios NO cambia la opinión de MILLONES de mexicanos que estamos HASTA LA MADRE de la derecha fascista y que lo que exigimos es TANATES por parte de la izquierda para que le hagan OPOSICIÓN de a deveras. Esos mismos millones somos los que le dimos el triunfo al PRD en el 2006 y sin ningún inconveniente se lo podemos quitar en 2009 si no obedecen el mandato del pueblo que exige que no se reconozca, legitime o negocíe con el PELELE.
Podrán ser buenos para hacer grillas dentro del PRD, pero sin votos de las bases los chuchos no llegan ni a la esquina. Se convertirían, como ya lo hemos dicho en este blog, en otro Verde Oportunista--digo--Ecologista que vive de ser un parásito del PRI o del PAN dependiendo quien sea mejor postor.
¿ESO es lo que quieren los chuchos? ¿Ser otro Verde Ecologista? Hombre, pues perfecto: que se salgan del PRD, hagan su propio partido y ya se dejen de mamadas quedas. Si lo que quieren es darle las nalgas al PAN, no tienen más que hacer su propio partido. A ver quienes votan por ellos.
Ah, y un detalle que se me escapaba: RivaPANacios dice que los chuchos tuvieron el 60% de la votación en la plenaria del PRD. FALSO. En la plenaria votaron delegados del PRD que fueron electos de menara FRAUDULENTA en las elecciones internas con padrones razurados. Si las elecciones hubieran sido LIMPIAS, los chuchos no hubieran tenido nisiquiera ese 60%. RivaPANacio sobreestima el poder político de los chuchos y subestima el poder político del peje, quien nisiquiera les tuvo que dar línea a los perredistas. No lo tiene que hacer. Para eso está el pueblo que está HARTO de las chingaderas de los chuchos y que a quien apoyamos es AL PEJE.
Lo mejor del caso es que los que apoyamos al peje lo hacemos A SABIENDAS de que no hay recompensa alguna. Lo hacemos POR CONVICCIÓN y por que ya nos cayó el veinte de que no le podemos confiar a los políticos las riendas del país. Así que ahora tenemos que ser NOSOTROS quienes los vigilemos A ELLOS para que no se salgan del huacal. Digo, si es que quieren que sigamos votando por ellos.
Y es que si no votamos por ellos, en este caso por el PRD, pierden el 53% de los votos que tuvieron en 2006. Así que si quieren retener esos 7.5 millones de votos, lo que tienen que hacer los perredistas es IMPEDIR QUE EL PELELE ENTRE AL RECINTO DE SAN LÁZARO EL PRIMERO DE SEPTIEMBRE. O MÍNIMO impedir que se suba a la tribuna. Eso para empezar. En segundo lugar está la situación del 15 de Septiembre. En 2006 se pudo retener el Zócalo para la resistencia. Este año TAMBIÉN se puede hacer. HÁGANLO, perredistas. Lo que está en juego son los VOTOS de nosotros, lo que VOTAMOS. Las cúpulas no los van a poder mantener en sus curules. Sólo NUESTROS VOTOS pueden hacer eso. NO tendrán nuestros votos a menos de que OBEDEZCAN al pueblo. Y el pueblo EXIGE que no permitan el informe del PELELE y que no permitan que de el grito en el Zócalo.
NO estamos jugando. O se comportan como IZQUIERDA, o pierden lo que el peje ganó para ustedes: NUESTROS VOTOS.
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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