Después del huracán Dean
Después del paso del huracán Dean, la televisión resalta los destrozos en Mahahual y el ayuno turístico de los que buscan playas y palapas en las zonas de hoteles y restaurantes de la Riviera Maya. Las cámaras muestran los ríos desbordados en la Huasteca.
Alberto Cárdenas hace el recuento de las pérdidas de los productores agroindustriales del plátano en Tlapacoyan. Las bellas plantaciones de las empresas son ahora el espectáculo de la destrucción. Unos productores se repondrán con el seguro y otros modificarán las cifras de las ganancias esperadas. En todo caso ellos se encuentran cerca de las oficinas en las que se gestionan los apoyos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Pero pocos se acercarán a las lejanías de las cañadas de la sierra madre oriental, donde viven los indígenas nahuas, otomíes y tepehuas. Una vaga noticia habla de ríos crecidos en Huehuetla y en Ixhuatlán de Madero. Los daños por el volumen de lluvias no son allá los más importantes. Lo que angustió el corazón de los indígenas desde que se supo que Dean entraría al sur de Tuxpan fue el temor a los malos vientos, los xentzó dahí, como les llaman en otomí.Leer más...
Reconocer y oponerse
Me temo que la diputada Ruth Zavaleta tuvo razón al señalarle a Carmen Aristegui que “de su parte habrá un reconocimiento implícito a la presidencia de Calderón, al momento en que ella (como presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados) le envíe las reformas aprobadas en la Cámara para su publicación” (La Jornada, 28/08/07). Y es que en realidad esto no puede evitarse, como tampoco recibir de Calderón las iniciativas de ley emanadas del Poder Ejecutivo de la Federación. Dichas iniciativas no pueden ser ignoradas como tampoco asumidas como productos de un espíritu imaginario e inexistente y que por un milagro o cosa semejante llegaron al Congreso de la Unión. Sería esquizofrénico, para decir lo menos.
Para mí Felipe Calderón ocupa la silla presidencial gracias a un proceso a todas luces fraudulento, pero ahí está. Cómo lo llamemos importa poco, incluso si no lo aceptamos como gobernante legítimo. Si los diputados perredistas y otros no lo reconocen como gobernante (incluso de facto) en la práctica se están negando como contrapeso del Poder Ejecutivo; sin embargo, al oponerse al Presidente de la República lo están reconociendo. Nadie se opone a lo que no existe, y si lo hace no está bien de la cabeza.Leer más...
México SA
Elvira Arellano, migrante políticamente explotable
Ninguno de los 100 mil deportados en lo que va del año es invitado a tomar café en Los Pinos
Pérdida sostenida de valor de Aeroméxico.
Elvira Arellano ha sido deportada en tres ocasiones de Estados Unidos: la primera en 1997; la segunda en 2002 y la tercera, supuestamente la definitiva, el 19 de agosto de 2007. De esta última etapa sobresale su reclusión, por cerca de un año, en una iglesia de Chicago, para evitar su expulsión del país norteño. En ese periodo el gobierno mexicano apenas si le echó un lazo y la eventual ayuda infructuosa. Finalmente, la activista fue obligada a cruzar la frontera, y lo hizo por Tijuana, ciudad en la que cotidianamente deambulan cientos, miles de mexicanos expulsados de los dos países.
Ahora que su deportación se concretó, rápida, cordialmente y con una extraordinaria cobertura mediática, el inquilino de Los Pinos recibió a Elvira en la residencia oficial. De acuerdo con un comunicado, Calderón “expresó a Elvira Arellano toda su solidaridad ante la obligada separación de su hijo y le ofreció su apoyo frente a esta compleja situación… ratificó la prioridad que su gobierno otorga a las condiciones de vida de los migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos y reiteró la necesidad de una reforma migratoria integral en ese país. Por su parte, la señora Arellano solicitó que el gobierno de México gestione ante las autoridades de Estados Unidos una visa que le permita regresar a ese país”. Y el michoacano “instruyó a la secretaria de Relaciones Exteriores a que la dependencia a su cargo realice un análisis de la situación que enfrentan la señora Arellano y su hijo y a que realice gestiones ante las autoridades estadunidenses para poder responder a esta solicitud”.
Eso dice el comunicado, pero se supone que el gobierno mexicano debió actuar en igual sentido y con la misma celeridad desde el momento mismo en que la ahora deportada se refugió en la iglesia de Chicago, en agosto de 2006, y no después, cuando fue obligada a regresar a su país de origen, mientras su hijo Saúl se mantiene en Estados Unidos.
Pero más allá de la lentitud con la que el gobierno mexicano “protegió” a la ahora deportada, el compromiso que el inquilino de Los Pinos públicamente asumió con Elvira Arellano saca chispas, porque durante los 40 minutos que duró su encuentro alrededor de 48 mexicanos más fueron expulsados por las autoridades migratorias estadunidenses. Y ellos tendrían el mismo derecho que Elvira de exigir al gobierno mexicano que actúe en igual sentido, es decir, que realice “gestiones ante las autoridades estadunidenses para poder responder” a la misma solicitud, ergo, su retorno –pacífico y civilizado– al vecino país del norte.Leer más...
Bush: amenaza nuclear
“He autorizado a nuestros comandantes militares en Irak a hacer frente a las actividades homicidas de Teherán.” A estas palabras de Bush, pronunciadas el martes en Nevada, siguieron otras más ominosas: afirmó que el programa nucleoeléctrico iraní amenaza dejar al Oriente Medio “bajo la sombra de un holocausto nuclear”. Como el despliegue naval de Estados Unidos en aguas cercanas a Irán incluye armamento nuclear “táctico” y además Israel colocó en estado de alerta una escuadra de bombarderos, presuntamente armados con armas “no convencionales”, la “advertencia” de Bush no puede ser más grave: otro indicio de su extremo desprecio de las normas de convivencia internacional. El uso de la amenaza de “holocausto nuclear” como parte de los instrumentos de política exterior, además de reflejar desesperación e impaciencia totalitaria ante el crudo desmoronamiento político-militar de la ocupación de Irak, es otra manifestación de “criminalidad de Estado” del grupo en el poder que acarrea enormes riesgos de intensificación bélica a escala mundial.
Días antes de la mencionada arenga y con el título de “Criminales controlan el Poder Ejecutivo”, Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro de Ronald Reagan (1981-1989), conocido articulista y ex integrante de la página editorial de The Wall Street Journal, escribió que “el pueblo estadunidense y sus representantes en el Congreso deben enfrentar el hecho de que personas criminales y dictatoriales controlan el Poder Ejecutivo de Estados Unidos y deben de manera inmediata rectificar esta situación, altamente peligrosa”. Después de comentar las delicadas advertencias de Zbignew Brzezinsky ante el Senado, analizadas aquí con anterioridad (La Jornada, 1/03/07; 5/07/07 y 16/08/07), Craig asevera que las razones para desaforar a Bush y Cheney exceden en varios órdenes de magnitud el conjunto de todas las que se han argumentado en el pasado para someter a juicio a cualquier presidente estadunidense. La amenaza de un ataque convencional/nuclear contra Irán elucida el gran riesgo mundial de la campaña bélico-electoral de Bush y Cheney, respaldada por un sector “politizado” del Pentágono: tejen un asalto armado contra Irán y lo que va quedando de la Constitución. Ante ello, dice Craig, “lo mínimo que el Congreso puede hacer en este estado avanzado del proceso es dejar en claro que cualquier ataque contra Irán bajo cualquier pretexto sin la autorización del Congreso o cualquier intensificación de la guerra en Irak sin una autorización legislativa expresa… conllevaría la remoción inmediata de Bush y Cheney”. La renuncia del fiscal Alberto González fortalece la propuesta de Craig de que el Congreso, además, investigue el ataque de Bush a las libertades civiles, la separación de los poderes, las Convenciones de Ginebra y la desinformación usada para “justificar” la agresión a Irak.Leer más...
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