Del Blog de Epigmenio Ibarra, Vamos Sobre Fox, su última nota:
NADA PERSONAL
No soy un opositor profesional. No me paso la vida siguiendo los pasos del gobernante en turno para encontrar sus errores y reseñar sus despropósitos, tampoco estoy empeñado en una confrontación ideológica sin cuartel contra el panismo y sus representantes o contra cualquier otra corriente política. Las banderas ideológicas –ya lo he escrito muchas veces- se destiñen con la sangre. He visto tras largos años de guerra a los más acérrimos enemigos darse un abrazo y apostar juntos por la reconstrucción de su país. También los he visto, aun derrotados y hundida su patria en la debacle, empeñarse en la matanza por aferrarse a lo que ellos llaman sus “ideales” y que son, en rigor, sus prejuicios ideológicos, Desde que cayó el muro de Berlín me he movido en un mundo donde la izquierda se quedó huérfana y en el que, tantos años después, aun no resuelve ni su problema de identidad ni el rumbo que habrá de seguir y donde tampoco encuentra, bien a bien, la manera de comunicarse con la gente porque no tiene claro lo que quiere comunicar. No tengo, por otro lado, un afán persecutorio porque no me considero poseedor de la verdad absoluta y creo finalmente en las reglas del juego democrático; donde puede ganar las elecciones –por un voto apenas- un candidato que no sea de mi preferencia sin que eso signifique necesariamente que todo lo que haga o deje de hacer esté mal. Por mí, por mis hijos, deseo ardientemente un México distinto; más justo, más libre, más democrático, más equitativo. Si en su construcción juega un papel protagónico un adversario ideológico; bien por él, bien por el país.
Me habría encantado –así se lo manifesté en su momento a Santiago Creel a quien me encontré, allá en julio del 2000, triunfante en un restaurant- que Vicente Fox hubiera cumplido y con éxito su tarea. Le expresé entonces con sinceridad mis mejores deseos. Trabajé activamente para impedir la victoria de Fox, siempre lo consideré un charlatán peligroso, un gerente avezado en el comportamiento frente a las cámaras, pero no fui tan loco –una vez que se produjo su victoria- como para, en un gesto de mero revanchismo ideológico, desearle que se hundiera y arrastrara con él al país; lo que desgraciadamente sucedió. Asumía Fox el poder en el 2000 con la esperanza de millones de mexicanos a cuestas. Desear su fracaso hubiera sido una traición y un suicidio. Recuerdo bien como Carlos Payán me consoló aquel 2 de julio diciéndome:. “Al menos nos sacudimos la lápida de los gobiernos priistas. No me imaginé jamás llegar a ver la caída del régimen autoritario”. Luego del duelo terminé sintiéndome; más allá de la derrota de mi candidato –el Ing Cuahutémoc Cárdenas- ligero y esperanzado. Pero Fox falló. Peor que eso, Fox traicionó a los millones de mexicanos que votaron por él y a los otros muchos millones que no votamos por él pero participamos en la contienda electoral y por tanto, de alguna manera, le extendimos un mandato que no cumplió. No es nada personal pues lo que tengo contra ese señor. El suyo es un agravio intolerable; un agravio contra la nación que no puede quedar impune.
Otro tanto me sucede con Felipe Calderón. No me interesa en absoluto que fracase en su gestión. No quiero que se equivoque en la lucha contra el narcotráfico y entregue, como lo hizo Fox, el territorio nacional al crimen organizado. Tampoco quisiera que fracasaran sus planes de salud o los de educación pública. No sigo los pasos de la política exterior de su gobierno sólo para constatar su sumisión frente a Washington. No vivo pendiente de sus errores, ni cazando sus gazapos, ni considerando que todo lo que hace –por el hecho de que es él quien lo hace- esta necesariamente mal.
No, no tengo nada personal contra el señor. El problema es que no puedo considerarlo Presidente de México. No puedo hacerlo porque el señor no ganó a la buena y por tanto haga lo que haga la legitimidad de su mandato estará en duda siempre. Cumplirá pues Felipe Calderón cien días en el cargo; luego doscientos y luego otros cientos más hasta terminar su sexenio. Desatará, ya lo está haciendo, un formidable aparato de propaganda para borrar de la memoria colectiva su pecado original. Habrá con seguridad mexicanos a los que el hartazgo, el tiempo, el impacto de la propaganda les haga olvidar; a mi no, yo tengo memoria de elefante. Y no es nada personal contra el Sr. Calderón es sólo la convicción, la necesidad de resistir, de resistirse a aceptar que la democracia, esa que deseamos todos, se cimienta en la conformidad, en el olvido de los agravios cometidos contra ella.
Está el blog de Epigmenio abierto a comentarios. Es bueno saber que no todos los periodistas decentes están en un solo medio y que -con todo y pena para Carlitos Marín- el grupo de diarios Milenio terminaría de undirse de no ser por gente con verdadero prestigio como Epigmenio Ibarra, Marcela Gómez Zalce, Jairo Calixto Albarrán, y otros periodistas que publican en sus ediciones regionales. Ni modo, el ser agachado no vende, porque la realidad se impone, tarde que temprano.
PATRICIO: NOSOTROS LOS FORBES
Siempre me he preguntado para qué demonios quieren tanto dinero los súper millonarios. Si yo tuviera la milésima parte de lo que posee Carlos Slim, no solamente no volvería a mover un dedo para hacer otro negocio que aumentara mi fortuna, sino que muy seguramente tomaría las de Villadiego y nadie me volvería a ver el polvo. ¿Qué podrán hacer con tanto dinero los millonarios que sea más satisfactorio que lo que los demás hacemos sin él? ¿Cuánto y qué podrán comer sin que les produzca una úlcera duodenal?, ¿cuánto y con quién podrán follar sin hartarse?, ¿cuánto y qué podrán chupar sin que se les colapse el hígado?, ¿cuántos miles de millones de dólares necesitarán para estar satisfechos? Como no tengo la milésima parte de la fortuna de Slim ni conozco a ningún magnate a quien preguntarle, los invito a revisar algunas reflexiones que sobre el dinero y la riqueza han hecho algunos hombres y mujeres ricos en inteligencia y buen humor:
El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones económicas. Woody Allen.
Si quieres saber lo que Dios piensa del dinero, simplemente ve a qué personas se los dio. Dorothy Parker.
Tengo suficiente dinero como para que me dure el resto de la vida, a menos que compre algo. Jackie Mason.
Gasté mucho dinero en chupe, pájaras y autos veloces. El resto simplemente lo dilapidé. George Best.
El dinero te libera de hacer cosas que te disgustan. Como a mí me disgusta hacer casi todo, el dinero viene bien. Groucho Marx.
Un hombre sabio debería tener dinero en su cabeza, pero no en su corazón. Jonathan Swift .
Cuando no tienes nada de dinero, el problema es la comida. Cuando tienes dinero, es el sexo. Cuando tienes ambos, es la salud. Si todo está simplemente bien, entonces te asusta la muerte. J. P. Donleavy.
Cuando el dinero habla, a nadie le importa la gramática que utiliza. Anónimo.
No hay dinero en la poesía, pero tampoco hay poesía en el dinero. Robert Ranke Graves.
Si puedes contar tu dinero, entonces no tienes un billón de dólares. J. Paul Getty.
El dinero no puede comprar salud, pero me conformaría con una silla de ruedas incrustada de diamantes. Dorothy Parker.
Para ser lo suficientemente listo para obtener una gran cantidad de dinero, uno debe ser lo suficientemente estúpido para quererlo. George Bernard Shaw.
El dinero es un amo terrible, pero un excelente sirviente. Phineas Taylor Barnum.
La prosperidad es vivir fácil y felizmente en el mundo real, sea que tengas dinero o no. Jerry Gellis.
Haz dinero y la nación entera conspirará para llamarte caballero. George Bernard Shaw.
La verdadera medida de tu riqueza es lo que valdrías si perdieras todo tu dinero. Anónimo.
Hace muchos años, Rudyard Kipling dio una conferencia en la Universidad McGill de Montreal. Él dijo una cosa impactante que debe ser recordada. Advirtiendo a los estudiantes contra una preocupación excesiva por el dinero, la posición o la gloria, les dijo: “Algún día encontrarán a una persona a quien no le interese ninguna de esas cosas. Entonces sabrán cuán pobres son ustedes”. Halford E. Luccock.
JAIRO CALIXTO ALBARRÁN: Abadscal, Provida, el ombdusman y las sociedades de connivencia
En estos días todo el mundo está de malas. Por doquier ves gente en calidad de súbditos del imperio de la neurosis. Digo, no es que haya que estar todo el tiempo como Juan Querendón, pero ahora tenemos puras neuras con cara del Subjefe Diego.
El ombudsman Soberanes, como ya no tiene a Fox para pelearse a cada rato, ahora se fue sobre la eutanasia como si a ésta la hubiera inventado el cártel del Golfo. Al rato nos va a salir con que la eutanasia no es la vida, es tan solo vanidad.
A los ministros de la Corte no los calienta ni el sol desde que esa extraña Ley de salarios máximos les quiere arrancar una pizcacha de su nada despreciable peculio. Yo me declaro solidario de Ortiz Mayagoitia, presidente de la Corte, quien exige buenos sueldos y retiro digno. Sobre todo porque no cualquiera sale a trabajar con togas y birretes que parecen para Darth Vader, Blue Demon o El Cibernético. No se diga cuando elevan al VIH a niveles inspirados en Pedro Aspe cuando se refería a la pobreza como mito genial. Tanto valor tiene que ser altamente remunerado.
La posibilidad de despenalizar el aborto trae locos a monseñor Carlos Abadscal, al monaguillo Serrano Limón y sus huestes. Es noble su lucha, pero a quienes impulsan tal canallada, una bola de pecadores, descreídos y disipados, no les atemoriza la excomunión. Por eso, en vez de proponer una nueva cristiada con ánimo talibán, deberían de negociar políticamente y prometer que, a cambio de darle mate a la despenalización del aborto, el Yunque, Provida y anexas van a mantener, educar y cobijar a todos los niños sin amor. Pero nada de endosárselos al padre Maciel, ¿eh?
Y qué tal aquellos que corren, vuelan y se aceleran porque Guillermo Ortiz, el gobernator del Banco de México, llegó a la tremenda conclusión de que la extranjerización de la banca nacional valió para puro sorbete y de que a los bancos es imposible meterlos en cintura en cuanto a las monstruosas comisiones que cobran a los usuarios con morbosa avaricia y sevicia. Ya está como el góber Moreira, pues nomás se tardó mil años en darse cuenta de lo que la desfalcada y maltratada clientela supo desde el principio.
Deberían de aprender a Calderón que está tranquilísimo. No se perturba ni porque la CNDH ya le desmintió su versión de que la ancianita violada en Zongolica no murió de gastritis, y todo apunta a que fue violada presumiblemente por soldados que no eran precisamente del amor. ¿Le habrá heredado Fox su Prozac? Que saque para andar iguales.
Versión que por cierto, uno de los columnistas sabatinos de Milenio, sigue defendiendo. Me refiero al cerdo (figurativamente, tanto en el aspecto físico como en el intelectual) de Julián Andrade, quien insiste en defender esa tesis absurda, como si una gastritis causara fractura craneal y de cadera. Seguramente va a defender el pretexto ampliamente usado por los policías al presentar a prisioneros golpeados: "es que tropezó y cayó". Ajá, por eso son las marcas de toletes y las quemaduras de cigarros.
A propósito de torturas y crímenes policiacos, Joel Ortega comenta en su columna cómo va el caso del juicio contra Luis Echeverría Álvarez:
Tercer round
Raúl Álvarez, líder del 68, viejo luchador en pos de la justicia para los cientos de víctimas del Estado autoritario priista; considera que la causa contra LEA está en el tercer round.
En efecto: en virtud de una demanda presentada por el Comité 68 que él encabeza, la Suprema Corte de Justicia resolvió a finales del sexenio de Zedillo que procedía investigar los crímenes del 68.
Luego la CNDH recomendó averiguar los delitos cometidos por el Estado durante la llamada guerra sucia (más de 500 casos). Fox integró una fiscalía especial para los delitos del pasado contra disidentes. Dicha fiscalía nació cuestionada. Tanto por familiares y víctimas de esos delitos cometidos por el Estado como por casi la mayoría de la comentocracia. Ambas partes preferían una comisión de la verdad.
Durante años apostaron a que la fiscalía no consignaría a los capos y sólo haría consignaciones de elementos secundarios. No se afectaría la cadena de mando. Ocurrió todo lo contrario. Fueron indiciados, consignados, aprehendidos y procesados los principales: en primer lugar Echeverría. Quien se encuentra bajo arresto domiciliario bajo el cargo de genocida por la matanza del 2 de octubre del 68.
(Aquí cabe hacer memoria, y recordar que además de que el cargo de genocidio fue fincado incorrectamente, para facilitar la defensa de Echeverría, así como recordar que siempre las acciones de la PGR y de la Suprema Corte, coincidieron -¿será?- en momentos en los que el PAN podría obtener mayor ventaja política de este caso).
En el trayecto hubo muchas decisiones de jueces, agentes de la PGR y de la propia SCJN que intentaban proteger a los delincuentes. Costó mucho echar abajo sus maniobras legaloides.
La historia no ha terminado.
LEA está preso en su domicilio (gracias, conviene no olvidarlo, a una ley casi hecha a la medida aprobada por todos los diputados en 2004) Para evitar su “ficha” sus médicos alegan “deficiencia mental” (al estilo de Pinochet, el también "habla como idiota") y ahora están gestionado un amparo para eximirlo de los delitos cometidos cuando era secretario de Gobernación de Díaz Ordaz —2 de octubre del 68— y presidente de la República —10 de junio del 71— ni sus defensores niegan los asesinatos. Alegan que prescribieron o que el procesado (LEA) es débil mental. Punto
El “tema” está por cumplir 40 años. Sin la tenacidad de Raúl Álvarez y su Comité 68 junto con algunas significativas luchas de algunos de los activistas de entonces y cierta presión, inconstante, de la intelectualidad progresista, el “tema” estaría olvidado.
(sin dejar de mencionar, que la señora Rosario Ibarra, es ahora senadora, -para ira de Echeverría- que ésta sufrió en carne propia las consecuencias de la guerra sucia, al perder a su hijo en un secuestro ilegal en Guadalajara en 1977, y que no ha dejado de pugnar por la justicia con todos los medios a su alcance, y que también ha buscado justicia para las víctimas de la represión en Oaxaca, víctimas que no todas fueron "revoltosos" presisamente Nada más para recordárselo a aquellos idiotas que tanto aplauden la mano dura, que el día menos pensado también a ellos les puede tocar)
El largo, sinuoso, tortuoso camino no debe quedarse sin arribar a una decisión de Estado condenando los crímenes cometidos contra la disidencia por el autoritarismo.
Los represores apuestan a la desmemoria del tiempo, como Hitler, no lo permitamos. Estamos en el tercer round, la pelea no acabó. Venceremos.
NADA PERSONAL
No soy un opositor profesional. No me paso la vida siguiendo los pasos del gobernante en turno para encontrar sus errores y reseñar sus despropósitos, tampoco estoy empeñado en una confrontación ideológica sin cuartel contra el panismo y sus representantes o contra cualquier otra corriente política. Las banderas ideológicas –ya lo he escrito muchas veces- se destiñen con la sangre. He visto tras largos años de guerra a los más acérrimos enemigos darse un abrazo y apostar juntos por la reconstrucción de su país. También los he visto, aun derrotados y hundida su patria en la debacle, empeñarse en la matanza por aferrarse a lo que ellos llaman sus “ideales” y que son, en rigor, sus prejuicios ideológicos, Desde que cayó el muro de Berlín me he movido en un mundo donde la izquierda se quedó huérfana y en el que, tantos años después, aun no resuelve ni su problema de identidad ni el rumbo que habrá de seguir y donde tampoco encuentra, bien a bien, la manera de comunicarse con la gente porque no tiene claro lo que quiere comunicar. No tengo, por otro lado, un afán persecutorio porque no me considero poseedor de la verdad absoluta y creo finalmente en las reglas del juego democrático; donde puede ganar las elecciones –por un voto apenas- un candidato que no sea de mi preferencia sin que eso signifique necesariamente que todo lo que haga o deje de hacer esté mal. Por mí, por mis hijos, deseo ardientemente un México distinto; más justo, más libre, más democrático, más equitativo. Si en su construcción juega un papel protagónico un adversario ideológico; bien por él, bien por el país.
Me habría encantado –así se lo manifesté en su momento a Santiago Creel a quien me encontré, allá en julio del 2000, triunfante en un restaurant- que Vicente Fox hubiera cumplido y con éxito su tarea. Le expresé entonces con sinceridad mis mejores deseos. Trabajé activamente para impedir la victoria de Fox, siempre lo consideré un charlatán peligroso, un gerente avezado en el comportamiento frente a las cámaras, pero no fui tan loco –una vez que se produjo su victoria- como para, en un gesto de mero revanchismo ideológico, desearle que se hundiera y arrastrara con él al país; lo que desgraciadamente sucedió. Asumía Fox el poder en el 2000 con la esperanza de millones de mexicanos a cuestas. Desear su fracaso hubiera sido una traición y un suicidio. Recuerdo bien como Carlos Payán me consoló aquel 2 de julio diciéndome:. “Al menos nos sacudimos la lápida de los gobiernos priistas. No me imaginé jamás llegar a ver la caída del régimen autoritario”. Luego del duelo terminé sintiéndome; más allá de la derrota de mi candidato –el Ing Cuahutémoc Cárdenas- ligero y esperanzado. Pero Fox falló. Peor que eso, Fox traicionó a los millones de mexicanos que votaron por él y a los otros muchos millones que no votamos por él pero participamos en la contienda electoral y por tanto, de alguna manera, le extendimos un mandato que no cumplió. No es nada personal pues lo que tengo contra ese señor. El suyo es un agravio intolerable; un agravio contra la nación que no puede quedar impune.
Otro tanto me sucede con Felipe Calderón. No me interesa en absoluto que fracase en su gestión. No quiero que se equivoque en la lucha contra el narcotráfico y entregue, como lo hizo Fox, el territorio nacional al crimen organizado. Tampoco quisiera que fracasaran sus planes de salud o los de educación pública. No sigo los pasos de la política exterior de su gobierno sólo para constatar su sumisión frente a Washington. No vivo pendiente de sus errores, ni cazando sus gazapos, ni considerando que todo lo que hace –por el hecho de que es él quien lo hace- esta necesariamente mal.
No, no tengo nada personal contra el señor. El problema es que no puedo considerarlo Presidente de México. No puedo hacerlo porque el señor no ganó a la buena y por tanto haga lo que haga la legitimidad de su mandato estará en duda siempre. Cumplirá pues Felipe Calderón cien días en el cargo; luego doscientos y luego otros cientos más hasta terminar su sexenio. Desatará, ya lo está haciendo, un formidable aparato de propaganda para borrar de la memoria colectiva su pecado original. Habrá con seguridad mexicanos a los que el hartazgo, el tiempo, el impacto de la propaganda les haga olvidar; a mi no, yo tengo memoria de elefante. Y no es nada personal contra el Sr. Calderón es sólo la convicción, la necesidad de resistir, de resistirse a aceptar que la democracia, esa que deseamos todos, se cimienta en la conformidad, en el olvido de los agravios cometidos contra ella.
Está el blog de Epigmenio abierto a comentarios. Es bueno saber que no todos los periodistas decentes están en un solo medio y que -con todo y pena para Carlitos Marín- el grupo de diarios Milenio terminaría de undirse de no ser por gente con verdadero prestigio como Epigmenio Ibarra, Marcela Gómez Zalce, Jairo Calixto Albarrán, y otros periodistas que publican en sus ediciones regionales. Ni modo, el ser agachado no vende, porque la realidad se impone, tarde que temprano.
PATRICIO: NOSOTROS LOS FORBES
Siempre me he preguntado para qué demonios quieren tanto dinero los súper millonarios. Si yo tuviera la milésima parte de lo que posee Carlos Slim, no solamente no volvería a mover un dedo para hacer otro negocio que aumentara mi fortuna, sino que muy seguramente tomaría las de Villadiego y nadie me volvería a ver el polvo. ¿Qué podrán hacer con tanto dinero los millonarios que sea más satisfactorio que lo que los demás hacemos sin él? ¿Cuánto y qué podrán comer sin que les produzca una úlcera duodenal?, ¿cuánto y con quién podrán follar sin hartarse?, ¿cuánto y qué podrán chupar sin que se les colapse el hígado?, ¿cuántos miles de millones de dólares necesitarán para estar satisfechos? Como no tengo la milésima parte de la fortuna de Slim ni conozco a ningún magnate a quien preguntarle, los invito a revisar algunas reflexiones que sobre el dinero y la riqueza han hecho algunos hombres y mujeres ricos en inteligencia y buen humor:
El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones económicas. Woody Allen.
Si quieres saber lo que Dios piensa del dinero, simplemente ve a qué personas se los dio. Dorothy Parker.
Tengo suficiente dinero como para que me dure el resto de la vida, a menos que compre algo. Jackie Mason.
Gasté mucho dinero en chupe, pájaras y autos veloces. El resto simplemente lo dilapidé. George Best.
El dinero te libera de hacer cosas que te disgustan. Como a mí me disgusta hacer casi todo, el dinero viene bien. Groucho Marx.
Un hombre sabio debería tener dinero en su cabeza, pero no en su corazón. Jonathan Swift .
Cuando no tienes nada de dinero, el problema es la comida. Cuando tienes dinero, es el sexo. Cuando tienes ambos, es la salud. Si todo está simplemente bien, entonces te asusta la muerte. J. P. Donleavy.
Cuando el dinero habla, a nadie le importa la gramática que utiliza. Anónimo.
No hay dinero en la poesía, pero tampoco hay poesía en el dinero. Robert Ranke Graves.
Si puedes contar tu dinero, entonces no tienes un billón de dólares. J. Paul Getty.
El dinero no puede comprar salud, pero me conformaría con una silla de ruedas incrustada de diamantes. Dorothy Parker.
Para ser lo suficientemente listo para obtener una gran cantidad de dinero, uno debe ser lo suficientemente estúpido para quererlo. George Bernard Shaw.
El dinero es un amo terrible, pero un excelente sirviente. Phineas Taylor Barnum.
La prosperidad es vivir fácil y felizmente en el mundo real, sea que tengas dinero o no. Jerry Gellis.
Haz dinero y la nación entera conspirará para llamarte caballero. George Bernard Shaw.
La verdadera medida de tu riqueza es lo que valdrías si perdieras todo tu dinero. Anónimo.
Hace muchos años, Rudyard Kipling dio una conferencia en la Universidad McGill de Montreal. Él dijo una cosa impactante que debe ser recordada. Advirtiendo a los estudiantes contra una preocupación excesiva por el dinero, la posición o la gloria, les dijo: “Algún día encontrarán a una persona a quien no le interese ninguna de esas cosas. Entonces sabrán cuán pobres son ustedes”. Halford E. Luccock.
JAIRO CALIXTO ALBARRÁN: Abadscal, Provida, el ombdusman y las sociedades de connivencia
En estos días todo el mundo está de malas. Por doquier ves gente en calidad de súbditos del imperio de la neurosis. Digo, no es que haya que estar todo el tiempo como Juan Querendón, pero ahora tenemos puras neuras con cara del Subjefe Diego.
El ombudsman Soberanes, como ya no tiene a Fox para pelearse a cada rato, ahora se fue sobre la eutanasia como si a ésta la hubiera inventado el cártel del Golfo. Al rato nos va a salir con que la eutanasia no es la vida, es tan solo vanidad.
A los ministros de la Corte no los calienta ni el sol desde que esa extraña Ley de salarios máximos les quiere arrancar una pizcacha de su nada despreciable peculio. Yo me declaro solidario de Ortiz Mayagoitia, presidente de la Corte, quien exige buenos sueldos y retiro digno. Sobre todo porque no cualquiera sale a trabajar con togas y birretes que parecen para Darth Vader, Blue Demon o El Cibernético. No se diga cuando elevan al VIH a niveles inspirados en Pedro Aspe cuando se refería a la pobreza como mito genial. Tanto valor tiene que ser altamente remunerado.
La posibilidad de despenalizar el aborto trae locos a monseñor Carlos Abadscal, al monaguillo Serrano Limón y sus huestes. Es noble su lucha, pero a quienes impulsan tal canallada, una bola de pecadores, descreídos y disipados, no les atemoriza la excomunión. Por eso, en vez de proponer una nueva cristiada con ánimo talibán, deberían de negociar políticamente y prometer que, a cambio de darle mate a la despenalización del aborto, el Yunque, Provida y anexas van a mantener, educar y cobijar a todos los niños sin amor. Pero nada de endosárselos al padre Maciel, ¿eh?
Y qué tal aquellos que corren, vuelan y se aceleran porque Guillermo Ortiz, el gobernator del Banco de México, llegó a la tremenda conclusión de que la extranjerización de la banca nacional valió para puro sorbete y de que a los bancos es imposible meterlos en cintura en cuanto a las monstruosas comisiones que cobran a los usuarios con morbosa avaricia y sevicia. Ya está como el góber Moreira, pues nomás se tardó mil años en darse cuenta de lo que la desfalcada y maltratada clientela supo desde el principio.
Deberían de aprender a Calderón que está tranquilísimo. No se perturba ni porque la CNDH ya le desmintió su versión de que la ancianita violada en Zongolica no murió de gastritis, y todo apunta a que fue violada presumiblemente por soldados que no eran precisamente del amor. ¿Le habrá heredado Fox su Prozac? Que saque para andar iguales.
Versión que por cierto, uno de los columnistas sabatinos de Milenio, sigue defendiendo. Me refiero al cerdo (figurativamente, tanto en el aspecto físico como en el intelectual) de Julián Andrade, quien insiste en defender esa tesis absurda, como si una gastritis causara fractura craneal y de cadera. Seguramente va a defender el pretexto ampliamente usado por los policías al presentar a prisioneros golpeados: "es que tropezó y cayó". Ajá, por eso son las marcas de toletes y las quemaduras de cigarros.
A propósito de torturas y crímenes policiacos, Joel Ortega comenta en su columna cómo va el caso del juicio contra Luis Echeverría Álvarez:
Tercer round
Raúl Álvarez, líder del 68, viejo luchador en pos de la justicia para los cientos de víctimas del Estado autoritario priista; considera que la causa contra LEA está en el tercer round.
En efecto: en virtud de una demanda presentada por el Comité 68 que él encabeza, la Suprema Corte de Justicia resolvió a finales del sexenio de Zedillo que procedía investigar los crímenes del 68.
Luego la CNDH recomendó averiguar los delitos cometidos por el Estado durante la llamada guerra sucia (más de 500 casos). Fox integró una fiscalía especial para los delitos del pasado contra disidentes. Dicha fiscalía nació cuestionada. Tanto por familiares y víctimas de esos delitos cometidos por el Estado como por casi la mayoría de la comentocracia. Ambas partes preferían una comisión de la verdad.
Durante años apostaron a que la fiscalía no consignaría a los capos y sólo haría consignaciones de elementos secundarios. No se afectaría la cadena de mando. Ocurrió todo lo contrario. Fueron indiciados, consignados, aprehendidos y procesados los principales: en primer lugar Echeverría. Quien se encuentra bajo arresto domiciliario bajo el cargo de genocida por la matanza del 2 de octubre del 68.
(Aquí cabe hacer memoria, y recordar que además de que el cargo de genocidio fue fincado incorrectamente, para facilitar la defensa de Echeverría, así como recordar que siempre las acciones de la PGR y de la Suprema Corte, coincidieron -¿será?- en momentos en los que el PAN podría obtener mayor ventaja política de este caso).
En el trayecto hubo muchas decisiones de jueces, agentes de la PGR y de la propia SCJN que intentaban proteger a los delincuentes. Costó mucho echar abajo sus maniobras legaloides.
La historia no ha terminado.
LEA está preso en su domicilio (gracias, conviene no olvidarlo, a una ley casi hecha a la medida aprobada por todos los diputados en 2004) Para evitar su “ficha” sus médicos alegan “deficiencia mental” (al estilo de Pinochet, el también "habla como idiota") y ahora están gestionado un amparo para eximirlo de los delitos cometidos cuando era secretario de Gobernación de Díaz Ordaz —2 de octubre del 68— y presidente de la República —10 de junio del 71— ni sus defensores niegan los asesinatos. Alegan que prescribieron o que el procesado (LEA) es débil mental. Punto
El “tema” está por cumplir 40 años. Sin la tenacidad de Raúl Álvarez y su Comité 68 junto con algunas significativas luchas de algunos de los activistas de entonces y cierta presión, inconstante, de la intelectualidad progresista, el “tema” estaría olvidado.
(sin dejar de mencionar, que la señora Rosario Ibarra, es ahora senadora, -para ira de Echeverría- que ésta sufrió en carne propia las consecuencias de la guerra sucia, al perder a su hijo en un secuestro ilegal en Guadalajara en 1977, y que no ha dejado de pugnar por la justicia con todos los medios a su alcance, y que también ha buscado justicia para las víctimas de la represión en Oaxaca, víctimas que no todas fueron "revoltosos" presisamente Nada más para recordárselo a aquellos idiotas que tanto aplauden la mano dura, que el día menos pensado también a ellos les puede tocar)
El largo, sinuoso, tortuoso camino no debe quedarse sin arribar a una decisión de Estado condenando los crímenes cometidos contra la disidencia por el autoritarismo.
Los represores apuestan a la desmemoria del tiempo, como Hitler, no lo permitamos. Estamos en el tercer round, la pelea no acabó. Venceremos.
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