PURO FRACASO.

Inhiben inversión y generación de empleo

viernes, 23 de febrero de 2007

Políticas fiscales de Calderón Las reformas en materia fiscal promovidas por la actual administración de Felipe Calderón para este año van en contra de todas las promesas de campaña del panista, porque inhiben la inversión y la generación de empleos, afirmó Hebert Bettinger Barrios, socio y director jurídico de la Consultoría Ernst & Young México. MEXICO, DF., 22 de febrero (LA JORNADA).- Las reformas en materia fiscal promovidas por la actual administración de Felipe Calderón para este año van en contra de todas las promesas de campaña del panista, porque inhiben la inversión y la generación de empleos, afirmó Hebert Bettinger Barrios, socio y director jurídico de la Consultoría Ernst & Young México. Conferencista en el Seminario de Actualización Fiscal organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM), el experto, con estudios de posgrado en la universidad nacional, Harvard y la Universidad de California además de ser catedrático de la Universidad Anáhuac, afirmó desconocer las razones de que, aparte del discurso, se aprobaran reformas al Código Fiscal de la Federación en contra de los supuestos sostenidos a lo largo de toda la campaña. "La verdad es que no lo sé", dijo en breve entrevista posterior a su exposición. "Una cosa leímos, y lo dijo Calderón, y la reforma fiscal en realidad se fue por otro lado. Lo que a mí se me comentó es que se trató de una reforma fiscal ya preparada, antes de la entrada de esta administración". Ante ello, agregó que su contrapregunta es: "sí ya se sabía que esas reformas iban en contra de los supuestos (planteados en la campaña), entonces ¿para qué las aceptaron?". Y es que consideró que dichas reformas inhiben la inversión, no generan empleo y, en términos generales, son recesivas al impedir un crecimiento real de la economía del país. En la conferencia, solicitó "sensatez" por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), y advirtió que, a dos meses de que las nuevas disposiciones fiscales entraron en vigor, se han interpuesto ya más de 15 mil amparos ante el Poder Judicial de la Federación, por ejemplo, en contra del impuesto al activo, al que no dudó en calificar como "el campeón de la reforma fiscal", cuya característica es que reduce la tasa de 1.8 por ciento a 1.25 por ciento, pero incrementa la base gravable. "No dudo que esos amparos se ganen", pronosticó. "¿Funciona la nueva reforma del SAT?", le cuestionó el público en el auditorio Héctor Fix-Zamudio en la sesión de preguntas y respuestas. "Interpreta mi silencio", respondió, para luego abundar: "veo difícil que vaya a funcionar a corto plazo. Y es que en el SAT se hablan, en realidad, más de ocho lenguajes, cuando debía ser uno sólo. Quizá funcione dentro de un año o año y medio". Propuso, a continuación, otra pregunta: "¿para qué tanta prisa en reformar el marco jurídico fiscal, cuando tendríamos que hablar de una reforma fiscal integral?". Y se remontó a los números. Con más de 100 millones de habitantes, en México el porcentaje de la población económicamente activa (PEA) es de 43 por ciento, pero sólo ocho millones 500 mil personas cuentan con su registro federal de causantes (RFC). Si se les suman más de 12 millones de personas que son las altas en el IMSS y el ISSSTE, la cifraría subiría a 20 millones. Pero no son suficientes para la recaudación que requiere México, y que ya no alcanza. Es decir, por lo menos esos 20 millones subsidian fiscalmente no sólo a los 23 millones sino también al resto de la población. "Y, la verdad, es que el sistema fiscal ya no aguanta, y se debe quitar a unos para darle a otros. Así -añadió- no hay manera de tener país".