El polígrafo a Fox sobre Pasta de Conchos
La decencia y la moral son valores que los panistas perdieron hace mucho tiempo, no les interesan, no los practican, ni les preocupa entenderlos. Ellos están en lo suyo y han convertido al gobierno en una enorme tómbola. Los ideales de los viejos panistas los olvidaron en el camino, o les pareció mejor tirarlos al cesto de la basura. Hoy no existe artículo alguno de la Constitución o del Código Penal que no hayan violado. Pasta de Conchos no es la excepción. Para ello cuentan con una enorme red de complicidades, que ha construido al amparo del uso y el abuso del poder.
La denuncia realizada por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, acerca de las presiones que el ex presidente Vicente Fox trató de ejercer sobre el mandatario coahuilense para aprender al defenestrado dirigente de los mineros Napoleón Gómez Urrutia, no sólo son creíbles sino verificables. Tan sencillo como que ambos se sometan a la prueba del polígrafo para saber cuál de los dos miente. Ya entrados en gastos se pudiera aprovechar para preguntarle al señor Fox sobre "su desquite contra López Obrador".
Palabra contra palabra, no hay punto de comparación entre la chabacanería de Fox y la actitud del gobernante coahuilense, que ha salido en defensa de los mineros y sus familias. La importancia que para Fox tuvo este problema lo demuestran sus hechos: nunca visitó Pasta de Conchos.
El drama y el sufrimiento que padecen los mineros de Coahuila, sus penurias, bajos salarios y vida llena de carencias contrasta con la opulencia de los dueños del Grupo México, cuyo presidente, Germán Larrea, socio de Marta Sahagún en la fundación (Ro) Vamos México, que contó con la complicidad de los funcionarios del Estado mexicano, no fue ni siquiera mencionado durante los días posteriores a la tragedia minera coahuilense.
Ante la declaración del gobernante coahuilense, las respuestas de los panistas Santiago Creel, Jorge Zermeño (uno de los tres hombres más importantes del país, según las amigas de su esposa) y Carlos Abascal han sido torpes, patéticas e inclusive alejadas de la moral cristiana de la que presumen son practicantes. Hasta el bueno para nada de Joaquín Gamboa Pascoe mete su cuchara y como líder charro al servicio del gobierno federal arremete contra el gobernador Moreira. Amenazan con "juicio político" al mandatario coahuilense, lo acusan de "cobarde" y de tratar de hacerse publicidad. Pero nadie se atreve a desmentir el contenido de los hechos narrados por Humberto Moreira.
¿Con qué autoridad moral Santiago Creel amenaza con llevar a juicio político al gobernador de Coahuila, si ha sido el más inútil de los secretarios de Gobernación que ha tenido México? Sus acciones más destacadas son el fracaso de la política interior foxista, su descalabro ante Calderón y los permisos de juego que les entregó a las familias poderosas de este país. Por otro lado, el "primer esposo" de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, debería saber que el "cobarde" fue Vicente Fox, quien nunca dio la cara ante las viudas de los mineros fallecidos. "Cobarde" es quien encubre la "cobardía" del ex presidente.
Lo paradójico en este asunto es que los mismos grupos de poder que estuvieron detrás del fraude electoral en contra de AMLO, hoy dejan ver su sello en contra del mandatario coahuilense. Los mismos modos, los mismos voceros, la misma forma de mentir, los mismos intereses. Lo último que les preocupa es lo que pasó en Pasta de Conchos.
Acusan al mandatario coahuilense de haberse esperado un año para hacer dicha declaración, como si nadie supiera los mecanismos que tiene el gobierno mexicano para estrangular a los estados o para satanizar, mediante la utilización de la jauría mediática que depende de Los Pinos. La misma jauría que fue desnudada por las propias palabras de Vicente Fox, que sin rubor alguno confesó que cuál democracia ni qué ocho cuartos, y que él "se desquitó de López Obrador". Contra la base por bolas no hay defensa.
De haber hecho públicos estos hechos en medio de la tragedia que enlutó los hogares mineros de Coahuila, el escándalo hubiera opacado las tareas de rescate y desviado la atención acerca de la responsabilidad del amigo dadivoso de Marta Sahagún, el señor Germán Larrea. Los mismos medios que por una declaración acerca del ex presidente Fox convirtieron a López Obrador en "un peligro para México", guardaron un silencio cómplice frente a la responsabilidad del Grupo México en la tragedia de los mineros coahuilenses.
Las declaraciones del mandatario coahuilense se produjeron en medio de un contexto donde el PAN, mediante documentos apócrifos, trató de inculpar al gobernante coahuilense en la tragedia minera. Los panistas deben estar muy complacidos con el diputado y coyote inmobiliario de Coahuila de su partido Oscar Mohamar Dainitin, por haber destapado este hecho bochornoso para la nación, que desnuda las formas del ejercicio del poder por los panistas.
Con el modesto apoyo desde donde nos encontremos, el pueblo de Coahuila contará siempre con nuestro respaldo como en este caso, donde la tragedia de Pasta de Conchos no puede ni debe quedar impune. Rescatar los cuerpos de los mineros desaparecidos es un imperativo y una necesidad impostergable
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