MERCENARIOS ASESINOS.

Los "perros de la guerra"

viernes, 23 de febrero de 2007

Pedro Díaz Arcia A fines del segundo siglo de nuestra era, el Papa Urbano II al despedir la Primera Cruzada cuyo objetivo perseguía ocupar Jerusalén y reclamar la dirección del cristianismo occidental, expresó: "Dejad que aquellos que hasta ahora han sido ladrones se hagan soldados". No sólo fueron forajidos los que se incorporaron a la "noble" misión. Pero, los que asaltaron finalmente a Jerusalén se ensañaron con su pueblo, saquearon sus pertenencias; arrasaron con el patrimonio histórico, amparados por la arena de los tiempos y asesinaron a casi todos sus habitantes, para purificar la ciudad con la sangre de los infieles. En tiempos más recientes, en 1831, se creó en Francia la Legión Extranjera, regimiento entrenado para servir en Argelia. Su historial es harto conocido; para ingresar en sus filas no importan procedencia ni antecedentes; aunque dicen, ahora, no admitir franceses ni criminales. Los mexicanos recuerdan las tristes hazañas de la Legión cuando ésta arribó a territorio azteca para apoyar a Maximiliano I, archiduque de Austria y emperador de México por obra y gracia de Su Majestad Napoleón III. Algunos piensan que algo tan mezquino, como el de luchar por dinero y botines mal habidos, sin convicciones ni principios, no tiene nombre, pues sí que lo tiene, lo que sucede es que es muy feo y por pudor me lo callo... Después de tan ilustrativos ejemplos del importante papel jugado por el "mercenarismo" en el angosto camino recorrido por la humanidad, no me sorprende la anunciada intención del ejército de los Estados Unidos de incorporar a sus filas a quienes tengan en sus antecedentes "causas menores" e incluso "causas graves"; que, por muy graves que fueran nunca superarían las humillantes torturas, violaciones y crímenes cometidos por el actual ejército de ocupación en Afganistán e Irak, así como en otros "oscuros rincones" del planeta, no pocas veces bien camuflados por la CIA. Según numerosos informes, miles de mercenarios, contratados a agencias especializadas, prestan desde hace tiempo sus servicios en Irak, en defensa de los espurios intereses norteamericanos. Se menciona que, en particular, se dedican a la protección de las instalaciones de importantes transnacionales, así como de la seguridad de sus ejecutivos. Los altísimos salarios dependen de los niveles de riesgo a que están sometidos. ¿Tendrá algo que ver en este oneroso ejercicio el viejo "Buccky, tío del presidente George W. Bush, encausado ya por sobrevalorar facturas y la comisión de otros fraudes? ¿No saldrá por ahí la patita peluda del ampuloso vicepresidente Dick Cheney? Por suerte para él, y para otros semejantes, aún no ha llegado el momento de asumir ante el pueblo estadounidense y ante el mundo el verdadero reparto de irresponsabilidades cometidos por el actual gobierno estadounidense, a través de su escurridiza trama de engaños y latrocinio. El mercenario existe, porque es una mercancía con alta demanda, como la droga y el oportunismo de ocasión. Pero, mercenario no es sólo el que cobra por matar si no el que paga para que lo hagan. La llamada Cruzada contra el Terrorismo, en defensa de los valores de la sociedad occidental desatada con envidiable mesianismo por "el enviado del Señor" está fundamentada, sin duda alguna, en el estricto sentido de la equidad a la usanza de quien dijo que la justicia: "Es la letrina de todas las infamias morales". Pensándolo bien, cualquier día, por esas cosas de la vida y víctimas de sus propias ideas: jalan la cadena del "water" y se van por el caño.