NO TIENE LA CULPA EL ZANGAMILOTE SINO LOS QUE SE LO DIERON.

Opinión México: Comentario a tiempo

Vicente, a regresar el reconocimiento.

Por: Teodoro Rentería Arroyavé
(especial para ARGENPRESS.info)
(Fecha publicación:30/10/2006)

El pasado jueves en la tradicional Comida de la Radio y la Televisión cuyo invitado especial es el Presidente de la República en turno, Vicente Fox Quesada recibió un reconocimiento, según se dijo, por el respeto a las libertades básicas de las mujeres y de los hombres, nos referimos a las de prensa y expresión, así como el derecho a la información.

Emocionado lo aceptó, por ello es de pedírsele que reflexione profundamente en lo que ha ocurrido a lo largo de su sexenio: el aumento al más del doble de asesinatos a periodistas, más de cuatro por año, cuatro secuestros e incontables atentados y todos estos crímenes contra los derechos humanos, todos repetimos, se encuentran en la más absoluta y vergonzante impunidad.

Lo ultimo ocurrido en el sufrido estado de Oaxaca, vuelve a teñir de rojo sangre al gremio periodístico. Ya son 26 los periodistas asesinados en este sexenio del supuesto cambio y cuatro los secuestros ocurridos. Una balacera provocada por esbirros la noche del viernes ocurrida en el municipio de Calicante conurbado a la ciudad capital Oaxaca, causó la muerte del reportero independiente de nacionalidad estadounidense, Bradley Rolland Will, contratado por Indimedia de Washington, quien recibió un balazo en el pecho y otro en el estomago.

A su vez, un fotógrafo del periódico Milenio Diario, Oswaldo Ramírez, resultó herido de un disparo en el pie.

Otros tres ciudadanos también fueron muertos durante en el artero ataque a miembros de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO, los cuales a partir de la tarde de este domingo han empezado a ser desalojados, de acuerdo a una decisión controvertida del propio presidente Fox que muchos califican de verdadera represión, sin que se cumpla la condición básica de la separación del poder del desgobernador de la entidad, Ulises Ruiz Ortiz.

Acción policíaca federal que ya cobró dos víctimas mortales más, por lo que la cifra de muertos aumentó a 17 desde que se inició el conflicto social en la entidad sureña.

Y el cinismo continúa, Ruiz Ortiz se lavó las manos al afirmar que es responsabilidad única del Gobierno Federal la acción policíaca llevada al cabo en la entidad que desde luego no gobierna.

¿Hasta donde vamos a llegar en esta situación de anarquía, donde el gobierno federal no ha sabido o no ha querido afrontar o asumir sus responsabilidades?.

Cuando menos habría que exigirle a Vicente Fox Quesada, que como mínima expresión de dignidad regrese el trofeo que por amabilidad le entregó la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión, simplemente porque en su sexenio como nunca fueron asesinados, secuestrados, amenazados y amedrentados los periodistas en este país llamado México. Que al parecer no es el suyo.

Radio Fórmula, que transmitía en vivo los hechos en Oaxaca, informó que el enfrentamiento fue provocado por grupos de supuestos guardias blancas, los cuales a mansalva agredieron a los periodistas que cubrían las acciones de los brigadistas que resguardaban las barricadas. La denuncia del dirigente de la APPO, Flavio Sosa es de una gravedad implícita, al expresar que grupos al servicio del alcalde priísta ha amedrentando con armas de fuego a los brigadistas que resguardan las barricadas para provocar la intervención de la fuerza pública. Acción que ocurrió este domingo. Nosotros sólo tenemos piedras y ellos armas de fuego”, clamaba el líder popular.

Según explicaron los colegas periodistas que trabajaban los incidentes en las barricadas, desde un auto en marcha les dispararon directamente al grupo de comunicadores. El reportero nacido en Nueva York, cayó herido de muerte. Sus compañeros trataron de auxiliarlo, un particular en un auto compacto se prestó a llevarlo al hospital de emergencia de la Cruz Roja, desgraciadamente falleció antes de llegar al nosocomio.

Así están las cosas en nuestro país, donde la vida y la integridad física de los comunicadores nadie garantiza, mucho menos las autoridades, y sin embargo reciben trofeos como supuestos campeones de las libertades de prensa y expresión.