Caducó.
Pablo Marentes.
15 de agosto de 2006.
F elipe Calderón Hinojosa afirmó en Querétaro hace una semana que el sistema electoral muestra signos de agotamiento. Fue durante una contradictoria reunión con legisladores electos del Partido Acción Nacional, a la que asistió rodeado de oficiales y jefes del estado mayor presidencial. Su declaración reconoce que el conflicto electoral se complicará. Dos días después pidió a sus compañeros de partido ayudarle a acercarse a dirigentes del PRD.
Los actos de resistencia, o desobediencia -o de ¡insurrección!, como ya los califican algunos comentaristas televisivos-, se multiplican. No solamente permanecen los campamentos en el Zócalo y en Reforma. Las expresiones se diversifican y se efectúan frente a instituciones bancarias y financieras, y en la banqueta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde magistrados que provienen de 26 estados efectúan un recuento parcial de votos.
Cada vez se habla con mayor soltura de un interinato. Mientras el vocero presidencial deshecha la especie con unos cuantos adjetivos, en programas de radio se prefiguran el informe del 1 de septiembre y el desarrollo del desfile militar conmemorativo del día 16. Algunos columnistas sugieren al presidente de la República no comparecer. Lo exhortan a enviar un documento al Congreso. No obstante que un nutrido número de observadores electorales viajaron a México desde distintas partes del mundo para presenciar la elección, muy pocos externaron opiniones y optaron por un exeunt apresurado.
Continúan aflorando las decisiones incidentales y fundamentales del titular del ejecutivo federal previas a los comicios, tendientes a forzar el triunfo del candidato Calderón. La más sobresaliente fue la de no publicar la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares sino hasta después del 2 de julio. La encuesta consigna que creció en un millón la población inmersa en la pobreza extrema.
El Washington Post destaca la afirmación del magistrado Leonel Castillo que publicara la revista Milenio, en el sentido de que el Tribunal rechazaría cualquier solicitud de recuento y comenta que tal "hubiera bastado en Estados Unidos para que el juez fuese recusado".
Al tiempo que diversos colaboradores cercanos a Calderón admiten que no han podido contrarrestar la pegajosa consigna de López Obrador para un recuento "voto por voto, casilla por casilla", y el New York Times y el británico Financial Times se pronuncian a favor de un recuento así, el mismo Felipe Calderón llama a importantes diarios estadounidenses para afirmar que ganó la elección y señalar que la incógnita es si se resolverá el problema electoral mediante movilizaciones o se esperará la decisión de los tribunales.
El sistema electoral estaba sano y robusto. Anticiparon su agotamiento el presidente Vicente Fox y los dirigentes empresariales cupulares. Previamente uno y otros rechazaron que para consolidar la democracia es indispensable remediar carencias y omisiones, ancestrales en el caso de México.
La democracia no se robustece con carantoñas mediáticas. Los aristócratas políticos ingleses reconocieron, en la tercera década del siglo XIX, la magnitud del Movimiento Cartista. Promovieron entonces nuevos estatutos electorales que ampliaron la participación popular sin denostarla y aceptaron el triunfo del nuevo partido laborista. Evitaron así derramamientos de sangre similares a los que provocaron las contumaces oligarquías continentales..
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martes, agosto 15, 2006
FECAL Y SUS HUESTES LO PROSTITUYERON.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 11:17 a.m.
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