La siguiente nota de Proceso presenta los pormenores de como se amañaron las encuestas para favorecer al PAN:
Encuestas "boomerang"
José Gil Olmos
Instaladas en primer orden dentro de las estrategias de los candidatos presidenciales, las encuestas les sirven a éstos como arma propagandística, pero a decir de los propios encuestadores esto es un error porque ningún sondeo influye directamente en el electorado.
Entrevistados luego del vuelco que dieron las últimas encuestas presidenciales, algunas de las cuales ponen en primer lugar al panista Felipe Calderón y en segundo a Andrés Manuel López Obrador, tres de los principales encuestadores que han hecho trabajos para el PAN, PRD y PRI en los últimos años, Rafael Buendía, María de las Heras y Lauro Mercado, rechazan las acusaciones de que los resultados de sus estudios fueron manipulados.
Sin embargo, no descartan que en las encuestas existan ciertos "sesgos" motivados por intereses particulares o simpatías con candidatos y partidos, o que existan personas "poco éticas" que se presten a la manipulación de sus datos.
En este último caso advierten que, al igual que en el año 2000, ya aparecieron empresas fantasma que son utilizadas por el PRI para tratar de influir en el ánimo de la gente. Si en aquella elección se utilizaron compañías inexistentes, como Tecno Management y Fishers, para dar la impresión de que Francisco Labastida había ganado los debates, en esta ocasión los priistas utilizaron los membretes de Estiquer & Company Opinion Polls y Ballesteros y Asociados SC -encuestadoras que nadie reconoce- para presentar como ganador del primer debate a Roberto Madrazo.
María de las Heras, directora general de Demotecnia; Lauro Mercado, de la empresa Mercai, y Jorge Buendía de Ipsos-Bimsa, defienden sus encuestas sobre todo a raíz de que las más recientes han sido cuestionadas por algunos candidatos presidenciales, principalmente López Obrador, quien acusó de manipulación de datos a las empresas GEA-ISA -dirigida por Guillermo Valdés, amigo de Felipe Calderón por lo menos desde 1995- y Demotecnia, de María de las Heras, esposa de César Augusto Santiago, el principal operador electoral del candidato priista, Roberto Madrazo.
Según López Obrador, el manejo de las encuestas formaría parte de una "guerra sucia" que se ha desatado en su contra, pues algunas de ellas lo ponen hasta 10 puntos por debajo de Felipe Calderón, a menos de un mes de que arrojaran los resultados contrarios.
En el caso de Demotecnia, el pasado 10 de abril la coalición Por el Bien de Todos señaló en un comunicado:
"Hay una inconsistencia que sorprende: En la encuesta de María de las Heras, publicada el 20 de marzo, AMLO gana con 1 millón de votos y sube 2 puntos, es decir que cada punto vale 500 mil votos. 17 días después, publica otra encuesta donde afirma que AMLO perdió 700 mil votos y bajó 4 puntos en la preferencia electoral, es decir, cada punto ahora vale 175 mil votos. En esa misma encuesta coloca a Madrazo, contra lo que dicen las demás encuestas, en un empate con Calderón."
Además, cuestiona a De las Heras por tener una liga directa con el PRI debido a su relación con César Augusto Santiago, principal operador electoral de Madrazo.
Entrevistada al respecto antes de su última encuesta -que dio a conocer el martes 2-, De las Heras se defiende:
"Llevo 17 años en este negocio y siempre se presenta la misma cantaleta: que trabajo para el PRI. Pero también he trabajado para Jesús Ortega, coordinador de campaña de López Obrador, y lo hice para Amalia García cuando fue candidata al gobierno de Zacatecas, precisamente cuando César Augusto era el delegado del PRI. Aquí el problema no es cómo te deslindas, sino si eres un profesional o no."
El sesgo posible
Lauro Mercado, doctor en ciencias políticas por la Universidad de Connecticut, precisa por su parte que la mayoría de las empresas encuestadoras que actualmente están publicando sus investigaciones y que forman parte del Consejo de Investigadores de la Opinión Pública han trabajado para los partidos políticos.
Cita ejemplos: María de las Heras ha trabajado para candidatos del PRI, pero también del PRD, y para el periódico Milenio; Rafael Giménez, de ARCOP, para el PAN; GEA-ISA, de Ricardo de la Peña y Guillermo Valdés, para el PAN y otros partidos; mientras que Parametría de Francisco Abundis, Ipsos-Bimsa de Jorge Buendía y Mercai de su propiedad, han hecho trabajos para diferentes partidos. Por su parte, dice, Roy Campos, de Mitofsky, ahora le hace encuestas a Televisa, Carlos Ordóñez al periódico El Universal y Alejandro Moreno al diario Reforma.
Sin embargo, aclara Mercado, no se puede sostener que "quien paga puede sesgar los resultados de tus encuestas".
Y retoma los casos mencionados: María de las Heras ha puesto ya en tercer lugar a Roberto Madrazo, cuando en todos sus anteriores sondeos lo ponía empatado en segundo lugar con Calderón. Por su parte, Francisco Abundis -que ha hecho trabajos para el PRD- dio un empate técnico de López Obrador con Felipe Calderón; mientras que Rafael Jiménez, de Investigaciones Sociales Aplicadas (ISA), durante los primeros meses puso a López Obrador en primer lugar, hasta este último ejercicio, donde lo baja a 8 puntos de Felipe Calderón.
Mercado, quien es director de Mercai, advierte que no se puede aceptar la crítica de López Obrador de que "cucharearon" las encuestas, sólo porque no le favorecen, porque todas las encuestadoras han presentado resultados similares, salvo GEA-ISA que le da una desventaja de 10 puntos respecto de Felipe Calderón.
Maestro de asuntos internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York, Mercado también admite que puede haber ciertos "sesgos" en los sondeos, como los hubo en las últimas dos elecciones federales.
En 2000, dice, ARCOP, GEA-ISA, Alducin, y no sólo María de las Heras, dieron como ganador a Vicente Fox, mientras que otros como Reforma, Mitofsky, Greenberg-Pearson y CEO-Universidad de Guadalajara fallaron al dar como ganador a Labastida.
Pero en 2003 se presentó el escenario opuesto: GEA-ISA y ARCOP se equivocaron al asegurar que el PAN ganaría.
En conclusión, agrega Mercado, "si bien es cierto que se podrían manipular las encuestas, al final sólo nos queda creerles o no creerles, y la única manera de tener confianza en sus resultados es viendo su récord, su antigüedad, si lleva muchos años informando con certeza, y no confiar en las encuestadoras que aparecen de pronto, porque se están usando para confundir al electorado".
Jorge Buendía, director de opinión pública de Ipsos-Bimsa, argumenta: "No conozco a ningún encuestador que estuviera dispuesto a arriesgar el prestigio de su empresa y de su persona por dar ganador a un candidato que unos días después se descubra que está abajo. Creo que es una apuesta muy arriesgada".
En esta elección, más que ninguna otra, las encuestas y las empresas que las realizan han cobrado un papel relevante.
Buendía, quien es doctor en ciencia política por la Universidad de Chicago y cursó la maestría en gobierno comparado en la London School of Economics and Political Science, afirma que este protagonismo no es propio de las encuestadoras, sino que se lo han dado los actores políticos, partidos y candidatos, así como los propios medios de comunicación.
"Lamentablemente, en lugar de utilizarse como referencia, como información, se les considera como actores. Lo que ha cambiado no son las encuestas, sino el entorno político, y que los principales actores políticos le están dando ese protagonismo, pero no es algo atribuible a las encuestas."
El director de Ipsos-Bimsa considera que es un error de parte de los partidos utilizar las encuestas como parte de sus estrategias para inducir el voto ciudadano. "El acierto sería utilizar la información de las encuestas para definir estrategias, para distinguir al electorado que se va a buscar y saber cuáles son los temas que le interesan. El error es creer que las encuestas pueden influir en el comportamiento electoral, porque el impacto que pueden tener es mínimo y sólo en actores específicos", concluye.
Aquí cabe mencionar dos cosas:
1. Que los comentarios de académicos de Estados Unidos SUPONEN que las encuestadoras en México se manejan como las encuestadoras en Estados Unidos, donde cualquier encuestadoras automaticamente ya es tomada como veraz. (Es más: la mayor parte del tiempo nisiquiera se dice quien hizo la encuesta en Estados Unidos; sólo se dan a conocer los porcentajes). Pero en México influyen en las encuestadoras dos cosas; primero, que las encuestadoras forman un oligopolio que les permite actuar como se les pegue la gana puesto que saben que no tendrán competencia. Y segundo; que las encuestadoras sí tienen nexos con la derecha panista (GEA-ISA, ARCOP), y con el PRI (María de las Heras, Mitofsky).
2. Que quienes han tratado de usar a las encuestas como propaganda son los panistas. Y que al hacer esto le dieron en la madre no sólo a las encuestadoras (a ver quien les cree ahora) sino que enrarecieron el proceso electoral, logrando de esta manera un ambiente en el que hay pura hostilidad y cero propuestas. Será por que fecal con propuestas no gana, puesto que nadie le cree.
Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.
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