Me llegó el siguiente e-mail de Armando García Medina que a la letra dice:
Victor, no creo que a estas alturas del partido se puedan hacer cambios en el IFE, pero yo considero que si establecemos una denuncia permanente de que los tenemos vigilados, cuando menos inhibiremos en algo las aviesas intenciones que tengan de hacer una marranada en las elecciones. Es obvio que si AMLO gana por un amplio margen ni siquiera lo van a intentar, pero la cosa se va a complicar si se da un resultado con un margen muy estrecho.
Te paso al costo este editorial para si crees conveniente lo comentes en tu blog.
Armando Garcia Medina.
Humberto Musacchio
El IFE en manos de...
La semana pasada se produjo una noticia que se perdió en las páginas interiores y que es, al menos lo parece, una violación a las disposiciones constitucionales que pretenden sustraer la política nacional a la influencia de los grupos religiosos.
Con una aparente inocencia, el señor Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE, fue el anfitrión oficial -insisto, oficial- de una reunión que por la propia investidura de los asistentes viola en forma abierta y directa las disposiciones sobre la separación del Estado y las iglesias, pero en la cual se firmó un "Decálogo por la transparencia y legitimidad de la contienda electoral de 2006".
En la reunión, los representantes eclesiásticos, dice Reforma, se comprometieron "a promover el voto, a no asociarse con fines políticos y a evitar que los ministros de culto propicien la inducción del sufragio". Igualmente, los ministros religiosos prometen respetar las normas electorales, "tener confianza en el IFE y el TEPJF", "exigir a las autoridades cumplir con su responsabilidad, pedir a los funcionarios
imparcialidad, difundir el derecho al voto y promover el sufragio cívico razonado e informado".
Fines de apariencia tan noble no empatan con las condiciones en que se desenvolverá la campaña para hacerlos realidad, porque lo cierto es que ninguna iglesia va a privarse de descalificar a los partidos y candidatos que a su juicio se aparten de la moral religiosa, especialmente en materia de aborto, métodos anticonceptivos, despenalización de las drogas, uniones de convivencia y otros puntos polémicos.
Por supuesto, la mayoría de los candidatos y sus partidos se abstienen piadosamente de tocar esos temas, pero ni siquiera eso ha impedido que la Iglesia, la Católica Romana, emprenda desde los púlpitos campañas que están dirigidas a malquistar a su feligresía con el PRD, a quien deben suponer simpatía por el diablo. No hace mucho, Onésimo Cepeda, el opulento obispo de Ecatepec, calificó de "estupidez" las críticas de Andrés Manuel López Obrador al IFE, ante la complacencia de las autoridades.
Por lo demás, cabe preguntar si constitucionalmente pueden y deben las iglesias "exigir a las autoridades" el cumplimiento de su responsabilidad, pues son otras las instituciones obligadas a vigilar que los funcionarios cumplan con sus atribuciones y a sancionarlos si se apartan de lo que indica la ley.
El compromiso de las iglesias de "no asociarse con fines políticos" resulta superfluo, pues lo tienen expresamente prohibido. Es como si el señor Ugalde promete no incurrir en favoritismo hacia alguno de los partidos. No se trata de un asunto de buena voluntad, sino de un deber insoslayable cuyo incumplimiento resulta punible.
El IFE tiene un Consejo General que fue integrado pasando en varios casos por encima de la ley, sin cumplir los requisitos formales y actuando de manera facciosa, otorgándose el PRI, el PAN y el Partido Verde cuotas que les garantizaran contar con aliados allí donde sólo cabría esperar la más absoluta imparcialidad. Cuando ocurrió ese reparto de consejerías -sería ridículo hablar de elección aunque la maquillaron como tal-, Elba Esther Gordillo era la lideresa de la fracción priista en San Lázaro. Pero ahora que hay una guerra abierta entre la maestra y quienes controlan el PRI, es
de esperarse que los consejeros que le deben el cargo tengan que pagarle el favor.
El beneficiario de los pleitos priistas y de la composición del Consejo General del IFE no puede ser el PRD, que no cuenta siquiera con un triste consejero. El único partido en condiciones de cosechar los frutos de esa siembra espuria es el PAN, que además de los consejeros que ganó con el reparto en San Lázaro, eventualmente tendrá a los que inicialmente el PRI contaba entre sus activos. Al menos no los tendrá como enemigos, lo que también es ventaja.
En esas circunstancias, la Iglesia Católica y sus acompañantes, por naturaleza inclinadas a la derecha, manifiestan su confianza en el IFE y en el Tribunal Electoral Federal, lo que es una forma de bendecir las decisiones y omisiones que favorezcan al panismo, por ejemplo el disimulo del IFE ante los escandalosos gastos de precampaña, su complicidad ante las repetidas violaciones de la llamada tregua en que incurrió Felipe Calderón y -conste que no incluyo el desastre del voto en el extranjero, donde hay más de un culpable- su sordera ante el activismo electoral que despliega el presidente Fox, sin que a los señores consejeros parezca preocuparles.
PRI, PVEM y PAN, los partidos que impusieron a su gente en el consejo, están extendiendo a priori un voto de confianza en el IFE. No el que desde 1994 vigiló los comicios federales, sino precisamente el de hoy, integrado sin consideración alguna por los consensos que requiere un árbitro calificado. Ese consejo es ilegítimo, pero lo peor es que está bajo sospecha y tiene la obligación de probar irrefutablemente su imparcialidad. Manuel Espino se jacta de que -a diferencia del PRI, aliado del PVEM, y del PRD, que va con el Partido del Trabajo y Convergencia- el PAN va a la campaña sin coalición con otros partidos. Al parecer no los necesita. Sus principales aliados están en un lugar estratégico, además de los que tiene en los templos.
Tiene mucha razón Armando. Lo peor del caso es que Luis Ugalde, presidente del IFE, ya se lavó las manos con esto de las violaciones a la ley electoral, especificamente a las violaciones electorales por parte de la presidencia, y le pasó la bolita a la FEPADE. Los detalles en esta entrevista de La Jornada:
La Fepade, responsable de frenar activismo presidencial
Proximo, un exhorto mas del ife a la mesura declarativa
En entrevista con La Jornada, el presidente del IFE adelanta que el recorte presupuestal que decretó el Congreso inevitablemente alcanzará a los partidos políticos
ALONSO URRUTIA
Las campañas políticas están por arrancar y la polémica por la equidad sigue vigente. En vísperas de entrar a la fase intensiva de las mismas, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, resume el debate sobre el activismo presidencial: la responsabilidad de posibles excesos presidenciales o de gobernadores corresponde a la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade); en los próximos días habrá un nuevo exhorto a la mesura declarativa de los funcionarios y en su momento a no difundir la obra de gobierno.
En entrevista con La Jornada, Ugalde adelanta que el recorte presupuestal que decretó el Congreso de la Unión inevitablemente alcanzará a los partidos políticos en forma proporcional a la distribución de los recursos, aunque gran parte provendrá del presupuesto del voto de los mexicanos en el extranjero, experiencia a la que es renuente a definir como fracaso. Definirlo así es abstraerse de la complejidad de su organización.
-¿Es suficiente lo que ha hecho el IFE para no repetir casos como Amigos de Fox o Pemexgate?
-Lo que soluciona estructuralmente casos como éstos es reducir los costos de campañas y eso requiere cambios legales: revisar su duración, costos de publicidad, medios de comunicación. El IFE ha generado mecanismos de transparencia y fiscalización que permiten detectar oportunamente excesos en gastos, pero la supervisión no va al fondo del problema, que es el costo de hacer campañas. Sí hay una diferencia importante, pues por primera vez los partidos informarán durante las campañas cuánto gastan y nos tendrán que dar copia de su facturación con los medios de comunicación, tema éste que el IFE hará público. Ahora, las bonificaciones que los medios hacen a los partidos están prohibidas y eso permitirá más transparencia en el cobro de tarifas a cada organismo.
¿Se fijaron lo que dijo respecto al pemexgate y a los amigos de Fox? Básicamente dice que "bueno, sicierto que hicieron marranadas pero posesque es por que las campañas salen muy caras." No dijo "violaron la ley y no permitiremos que se vuelva a violar la ley." Lo que dijo es "ay no sean malos y compréndanlos."
Y si esa es la actitud de Ugalde para casos comprobados de delitos electorales en campañas presidenciales, ¿Qué se puede esperar de la actuación del IFE o de la FEPADE en la intervención de la iglesia o en el proselitismo electoral que hace la presidencia?
Es por eso que tengo que repetir eso así sea hasta el cansancio: no podemos bajar las manos. Tenemos que salir a las calles y pasar volantes, poner mantas, escribir mensajes con gis en las banquetas, con pintura para zapatos en las ventanas del carro, hacer camisetas. Tenermos que ser nosotros, EL PUEBLO, el que le haga saber a la gente que se está fraguando un fraude electoral en estas elecciones y que el IFE no tiene pensando levantar un sólo dedo al respecto.
Una razón más para votar por el peje en el 2006.
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