EDITORIAL
El primero de septiembre el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, entró al Palacio Legislativo para entregar su Primer Informe de Gobierno, mientras los representantes de aproximadamente 15 millones de mexicanos le hacían el "vacío" y abandonaban el recinto antes de su arribo. Un día después, Calderón Hinojosa, desde el Palacio Nacional y a través de las cámaras de televisión enviaba su mensaje a la Nación, toda vez que el acuerdo que le permitió ingresar al Congreso le impuso un estricto silencio.
Es evidente que el presidente Calderón Hinojosa permitió acudir a la sede del Poder Legislativo y guardarse su discurso para un día después, en aras de lograr un reconocimiento a su legitimidad por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que insiste en cuestionar la forma en que fue investido del poder y desde hace nueve meses descalifica cuanto hace; aunque no lo logró y la propia diputada Ruth Zavaleta, presidenta del Congreso de la Unión, abandonó la sala para no recibir su informe de labores.
En tanto, ya se comienzan a conocer los resultados de los acuerdos entre los dirigentes de las distintas fracciones parlamentarias al interior del Congreso, que permitieron la presencia de Calderón Hinojosa en el recinto legislativo: las reformas hacendaria y legislativa, los principales, en la que para llevar a delante esta última se estableció como requisito indispensable el cambio de los consejeros y magistrados de los órganos electorales. La necesidad del presidente Calderón Hinojosa de llegar al Congreso despojó literalmente de su cargo a los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE), fuertemente cuestionado a raíz de su actuación en el pasado proceso federal electoral.
Pero a pesar de que los acuerdos entre los distintos partidos políticos representados en el Congreso no sólo son necesarios sino indispensables para construir las condiciones legales, económicas, estructurales, que permitan el desarrollo del país; alcanzarlos con base a apremios políticos e intereses cupulares enturbia sus logros y distorsiona sus objetivos. El diálogo entre las diversas fuerzas políticas del país urge, pero no se tiene que realizar por medio del chantaje o la simulación, porque de otra manera sus resultados estarán siempre sujetos a los vaivenes de los partidos políticos y sus dirigentes, sin priorizar las ingentes necesidades de los mexicanos.
Los dirigentes políticos de todos los partidos tienen la responsabilidad de construir acuerdos sobre la base de un diálogo transparente, abierto, de cara a la sociedad; desligado de los calendarios políticos o las oscilaciones de sus propios institutos políticos, porque más allá de su partido su responsabilidad es con el pueblo. En las modernas democracias los acuerdos se alcanzan con diálogo constante, con intercambio de información permanente, con disposición para discutir las diferencias; no con negociaciones a la luz de la agenda del Ejecutivo o los distintos partidos políticos.
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YO TE NOMBRO LIBERTAD, CREANDO CONCIENCIA
VERONICA VILLALVAZO
FRIDA
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lunes, septiembre 03, 2007
Tiempos de acuerdos para el país
Publicadas por Frida a la/s 9:13 a.m.
Etiquetas: fuente del noticias oaxaca
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