Dilapidar las instituciones
La paradoja de las instituciones radica en su creación. Por una parte, son resultado racional de los acuerdos para darle normalidad a los procedimientos que, de otra forma, generan conflictos y tensiones entre los actores e intereses que cada uno representa. Por la otra, su vulnerabilidad y ataques proceden de los mismos representantes, que en uno o varios momentos invocan su necesidad y utilidad para evitar crisis que con el tiempo se vuelven más complicadas. Lo que hemos vivido en los años recientes en México es precisamente la notable ineptitud o intencionalidad de la autoridad presidencial para afectar y terminar por deteriorar las instituciones, mediante las cuales lograron las posiciones que detentan.
Lo que vivimos ayer es precisamente esa suma de apetitos coyunturales, de la ausencia de prioridades y del final sometimiento de la política a los proyectos y acuerdos del día a día, que por sí mismos no articulan ni implican futuro. La distribución de las responsabilidades en esa dinámica se dirige hacia quienes desde posiciones de mayor capacidad de influencia y convocatoria en el Poder Ejecutivo debieran ver en la historia las enseñanzas que permiten evitar la grave y contundente condena a la frivolidad y el dispendio. Ese no ha sido y no será el camino que deba seguirse.
Persistir en él implica asegurar tensiones y conflictos. Ni una sola reforma de fondo ni una sola propuesta que indique qué y por qué será el eje del sexenio. Se inició ayer la segunda de tres partes de la primera legislatura del sexenio, y nada. El Poder Ejecutivo lleva la mano. Así son las reglas.Leer más...
¿A qué responde la nueva izquierda de AL?
Los ideólogos y hacedores políticos de la refundación del capitalismo contemporáneo han creado una visión separando la explotación de su proceso productivo. De esta manera, su éxito consiste en presentar un segundo origen espurio, consistente en la globalización de los mercados, donde la democracia y la libertad son sus nuevos principios.
El viejo capitalismo de usura pensado sobre la configuración de la contradicción capital/trabajo y enraizado en la lucha de clases es sustituido por una concepción en la que priman los valores de la solidaridad entre patrones y empleados, obreros y empresarios, campesinos y terratenientes, jornaleros y latifundistas. En definitiva nos recrean una sociedad capaz de cubrir a todos sus miembros en la denominación genérica de consumidores pertenecientes al sistema.
Hoy la nueva izquierda nace ideológicamente del debate con la derecha; se sitúa dentro de una posición involucionista y sus posiciones tienen más de liberalismo o socialdemocracia, y sus métodos mafiosos nos recuerdan la camorra. Se incrustan en una estrategia de división de un proyecto liberador y democrático de América Latina desde México hasta el cono sur. Ojalá su protagonismo sea efímero, de lo contrario, se augura un negro porvenir para los partidos políticos en los cuales están enquistados.Leer más...Próceres
La defensa airada del Instituto Federal Electoral (IFE) como una institución autónoma del Estado que hace ahora su consejero presidente Luis Carlos Ugalde, no se corresponde con la custodia ardorosa de la democracia con la que debió haber conducido el proceso electoral de 2006. El contraste es demasiado grande y está en su contra.
Él mismo ha reconocido las grandes fallas de dicho proceso, entre ellas: la injerencia fuera de las reglas del ex presidente Fox y de las normas electorales por los grupos copulares de empresarios; la falta de seguimiento y, por lo tanto, de control de los enormes gastos en publicidad de las campañas de los partidos políticos; la manera en la que circularon los millones de pesos hacia las cadenas privadas de radio y televisión, haciendo de las elecciones un verdadero negocio.
Sobre todo esto su ausencia complaciente fue notoria. Está también la forma fallida en que condujo al IFE en el momento de dar a conocer los resultados electorales, asunto que ha dejado sin duda una marca ominosa sobre el modo de operar del instituto y sobre su propia gestión. Y esto va más allá de las preferencias por los diversos candidatos de una ciudadanía muy dividida.
Ya no puede Ugalde volver a lo que quisiera considerar el punto de partida, como la referencia a la que se empeña en rescatar, y que es el mismo IFE bajo su mandato. El consejo que preside es parte del problema y no de la solución. La crítica que hace a los acuerdos de los partidos en el Congreso para su remoción y la de sus colegas está sujetada por débiles alfileres. Esta costumbre no se aplica sólo a la política económica.
El IFE conforma una enorme burocracia, con un presupuesto y prestaciones para sus altos funcionarios y para sus consejeros que está fuera de lugar en una sociedad como éla nuestra. Como autoridad electoral no tiene hoy la personalidad y el liderazgo de sus consejeros, que la capaciten para generar la credibilidad y conducir sus funciones en el marco del quehacer de la política en México. El ideal de contar con un organismo electoral que actúe casi de modo automático y sin protagonismos para organizar las elecciones y ofrecer los resultados correspondientes, como ocurre en muchos otros países, está aquí muy lejos.Leer más...
Alarma en el Vaticano
No por las reacciones negativas que ocasionaría una posible condena al cardenal que maneja el santuario más rico de América, el de Guadalupe; tampoco por la falta de donativos provenientes de los hombres del poder, en protesta por el aislamiento al que se condenó al padre Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo y guía moral de los hombres más ricos de México. El problema es más grave, con aristas que tocan las fibras que sostienen y atraen a más creyentes: la de los milagros y las soluciones a los problemas de diversa índole que ahora ofrecen organizaciones y personas que no están registradas y menos autorizadas para esos menesteres por la Santa Sede.
Pero lo que más despierta la inquietud vaticana e incluso del concierto de naciones es Felipe del Gran Poder. Es nada menos Templario del Escapulario de Dios y Gran Curandero de la Sábana Santa. Felipe del Gran Poder asegura que soluciona todo tipo de problemas y con tal prontitud que los 15 minutos de Vicente Fox para arreglar el asunto de Chiapas son una eternidad.
La publicidad lo califica de “súper promotor de los milagros”. Seguramente por eso las dos televisoras preparan espots en los que convocan a todos los mexicanos a celebrar el Bicentón y el Teletón juntos, en una alegre fiesta de unidad nacional y mundial. Todo bajo el manto protector de Felipe del Gran Poder.
Ojalá ese manto se acuerde de evitar la destrucción ambiental. Leer más..
México SA
Recuento de falsedades
Desconocen el artículo 93 constitucional
Repetidas, frases de campaña, compromisos y promesas huecas
Como no tenía nada concreto que informar, pero era necesario llenar muchas páginas en blanco que parecieran un reporte detallado del estado que guarda la nación, el inquilino de Los Pinos se dedicó a repetir frases de campaña, compromisos de arranque de gobierno y, en fin, enunciados igual de dichos que de huecos.
Las citas y “logros” políticos, económicos y sociales en nueve meses de estancia en la residencia oficial, compendiados en el autodenominado Informe de gobierno, se pueden encontrar, por cientos, en los discursos y promesas de campaña, en el par de “debates” organizados el año pasado, en la decembrina toma de posesión por la puerta de atrás, o en cualquiera de los pronunciamientos en giras, encuentros, reuniones y conexos como inquilino de Los Pinos. Pero de carne, nada.
Las mismas frases huecas, con iguales promesas incumplidas e idénticos vacíos en cualquiera de las “cinco grandes vertientes” en que el michoacano dividió su “informe” (“estado de derecho y seguridad, economía competitiva y generadora de empleos, igualdad de oportunidades, sustentabilidad ambiental y democracia efectiva y política exterior responsable”), en este segundo capítulo del “entregas y te vas”, para cuya emisión la clase política secuestró al país durante semanas.
Sin honores, sin tribuna, sin atril, Calderón entregó su “informe” a un dócil correligionario, y en su apuro por decir algo que justificara su estancia en San Lázaro, sólo se le ocurrió ofrecer algo que por ley está obligado a hacer: “he instruido a los secretarios del despacho del gobierno de la República para que se presenten ante este Congreso a rendir un informe del estado que guarda su ramo en los términos y cuando así lo determine la Cámara de Diputados o el Senado de la República” (alguien debió decirle que de tiempo atrás el artículo 93 constitucional establece que “los secretarios del despacho, luego de que esté abierto el periodo de sesiones ordinarias, darán cuenta al Congreso del estado que guarden sus respectivos ramos”).Leer más...
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