Me mandan esta nota de Al Calor Político:
Cálido recibimiento en la FILU
Eufóricos pejistas lanzan a la Poniatowska para el Nobel
“Está más cerca Pitol,” agradeció la escritora con humildad
El Gobernador, el Rector, Sergio Pitol y cientos de Lopezobradoristas, durante la presentación de “El tren pasa primero”
Admirada por jóvenes y adultos, Elena Poniatowska regaló dedicatorias al término
de la presentación de su libro: El tren pasa primero.
Foto: Alba MartínezPor Ramón Moreno Alvarado
Xalapa, Ver. a 23 de septiembre de 2007.- En un inusual evento político cultural se convirtió la presentación del libro El tren pasa primero de Elena Poniatowska, donde coexistieron seguidores del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador con el gobernador Fidel Hererra Beltrán, el alcalde Ricardo Ahued; el rector Raúl Arias Lovillo y el premio de literatura Cervantes 2005, Sergio Pitol sin que mediaran descalificaciones o agresiones; en cambio, la euforia ahí presente hizo que algunos espontáneos se erigieran en comité provisional de promoción de la escritora para el Premio Nobel de Literatura.
En esta ciudad en donde cada vez el “surrealismo político” -una especie de articulación de cultura y política como signo de los nuevos tiempos-, es más visible entre la población que entre las élites, al menos 250 personas que abarrotaron el pabellón central de la FILU, recibieron con un “¡Elena, Elena, Elena!” a la autora de Lilus Kikus; en tanto que un puñado de pejistas le corearon: “es un honor estar con Obrador”, mostrándole un cartel del Peje con la banda presidencial del Gobierno Legítimo.
Agradecida por la calidez, la Poniatowska se dejaba querer, al tiempo que respondía con otra porra: “!Xalapa, Xalapa, Xalapa!” e irónica mostraba sus manos para decir “yo también tengo mis manitas limpias como Calderón.”
Enfundada en un elegante vestido verde pistache, la escritora de La noche de Tlatelolco, leyó un capítulo de su nueva novela, inspirada en la vida de Demetrio Vallejo, el líder del sindicato ferrocarrilero del siglo XX hoy olvidado por muchos, así como en la importancia que tuvo el tren para pobladores de comunidades rurales de México que acabaría siendo vendido y olvidado durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
Poniatowska no perdió oportunidad para mostrar, con una narrativa ágil, testimonial y documentada, porqué la seleccionaron como ganadora del Premio Rómulo Gallegos en este año y como el presidente venezolano, Hugo Chávez, le cantara “La Adelita” ante los intelectuales de su país, calificándola “de heroína de la revolución” el papel de las máquinas del tren, porque en ellas viajaban los caballos en el invierno y cómo Pancho Villa, quería volar trenes, rieles y puentes para que no abasteciera a las tropas federales.
Agradecida por la calidez, la Poniatowska se dejaba querer.
Foto: Alba MartínezAllí, entre líneas de su creación y recreación de su novela, la consecuente autora de Tinísima brincó hasta el año 2005 en donde recordó que aún hay ferrocarrileros en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz que luchan por anular la venta ilegal de Ferrocarriles Nacionales que dejó sin empleo a muchos obreros y miles de personas que vivían de la venta de comida, artesanías y recuerdos a los pasajeros que viajaban por esta vía a muchos lugares del país.
Y recordó como en la Macroplaza de Monterrey, Israel Tapia Medellín, Eleazar Pérez Loera y Bernabé Solano Mendoza, del Movimiento Democrático Ferrocarrilero junto con otros obreros, se crucificaron para solicitar que a los mexicanos se les devuelvan el tren, porque miles de jubilados, que en su tiempo fueron paileros, telegrafistas, redonderos, rieleros, maquinistas, viven en la pobreza, en vagones al lado de las vías olvidados a pesar de que ahora sólo el tren se ocupa para la carga.
También se quejó de que mientras en Paris las viejas estaciones del ferrocarril se han convertido en lujosos restaurantes, en donde Luis Buñuel comió con Fernando Benítez y otros intelectuales y de que en Europa las máquinas son verdaderos hoteles de lujo, a pesar de su importancia en gran parte del país, no quedan ni las fotos de lo que fueron.
Por más de 20 minutos leyó su capítulo, en donde inventó la vida de Trinidad Pineda Chiñas; sus amores, cuitas, luchas a favor del ferrocarril, la enseñanza del marxismo en medio del romance, pero también la renuncia de muchos a la lucha por el amor, que entre otras cuestiones por eso deseó que su novela sirva de ayuda para recuperar el más bello sueño de los mexicanos: el tren.
Resistencia Civil Xalapeña propone a Elenita para el Nobel
Y luego, en una intervención sorpresiva, Ángel Cortés, presidente en Xalapa del Comité Provisional de la Asociación Civil Internacional Elena Poniatowska Premio Nobel de Literatura, creado en redes ciudadanas en resistencia civil, leyó un breve comunicado para plantear su propuesta “porque es un espejo de cada uno de los mexicanos y latinoamericanos, de nuestras raíces culturales históricas y actuales, una auténtica expresión de los pueblos, por el humanismo de su literatura y su valor artístico, su sencillez asequible y otras características.”
Al instante, Poniatowska agradeció y les explicó: “para el mundo de letras hispánicas, antes de sacarse el Premio Nobel hay que sacarse el Premio Cervantes que ya se lo sacó Sergio Pitol, gloria de Xalapa; él está en un peldaño de la escala del Nobel más alto que yo”-
Agradeció mucho y agregó “no hay peor lucha que la que no se hace porque con Julieta Campos y otros escritores, propusimos durante 20 años seguidos sin parar a Octavio Paz y se lo sacó 20 años después, entonces si ustedes me proponen durante 20 años, ahorita tengo 75, espero ir con un bastoncito para recibirlo.”
Luego, abordada por la prensa momentos antes de entrar al evento, afirmó con su habitual sencillez que aún no se puede hacer un balance del desempeño de Calderón en materia de cultura, ni en reforma fiscal ni en materia electoral “no lleva ni un año pero a mí me parece muy pobre, no ha mejorado en nada el país, me parece triste lo que está sucediendo en al país.”
Por el contrario el gobernador Fidel Herrera Beltrán, como no vio a sus reporteros de cabecera no quiso hablar. No se pudo saber si mandaría una iniciativa de ley a “su Legislatura” sobre cultura que Veracruz no tiene, pese a que ya se organizaron foros con la comunidad para concertarla; sólo se limitó a decir: “en este momento vengo a visitar la feria y al término del recorrido les hago una declaración, déjenme un día, un momento procesar algo.”
Ahí en la FILU, llamó la atención que el Coordinador de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlalnehuayocan, vistiera la playera distintiva del personal del Comité Organizador de la Feria, así como el hecho de que tras el prolongado aplauso a la escritora, Poniatowska en reciprocidad se dispusiera a firmar más de 100 libros de lectores que hicieron una larga fila, en la que estaba un ex líder disidente de los ferrocarrileros y que fue Director de Limpia Pública Municipal: Alejandro Zedillo.
¿Pues saben qué? Va: Elenita para el Nobel.
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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