LA "NO-DISCULPA" DE SERGI MASS Y LAS RELACIONES DE GRANIER CON EL GOBIERNO DE VICENTE FOX

Nos traemos este excelente post de Eratóstenes Horamarcada. Ah y por cierto: todo parece indiciar que el cerdo racista (curiosamente aindiado y con rostro bofo y cachetes mofletudos) Mario Granier es un pirrurris hijo de un funcionario foxista:

Un Sergi Mass, un Sergi menos

Por: Eratóstenes Horamarcada

En un texto reciente, a partir de un caso específico, mostré algunos de los efectos perjudiciales de la campaña inmoral, sensacionalista y mentirosa con que el Partido Acción Nacional dividió los ánimos del país. El día de hoy ejemplificaré con otro caso las consecuencias de esta clase de campañas.

Un lector del Sendero del Peje denunció hace unos días en ese blog la promoción que de la discriminación social hace Televisa a través de su canal Telehit. De acuerdo con la denuncia, Sergi Mass, conductor del programa Crónicas manchadas (una producción de Mario Garnier), habría utilizado a una activista política de edad avanzada como involuntaria actriz de un sketch pretendidamente cómico. Para obtener el efecto deseado, tendría que ser engañada: Mass y Garnier no podían esperar que la mujer consintiera colaborar con su programa sabiendo que las risas serían provocadas a costa de ella.

En el video difundido de aquel programa, Mass y un camarógrafo de Telehit se acercan a un grupo de personas que, con todo el derecho que les reconoce nuestra Constitución, protestan en el Zócalo capitalino en contra del presidente ilegítimo Felipe Calderón, cuya llegada al poder, y los medios de que se valió para llegar, han sido cuestionados como no se había cuestionado a ningún presidente en México desde Carlos Salinas de Gortari (1988).

Tras formular algunas observaciones ofensivas sobre el cabello y la apariencia de la mujer a la que convertirá en protagonista de su video, Mass finge interesarse en las razones por las cuales el grupo está protestando. La manifestante lee lo que lleva escrito en una hoja.

"Porque en realidad [Felipe Calderón] no ha ganado [las elecciones], se ha robado los votos, el pueblo no está de acuerdo... Le exigimos que renuncie porque no es justo que se sigan robando las votaciones..."

Sergi Mass no presta atención a las palabras; está haciendo oscilar el micrófono sobre la cabeza de la anciana (no muy alta, como en cambio sí lo es Mass). El camarógrafo, por su parte, lanza la cámara hacia la anciana —para retirarla enseguida. Este sinsentido de echar y retirar la cámara se prolonga durante toda la entrevista.

La anciana recibe inicialmente de buen humor el jugueteo de Mass y su camarógrafo, pero la broma dura demasiado y las personas que rodean a la anciana despiden con desagrado al dúo de entretenedores.

Una vez a salvo de la cólera de los manifestantes, Mass le confiesa a su camarógrafo: "me estaba cagando de risa, güey... le estaba pegando en la nariz, le pegaba en la nariz..."

Antes del episodio de los manifestantes, Mass había estado ridiculizando a quienes caminaban esa misma mañana por el Zócalo, mostrando una fijación morbosa en aquellos individuos cuyo aspecto difería del ideal de belleza predicado por la industria del espectáculo para la cual “trabaja” Mass. A una vendedora de dulces que, en compañía de su hija, ofrecía su mercancía, le preguntó: “¿usted se operaría, si no fuera pobre, para dejar de ser tan obesa?"; "¿acaso se puso así por haberse comido todos sus dulces?” A otra mujer, delgada pero de corta estatura, acompañada, como la anterior, por uno de sus hijos, se dirigió de esta manera: “estamos buscando el punto de vista de gente fea y chaparrita, ¿puedo hablar con usted?”

Si buscaba fisonomías ajenas a la de un galán de cine, no entiendo cómo Mass no aprovechó para hacerle una de sus “travesuras” a cierto sujeto chaparro, prieto, miope y pelón que cobra jugosos cheques muy cerca de donde andaba el equipo de Telehit. El mismo Mass no es particularmente atractivo: cecea al hablar, es esmirriado, semicalvo y —cuentan las malas lenguas— anoréxico; ¿de qué se envanece entonces?

Después de un alud de quejas como las que muestra esta captura de pantalla, el foro de visitantes del sitio oficial de Sergi Mass, el sitio mismo, así como algunas páginas de internet que contenían información sobre Mario Garnier, todo eso tuvo que ser clausurado por sus atemorizados dueños (el padre de Mario, al parecer, fue empleado de la Secretaría del Trabajo durante la administración de Vicente Fox).

Telehit no fue capaz de prever la reacción que desencadenaría en el público la exhibición de clasismo de Mass. No bien se hiciera pública la denuncia en el Sendero del Peje en contra del español, llegaron cientos de mensajes al buzón electrónico de Servicios Dinámicos Corporativos, una de las agencias que solía contratar a Mass como modelo. La directora de Servicios Dinámicos, Isabel Carrillo Flores, le aseguró a Víctor Hernández, administrador del Sendero, que no volverá a requerir las gracias de Mass, e informó lo siguiente:

“[...] la agencia que lo trajo [a Sergi Mass a México], lo más seguro es que lo regrese a España y se le pondrá la queja correspondiente en el Instituto Nacional de Migración ya que como extranjero no puede insultar en lo más mínimo a alguien en nuestro país y es extensiva esta queja ante derechos humanos ya que cometió una discriminación muy agresiva [...].”

“Como un comentario adicional yo creo que las protestas de ustedes (que son muy válidas) deben de también canalizarse al productor del video, a telehit, a quien contrató y dio instrucciones a Sergi, porque algo sí les garantizo: los modelos y conductores no hacen nada por cuenta propia, hay algo detrás de todo esto.”

Ayer, Sergi se “disculpó” con una excusa extraña, balbuciendo que su programa es de entretenimiento, no de política. Era de esperarse una salida como esa; hace más de seis meses que Beam publicó en este mismo Pedote de FeCal que el locutor Óscar Uriel, en un programa de radio transmitido por internet, redujo las protestas obradoristas a un asunto de “sandwicheros” y “acarreados”. En aquella ocasión también hubo cientos de e-mails exigiéndole a Dixo (los patrocinadores de Uriel) que obligara al comentarista a disculparse. Las disculpas nunca llegaron; Dixo, astutamente, aprovechó el escándalo para promocionar sus programas (el sitio web, de hecho, anunciaba el podcast de Uriel como “el podcast prohibido”).

De Televisa nunca vamos a recibir la satisfacción que nos debe, pero los compañeros de Radio AMLO ya señalaron el camino a seguir: en el video del programa hay elementos suficientes para interponer una demanda en contra de Televisa. No veo otra manera de hacer las cosas.
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Este agravio no se va a olvidar con esa tibia y simulada disculpa, Sergi. Y sigues tú, productor. El movimiento va sobre ti, Granier. Racista cobarde.