Cuando los políticos entendían que la política es un arte |
domingo, 11 de marzo de 2007 | |
Por María Teresa Jardí Los cuentos para niños suelen empezar diciendo había una vez (...) y los abuelos solemos empezar así incluso los cuentos "de boca" que suelen ser los preferidos por los nietos, porque en ellos se insertan personajes que llevan el nombre y tienen la edad y las características de los propios nietos. Había una vez un niño que se llamaba como tú y que no quería comer espinacas y entonces etc. Ya se sabe que tampoco es que seamos siempre imaginativos todos los abuelos. Me imagino la delicia que debe haber sido ser nieto de García Márquez, por ejemplo.
--Me conviene fingir, tan ilegítimo que soy, que aspiro a que se dé un buen trato a los migrantes que envío mientras se enriquece, como Slim, mi familia, pues ni modo que haga conciencia del esfuerzo que significa traerlo a Mérida donde tantos mexicanos lo repudian. De Fecal no cabe esperar otra cosa que el estado de sitio que hoy afecta a Yucatán como inicio del estado de sitio con el que gobiernan lo dictadores. Y además ya se sabe que la inteligencia, en su caso, brilla por su ausencia y la imaginación va ligada, generalmente, a la inteligencia. Dos dedos de materia gris le habrían bastado para aceptar, qué digo aceptar, para exigir, el recuento de votos para no llegar como ilegítimo, incluso para poderse mirar al espejo sin ver al lacayo del gobierno terrorista que Bush encabeza. Pero una decepción son Lula y Tabaré. Empeñados en venderle el etanol a Bush, lo inteligente habría sido hacerle saber a Bush el repudio que despierta en cientos de miles de uruguayos y de brasileños. Hasta para vender más caro ¿no? Cuestión de inteligencia pero también de entender la política como el arte que alguna vez fue. A Bush se le oculta el repudio de los pueblos, no porque se tema un atentado en su contra. El que atenta contra la humanidad todos los días es Bush. El asesino es Bush. Los asesinos no somos los otros. Y quien no nace asesino, como sí nació Bush, no le pasa por la cabeza asesinar a nadie, ni siquiera a Bush. A los no asesinos nos basta con despreciarle. Nadie se puede acercar a quinientos metros a la redonda para que el canalla repudiado por millones de habitantes del planeta no se entere del odio que despierta. Huye de los EEUU porque todo le está saliendo mal. Bush ya no sirve ni a los grandes intereses que dominan el mundo, porque además de asesino es idiota. Pero los gobernantes de América Latina, que en un acto de lealtad a sus pueblos debieron hacerle saber que no era una persona bienvenida, lo reciben agrediendo a sus pueblos y violando todo lo violable. A ver cómo justifican FeCal y el Ejército, que el general Galván encabeza, del Estado Mayor Presidencial, desde el golpe de Estado dado en el Congreso, convertido en bunker, se puede esperar cualquier cosa, como mujeres violadas en Atenco. Cómo va a justificar el Ejército Nacional, antaño tan patriota, como válido el que lleguen a la puerta de los ciudadanos meridanos, los marines o los militares mexicanos, la vergüenza es la misma, a decir: --Con permiso. O no, ni eso, porque no es que pidan permiso para entrar tampoco. --Vengo a ocupar su azotea porque el demente gobernante yanqui va a venir de visita y nos han ordenado apostarnos como francotiradores en su techo. |
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