05-02-2007 |
Pedro Echeverría V.
1. A pesar de todo 1988 se convirtió en un referente histórico de los procesos electorales mexicanos por la enorme movilización que desató; así como la derrota presidencial al PRI en el 2000 –a pesar de que el gobierno panista fue la continuidad del PRI- será un acontecimiento trascendental. El probable triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas (CC) en las elecciones de hace 18 años se convirtió en real, 1. Al “caerse el sistema de computo” cuando se iban a dar resultados, 2. Al quemarse las boletas por acuerdos del PRI y del PAN y 3. Sobre todo, al reconocer hace unos años, Miguel de la Madrid –el presidente de la República en turno- que Cárdenas había ganado aquellas elecciones. La toma de calles protestando por el fraude fue el principio de las batallas siguientes.
2. Hace exactamente 18 años, en febrero de 1989, se veía como se ve hoy que la oposición que conformaba el Frente Democrático Nacional (FDN) –integrado por el Partido Mexicano Socialista (PMS), el Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y el Partido Popular Socialista (PPS)- se estaba debilitando ante el gran poder del presidente Carlos Salinas que mediante el uso de cientos de millones de pesos, el ofrecimiento de “triunfos electorales” y el amplio financiamiento de partidos, después de comprar al PAN, comenzaba a quebrar a los políticos del FDN. Los dirigentes pretextaban mucho para buscar la separación y llegar a negociaciones con el presidente Salinas.
3. Sin embargo para Cuauhtémoc Cárdenas no había tal debilitamiento. Aunque las grandes movilizaciones habían pasado y se comenzaba a hablar de la organización de un partido, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de su programa y sus principios, CC repetía que el FDN estaba muy sólido, que en él se trabajaba mediante acuerdos. Cuando se hacía ver al excandidato Cárdenas que muchos dirigentes del Frente se estaban reuniendo con gobernadores priítas muy corruptos él respondía que hay que ver de qué se trata, que hay que ver cada caso por separado y que cada partido tenía la libertad de hacerlo mientras no lo haga en nombre del FDN. Ninguna opinión diferente lo llevaba a desanimarse o reconocer las críticas que se hacían.
4. Muñoz Ledo fortalecía los puntos de vista de Cárdenas al responder que los problemas y divergencias que entonces existían en el FDN y la misma construcción del PRD no deben asombrar a nadie, son solo reflejo de nuestra realidad política. Explica: “El fracaso para lanzar candidatos comunes en algunos lados, el trato áspero que en ocasiones surgen entre aliados, la posibilidad no descartada de rupturas, la persistencia de una diversidad que llega a la búsqueda de alianzas entre comunistas y anticomunistas, todo es parte de un proceso normal que se da no solo en México sino en el mundo entero. Debemos hacer un acopio de tolerancia, ser flexibles, saber negociar los problemas, sacar adelante un sentido unitario, tener una amplia concepción de coalición”.
5. Sin embargo, ante esas dos concepciones que al parecer justificaban o explicaban una realidad, Heberto Castillo –el ingeniero que también había sido candidato presidencial, pero que renunció para apoyar la candidatura unitaria de Cárdenas- pensaba distinto. Ël decía con firmeza que no se puede inventar la unidad. Hacía ver que dos partidos, el PPS y el PFCRN, exigían que se estableciera la lucha por el socialismo y se adoptara el marxismo leninismo, frente al PARM que no estaba dispuesto a unir fuerzas con socialistas o comunistas porque mantiene una posición anticomunista. Decía Castillo además que “los partidos integrantes del FDN le han facilitado los fraudes al gobierno en Tabasco (Donde AMLO fue candidato del FDN), en Veracruz, en Chiapas”.
6. Heberto metió entonces la nota discordante que, al parecer, coincidía con una dolorosa realidad. Salinas de Gortari –como hoy Felipe Calderón- había negociado con los grandes empresarios, con los medios de información, con el alto clero y con los inversionistas norteamericanos. Pero lo más importante para él es que había negociado con la dirección panista, como hoy Calderón con los príístas -a cambio de un total apoyo a su gobierno- entregarles financiamientos, muchos cargos políticos y una especie de cogobierno. Aunque Castillo no fue muy explícito, sin duda estaba sintiendo esa realidad. Salinas se consolidará al propiciar el encarcelamiento del líder petrolero La Quina, la caída de líder Venus Rey y el derrocamiento del líder magisterial Jongitud Barrios.
7. En febrero de 2007 las cosas son distintas a 1988, pero no tanto. El triunfo electoral de Cárdenas hace 18 años no fue tan evidente como el de López Obrador; la correlación de fuerzas internacional no era favorable a Cárdenas como hoy a la izquierda en América Latina; el gobierno de Reagan se retiraba con fuerza después de imponer el neoliberalismo, en tanto hoy Bush termina su gobierno perdiendo la guerra ante Irak. La situación económica del país era un desastre, muy parecida a como lo está hoy; el PRI de manera acelerada comenzaba a debilitarse, tal como el PAN se encuentra en estos días; el FDN que por ser un conjunto de organizaciones estaba muy dividido, era semejante al PRD lleno de tribus que solo compiten por cargos y dinero.
8. Visto este triste panorama que permitió la total consolidación de Carlos Salinas, no puede uno dejar de pensar de que se repetirá la misma experiencia. ¿O, hay acaso elementos importantes que permitan vislumbrar un gran movimiento de masas en el país que permitan echar del poder a esa funesta derecha empresarial que se ha unificado alrededor de Calderón? La realidad es que los líderes panistas son unos perfectos ignorantes de lo que sucede en el país, pero cuentan con infinidad de recursos económicos, con las fuerzas armadas del ejército y la policía, así como con ese “Estado de derecho” con el que se encubre la “legalidad”, así como la explotación y la opresión de los trabajadores. Con ello los medios de información justifican todo.
9. La historia sirve para conocer el pasado, pero también puede ser un instrumento que nos ayude a comprender el presente. Calderón es un discípulo directo de Salinas y continuador de su pensamiento económico y político. Las coincidencias del panismo con Salinas fueron totales o, si se quiere, como los panistas decían en 1989: “lo que hoy plantea Salinas no es otra cosa que la copia de nuestra doctrina que surgió 50 años antes”. Por eso los dirigentes panistas Luis H. Álvarez, Carlos Castillo y Diego Fernández de Cevallos siempre estuvieron negociando en Los Pinos y por ello los panistas se sentían muy reconocidos por el presidente. ¿Cuánta coincidencia existe entre esos dos partidos y las políticas presidenciales?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario