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Populismo de derecha

RICARDO MONREAL
nota original

Si algún populismo padecemos por estos días es la “guerra santa” contra el populismo. Una suerte de cruzada ideológica, de motivaciones esencialmente fanáticas y conservadoras, pero vestida con el traje republicano del Estado laico.

La historiografía ubica al populismo del lado izquierdo de la balanza (movimiento de protesta en la rusa zarista que identificaba a los más pobres y desposeídos con “el Pueblo”, y a éste como el sujeto único de la historia). Pero en términos de las ideas políticas, es perfectamente posible identificar un populismo de derecha. Aquel que hace de “el Pueblo” un recurso retórico para negar las desigualdades y diferencias sociales, que homogeniza a ricos y pobres en el concepto Nación, que gobierna con la virtualidad de los medios (no con el virtuosismo de los fines) y que dota al pueblo de un “destino manifiesto”, convirtiéndolo no en el sujeto activo de la historia, sino en el sujeto pasivo de las élites de poder.

Tenemos a la vista tres ejemplos de esta “guerra santa” del populismo de derecha contra su imagen convexa, a la que presuntamente odia y desprecia, el populismo de izquierda.

Populismo en política exterior: beatificado presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, el también presidente del PAN anuncia el nuevo destino manifiesto de la ODCA: rescatar a los gobiernos latinoamericanos de las garras del populismo. Para esta santa lucha hay una contrarreforma política: “Ofreceremos a todos los partidos asociados servicios en materia de comunicación, capacitación técnica, tecnología y métodos de trabajo para campañas electorales”. Es decir, exportarán el modelo Fox de “ganar” elecciones a “populistas” como AMLO, sin importar que en la cruzada se ponga en riesgo la estabilidad política y social de un país y se atropelle a la Constitución que tanto se dice venerar. En Davos, Felipe Calderón le hace segunda al misionero mayor y señala que el dilema en América Latina no es entre derecha o izquierda, sino entre la democracia (el futuro) o el regreso a dictaduras personales vitalicias (el pasado). “¿Perdón?”, reviró el presidente de Brasil, “el presidente de Venezuela fue elegido tres veces, todas de la forma más democrática posible”. Es decir, no es producto de un 0.54% de diferencia ni de un conflicto poselectoral agudo. La cruzada de Espino y Calderón tuvo eco en el debut de Fox como ex presidente conferencista, en la ciudad celestial de Los Ángeles, donde pidió a América Latina huir de las “dictaduras perfectas”, en una imperfecta referencia literaria, “tal como lo dijo el Nobel colombiano Mario Vargas Llosa”. Un dislate a la altura de la novel guerra santa que libra la derecha populista mexicana.

Populismo en política social: Fintear con programas sociales de izquierda y noquear con decisiones económicas de derecha no sólo es una vieja estrategia pugilística, sino una añeja estratagema populista. Dar 50 pesos mensuales de “apoyo energético” a los más necesitados, pero desenergizar la canasta básica con un aumento de 150 pesos en dos meses es populismo económico de pura cepa azul. Firmar un pacto de la tortilla para oficializar un aumento de 40%, seguramente habrá causado la envidia del ex presidente Luis Echeverría, el “más populista de los populistas”. En suma, contener los salarios y liberar los productos básicos se presenta como el “santo grial” contra la inflación para evitar que el país regrese al pernicioso populismo económico. ¿Resultados? Inflación de dos dígitos en dos meses y la primera manifestación obrera en 24 años exigiendo aumento salarial de emergencia. ¿Quién dijo allí viene el ogro populista que pondrá en peligro la estabilidad económica y laboral del país?

Populismo en seguridad pública: extraditar capos que ya habían sido extraditados de sus cárteles; movilizar 7 mil efectivos militares y policiales para capturar 80 delincuentes de medio nivel; gastar 300 millones de pesos al mes para recuperar 20 mil pesos y dos mil 400 dólares; asegurar 7 toneladas de mariguana de las 50 que pasan cada mes y cero kilos de cocaína de los miles de kilogramos que pasan por la frontera norte, es como poner un elefante a perseguir ratones. Entretiene mucho, pero combate poco. Lo más visto del megaoperativo: una megafoto del comandante supremo con quepí y casaca de labor evidentemente grandes. La relación costo-beneficio de estos operativos de relumbrón no se finca en la racionalidad económica, sino en el más populista de los criterios políticos: la búsqueda de popularidad como fuente de legitimidad.

Podríamos seguir con la educación, la salud pública y el campo. Pero hasta aquí le dejamos. ¿Quién dijo que el populismo era patente de izquierda?

AFORTUNADAMENTE COCA COLA TIENE LOS MERCADOS EMERGENTES Y COLABORA EN FRAUDES PARA PODER VENDER SUS PORQUERIAS libremente.

Demandan a Coca-Cola por bebida que quema calorías

Aseguran que la multinacional cometió falsedad al defender con argumentos científicos que su bebida Enviga produce un efecto adelgazante en el organismo
Demandan a Coca-Cola por bebida que quema calorías
Aseguran que "Enviga", promocionada como un producto "quema-calorías", no produce ese efecto


EFE
El Universal
Nueva York
Martes 06 de febrero de 2007
08:13 Un grupo de consumidores de Estados Unidos presentó una demanda contra Coca-Cola por considerar que su bebida "Enviga", promocionada como un producto "quema-calorías", no produce este efecto adelgazante en el organismo.

La demanda fue presentada en Nueva Jersey, uno de los tres estados, junto a Nueva York y Filadelfia, donde se vende la bebida, que hoy mismo comenzó a distribuirse en el resto de EU.

En el texto de la demanda, el "Grupo por la Ciencia en Interés Público", con sede en Washington, alega que la multinacional cometió falsedad al defender con argumentos científicos que esta bebida quema calorías.

Coca-Cola anunció el pasado mes de noviembre el lanzamiento de este nuevo compuesto, carbonatado y con cafeína, que incorporaba un antioxidante presente en el té verde, el EGCC (epigallocatechin gallate), que acelera el metabolismo y, supuestamente, el consumo de energía.

En concreto, la compañía afirma que el consumo de tres latas de Envida (de 12 onzas cada uno, unos 300 mililitros) haría que un individuo normal, sin sobrepeso, quemase entre 60 y 100 calorías.

Pero el grupo de consumidores, que ha sometido el producto a un test entre usuarios de Nueva Jersey, afirma todo lo contrario y defiende que la bebida provoca una realentización del metabolismo y, por tanto, se queman menos calorías, y no más.

"Una persona necesita quemar 3 mil 500 calorías para perder una libra (454 gramos)" , afirma la demanda, lo que supone que, en el mejor de los casos, y bajo la teoría de Coca-Cola, "una persona debería ingerir durante 35 días 100 latas de Enviga, con un coste de 146 dólares, para llegar a perder una libra".

Todo ello, "teniendo en cuenta que esta persona no ingiera 100 calorías adicionales en otros alimentos".

El grupo de consumidores, del que forman parte unos 900 mil asociados, acusa a Coca Cola de haber cometido prácticas comerciales "poco escrupulosas", al publicitar de manera insistente el efecto quema-calorías de su bebida.

Igualmente, en la demanda le acusa de haber cometido "engaño, fraude, falsas pretensiones, falsas promesas, descripciones incorrectas, y de haber omitido información a conciencia", todo ello con el objeto de promocionar su producto.

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NOTA:un día podremos tener un país de leyes, donde el consumidor tenga el poder de decidir realmente, y las empresas no abusen de su posición y predominancia para EXTRAER ganancias ilegales, los precios competitivos son parte de esto.