INDICE POLITICO.

¿Presidente del empleo?

domingo, 25 de febrero de 2007

Francisco Rodríguez Indice político Durante los últimos dos meses miles de mexicanos han quedado en el desempleo. Obvio: tampoco se ha creado una sola nueva plaza laboral. Aunque sí, discúlpeme, hubo una temporal en Los Pinos para la "culturera" de Marta Sahagún, doña "Sari" Bermúdez -sería la "nana" de los ex presidentes-, pero sus nerviosas contradicciones al ser descubierta la dejaron otra vez sin trabajo remunerado por el erario. No sólo han quedado en la calle centenares de servidores públicos a quienes, violando la Ley del Servicio Profesional de Carrera, se ha despedido para dar cabida a los amigos del nuevo aunque ya cansado inquilino de Los Pinos. Así, por ejemplo, un notario se encarga de negociar con grupos campesinos en la SRA, un médico oftalmólogo es el nuevo estratega de producción y distribución de lácteo, en Liconsa; y el zar del trigo, Lorenzo Servitje, poder tras el trono en Agricultura donde sólo formalmente despacha su protegido Alberto Cárdenas, se encarga de la producción ¡de maíz! También, de acuerdo al muy serio e imparcial Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) decenas de miles de ciudadanos han perdido sus fuentes de ingreso. La cifra quizá no diga mucho, pues es apenas de 0.43 puntos porcentuales. La verdad es que, de acuerdo a los rangos establecidos por la OCDE, a la que quién sabe porqué rayos pertenecemos -es el "Club de los Ricos"-, estamos, en palabras de un clásico, cada vez más "jodidos". El autollamado "Presidente del Empleo" empieza con el pie izquierdo su mandato. La tasa de desempleo fue de 3.96. En junio fue de 2.88 por ciento. Me dirá usted que es muy pronto, apenas poco menos de 90 días, para exigirle resultados. Tendrá razón, en parte. Porque en estos dos meses poco o nada se ha hecho, que no sean discursos, para reactivar la planta productiva del país. Antes, lo contrario. El Presupuesto de Ingresos enviado por Calderón al Congreso en diciembre, lo dice todo. Antes que estimular fiscalmente la creación de empresas, a las existentes se les ha cargado la mano en demasía, al no poder ya descontar sus créditos y adeudos en el pago del injusto impuesto al activo. Así que si usted no tuviera el capital y se viera obligado a acudir a créditos bancarios -otro imposible- tendría que pagar impuestos por lo que le prestaran para abrir una empresa. Más caro el caldo que las albóndigas. Si de verdad quisiera Calderón que se crearán más plazas laborales, impuestos tan desalentadores a la inversión como el descrito, entre otros, no hubieran sido incluidos en el presupuesto. Es, pues, violencia fiscal. Pero tal no parece ser sino un mensaje efectista para campaña electoral. Como todos los políticos "a la mexicana", el señor Calderón hizo campaña en verso, pero está gobernando en ruda prosa. Invitar a inversionistas extranjeros a traer sus capitales a México, no deja de ser sino retórica. Pocos vendrán si continúa esa violencia fiscal.