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martes, enero 23, 2007

MIDIÉNDOLE EL AGUA A LOS CAMOTES.

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martes, 23 de enero de 2007

Los elementos de la Policía Federal Preventiva y de la Agencia Federal de Investigación recibieron el apoyo de granaderos para realizar retenes en el primer cuadro del D.F., en los cuales se impidió que cualquier persona pudiera aproximarse a Palacio Nacional. (LA JORNADA/Cuartoscuro

A pesar de las vallas metálicas y de las rígidas instrucciones, elementos de la Policía Federal Preventiva y granaderos fueron sorprendidos por simpatizantes de Andrés Manuel, quienes en operación hormiga lograron llegar hasta la plancha del Zócalo para colocar sus carteles y mantas con consignas en contra de Felipe Calderón. A patadas y empujones les impedían acercarse. (LA JORNADA/Cuartoscuro)

El vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, también calificó como vergonzoso y lamentable el despliegue policiaco. A su arribo al Zócalo, el vocero del CEN del PRD intentó llegar hasta la puerta principal de Palacio Nacional y tras el forcejeo con los policías sacó la Constitución y aludió a los artículos en los que se hace referencia a la libre expresión de las ideas, manifestación y derecho a libre circulación. (Cuartoscuro)

Durante seis horas el Estado Mayor Presidencial y la Policía Federal Preventiva sitiaron la Plaza de la Constitución del D.F. porque Felipe Calderón se reunió con el Consejo Nacional de Seguridad Pública en Palacio Nacional / A patadas y empujones impiden acercarse / Perredistas tuvieron que manifestarse a distancia

Con este operativo, Felipe Calderón sólo hace el ridículo

MEXICO, D.F., 22 de enero (LA JORNADA/UNIVERSAL).- La Plaza de Constitución permaneció materialmente sitiada hoy por el Estado Mayor Presidencial, la Policía Federal Preventiva (PFP) y la policía local durante más de seis horas, para dar protección al 21 Consejo de Seguridad Pública Nacional en el centro del Distrito Federal que tuvo verificativo en Palacio Nacional.

Así, la vigésima primera sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), efectuada por primera ocasión en el Palacio Nacional, transcurrió en medio de un inédito operativo de seguridad que incluyó bloqueos a todas las calles que confluyen al zócalo capitalino, y en el que participaron cerca de cuatro mil elementos policíacos federales, del Estado de México y del Distrito Federal, así como miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP).

Las medidas de seguridad para esta reunión, a la que acudió Felipe Calderón, los gobernadores del país -con la notable ausencia del Jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) Marcelo Ebrard Casaubon-, el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora; el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Genaro García Luna; así como los procuradores estatales y funcionarios de los Poderes Judiciales locales, se llevaron al extremo, luego de que el pasado fin de semana fueron extraditados a Estados Unidos importantes capos del narcotráfico.

Los retenes policíacos cercaron los accesos al primer cuadro del Centro Histórico, al que no pudieron entrar personas y mucho menos vehículos desde las 7:00 horas. Incluso, a diferencia de sesiones anteriores del CNSP que se efectuaban en el Campo Marte, la reunión de este lunes, donde se nombró a Roberto Campa Cifrián, secretario Ejecutivo del organismo, se efectuó a puerta cerrada.

Los representantes de los medios de comunicación sólo pudieron escuchar el discurso inaugural de Calderón, y en cuanto Calderón concluyó su participación fueron retirados del interior del recinto.

Afuera de Palacio Nacional, convertido en un bunker, el EMP colocó vallas metálicas para impedir que las personas se aproximaran al lugar. En los edificios históricos se desplegó a francotiradores y elementos de las Fuerzas Armadas camuflados con uniformes negros.

Los elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y de la Agencia Federal de Investigación (AFI) recibieron el apoyo de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para realizar retenes en el primer cuadro de la ciudad, en los cuales se impidió que cualquier persona que no se identificara como comerciante, funcionario público o representante de algún medio de comunicación, pudiera aproximarse a Palacio Nacional, la catedral, la Suprema Corte de Justicia de la Nación o a las oficinas del GDF.

El cerco perimetral de vigilancia que impidió la circulación hacia el zócalo capitalino comenzó desde las calles José María Izazaga, Eje 1 Norte, Eje Central Lázaro Cárdenas y Circunvalación. A pie se podía llegar hasta el primer cuadro, pero una vez en la plancha del zócalo, el paso era impedido por los muros metálicos que además eran custodiados por los agentes policiacos y por el EMP.

También fue cerrada la estación Zócalo del Metro hasta las 13:30 horas en que se culminó la sesión del CNSP y se retiraron los servidores públicos.

Desde el inicio de la sesión, minutos antes de las 10:00 horas, un grupo de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador forcejearon frente a Palacio Nacional, con la intención de acercarse a una de las puertas del recinto y lanzar consignas en contra de Calderon. Sin embargo, el cerco del EMP y la PFP les impidió el acceso, y los replegó a empujones hasta la plancha del zócalo en donde estuvieron durante varias semanas las casas de campaña que albergaron al movimiento de resistencia civil pacífica.

Los perredistas portaban pancartas en las que se leía: "Felipe espurio, nos llenas de repudio", al tiempo que los elementos policiacos los observaban detrás de las vallas.

Al final de la sesión, cuando Calderón, los gobernadores, funcionarios federales y estatales, así como los invitados especiales abandonaron Palacio Nacional, el grupo de perredistas intentó impedir que los vehículos salieran del primer cuadro, pero los elementos policiacos lo impidieron.

A pesar de las vallas metálicas y de las rígidas instrucciones, elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y granaderos fueron sorprendidos por unos pocos simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, quienes en "operación hormiga" lograron llegar hasta la plancha del Zócalo, para colocar sus carteles y mantas con consignas en contra de Felipe Calderón Hinojosa.

Acostumbrados a madrugar, algunos de los seguidores de López Obrador llegaron antes de que los uniformados cortaran la circulación vial en el Centro Histórico y cancelaran el servicio en la estación Zócalo del Metro, tranquilamente accedieron a la plaza de la Constitución por la Catedral Metropolitana, pero su paso fue cortado cuando trataron de llegar hasta la puerta principal de acceso a Palacio Nacional. Entre empujones y algunas patadas, el pequeño contingente fue detenido y finalmente se instaló ante el enrejado y no faltaron dos mujeres que se treparon y desde allí repudiaron el inusitado despliegue y con un cartel en el que pegaron algunas tortillas, protestaron por el incremento al precio del alimento.

Allí, Jesusa Rodríguez advirtió que todos los ciudadanos que luchan por una verdadera democracia continuarán sus protestas y nada los detendrá. "No vamos a parar", advirtió.

En su breve intervención trató de hacer reflexionar a los policías: "ustedes son parte de este pueblo, seguramente tampoco pueden dormir por las noches pensando en el futuro de sus hijos; recapaciten y renuncien, estar de ese lado no vale la pena".

Y enseguida destacó que los ciudadanos que piensan que López Obrador es el Presidente Legítimo de México se van a defender. "Fecal (Felipe Calderón Hinojosa) se protege a través de un Estado policiaco, pero el pueblo se está cansando de esos operativos que son una agresión inútil y un gasto excesivo y pronto se lo va a cobrar", dijo.

"Con este operativo, Felipe Calderón sólo hace el ridículo", abundó. A su postura se sumó el vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, quien también calificó como vergonzoso y lamentable el despliegue policiaco.

A su arribo al Zócalo, el vocero del CEN del PRD intentó llegar hasta la puerta principal de Palacio Nacional y tras el forcejeo con los policías sacó la Constitución y aludió a los artículos en los que se hace referencia a la libre expresión de las ideas, manifestación y derecho a libre circulación. "Aquí se violaron esas garantías constitucionales, es una paradoja que un evento sobre seguridad esas normas se alteren", acotó.

Luego de manifestarse durante cuatro horas y antes de retirarse de la plancha del Zócalo, el vocero del PRD asentó que la protesta demuestra que en el caso del "robo de la elección presidencial no hay perdón ni olvido" y apuntó que en los poco más de 50 días de mandato, Calderón Hinojosa ha mostrado su incapacidad para gobernar: "están sueltos los precios de los productos básicos; se ha agudizado el problema del narcotráfico y con la entrega de algunos de los barones del narco es evidente la subordinación al gobierno a Estados Unidos; la corte está convalidando los allanamientos, avanza la militarización y de facto se suspenden las garantías constitucionales y todo se toma como si no pasara nada".

La protesta ya se había dado por concluida, pero algunos de los manifestantes al ver avanzar un autobús que estaba estacionado frente a la entrada principal de la Catedral y en el que presuntamente estaban los procuradores de justicia de los gobiernos de los estados, se interpusieron en su camino.

De inmediato los uniformados trataron de proteger el lento avance del autobús; algunos huevos, papeles y hasta un zapato fueron lanzados contra el vehículo y un hombre se lanzó a las llantas de aquél; un frenón intempestivo y el hombre fue cargado en vilo y alejado de camino, finalmente el autobús tomó velocidad y se alejó. "Fuimos pocos, pero efectivos", comentaron, entre sonrisas, los manifestantes.

La Plaza de Constitución permaneció materialmente sitiada hoy por el Estado Mayor Presidencial, la Policía Federal Preventiva (PFP) y la policía local durante más de seis horas, para dar protección al 21 Consejo de Seguridad Pública Nacional en el centro del Distrito Federal que tuvo verificativo en Palacio Nacional.

Desde las 5:00 de la mañana, 700 integrantes del Estado Mayor Presidencial y las Fuerzas Federales de Apoyo de la PFP, de extracción militar y 300 policías del D.F., principalmente del Agrupamiento de Granaderos y de la Policía Auxiliar se instalaron en la zona. Incluso la estación Zócalo del Metro estuvo cerrada hasta las 12:30 horas, cuando el evento había concluido y los participantes se retiraron.

La plancha del zócalo aún estaba en penumbras cuando centenares de policías y militares descendieron de los vehículos oficiales -los llamados “costeros”-, que los trasladaron hasta ese sitio para acordonar un radio de más de dos kilómetros alrededor del Palacio Nacional.

El EMP, la PFP y la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) tomaron sus puestos, y en menos de una hora, todo el centro histórico quedó acordonado.

En diferentes puntos, el Estado Mayor Presidencial montó “retenes” para controlar el paso de peatones. Hacia las 7:00 horas, la seguridad y la vigilancia se extendieron al aire: un helicóptero del grupo “Cóndores”, de la SSP-DF sobrevoló el área y giró instrucciones a los agentes de Tránsito para dar cauce al tránsito vehicular, que se desquició por varias horas.

Como ocurrió en los gobierno de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, el de Felipe Calderón lanzó hoy una Cruzada Nacional contra la Delincuencia, con la que promete ganar la "guerra" al crimen organizado.

El término es casi el mismo con el que administraciones anteriores bautizaron sus promesas de combate a la inseguridad. El 26 de agosto de 1998 Ernesto Zedillo lanzó la Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia y posteriormente, en enero de 2001, Vicente Fox convocó a la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado.

No obstante estas cruzadas, Calderón señaló ante gobernadores y miembros de su gabinete que asistieron a la XXI Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que la inseguridad sigue minando la calidad de vida de los mexicanos.

Resguardado por fuertes medidas de seguridad que incluyeron cercos policiacos y militares alrededor del primer cuadro del Centro Histórico, Calderón asistió por primera vez a Palacio Nacional en 53 días de gobierno, para participar en dicha reunión. De acuerdo con la Presidencia de la República, no tuvo oportunidad de entrar a su despacho de Palacio Nacional en las dos horas que estuvo.

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