Aquellos que viven como si nada!
Rosario Ibarra
19 de diciembre de 2006
Es increíble -me decía una amiga el grado de simulación rayano en cinismo que soportamos en México... Se refería, por supuesto, al gobierno actual, a éste que "entró por detrás" -decía también- y que "con bravuconadas y hordas verdes se quiere sostener."
Me sentí mal porque parecía que ella, a quien conocí desde hace muchos años, había caído en una especie de amnesia, de olvido del pasado tan semejante al presente, que parece hecho en el mismo molde.
Sobra decir que no me quedé callada, hice el recuento de todo lo que hemos vivido los mexicanos durante años; la hice recordar uno a uno los sexenios "tricolores" también "sostenidos" con "hordas verdes"... ¡y en qué forma!
Hablamos largo y tendido durante muchas horas y en la triste evocación, no pocas veces se humedecieron mis ojos, tan disciplinadas como he mantenido las lágrimas desde que inicié el reclamo de justicia para mi hijo, porque me juré no llorar ante los poderosos.
Mi amiga insistía en lo de la simulación y estuve de acuerdo con ella. Lo he dicho muchas veces: uno de los males más graves de México es la simulación, la hipocresía, que aunada a la corrupción han engendrado ese monstruo terrible que es la impunidad.
Ese ente descarado que de pronto adquiere rostros distintos. Sí, rostros de personajes que hicieron mucho mal al país, que lo siguen haciendo y que a veces parece como que el "sistema" los premiara o quisiera "aprovechar" la "sapiencia" de su cinismo, colocándolos en puestos que merecerían hombres o mujeres de probidad indiscutible.
Esto de la simulación es terrible, le decía a mi amiga esa tarde de reminiscencias. Es terrible, mas no increíble, como tú dices. Los malos gobiernos nos la han hecho creíble, vívida, espeluznantemente real, casi tangible.
Cómo pensar que no se puede creer, cuando las órdenes de Echeverría contra nuestros hijos, a los que él llamaba terroristas, fueron ejecutadas con precisión absoluta, todas ellas fuera del marco constitucional (¡y que se atreva alguien a decir que miento!). Terrorismo de Estado le cuadra a su accionar... y allí está "el señor" (como solían llamarle sus subalternos) en su casona de San Jerónimo, protegido por la simulación de muchos que todavía "lo respetan"... tal vez porque tienen alguna manchita de culpabilidad compartida... o por la simple costumbre de simular... practicada durante tantos años.
Pero hay algo peor en esto del "dejar pasar", en esto "del borrón y cuenta nueva"; es el ver a muchos que sufrieron represión, que saben lo que la ilegalidad del mal gobierno significa, más callados que un sepulcro. Esa es otra forma de simulación, pero esa sí, para nosotros, parte del pueblo ofendido, sin disculpa posible. ¿Que callen los del poder? ¡Allá ellos y su culpabilidad sin perdón!, pero que callen los que conocen la perversidad del gobierno, los que sufrieron brutal represión, quienes vieron a sus compañeros en las cámaras de tortura... eso resulta increíble... y ¿por qué no decirlo?... ¡imperdonable!
Se simula y se sigue simulando, pruebas de ello han sido los lugares en los que ha habido asesinatos brutales como en Acteal, en Aguas Blancas, como en San Salvador Atenco y en Oaxaca. Sólo la más descarada simulación, el más asqueroso cinismo, han sido capaces de "dejar pasar" lo que en esos lugares ocurrió y lo que aún sigue pasando, como en Oaxaca.
Con qué enorme capacidad de simulación compartida PRI y PAN dejaron y dejan pasar todo lo que allí aconteció y sigue aconteciendo. Muertes, muchas muertes; culpables de alguna de ellas, liberados; detenciones sin órdenes de autoridades competentes; tortura sufrida por todos los detenidos; traslados a cárceles distantes, como antaño al Campo Militar Número Uno; "por órdenes del gobernador" y ¡el colmo de los colmos!... ¡hasta las liberaciones fueron "órdenes del gobernador"! O sea que todo, absolutamente todo, ha sido ejecutado... por órdenes del gobernador, pero lo triste es que sabiéndolo todo mundo, muchos callan y siguen viviendo "como si nada".
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martes, diciembre 19, 2006
LA SIMULACIÓN Y EL ENGAÑO.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 11:33 a.m.
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