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martes, diciembre 19, 2006

LA FALACIA DEL EMPLEO DE LOS PANISTAS.

México SA
Carlos Fernández-Vega


La triste realidad de la ''histórica creación de empleo''
En todo el sexenio de Fox sólo se generaron 1.3 millones
Calderón, a repetir la fallida receta


La "histórica creación de empleo" que, aberrante, presumía Vicente Fox cuando decía ser el presidente de la República, ya tiene números cerrados, aunque éstos provengan de la estadística oficial.

En efecto, durante el sexenio del "cambio" se generó el menor número de empleo formal de los recientes 25 años, inclusive por debajo del registrado en la administración de Miguel de la Madrid (lo que ya es decir) y a una tasa casi 22 por ciento menor que el promedio, de por sí raquítico, para los cuatro gobiernos involucrados en ese periodo.

En esos cinco lustros, tal promedio se aproxima a las 290 mil plazas formales por año, pero en la administración foxista se redujo a 228 mil, para totalizar un millón 370 mil plazas en todo el sexenio, contra una demanda real de 7.2 millones de plazas laborales en la economía formal (para la anécdota queda aquella promesa ­que se tradujo en votos, y éstos en una costosísima beca para Los Pinos­ de crear un millón 350 mil nuevos empleos por año, para totalizar 8.1 millones en la administración que "históricamente ha creado más puestos de trabajo", según Fox y sus jilgueros repetían).

Muchas cifras para demostrar una sola cosa: la incapacidad de la enclenque economía mexicana para satisfacer la demanda laboral de su población, y el deterioro permanente de los niveles de bienestar de los mexicanos. Ahora toca el "presidente del empleo", que ha comenzado el sexenio con la cancelación de plazas laborales.

Mañana, el INEGI dará a conocer las cifras oficiales sobre los niveles de ocupación y desocupación abierta al cierre del sexenio foxista, pero en vía de mientras la Secretaría del Trabajo y el Instituto Mexicano del Seguro Social adelantaron las correspondientes al empleo formal registrado en este último organismo, y el balance sexenal es verdaderamente deprimente.

Durante el "cambio", el IMSS registró un millón 370 mil 246 plazas laborales en la economía formal, equivalentes a 19 por ciento de la demanda real. La cifra, de por sí raquítica, deprime aún más cuando se conoce que de ese total casi 73 por ciento correspondió a empleo eventual, mientras que el 27 por ciento restante fueron registros permanentes.

Ese es el total en el sexenio, pero en 2006, felizmente el último año del "cambio", se registraron un millón 59 mil 346 (47 por ciento permanentes y 53 por ciento eventuales) plazas formales, es decir, 77 por ciento, en números cerrados, del total reconocido para el periodo. En los cinco años restantes, las "cifras históricas" presumidas por Vicente Fox se tradujeron en 310 mil 900 plazas adicionales, a razón promedio de 62 mil 180 por año, contra el promedio de 290 mil en los 25 años recientes. Lo anterior, desde luego, sin considerar el permanente deterioro en la calidad del empleo y del poder adquisitivo.

Esa es la "histórica creación de empleo" durante el gobierno foxista, cuyas cifras no incluyen a los 3 millones de mexicanos que, en números cerrados, fueron expulsados (principalmente a Estados Unidos) por la espléndida economía mexicana que cada vez sirve para menos. Mientras esa economía generó, en promedio, 228 mil empleos formales por año, la expulsión de mano de obra se aproximó a los 500 mil mexicanos anualmente.

Como aquí se ha comentado, uno de los logros reales del gobierno foxista ­ese sí con cifras históricas, socialmente vergonzosas para el "cambio"­ fue la creciente expulsión de mano de obra ­calificada y no­ a lo largo del sexenio, durante el cual alrededor de 8 por ciento de la población económicamente activa cruzó la frontera ­la norteña, fundamentalmente­ para buscar la vida fuera de su país de origen.

Cada minuto de los 3 millones 153 mil 600 que dieron cuerpo, en tiempo, al sexenio foxista, un mexicano (1.03 para la estadística) emigró del país en busca de empleo y mejores condiciones de vida, hasta sumar 3 millones 253 mil 663 personas, cerca de 8 por ciento de la PEA. Cuando el "cambio" se sentó en Los Pinos, la estadística registraba alrededor de 400 mil mexicanos expulsados; en 2006 se estima que sumarán 600 mil, un vergonzoso aumento de 50 por ciento entre una fecha y otra. Y con la "continuidad" la tendencia se fortalece.

A lo anterior habrá que sumar a cerca de tres millones de mexicanos que se "incorporaron" ­así le dicen­ a la economía informal, como producto de la "changarrización" alentada por el "cambio", y cerca de un millón 700 mil desempleados (cifras oficiales). En resumidas cuentas, allí están los 7.2 millones de personas que durante el sexenio foxista se incorporaron al mercado laboral. Ello, desde luego, sin considerar el rezago histórico.
Toca ahora padecer la "continuidad" y a su "presidente del empleo", que para "resolver" la explosiva situación en el ámbito laboral no encontraron mejor camino que repetir la fallida receta de los cuatro sexenios anteriores.

Las rebanadas del pastel
Para recordar (algunas justificaciones sobre el crecimiento del desempleo en tiempos del "cambio"): "la tasa de desempleo abierto en el país prácticamente no se ha visto afectada, no ha reportado cambios significativos.

Este es el sexenio con mayor número de puestos de trabajo generados" (Vicente Fox); "no se apenen... sucede hasta en las mejores familias..." (Fernando Canales Clariond, cuando decía despachar en la Secretaría de Economía); "comprendo plenamente el estado de ánimo de los desempleados... no se desesperen y busquen las oportunidades para ser útiles a sí mismos y a los demás... Ahí está Chambatel, ahí está el Chambanet, ahí está Mi Chamba" (monseñor Carlos Abascal, en tiempos de la Secretaría del Trabajo)... "Soy el Presidente del empleo" (esa ya es declaración de Calderón, pero es igualmente fatua).

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