REFORMA
Roberto Zamarripa.
Campo minado.
El nudo de la crisis está en la Presidencia. Y ahora se tensa más con la obligada decisión de ejercerla de manera compartida para cumplir con la transición de gobierno.Pero en Los Pinos están convencidos de que Felipe Calderón debe postrarse ante Vicente Fox porque gracias a él fue posible la retención del gobierno para el PAN. En la Presidencia de Calderón, están convencidos de lo contrario. Suponen que si el foxismo hubiese tenido éxito para empezar Calderón nunca hubiera sido candidato.Ambos se engañan. En realidad, ahora protagonizan una escena parecida a aquella de la película Take the money and run (Robó, huyó y lo pescaron) de Woody Allen, donde un grupo de presos escapa de la reclusión pero lo hace encadenado de los pies. De tal suerte que para donde caminara quien fuera al frente arrastraba a los demás. Con Allen la escena era cómica, acá puede ser trágica.
El pasado jueves 21, Calderón pronunció el discurso de cierre de la reunión de los equipos presidenciales de transición en Los Pinos. Ahí señaló que buscará atenuar las insuficiencias que hereda del sexenio que termina. No fue un detalle menor. Al cerrar la ceremonia, el calderonismo quiso subrayar que Fox ya no dice la última palabra.Pero eso parece ser una ilusión.
Calderón realizará su primera gira internacional por Centro y Sudamérica entre el 2 y 8 de octubre próximos. Inicia en Guatemala, sigue a Costa Rica, llega a Colombia y cierra con los presidentes izquierdistas de Chile y Brasil. Es clara la señal de que pretende hacer de Latinoamérica su prioridad.Aunque el activismo de confrontación internacional del foxismo hará que los conflictos le estallen de bruces al Presidente electo.
Apenas la semana pasada, Vicente Fox acudió a Nueva York para subrayar su enemistad con Hugo Chávez y Fidel Castro y embolsarse una más, la de Evo Morales, quien le canceló un encuentro bilateral debido a los desplantes rijosos del mexicano.Las promesas incumplidas del Plan Puebla-Panamá, el enconamiento con Cuba, el activismo anti-Hugo Chávez, el pleito declarado a Brasil y Argentina, las divergencias con Chile provocadas en la contienda por la presidencia de la OEA son algunos ingredientes explosivos para el nuevo gobierno.
Pero quizás eso resulte anecdótico frente al desborde de la inseguridad pública en el país.El presidente Fox presume y acelera las extradiciones de pequeños narcos hacia Estados Unidos. Lo hace sin tener una política de contención en México. Justamente, una política sin control de las extradiciones provocó en Colombia hace dos décadas la peor guerra interna del narco. Si Fox sigue extraditando sin sentido, sólo incendiará la pradera para su sucesor. Candil de extradición, inseguridad en la casa. Los descontroles son evidentes en Tijuana y Nuevo Laredo donde el gobierno federal, antes de intervenir con firmeza, reclama a las autoridades locales por la corrupción existente en las policías.
Frente a Oaxaca, otra de las minas no desactivadas, ya hay tres mesas de deliberación. La que instaló el secretario de Gobernación, Carlos Abascal; la que convocó Gabino Cué desde el Senado, ante la exclusión de que fue objeto por parte de Gobernación; y la mesa calderonista instalada el pasado fin de semana, donde Diódoro Carrasco, Alfredo Harp, el comité panista en Oaxaca y el abogado Julio Esponda comenzaron a explorar alternativas al conflicto.¿Cómo resolver esa crisis con tres mesas distintas cuando la solución a la vista es una sola?Igual que el queso característico de la entidad, todos se hacen bolas sin querer asumir la salida democrática, es decir, aquella que atendería los intereses de la ciudadanía oaxaqueña: la dimisión de Ulises Ruiz. Ése es el principio de una solución duradera.
Tampoco hay una política única para enfrentar el dilema de la Presidencia compartida. A diferencia de la Presidencia bicéfala que campeó en el país durante un lustro (Fox-Sahagún), ésta es una gestión obligadamente común entre el saliente y el electo. Pero tal parece que hay un empeño por sabotear mutuamente la entrega de la administración.Uno de los estorbos lo constituye la conferencia "mañanera" de Los Pinos, inventada como parte de la inútil estrategia de desafuero a Andrés Manuel López Obrador.
Esa conferencia "mañanera" ha derivado en un triste espectáculo de provocación política.Cerrar el micrófono a ese foco de provocación sería una buena señal de que el foxismo ha entendido la necesidad de salir de escena para aliviar una transición ya de por sí turbulenta. Pero si continúa esa parodia de "El gabinete soy yo", quedará de manifiesto que no hay intención de desactivar las minas dejadas en el terreno de la transición y que lo que persiguen las medidas divergentes es el tropiezo de Calderón sin darse cuenta de que eso significaría el propio tropiezo de Fox. En el campo minado.
Correo electrónico: tolvanera06@yahoo.com.mx
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lunes, septiembre 25, 2006
FECAL Y EL CAMPO MINADO.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 11:49 a.m.
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