EL ESPURIO SE VA AL EXTRANJERO.

El “electo” reconoce 20 millones de pobres.



viernes, 29 de septiembre de 2006
Alvaro Cepeda Neri.

Prólogo Político.

I.- En no menos de tres medios impresos se publicó el reconocimiento del sucesor en calidad de “electo” (aún no ha sido ungido constitucionalmente y ya se va de gira internacional latinoamericana: Chile, Brasil y Guatemala, para huir del escenario caótico que se generaliza por todo el país por el malestar social de la mayoría del pueblo y el repudio a su dudosa victoria), de que tenemos 20 millones de pobres. Suponiendo sin conceder (porque la cifra real es tres veces más), que es tal la cantidad, de todas maneras, es alarmante y grave.

II.- Si toma posesión “don Felipe”, como ahora lo llama Fox después de que no lo bajaba de “ese chaparro, pelón y con lentes”, pues Calderón, conforme a su estatura apenas si le llega al antebrazo, dado que el todavía inquilino de Los Pinos (con las maletas hechas para irse al rancho) presume de alto, entonces no le queda más remedio que olvidarse de los programas ultraderechistas y moverse al centro para, arrebatándole algunas banderas sociales al lópezobradorismo, tratar de resolver algunos problemas que hereda del foxismo.

III.- Ya hasta parece canción: desempleo masivo, empobrecimiento en no menos de 60 millones de mexicanos (algunos analistas le agregan 10 millones más) y salarios a la baja que reprimen el consumo son, de entrada, tres gravísimas y alarmantes cuestiones. Y éstas están generando una profunda irritación en esos mexicanos a los que convenció López Obrador que era posible atenderlos y que están decepcionados de la derrota a la mala del centro-izquierda y temerosos de la raquítica victoria de la derecha. Esta, desde siempre, en sus presentaciones históricas: clerical, conservadora, reaccionaria y plutocráticamente oligárquica, siempre ha gobernado para favorecer a los ricos.

IV.- Los reporteros Sergio Javier Jiménez, Angelle Hernández y Claudia Herrera (El Universal, El Financiero y La Jornada: 28/IX/06), informaron que el panista, más que elegido en las urnas, “electo” por la mano negra de la corrupción electoral del pulpo cuyos tentáculos son los de Fox, IFE, TRIFE, la Suprema Corte, por medio de sus operadores: los cuñados de Calderón o sea los hermanos de su esposa; ésta, por cierto ya anda en todos los actos y lleva visos de comportarse como Mart(h)a y meter su cuchara. Han informado, pues, que “Felipillo” (como el personaje de la tira cómica de “Carlitos”), aceptó que México cuenta con 20 millones de pobres.

V.- Eso, cuando solamente de indígenas hay 10 millones en extrema pobreza y casi en la hambruna. Eso, cuando en los cinturones de la marginación social, en torno a las zonas urbanas, tenemos no menos de 20 millones en pobreza extrema. Eso, cuando en el Sur del país (Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Estado de México, Michoacán, Morelos, Veracruz, existen en simple pobreza otros 20 millones. Y no menos pobres a secas entre los trabajadores eventuales, no pocos obreros y grandes cantidades de empleados, los cuales suman otros 20 millones. Y esto sin contabilizar a los más de once millones que sobreviven en el comercio que está fuera del mercado: piratería, albañiles, vendedores de drogas, etc.

VI.- Desde el salinismo al zedillismo aumentaron los pobres y aumentaron los multimillonarios. Estos no sobrepasan a las 300 familias, encabezadas por Slim y sus 45 mil millones de dólares. Aquellos, los clasificados de pobres a muy pobres y en la miseria, no menos de 70 millones y que son caldo de cultivo para que toda la nación se vea envuelta en las crisis de las revueltas civiles. Nada más con Salinas, tras la voracidad del neoliberalismo económico y el botín de las privatizaciones, quedaron 18 millones en extrema pobreza y 20 oscilando entre los demás grados del empobrecimiento.

VII.- Durante el zedillismo, que fue más de lo mismo del salinismo, los muy pobres eran casi 20 millones y 30 millones de pobres en todas sus modalidades. Con el foxismo los dos rubros crecieron, cuantitativa y cualitativamente. Y ahora tenemos casi 70 millones en la pobreza, desde la hambruna (los indígenas de Chihuahua, Chiapas, Guerrero, Estado de México, principalmente), hasta la miseria y quienes integran los ejércitos del desempleo (nada más 15 millones de jóvenes, con o sin estudios superiores, no encuentran trabajo) y algunos sectores de la delincuencia tradicional; los jubilados, los mexicanos con más de 50 años de edad, echados a la calle de los bancos y empresas o que son rechazados con los letreros de “se solicitan trabajadores menores de 40 años”.

VIII.- Calderón ha reconocido que hay 20 millones de pobres. Pero la realidad lo va a meter en cintura, ya que no menos de 60 millones de los 103 millones que somos, sufren pobreza por desempleo, por bajos salarios que no alcanzan ni para sobrevivir, por envejecimiento de la población y porque, con magras indemnizaciones, son liquidados de sus trabajos en las empresas, las fábricas y el comercio, sin contar con ninguna prestación y menos pensiones. Reconocer la tercera parte de la población como en situación de pobreza, indica que el panista “electo” y en vísperas del triple salto mortal para ser investido como Presidente Constitucional, no sabe si empezar con el pie derecho o el izquierdo, ante una situación que, por hambre y angustia, es mucho muy explosiva socialmente.

IX.- El “electo” que no sabe cómo romper el cerco del repudio de los 14 millones que votaron por la izquierda republicana y democrática, y que cada uno de ellos representan, al menos, familias con dos y tres miembros que no votaron por faltarles el requisito de la edad para ejercer el derecho, y con esa cantidad el resto de mexicanos marginados, para sumar esos 60 millones empobrecidos. Y ese cerco puede convertirse en una constante presión que lo mantendrá entre gobernar por la izquierda o tener que renunciar.

X.- Calderón, a pesar de la mínima diferencia, sabe que realmente perdió con López Obrador y éste ha decidido mantenerse en la oposición sin concesiones de negociación ni transacciones y, mucho menos, transas, porque ha demostrado que ha pintado su raya de toda corrupción. Y por ningún motivo traicionará a quienes sufragaron por él y que sospechan y hasta aseguran que, por el temor a su programa (y hacer pagar impuestos a los ricos, como invertir el máximo de gasto social), hicieron una maniobra para que Calderón resultara triunfador. No les salió del todo bien ya que en lugar de 236 mil votos iban a ser 2 millones 380 mil, para superar a López Obrador por 16 millones 380 mil contra los 14 millones que obtuvo el tabasqueño.