Me permito opinar acerca de algunos aspectos de coyuntura.
Hay personas a quienes les molestan o les escandalizan los anunciados nombramientos de Imaz y de Pablo Gómez. Como todos los políticos tendrán sus peculiares errores y defectos, pero no hay que perder de vista que el enemigo principal del bienestar del pueblo, de la soberanía y de la democracia es el PAN, que además es el único partido nacional, existente y activo hoy en dia, que tiene en sus raíces y proyectos el ataque frontal contra el estado laico, con todo lo que eso implica. Si en México puedo implantarse la educación laica, el derecho al divorcio, la educación sexual, la planificación familiar, así como los derechos laborales fue a pesar del PAN, de la jerarquía católica y de los grupos conservadores, sean publicos o secretos.
El PRI, creado en 1929 con otras siglas, se ha ido haciendo cada vez más afin a la derecha por haber adoptado los proyectos neoliberales, pero en sus inicios, hasta el período de Lázaro Cárdenas, no fue así, mientras que el PAN siempre ha tenido dentro de sí a la extrema derecha, desde su fundación en 1939, precisamente para oponerse a la obra de Cárdenas padre. Ya en el sexenio de Salinas operaba el PRIAN, al grado de que el asesino en la presidencia tuvo a varios panistas entre sus principales consentidos y cómplices (Diego Fernández de Cevallos, Castillo Peraza, Luis H Alvarez, Barrio, Ruffo, Medina Plascencia y el propio Fecal).
No es momento de caer en divisiones que podrían ser aprovechadas por la derecha para atacar al movimiento usando todas las consabidas manipulaciones mediáticas.
Una de ellas es desviar la atención hacia asuntos como los "videoescándalos", que fueron el inicio de la campaña de linchamiento contra AMLO, y en ese momento, cabe recordar, sirvieron también para distraer a la gente de los escándalos que enfrentaba Marta Sahagún por las denuncias de medios internacionales acerca de sus latrocinios en Vamos México.
Ahora, las críticas a Imaz pueden servirle al gobierno y a Fecal además distraer la atencion, procurando así la impunidad de personajes lamentables de la ultraderecha como son: Carlos Abascal, Francisco Javier Salazar Sáenz, Ana Teresa Aranda, Ana Rosa Payán, Ramón Muñoz, y muchos otros que, independientemente del conflicto poselectoral, llevaron a cabo una géstión deplorable y hasta criminal, a lo largo de este sexenio que concluye, pues aún si no existiera el debate sobre el fraude deberían pagar ante la opinión pública por todas las porquerías que hicieron en el gobierno: ataques a trabajadores y disidentes, corruptelas y abusos de poder, proselitismo electoral y religioso, apoyo a grupos de la extrema derecha.
Ahora resulta que en la relativa confusión que origina la pugna acerca del fraude se van a librar del juicio crítico de la sociedad y sobre todo de la izquierda, o al menos de sectores de ella más preocupados por las faltas de sus correligionarios que por la actuación de sus enemigos políticos.
Más preocupante que cualquier error que haya cometido alguien de la izquierda es el hecho de que uno de los personajes más reaccionarios del país, Carlos Abascal, haya llegado no sólo a la ST, habiendo sido antes dirigente de la patronal, sino que ahora esté al frente de la Segob con todo lo que implica en materia de control de los cuerpos de seguridad y de la información confidencial. Desde ese cargo ha promovido descaradamente la represión y el espionaje contra la izquierda y ha favorecido los intereses de la jerarquía católica. Para colmo, Abascal se ha convertido, pese a los escándalos que protagonizó en 2001 (como la censura de AURA y su discurso misógino del 8 de marzo) en uno de los personajes más protagónicos del gobierno, que alardea de su cercanía a la vez con Fox y con Fecal. Eso debiera preocuparnos más, pero al parecer hay pocas críticas al respecto´, y todavía no hay un marcaje específico y constante de Abascal.
Al parecer, otra de las trampas que quiere usar el PAN para salvarse de las reacciones populares es asumir el pleito entre Fecal y Espino en detrimento de este, desde luego, para hacer creer a la opinión pública que si se aleja a Espino del poder, así sea de manera temporal y simulada, ya no hay ultraderecha panista. Nada mas falso que esto. Espino ciertmente es de ultraderecha, pero lo mismo son muchos otros panistas como todos los mencionados más arriba. Se ha identificado a Espino como miembro del Yunque, pero también lo era el anterior presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, quien ahora es nada menos que embajador de México en el Vaticano, con las implicaciones que ello tiene.
Es previsible que algunos medios van a querer insistir en las fallas de dirigentes del PRD y en particular en los asuntos derivados de los videoescándalos, pero no hay que olvidar temas mucho más pertinentes a la situación actual, como son: Hildebrando, la historia de varios fecales, como Mouriño, por ejemplo, la venta del apoyo electoral de Gordillo al PAN, el uso de recursos millonarios del erario para las campañas que involucra a la ultraderechista Ana Teresa Aranda y a Vázquez Mota,etc.
En suma, creo que no hay que dejarse dividir ni desorientar, ni asumir inadvertidamente consignas de los medios derechistas, y que debemos tomar la iniciativa contra todos esos personajes mediante protestas pacíficas de todos tipos.
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martes, septiembre 19, 2006
El enemigo principal es el PAN
Publicadas por Edgar González Ruiz a la/s 5:22 a.m.
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