EL TERCER PIVOTE: EL TRIBUNAL ELECTORAL.

René delgado escribe en el Reforma:


El arbitraje y el juego.

A raíz del Sobreaviso anterior -"¿Nulidad de la elección?"-, un apreciado lector que beneficia este espacio no sólo con su lectura sino también con sus comentarios, envió el siguiente correo:

"La conducta del Presidente Fox ha traicionado los planteamientos que él hizo para buscar el voto de los mexicanos y muchos le creyeron. Decir que no hay elección de Estado por que no controla el aparato electoral, es una verdad incompleta: controla la fiscalía de delitos electorales y ha mandado a los delegados de su gobierno a trabajar en los estados a favor de su candidato. Si tu vas a oficinas de las dependencias federales no encuentras funcionarios porque todos están haciendo campaña. Lo de los spots es un abuso. Que esto lo aproveche Roberto Madrazo está dentro del proceder político. Que el Niño Verde se tardó en denunciar eso, no desmerece la denuncia. ¿Te acuerdas cuando se negó el "comes y te vas"? ¿No se luchó para ya no tener Presidentes ungidos que no requerían del mandato popular?".

Se reproduce ese correo porque, en el fondo, el debilitamiento del arbitraje electoral -en su vertiente política y procedimental- continúa y, por consecuencia, el peso del arbitraje recaerá ahora, fundamentalmente, en su vertiente judicial. El peso del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación aumentará si la competencia sigue el curso que lleva y, desde luego, tendrá la última palabra sobre la calificación de la elección.El punto delicado es si ese órgano está en las mejores condiciones para asumir el rol histórico que muy probablemente le tocará jugar.

... En columnas anteriores se dio cuenta de cómo Vicente Fox vulneró el arbitraje político de la contienda electoral.Reiteradamente se señaló cómo el presidente de la República olvidó su rol de jefe de Estado para privilegiar el de militante de partido y, por esa vía, terminó por anular la posibilidad de constituirse en una autoridad política y moral que, al término de la jornada electoral, ejerciera su peso en favor de la democracia mexicana y la estabilidad política.El infame bombardeo de spots presumiendo la obra social y raspando a la oposición, las cotidianas alusiones en contra de Andrés Manuel López Obrador, el uso del gabinete como agente proselitista constituyó la piedra de toque de su actuación militante. Ahora, el mandatario está denunciado ante la Procuraduría General de la República.A Vicente Fox no se le ve como un factor de equilibrio en la contienda electoral y, de ese modo, del trípode del arbitraje perdió el pivote político.

... De la debilidad y tibieza del arbitraje procedimental, nadie puede manifestarse sorprendido.La integración del Consejo General del IFE estuvo viciada desde su origen. Los consejeros fueron electos sólo por dos de las fuerzas políticas importantes: el PAN y el PRI. El perredismo se marginó y, en el caso del PRI, la fracción que impulsó a los consejeros no fue la de Roberto Madrazo.Oportunamente, se pidió la renuncia de ese Consejo pero aquello no ocurrió. Algunos analistas pidieron concederle el beneficio de la duda, otros justificaron su elección con base en el voto mayoritario de los diputados que lo favorecía y, así, se desechó la idea de que el Consejo del IFE debería ser producto del consenso entre los partidos políticos. Los consejeros, desde luego, ni por equivocación consideraron dejar el puesto.Pasó el tiempo y los consejeros del IFE no acreditaron debidamente su valía y, en algunos casos -dos cuando menos-, cargaron los dados a favor de Felipe Calderón. Por razones de amistad con el candidato panista o de compadrazgo con uno de sus colaboradores, esos consejeros agregaron motivos de duda a su actuación.Hoy, el arbitraje procedimental de la elección está cuestionado. Por buenas y malas razones, los candidatos priista y perredista critican la tibieza de su actuación, la falta de oportunidad en sus decisiones y, de a poco, la autoridad de los consejeros se debilita.El mismo presidente de la República se burla de ellos cuando, mediante argucias, violenta el acuerdo de neutralidad y, a su vez, cuando menos un magistrado del Tribunal ya les dio un regaño a los consejeros.El segundo pivote del trípode del arbitraje electoral, sentido de origen, se ve hoy todavía más deteriorado.

... Si el empeño presidencial por golpear a los candidatos y partidos opositores se hubiera traducido en un verdadero refuerzo de la candidatura de Felipe Calderón, las quejas opositoras muy probablemente hubieran quedado en quejidos.Eso, sin embargo, no ocurrió. Las encuestas más recientes marcan un nuevo punto de inflexión. Algunas reducen la ventaja de Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador, otras marcan un empate técnico entre ellos y unas más invierten la ventaja a favor del candidato perredista. El empeño presidencial y el peso del aparato gubernamental a favor de Calderón tuvieron un efecto menor al deseado por Acción Nacional y el gobierno federal.La competencia sigue y se cierra. Pero la circunstancia la complica. Ante "la cuarentena" impuesta a la divulgación de la obra pública, el presidente Vicente Fox está ante una disyuntiva: dejar "la cuarentena" para sostener el respaldo a Calderón, a riesgo de complicar aún más el cuadro electoral, o bien, cumplir con ella, a riesgo de que Calderón no pueda por sí solo marcar la diferencia frente a su más cercano competidor.

Por otro lado, la propaganda negativa de Acción Nacional contra el candidato perredista llegó a su límite. Más daño no puede causarle y, además, ya fue objeto de sanción por parte de las autoridades electorales. Aunado a ello, los recursos albiazules invertidos en los medios electrónicos casi llegan a su límite. Como agregado, el equipo del perredista ha rectificado algunos de los yerros cometidos por su abanderado y, entonces, es previsible que la competencia se cierre aún más.La penúltima estación de parada de la competencia será, sin duda, el debate entre los candidatos presidenciales del próximo 6 de junio. El resultado de ese nuevo encuentro probablemente sea, si no definitivo, sí definitorio del sprint final que hagan los candidatos.Ahí se explica por qué, aparte de los términos directamente relacionados con la competencia, los candidatos opositores corren la pista del cuestionamiento a los términos de esa competencia. Los asiste la razón y los apremia la necesidad. La intervención presidencial y la tibieza del Consejo, la ausencia del primer arbitraje y la debilidad del segundo, crean las condiciones para -en caso dado- cuestionar el resultado.

En esa circunstancia, el tercer pivote del arbitraje electoral, el que encarnan los magistrados del Tribunal Electoral, entrará en juego como, quizá, entre en juego otro tipo de arbitraje político: el de los gobernadores que, ante la ausencia del presidente de la República, podrían jugar un rol hasta ahora poco conocido.Como sea, formalmente, el peso de la contienda electoral comienza a irse a los magistrados del Tribunal Electoral y la circunstancia que afronta ese órgano, última instancia del arbitraje, obliga a pensar en otro Sobreaviso.


Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.