LA LEY TELEVISA Y EL FRAUDE ELECTORAL

Ayer Fox aprobó sin modificación alguna y al vapor (o por "fast track") la ley Televisa. ¿Su pretexto? Que es "perfectible" y que aprobarla rápido es para que el congreso siga debatiéndola. Sí como no. Como si el congreso de verdad la fuera a modificar. Y MENOS antes del 2 de Julio.

Esto de plano ya está llevando hasta editorialistas del Reforma a levantar las voces de alarma que ven en este cambalache entre el PAN y Televisa el germen de un FRADE ELECTORAL, tal y como se ha estado advirtiendo desde hace semanas. Vean, por ejemplo, lo que dice Sergio Aguayo en el Reforma:

Sergio Aguayo Quezada

La tragedia

Se avizora una tragedia. El espaldarazo de Vicente Fox a la Ley de Radio y Televisión conduce a, y se engancha con, unos comicios presidenciales en los que el juego sucio es otro indicio de que está gestándose un fraude electoral.

La sinopsis de la desgracia es clarísima. Un aspirante a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, tomó la delantera y eso sumió en la desesperación a los otros dos candidatos con posibilidades. Los barones de la comunicación aprovecharon el momento para blindar sus intereses, y aprovechándose de la vulnerabilidad de Felipe Calderón y Roberto Madrazo y de la complicidad, ignorancia o frivolidad de la mayoría de los diputados y senadores, impusieron la Ley de Radio y Televisión que Fox acaba de promulgar.

Los indicios públicos y las pláticas privadas confirman que Calderón y Madrazo recibieron la promesa de que serían beneficiados aunque nunca se ha esclarecido de qué manera. No se requerían grandes dotes adivinatorias para saber que el objetivo sería reducir la ventaja en las encuestas de Andrés Manuel López Obrador; lo han hecho con una maniobra de tenaza. Por un lado, el PRI y el PAN han concentrado sus spots de radio y televisión en atacar al perredista; el PAN ha sido el más agresivo llegando al extremo de caracterizar al perredista como peligro para México. Por el otro, empiezan a aparecer indicios de que Televisa trata con parcialidad a López Obrador que ya reaccionó diciendo que en El privilegio de mandar lo presentan como alguien que sería un Presidente autoritario.

En la historia se sabe cuándo y por qué empiezan los conflictos, nunca puede anticiparse el desenlace que depende de una gran cantidad de variables. Por ahora, sólo puede asegurarse que el país ha cruzado una línea de no retorno porque los opositores ya no son adversarios sino enemigos y éstos se aniquilan; ése es el ingrediente clave de la polarización y el conflicto. En tanto se esclarecen las tendencias adelanto algunas reflexiones a partir de una pregunta clave: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar los candidatos con tal de ganar?

Hasta hace algunos meses Roberto Madrazo parecía ser el más peligroso porque tenía estructura territorial, acceso a recursos y los códigos para acceder a la enciclopedia del fraude electoral. Los problemas al interior de su partido y la opinión tan negativa que tiene la población de su candidatura han ido reduciendo su peligrosidad.

La revelación ha sido Calderón, quien hizo campaña como encarnación del panismo histórico, es decir como gente decente, y poco tiempo después decidió romper con toda consideración ética para obtener la victoria. Primero aprobó las presiones a la bancada de senadores panista para que votaran por la Ley de Radio y Televisión; luego llegaron esos spots totalmente alejados de la tradición de su partido. ¿Qué sigue?, ¿cuáles son sus límites? O para ser más preciso, ¿tiene linderos su ambición?

Hace un par de semanas la revista Proceso publicó un reportaje que citaba un documento de la campaña de Calderón en el que se incluía, como parte de la estrategia de campaña, aprovecharse de los padrones de los programas federales que atienden a los más pobres. El texto no ameritó ningún desmentido de Calderón o de la ex secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, pese a que esta última aparecía explícitamente mencionada. A medida que pasan los días van apareciendo evidencias que incrementan la posibilidad de que podría estarse armando un gigantesco operativo para comprar los votos de los más pobres; tal y como se ha hecho en elecciones estatales. Mientras más se cierre la brecha en las encuestas, más crecerá la tentación de utilizar todos los recursos, independientemente de su legalidad o moralidad.

La posibilidad se acrecienta porque Vicente Fox parece decidido a hacer todo lo que esté a su alcance para frenar a ese tabasqueño que lo obsesiona y provoca. Si al promulgar la Ley de Radio y Televisión el Presidente hizo a un lado la última oportunidad que tenía para recuperar, en el ocaso de su mandato, la fibra del reformador que alguna vez tuvo; si con su alianza a los poderes fácticos terminó como uno de los ciudadanos con mayor jerarquía en el México bananero, ¿tendrá alguna inhibición para dejar que se utilicen los recursos federales para influir en la campaña?

López Obrador está reaccionando como era previsible; ayer aseguró tenerle "mucha confianza al pueblo; si no fuera por la gente ya me hubieran destruido políticamente". En otras palabras, el perredista se atrincherará tras la movilización social que ha ido creciendo por los esfuerzos de su partido y sus nuevos aliados y por la percepción cada vez más amplia de que lo están agrediendo los abusivos de siempre. Cada spot agresivo empuja a la izquierda a pensar en las calles como el espacio para dirimir las diferencias; el trauma del fraude electoral de 1988 no se olvida.

Si la polarización crece es por la timidez del árbitro electoral. Es indudable la capacidad del Instituto Federal Electoral para organizar comicios; es clara su debilidad para frenar el juego sucio que carcome el panorama electoral y asfixia la civilidad construida por una democracia todavía tierna. El IFE gasta fortunas en medir la cantidad de spots en radio y televisión pero ahora se requieren estudios cualitativos que establezcan si las televisoras están tratando con parcialidad a los candidatos.

Se vienen tiempos difíciles porque el México bananero va imponiéndose al democrático. El escritor estadounidense O. Henry acuñó el término de "república bananera" para referirse a los países latinoamericanos gobernados por un grupo pequeño, rico y corrupto que imponía de manera arbitraria y grosera su voluntad a la mayoría, impotente frente a los abusos. Siendo justos, todos los países, incluidos los más poderosos, tienen su cuota de "país bananero" y hasta podría construirse un índice para diferenciarlos con ese criterio. México sigue avasallado y lastrado por una clase política mediocre y mezquina que aprueba una Ley de Radio y Televisión nociva y contribuye a tensar peligrosamente las elecciones presidenciales. ¡Qué tragedia!

Una cosa me queda clarísima: de que se está fraguando un fraude electoral no hay ni la más minima duda. Se está fraguando un fraude electoral como el de 1988 con la complicidad de el PRIAN, el gobierno federal, el IFE, las encuestadoras y las televisoras. Lo que ahora queda en puntos suspensivos es QUÉ es lo que va a hacer el PRIAN y el gobierno federal cuando la gente salga a las calles a protestar por el fraude electoral. Ustedes vieron que la gente salió por los cientos de miles (1.2 millones de personas) a marchar contra el desafuero. Un fraude electoral no sólo sacaría a la gente a las calles a proetstar, sino que muy posiblemente lleve a la violencia, ya que se estaría pisoteando la voluntad popular.

¿QUÉ ES lo que piensan hacer el PRIAN y el gobierno federal al respecto cuando esto suceda?

Lo hemos dicho aquí y lo repetimos: es precisamenta ahí cuando soltarán a sus asesinos ex-guerrilleros para matar a los mexicanos que se atrevan a exigir que no se pisotee la voluntado popular. La respuesta del PRIAN ante los reclamos de la gente será con VIOLENCIA y con MUERTE.

A menos de que el PRIAN detenga esto, el 2 de Julio se convertirá en un nuevo 2 de Octubre.

Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.