FÉMINA DE BRILLANTE INTELIGENCIA.

Lucrecia Santibañez nos regala su estupendo análisis en Reforma:


Lucrecia Santibáñez.
De la ira al agravio.

Como buena trama de telenovela, el proceso de la Ley de Radio y Televisión nos ha llevado del enfado a la ira, de la desilusión a la vergüenza y el agravio. En estos momentos lo siento todo junto.

Y es que lo que está ocurriendo con la llamada Ley Televisa no está para menos. Los diputados y senadores que usted y yo elegimos y mantenemos con sus choferes y sus viajes disque oficiales a promover negocios en los mejores hoteles de Madrid y Londres, nos acaban de joder. Disculpe la palabra. Pero no hay mejor forma de describirlo.

En cristiano el asunto se resume más o menos así. Cuando se otorgaron las concesiones de los canales de televisión el espectro era análogo, por lo que Televisa, por ejemplo, tenía los canales 2, 5, 11, etcétera. Ahora que el espectro se digitaliza, las frecuencias entre los canales mencionados (o sea, todas las frecuencias que caben entre el 2 y el 5 por ejemplo) quedarían libres.

En otros países, esta ampliación digital se ha aprovechado para llevar a cabo subastas que han beneficiado al gobierno federal. Después de todo, el espectro de radio y televisión, como el agua, las playas, etcétera, es un bien público.En México, oh sorpresa, las cosas no operan de esa forma. Estamos en año electoral, mi querido lector.

La Ley Televisa, como fue aprobada por los animales que tenemos de diputados, les permite a los concesionarios actuales quedarse con todo ese espectro en automático. Además impide la entrada de otros concesionarios, limita los tiempos públicos que tiene el Estado en los medios y debilita al órgano regulador (la Cofetel) al no darle autonomía e independencia.

A pesar de las innumerables críticas de especialistas, académicos, la misma Cofetel, e incluso algunos diputados y senadores sensatos, el Senado pretende regalarle un monopolio a Televisa (con un cachito para TV Azteca) a cambio de nada. Nada para usted ni para mí que supuestamente debemos ser los beneficiarios de los bienes nacionales.

Los senadores argumentan que supuestamente dicha ley redituará en apoyos, directos e indirectos, para sus candidatos. Los directos son bien conocidos (spots). Los indirectos son potencialmente más dañinos (censura en los medios o cobertura sesgada a favor o en contra de algún candidato).Dígame, mi estimado lector, ¿dónde está el progreso? ¿Dónde están los avances que íbamos a tener con la apertura democrática y la transparencia?

Estamos volviendo a un sistema en donde una sola empresa controla los medios de comunicación y, por lo tanto, se le concede una influencia enorme en la vida política y el futuro del país. Por lo menos a los políticos los elegimos.

El hecho de que tanto los diputados del PAN como del PRI quieran apoyar la ley sigue una lógica un tanto confusa. Si Televisa apoya con spots o con cobertura positiva (no más Montieles o Bribiescas) a ambos partidos, el efecto positivo podría cancelarse.

Lo único que se me ocurre es que la negociación vaya encaminada a atestar un golpe mortal a López Obrador.Pero la lectura me parece errónea. El PRD tiene la campaña menos mediática y menos costosa de los tres partidos, y aun así está muy por encima en las encuestas. Además, el Peje ha demostrado una capacidad espeluznante para victimizarse y salir ganón cada vez que los partidos o el Ejecutivo se ponen en su contra (¿recuerda el desafuero?). Lo que yo me pregunto es ¿valía la pena regalar un bien público, supeditar el Estado a los poderes de una empresa de medios y otorgarle un monopolio, por una elección que ya está prácticamente perdida?

Señor presidente, usted tiene la posibilidad de vetar esta ley, en caso de ser aprobada por el Senado. Su sexenio no ha sido del todo afortunado, ¿qué tiene que perder? Sea fiel a su calidad de hombre honesto, independiente y rebelde, que fue la que lo llevó a Los Pinos. Haga lo correcto. Correo electrónico: lucrecia.santibanez@cide.edu.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.