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domingo, octubre 07, 2007

DEL PROCESO DE ESTA SEMANA

Uta, le ponen una balconeada cañona a la martuchis en el Proceso de esta semana. Empezando con la portada, en donde aparece la susodicha con el Jaguar blanco que se había mencionado en la revista Quién:



La dama voraz

Daniel Lizárraga

Desde que se casó con Vicente Fox, justo un año después de que éste ganara las elecciones, Marta Sahagún vivió y gastó como reina. No hubo quien frenara su apetito consumista. Con el aval del presidente, la soberana utilizó durante cinco años una clave presupuestal (la 112-2) para comprar muebles, platería, ropa exclusiva, perfumes, arreglos florales... No conforme, pagó sus viajes y los de sus colaboradores. Según las facturas obtenidas por Proceso, el dispendio comprobable fue cercano a los 26 millones de pesos.

Durante cinco años, cuando estuvo en Los Pinos al lado de su esposo Vicente Fox, Marta Sahagún tuvo una clave presupuestal asignada por el mandatario.

Por medio de ésta –la número 112-2– en ese período dispuso de 14 millones 367 mil 325 pesos, que destinó a montar y acondicionar su oficina con pisos de mármol, accesorios de plata y arreglos florales. Tales fueron sus “gastos de orden social” y “de protocolo”.

Ese derroche con cargo al erario federal fue equivalente, por ejemplo, a todo lo que invirtió recientemente la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la rehabilitación de 960 viviendas de familias pobres en Manzanillo, Colima.

Así mismo, la consorte de Fox tenía en su despacho dos sistemas de televisión de paga –Cablevisión y Sky–, además de un teléfono satelital, contaba con servicio de mensajería personal para comprar esencias corporales en tiendas de Polanco, y en 2004 firmó un contrato con la empresa Medialog para que le proporcionara asesoría especializada en medios de comunicación, por la que pagó 458 mil pesos.

En mayo de 2002, Sahagún pagó 40 mil pesos por la impresión de tarjetas personales (“Con los atentos saludos de...”), y en noviembre siguiente 46 mil 839 pesos por 2 mil hojas membretadas tamaño carta en una sola tinta.

Cuando viajó a Santo Domingo, República Dominicana, para acudir a la XII Conferencia de Esposas, Damas y Representantes de Jefes de Estado entre el 15 y 17 de octubre de 2003, Sahagún llevó regalos especiales para sus pares: 29 mascadas de seda –de 90 centímetros cada una– adquiridas en Pineda Covalín, firma de accesorios utilizada a menudo por intelectuales y por la clase política mexicana. Estas prendas se caracterizan por su finura y el estampado de imágenes del arte y de la artesanía mexicana.

Antes de partir a ese encuentro, también compró dos bolsas estilo cartera, rebozos de seda, envolturas de yute y cajas artesanales, lo que implicó un desembolso de 15 mil 194 pesos, tomados de la partida “gastos de orden social”. Por ese entonces –el otoño de 2003–, la consorte presidencial se hacía acompañar por la fotógrafa Judith Pérez Reséndiz en algunos recorridos por el país.

En 17 expedientes obtenidos mediante la Ley Federal de Transparencia –cada uno con más de 800 facturas– consta que, de 2002 a 2005, el pago por el servicio de teléfonos de oficina, celulares y localizadores Nextel de los colaboradores de Sahagún fue de 3 millones 420 mil 400 pesos.

La manutención del despacho de Sahagún, por el que pasaron empresarios, políticos, secretarios de Estado y dueños de medios de comunicación, también causó al erario una erogación de 2 millones 148 mil 695 pesos para boletos de avión y viáticos de sus colaboradores más cercanos, quienes la acompañaron en las 155 giras por el país y el extranjero, así como a varias de las visitas dominicales de la entonces pareja presidencial al rancho San Cristóbal.

El promedio de gasto diario destinado a la oficina de la primera dama fue de mil 986 pesos, esto en un país en el cual el salario mínimo es de 50.57 pesos diarios y donde –por ejemplo– una viuda pensionada de Aduanas sólo percibe 2 mil 600 pesos al mes.

Los gastos del despacho que ocupó Sahagún no se habían revelado. Proceso consiguió las facturas mediante una petición de acceso a la información pública enviada a Los Pinos el 7 de junio pasado. El gobierno de Felipe Calderón entregó 17 gruesos expedientes la primera semana de agosto, por lo que no hubo necesidad de recurrir al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI).

Sin embargo, la erogación de los 14 millones 367 mil 325 pesos representa sólo una hebra del complejo enredo contable que significó el paso de la pareja Fox-Sahagún por Los Pinos.

A esta cantidad deben agregarse 386 mil pesos que gastó Marta Sahagún en la compra de vestuario y accesorios personales en junio de 2004, así como otros 11 millones 149 mil pesos dilapidados en sus 155 giras nacionales e internacionales. En suma: 25 millones 902 mil 325 pesos.

Aun así, todavía falta saber a cuánto ascendió el sueldo de los 38 funcionarios que tuvo a su servicio, quienes estaban en la nómina general de la Presidencia.

La casa Cárdenas

Luego de su boda en Los Pinos, Marta Sahagún dejó los escritorios de Comunicación Social para despachar desde la Casa Lázaro Cárdenas, inmueble en el cual tomaron sus decisiones los mandatarios del priato.

A partir de que se casó con el presidente, Sahagún comenzó a despachar en ese simbólico lugar, mientras que Fox lo hizo en la Casa Miguel Alemán. Como vivienda utilizaron una de las cabañas destinadas antaño a los visitantes especiales, aunque costosamente remodeladas por sus nuevos ocupantes.

En mayo de 2002 –un año y 10 meses después de su matrimonio–, Marta Sahagún emprendió la remodelación de la Casa Lázaro Cárdenas. El 15 de mayo, el gobierno pagó 3 mil 450 pesos a la empresa Decorados y Mantenimiento San Rafael por lavar y pulir el mármol del despacho privado y las nuevas oficinas de la primera dama, según consta en la factura anexa a uno de los archivos sobre gastos de papelería y mantenimiento de computadoras.

Luego vino la obra más grande. En octubre de 2004, la empresa Marba cobró 159 mil 482 pesos a la Presidencia de la República por cambiar la cancelería, colocar persianas horizontales, instalar falsos plafones y readaptar completamente la planta alta de la casa donde despachaba Marta Sahagún.

Al igual que en los otros casos mencionados, el comprobante de gastos apareció junto con otras cuentas de papelería, mantenimiento de computadoras y equipo de oficina. No existe constancia de que, por lo menos en el caso de Marba, haya existido alguna licitación.

El taller Cortinas Elegantes se encargó del retapizado de las sillas y sillones de la oficina, así como de la sala de juntas donde Sahagún se reunía con su primer círculo para diseñar la agenda mensual y planear sus giras. La factura fue por 6 mil 400 pesos.

El 30 de septiembre, la misma firma se encargó de retapizar un sofá en tela Báltico ocre, por lo que cobró 2 mil 415 pesos. Cortinas Elegantes se ubica en la avenida Parque Lira 21-A, cerca de Los Pinos.

Siempre la plata

Hasta ahora no era del conocimiento público, pero Marta Sahagún de Fox tenía un gusto especial por la plata. Entre 2003 y 2005 desembolsó alrededor de 50 mil pesos por varios objetos de ese material para decorar su despacho, según consta en un paquete de facturas emitidas por las prestigiadas firmas TANE, ubicada en la avenida Presidente Mazarik, en Polanco, y Plata Villa, que tiene sucursales en la Zona Rosa y en Polanco.

TANE es una firma especializada en el manejo de la plata, cuyos productos son especiales “tanto por su impecable manufactura como por su proceso de fabricación”, según su página electrónica.

El 16 de mayo de 2004 en Plata Villa, sucursal Polanco, se facturó a nombre de la Presidencia de la República una bombonera por 2 mil 886 pesos. Según la publicidad de esta marca, los productos que maneja son puramente mexicanos.

En esta misma tienda, el 18 de septiembre de 2004, la oficina de la primera dama pagó 7 mil 360 pesos por una caja modelo ByBlós de 15 por 15 centímetros grabada con texto, una placa con tornillos grabada y unas conchas modelo balear. Otra factura del mismo establecimiento, fechada el 22 de septiembre, demuestra la compra de dos calabazas, una jícara cincelada, un centro para mesa de leones y tres guajes cincelados, todo por 7 mil 590 pesos.

En TANE, la esposa de Vicente Fox ordenó comprar unos aretes “tipo nudo de ocho mariposas” con valor de 10 mil 602 pesos. Esta factura quedó clasificada en el rubro “gastos para ceremonial del titular del Poder Ejecutivo Federal”.

El gusto por la plata de Sahagún benefició igual a TANE y Plata Villa. En 2003, por ejemplo, compró en la primera tres charolas de plata por 3 mil 821 pesos y, en 2004, adquirió en la segunda un juego de escritorio por 5 mil 175 pesos, así como un centro de “hoja larga” con un valor de 4 mil 950 pesos.

Los justificantes, catalogados a veces como “gastos de orden social” y otras como “gastos de protocolo”, aparecieron entre las cuentas de la oficina de la primera dama. Según los lineamientos presupuestales de Hacienda, estos rubros sólo puede utilizarlos el presidente de la República, pero se canalizaron a la Casa Lázaro Cárdenas durante el sexenio foxista.

Fondos maquillados

Marta Sahagún también siente un placer especial por las plantas y flores naturales. Entre 2003 y 2006, su oficina ordenó la compra de diversos tipos de arreglos por un monto total de 353 mil pesos.

Según consta en algunas de las facturas, durante los dos últimos años del foxismo el despacho de la primera dama estaba adornado con alcatraces, mientras que en la sala de juntas había rosas.

Las decenas de comprobantes sobre este tipo de gasto obtenidas por Proceso demuestran que los arreglos florales se utilizaban indistintamente para eventos públicos y privados –encabezados por la propia Sahagún– y que la empresa ganadora de la licitación fue Diseños Aramel.

Este reportero hizo una primera búsqueda de los propietarios o representantes de esta compañía en el Registro Público del Comercio en la Ciudad de México, pero hasta el cierre de esta edición –el viernes 5– no localizó ningún dato concreto.

Antes de 2004 las compras de arreglos florales se realizaban discretamente y en las facturas no se especificaba la utilidad de los pedidos. No obstante, debido a la presión pública generada por el gasto en el vestuario de la primera dama se registraron cambios en la contabilidad.

En el caso de las flores, por ejemplo, existen registros como el de una factura correspondiente a marzo de 2004, donde se detalla que los arreglos florales redondos con alcatraces y un islote chico con plantas –entre otros arreglos comprados ese día– fueron utilizados en una entrevista de Marta Sahagún en el programa de televisión En contexto, y para una reunión privada con Adriana González, esposa del entonces gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, todo con un costo de 5 mil 200 pesos.

En mayo de 2005, por mil 950 pesos se compraron seis arreglos florales redondos con rosas para una entrevista otorgada al diario Reforma. Y así sucesivamente. Ante estas circunstancias, el personal encargado de las cuentas de Sahagún tuvo que incluir en las notas justificaciones como esta: “Ofrendas fúnebres para Mariana Levy (la conductora de televisión asesinada durante un asalto) y para la Tere Z. Bustamente, con un precio de 2 mil 500 pesos”.

Las cosas habían comenzado a cambiar, al menos en la comprobación de los gastos. El 16 de noviembre de 2005, Proceso publicó un reportaje sobre el desmantelamiento de la oficina de la Casa Lázaro Cárdenas, creada oficialmente en agosto de 2003, cuando se dio a conocer una reestructuración administrativa en la Presidencia.

No obstante, Marta Sahagún siguió adelante con sus compras. Para ello se emprendió en la Presidencia un movimiento contable a fin de borrar la denominación de la oficina de la primera dama en la gran mayoría de los justificantes de gastos y distribuir sus necesidades de dinero en diferentes rubros.

Del análisis de cientos de registros se desprende que los viáticos a nombre de los colaboradores de Sahagún (como su inseparable asistente, Claudia Calvin, y su operadora logística, Rebeca Moreno) se cargaron desde entonces a un “subfondo” vinculado a la secretaría particular del presidente, encabezada por Emilio Goicoechea Luna.

Por otro lado, para la manutención de la oficina, que seguía operando –muestra de ellos los cientos de facturas de restaurantes, teléfonos celulares, televisión de paga, electricidad, material de oficina y pago por estacionamientos– se cubrían con un “fondo rotatorio” asignado a la Dirección de Programación y Presupuesto de la Presidencia.

Existen también evidencias de que los servicios de mensajería y paquetería de la casa Lázaro Cárdenas fueron utilizados para fines personales.

Según una factura obtenida por este reportero, el 8 de marzo de 2004 de un establecimiento ubicado en la calle Hegel 406, esquina con Presidente Mazarik, se envió en calidad de urgente un paquete de 12 kilos de ropa a nombre de la señora Beatriz Sahagún de Ávalos, hermana de Marta. En la carátula de la relación de gastos 01338, el recibo de este envío apareció intercalado en una lista de pasajes nacionales, restaurantes, teléfonos celulares y gastos de oficina.

Estafeta, mensajería que prestó servicio a la Presidencia, trasladó durante 2003 al menos dos paquetes desde la avenida Mazarik –en la cual se encuentran las tiendas de ropa y perfumería preferidas de la señora– hasta la Casa Lázaro Cárdenas, en Los Pinos.

Tan sólo en el período 2002-2006, el equipo de la primera dama derrochó 1 millón 991 mil pesos en teléfonos celulares, radiolocalizadores y un teléfono satelital. También gastó al menos 100 mil pesos en televisión de paga y unos 131 mil pesos más en mensajería, nacional e internacional.

Entre las miles de facturas consultadas por Proceso apareció una cuenta bancaria del banco Santander Mexicano a nombre de la oficina de la primera dama. Hay registro de transacciones financieras registradas de enero a agosto de 2002, en la época en que se casaron Marta Sahagún y Vicente Fox.

En el estado de cuenta correspondiente a agosto de 2002 se especificó que hubo abonos y depósitos por 8 mil 762 pesos, mientras que los cargos y retiros alcanzaron 13 mil 296 pesos. El saldo final era de 7 mil pesos. No obstante, a lo largo de todo el expediente no volvieron a aparecer rastros de esta chequera.


Luego se siguen con lo del Jeep rojo:

Un Jeep a cambio de impunidad

Rodrigo Vera

La mañana del pasado martes 2, el señor Gerardo Cárdenas Abuin salió a comprar los periódicos del día. Se llevó una gran sorpresa al leer –en la primera plana de El Universal– que el empresario Luis Miguel Moreno Vélez le había regalado un Jeep rojo a Vicente Fox cuando éste era presidente de la República. El regalo fue, al parecer, a cambio de favores que el empresario recibía de Los Pinos.

Cárdenas Abuin no daba crédito a la insólita noticia, pues desde hace tres años tiene demandado a Moreno Vélez debido a que el empresario construyó, en Huixquilucan, Estado de México, un centro comercial llamado Plaza Granada que provocó la destrucción de su casa y afectó a otras viviendas de la zona, sin que hasta la fecha las autoridades lo hayan sancionado. Relata:

“Me llevé la sorpresa de mi vida. Ahí estaban las fotografías del Jeep rojo y las declaraciones de mi demandado, diciendo que había hecho el regalo a petición de Marta Sahagún, la esposa de Fox. ¡Hombre! No creo que le haya regalado ese Jeep de a gratis, sería infantil pensar que no recibió favores a cambio.

“Hasta hoy comprendo por qué mis demandas no prosperan, porque a Moreno Vélez lo protegen las autoridades estatales y municipales. Lo cubre un manto de impunidad a pesar de que he presentado todas las pruebas en su contra. Destruyó mi patrimonio familiar y jamás se le castigó”.

–¿Usted no sabía anteriormente que Moreno Vélez tenía relación con Marta Sahagún?

–No, nunca lo supe. Últimamente sólo oí el vago rumor de que tenía algo que ver con la Presidencia de la República. Fue todo. Eso sí, una vez el abogado de Moreno Vélez me dijo en tono prepotente: “Usted nunca va a ganarnos, tenga cuidado porque el señor Moreno es gente muy peligrosa”. Yo le contesté: “Pues será muy peligroso y todo, pero yo sólo quiero que se me haga justicia”.

“Ahora deberían investigarse las influencias de Moreno Vélez, hasta qué grado tuvo relación con Marta Sahagún y Vicente Fox. Debió tener una red de conocidos que le permitió el acceso directo a ellos, o por lo menos a otras personas situadas en las altas esferas del poder… No lo sé... Yo únicamente me limito a defender lo mío”.

Cárdenas Abuin señala que, por lo pronto, el lunes 8 tiene cita con un grupo de diputados que ya investigan las posibles corruptelas de la llamada “pareja expresidencial”; quizá integren la comisión investigadora, que ya está autorizada pero aún no se instala formalmente.

“El lunes tengo cita con el diputado Juan N. Guerra en la misma Cámara de Diputados. No sé qué otros legisladores vayan a estar presentes. La Cámara está interesada en mi caso”, dice el entrevistado.

Gobierno sin autoridad

Gerardo Cárdenas relata desde el principio el atropello del que fue víctima: En febrero de 2004 Moreno Vélez empezó a excavar la parte baja de una loma para edificar ahí el centro comercial Plaza Granada. Inmediatamente, las excavaciones comenzaron a afectar los cimientos de las residencias asentadas en la parte alta; a lo largo de un tramo de la calle Paseo de La Herradura, en el exclusivo fraccionamiento Parques de la Herradura.

Los muros de las residencias empezaron a cuartearse, gruesas y profundas grietas surgieron en sus jardines. Los pisos se inclinaron peligrosamente. Mientras que abajo seguía escarbando la maquinaria que metió el supuesto protegido de Marta Sahagún, sacando tierra y más tierra del vientre de la loma.

Las viviendas más afectadas fueron la de Cárdenas Abuin y la perteneciente a la señora Margarita Haber, marcadas con el número 349 y 347 de Paseo de la Herradura, respectivamente.

Mientras exhibe fotos de su resquebrajada vivienda, Cárdenas Abuin lamenta: “Las excavaciones se estaban realizando sin un estudio de mecánica de suelos del área afectada. Y se perforaba el subsuelo de nuestras casas, lo cual es totalmente ilegal”.

–¿Y usted qué hizo?

–En dos ocasiones acudí a la oficina de Protección Civil del ayuntamiento de Huixquilucan para que determinara el grado de riesgo en el que vivíamos los vecinos. Las dos veces concluyó en que nuestras vidas corrían un alto riesgo, pero no detuvo las excavaciones. Ante esto, acudí a Protección Civil del gobierno estatal. Su dictamen fue el mismo, por lo que ordenó suspender la obra. Pero en pleno desacato, Moreno Vélez continuó con sus trabajos.

El afectado muestra los dictámenes del ayuntamiento de Huixquilucan. Uno es del 16 de mayo de 2005 y otro del 31 enero de 2006.

El primero le advierte: “Se le notifica que la casa habitación de su propiedad se considera de alto riesgo, por lo cual se recomienda no se habite”. Y el segundo reitera los peligros del área: “Existe un riesgo específico de deslizamiento”.

Por su parte, Protección Civil del gobierno del Estado de México –en su dictamen del 16 de mayo de 2006– pide que se estudien los “aspectos técnicos” para poder continuar con la obra. Y ya menciona concretamente a Moreno Blanco Bienes Raíces, S.A., la empresa que constituyeron Moreno Vélez y su socio Luis Blanco, que es dueña de Plaza Granada. También señala a Obras Especializadas XXI, S.A., empresa que entonces hacía las excavaciones y cuyo propietario es Luis Blanco.

Este dictamen agrega: “Se recomienda suspender la construcción en proceso, a fin de tener alternativas para evitar mayores afectaciones en las viviendas, que pudieran generar un colapso de las mismas con los consecuentes daños a sus posesionarios, su patrimonio y el entorno”.

Al ver que nada podía detener los trabajos, Cárdenas se quejaba personalmente con el alcalde de Huixquilucan, Adrián Fuentes Villalobos. Incluso escribió en dos ocasiones al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, para ponerlo al tanto de la situación. Igual de infructuosas resultaron estas medidas.

“Para entonces, mi esposa y yo, junto con nuestros cuatro hijos, ya habíamos abandonado nuestra casa, después de vivir 14 años ahí. No podíamos exponernos a que se nos cayera encima. Actualmente estamos rentando. Sí señor, Moreno Vélez nos ha perjudicado muchísimo”, refiere.

–¿Y cómo fue la demanda que, por la vía judicial, interpuso contra él?

–A principios de 2005 demandé a las empresas Moreno Blanco Bienes Raíces y a Obras Especializadas XXI, por interdicto de obra nueva y peligrosa. De entrada, Eucario García Villanueva, juez decimotercero con sede en Huixquilucan, ordenó suspender la obra hasta que terminara el juicio. Pero no le hicieron caso y la obra continuó. Luego fui perdiendo la primera y la segunda instancias… y también el amparo. Algo inaudito.

Sin embargo, no se da por vencido. Apenas en agosto pasado interpuso una nueva demanda civil, ahora ante el Juzgado XII de Tlalnepantla. En esta ocasión también señala al alcalde de Huixquilucan y a otros funcionarios municipales y estatales, entre ellos al secretario general de Gobierno y al de Desarrollo Urbano del Estado de México.

–¿Por qué demandó a estos funcionarios públicos?

–Porque todos tienen responsabilidad en este caso. Nunca hicieron nada para detener la obra, a todas luces ilegal. El gobierno debió intervenir. Quiero que se me repare el daño causado.

–¿Otros colonos pusieron también demandas?

–Por lo pronto, mi vecina Margarita Haber pondrá una demanda contra los constructores. Ignoro si algunos otros vecinos tomarán medidas semejantes.

Actualmente, Plaza Granada ya está funcionando. Es un edificio con estructura de acero y recubierto de cristal. Lo circundan palmeras y áreas verdes. Su parte trasera quedó metida en la loma. Arriba, aún están en pie las tambaleantes residencias.

“Moreno Vélez terminó de construir su centro comercial en diciembre del año pasado. Todavía no renta la totalidad de sus locales. Existe el riesgo de que algunas casas se colapsen y caigan sobre Plaza Granada. Y entonces estaríamos hablando no sólo de costos materiales, sino de vidas humanas”, advierte Cárdenas.



Luego otro fregadazo bien puesto para la señora rata:

Los "guardaditos" de Marta

Verónica Espinosa

No menos enredadas que los trucos del expresidente Fox para escamotear sus bienes al escrutinio público, las maniobras de Marta Sahagún con el mismo fin, que abundan en datos oficiales falsos, podrían disfrazar más ilegalidades.

LEÓN, GTO.- Actividades como sus conferencias en el extranjero, entrevistas para exhibir las comodidades y regalos obtenidos cuando fungieron como pareja presidencial, junto con el escándalo que ahora los envuelve y la posibilidad de que sean sujetos a una investigación formal, dejaron a Vicente Fox y a Marta Sahagún vestidos y alborotados, pues debieron aplazar la boda religiosa que habían preparado para mediados de septiembre.

Según averiguó Proceso, Marta Sahagún había elegido el viernes 14 del pasado mes para su segundo enlace religioso –el primero fue con Manuel Bribiesca Godoy–, una vez que Vicente Fox ya estaba libre de su matrimonio con Lillian de la Concha. Pero todo quedó en suspenso por los escándalos que rodean a la pareja.

En el más reciente de éstos, Sahagún aparece como responsable de solicitar “regalos” a empresarios que colaboraban o celebraran convenios con Vamos México, como Luis Moreno Vélez. Según declaró este empresario al diario El Universal la semana pasada, Sahagún le habría pedido en 2002 un auto Jeep Wrangler rojo para obsequiárselo a su esposo en ocasión de su segundo informe de gobierno.

El vehículo era igual que el del presidente estadunidense George W. Bush para recorrer su rancho en Texas. La coincidencia en gustos es auténtica: Bush y Fox intercambiaron sillas de montar durante su primer encuentro oficial, en febrero de 2001 en San Cristóbal.

Laberintos

Tal como ocurre con los datos de las propiedades, cuentas, inversiones y adquisiciones declaradas por Fox cuando era presidente –según detalló Proceso en su edición anterior–, también constituye un galimatías la información sobre los bienes de Marta Sahagún, a quien Fox mencionó como cónyuge y dependiente en sus declaraciones ante la Secretaría de la Función Pública (SFP).

Por ejemplo, se omite la propiedad del Jaguar S-Type blanco con placas de Guanajuato que está registrado ante la Secretaría de Finanzas del Estado, a nombre de Sahagún, y dado de alta con un domicilio de Celaya donde ella no reside. De acuerdo con la página de internet de la distribuidora de autos de esa marca, en 2006 el vehículo tendría un costo de un millón de pesos.

Mientras en la declaración patrimonial de conclusión del encargo de Fox se informa que Sahagún es dueña de una casa en la calle Guadalupe número 260, interior 120, del fraccionamiento Parque Central, en el registro del Jaguar se le atribuye a la esposa de Fox un domicilio en Guadalupe 258, colonia Alameda.

En realidad se trata de la misma casa, una modesta residencia de dos pisos ubicada en el fraccionamiento Residencial Alameda, que fue construido hace unos 15 años y cuenta con menos de 20 casas. Está muy cerca del domicilio que Marta y Manuel Bribiesca Godoy compartieron en la privada de Azcarateo, cuando solían asistir a misa en el templo de la Calzada, ubicado a un costado del fraccionamiento.

En la escritura 7,945 del Registro Público de la Propiedad consta que el 18 de febrero de 2005 Sahagún adquirió por 550 mil pesos la vivienda de su amiga Rosa María Ponce Gutiérrez de Vázquez, cuya familia es propietaria de una importante cadena de refaccionarias. No obstante, amigos de los jóvenes Bribiesca Sahagún aseguraron a Proceso que Bribiesca Godoy vivió en dicha casa durante unos meses, cuando se estaba divorciando de Marta.

Los datos del registro revelan que la compraventa tuvo otro movimiento: un día antes, el 17 de febrero, el registrador público de Celaya Julio Óscar González consignó la “venta e hipoteca” del inmueble, con Rosa María Ponce como vendedora, Marta Sahagún como compradora y Banorte como acreedor.

Dos meses y medio después, el 2 de mayo de 2005, se registró una apertura de crédito simple y con garantía hipotecaria sobre el inmueble, de Banorte a Marta María Sahagún Jiménez, por 850 mil pesos.

En la declaración de conclusión del encargo de Fox ante la SFP, este terreno de 197 metros cuadrados con 180 metros cuadrados de construcción aparece en dos ocasiones: “Casa (modificación): Liquidación de crédito: 550,000 pesos”, y enseguida como “casa (remodelación). Crédito: 300,000 pesos”.

En la declaración de Fox, correspondiente a 2006, Marta aparece con un saldo de gravámenes o adeudos por 813 mil 217 pesos hasta diciembre de 2005.

Ocupación: presidente

El matrimonio Bribiesca Sahagún adquirió entre 1973 y 1987 otros dos inmuebles que posteriormente se quedaron a nombre de Marta cuando se hizo la repartición de bienes por el divorcio. Así lo confirmó en ese entonces Bribiesca Godoy a la reportera.

Uno es el terreno ubicado en la colonia Michinelas, en la carretera Celaya-Salvatierra. Mide 10 mil metros cuadrados y Marta lo declaró con un valor cercano a los 110 mil pesos.

El otro inmueble formó parte importante de la historia familiar de los Bribiesca Sahagún: es el rancho La Soledad, ubicado en la carretera Panamericana, entre Cortázar y Celaya, sobre un camino de terracería de unos 3 kilómetros.

En un recorrido efectuado por la reportera y el fotógrafo el jueves 4, ninguno de los habitantes de los ranchos vecinos pudo informar de la ubicación de ese rancho. Ni siquiera reconocían el nombre de La Soledad.

–¿Dónde está el rancho de Marta Sahagún? –se reformuló la pregunta.

–Ah, pos por ahí hubieran empezado. Está antes del vivero. Pero ella ya tiene más de dos años que ni se aparece, se lo rentó a los Berentsen.

Efectivamente, el rancho de 100 mil metros cuadrados parece otro. Ya no se ve la modesta casa de dos cuartitos ni el pedazo de jardín –eso sí, bien cuidado– donde el primogénito, Manuel Bribiesca Sahagún, festejaba sus cumpleaños con ruidosas parrandas.

La propiedad, cercada de malla metálica y arbustos, es explotada por la empresa Viveros de Pastos Finos del Bajío, S.A. de C.V. Aproximadamente 30 trabajadores trabajan en un área delimitada por un río.

Para Marta Sahagún quedaron en el pasado las modestas comidas campiranas. De su segundo matrimonio y del sexenio en Los Pinos cosechó “favores” solicitados o exigidos a empresarios. Es el caso del Jeep rojo que tanto le gusta a su esposo, pero que está a nombre de Gustavo Bustamante, otro empresario radiofónico de la Ciudad de México y que también debió afrontar los requerimientos de Marta, primero como vocera y luego como “primera dama”.

Otra camioneta utilizada por los Fox, una X-Trail con matrícula de Guanajuato, está a nombre de Juan Antonio Acuña, jefe de escoltas.

El registro del Jeep rojo es una falsedad más: la Secretaría de Finanzas de Guanajuato lo tiene dado de alta con domicilio en la carretera León-Cuerámaro kilómetro 13, San Cristóbal, donde no vive el presunto propietario.

Es el domicilio del Centro Fox, de la Granja Fox y, a partir de noviembre pasado, también de la Consultoría para el Desarrollo Social y la Democracia, una sociedad civil formada por el expresidente y Marta Sahagún para “prestar servicios profesionales en el ramo de la política, economía, finanzas y administración pública”, además de ofrecer capacitación y exposiciones sobre estos temas.

Mediante esta consultoría, la pareja expresidencial anuncia su intención de “impartir toda clase de cátedras, seminarios, conferencias, cursos, simposios, en México y en el extranjero”; coordinar y contratar servicios de impresión, edición y distribución de trabajos relacionados con dichas especialidades; adquirir toda clase de bienes y servicios necesarios, así como “obtener por cualquier título, concesiones, permisos, autorizaciones o licencias, así como celebrar cualquier tipo de contratos con toda clase de personas físicas o morales, mexicanas o extranjeras, relacionados con su objeto”.

El correspondiente contrato de sociedad está registrado bajo la escritura pública 102,740, fedatada el 30 de octubre de 2006 en el Distrito Federal por el notario 49, Arturo Sobrino Franco, el mismo al que Vicente y Marta acudió dos semanas antes junto con sus amigos Federico Sada González y Liliana Melo de Sada para constituir la asociación civil del Centro Fox.

En la consultoría sólo figuran los dos como socios. Vicente Fox funge como presidente y Marta Sahagún como secretario, y cada uno aporta 20 mil pesos para formar el capital social.

La citada escritura pública asienta que ambos vivían en la residencia oficial de Los Pinos cuando constituyeron la sociedad. Ahí, él manifiesta su ocupación: “Presidente de la República Mexicana”, mientras que Marta dice dedicarse “al trabajo social en beneficio de las mujeres y niños”.

Una semana después de hacer la escritura pública ante el notario, los Fox recibieron el alta de su consultoría en el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Su domicilio fiscal quedó establecido en la carretera León-Cuerámaro kilómetro 13, Guanajuato, San Francisco del Rincón.

EL 23 de febrero de 2006 todavía se registraron dos últimos movimientos relacionados con La Estancia ante el notario Marcelo Gay Guerra.

En el primero, Banamex revierte la propiedad de una fracción del inmueble a Vicente Fox Quesada, según la escritura 8622. Se trata de un solar de 7 mil 980 metros cuadrados en la parte baja de La Estancia. Colinda con el camino construido para comunicar al rancho del expresidente con la carretera León-Cuerámaro y con los terrenos donde está la cabaña de José Fox, que se encuentra registrada a nombre de su hija María Paola Fox Lozano.

Según el avalúo fiscal rústico anexo a la escritura que hizo la Tesorería Municipal de San Francisco del Rincón, el solar –que no tiene construcciones, aunque es atravesado por el camino interior de La Estancia y cuenta con un aljibe– tenía un valor de 11 mil 731 pesos.

Ese día, en la misma escritura, quedó asentado que Vicente Fox donó ese predio a su mujer.


En otra nota se habla de la manera en la que, al igual que la biblioteca José Vasconcelos, el centro regional de las artes que estuvo promoviendo (con todo e irregularidades e ilegalidades) la martuchis, se está cayendo a pedazos:

Zamora estrena ruina...

Francisco Castellanos J.

ZAMORA DE HIDALGO, MICH.- El Centro Regional de las Artes de Zamora, obra con la que Marta Sahagún Jiménez quiso consagrarse en su tierra, sigue siendo motivo de protestas y polémicas.

“No estamos de acuerdo en eso de borrón y cuenta nueva, como en la biblioteca José Vasconcelos. De ninguna manera, aquí tiene que parar en la cárcel el responsable de esta porquería, que de faraónica no tiene nada”, dijo Felipe Peña Verduzco, investigador del Colegio de Michoacán.

Él pertenece al grupo de personas que desde hace 10 días, entre las 10:00 y las 11:00 horas, coloca cuidadosamente pancartas de protesta en la calle 5 de Mayo: “Si no nos unimos nos hundimos”, “No al tiradero de agua potable”, “Protesta de 10 a 11 todos los días, ¡únete!” y hasta una caricatura donde aparecen Sahagún y Fox en la proa del trasatlántico Titanic, con el águila mocha y la leyenda “Presidencia de la República”. El barco, que parece estarse hundiendo, representa el Centro de las Artes.

También la panista Angélica Morales, regidora de turismo de Zamora, se suma constantemente a las protestas desde que empezó a construirse lo que llama “una cochinada y no centro de las artes”. Asegura que los Sahagún son los amos y señores de la región, por lo que su lucha será difícil. De hecho, dice que ella ha recibido amenazas e intimidaciones.

Guadalupe Acevedo, integrante del grupo Medio Ambiente Zamorano (MAZ), revela que no se oponen al arte, sino a esa obra construida sin conciencia y que ya empieza a caerse.

Peligroso cascarón

A la inauguración del edificio, celebrada el 23 de noviembre de 2006, asistieron Sari Bermúdez –entonces presidenta del Conaculta–, el gobernador michoacano Lázaro Cárdenas Batel, algunos diputados y el arquitecto Francisco Serrano, creador de la “faraónica obra”, como la bautizó Marta.

El entonces presidente Vicente Fox acompañó ese día a Marta Sahagún para coronar el proyecto, que causó polémica por la discrecionalidad con que se manejó la información respectiva en los tres niveles de gobierno, por las irregularidades y violaciones a la ley que se cometieron durante su realización, según versiones recogidas en el mundo cultural michoacano.

En esa fecha el proyecto más ambicioso de Marta Sahagún obtuvo su sede, pero quedaron por definirse las formas y presupuestos para su funcionamiento, así como el programa de actividades. La inauguración, pues, fue puramente formal.

Mediante una licitación, el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas otorgó a la empresa ICA el contrato para construir el Centro Regional de las Artes de Zamora y rehabilitar el teatro Obrero por un monto global de 137.4 millones de pesos. Pero debido a los pobres acabados del edificio, la regidora Angélica Morales duda que se haya aplicado toda esa inversión.

Vicente Fox dijo que durante su sexenio se democratizó la cultura y se masificaron las oportunidades para el desarrollo de los talentos artísticos, además de que se construyeron mil 100 nuevas bibliotecas.

Al inaugurar el Centro Regional de las Artes y visitar el Teatro de la Ciudad, Fox indicó que también se hizo un esfuerzo por descentralizar la cultura, al construirse centros de las artes en Guanajuato, Veracruz, Baja California, Oaxaca y Michoacán. Además, informó que se inaugurarían otros en San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes y Sinaloa.

Sin embargo, aquí en Michoacán todo sigue igual y el famoso centro artístico no funciona, dice la regidora Morales: sigue abandonado, sin muebles; la humedad penetra todo el inmueble y ya se empiezan a desprender pedazos de la estructura.

Tomando en cuenta que se trata de un edificio nuevo, construido con dinero público, el grupo MAZ recaba firmas (más de 500 en dos días) para solicitar que auditen la obra el Congreso de la Unión, el estatal y la Auditoría Superior de la Federación, entre otras instancias.

El texto dice que “debido a las anomalías técnicas y legales, señaladas no ahora, sino desde antes y durante la construcción del edificio”, los firmantes demandan: que se detenga el desperdicio de agua, pues el líquido proviene de un manto freático y se pierde en las alcantarillas de aguas negras; que se determine con certeza si hay riesgo alguno de hundimiento del suelo en la zona del inmueble y que se audite el proceso de construcción.

Y como la obra no se ha manejado de forma transparente, el grupo afirma que “es necesario que se hagan públicos los siguientes puntos”:

1.-¿Por qué se sigue tirando agua en un edificio construido por una de las empresas más importantes del continente americano como lo es Ingenieros Civiles Asociados (ICA)? ¿Dónde está la falla? ¿Quién falló? ¿Se puede arreglar? ¿Por qué se construyó un sistema oculto de desagüe? ¿Está proyectado tirar el agua del manto freático al drenaje por años?¿Hay peligro en el suelo debido al abundante desperdicio del agua?

2.-¿Se hizo un estudio de mecánica de suelos?

3.-¿Se realizó un estudio de impacto ambiental?

4.-¿Por qué se utilizó una vialidad y se impide el paso peatonal de los vecinos de un lugar a otro, afectando sobre todo a niños, ancianos y enfermos?

5.-¿Cómo y cuándo se llevó a cabo el cambio de uso de suelo de la calle cerrada?

6.-¿Por qué jamás se ha hecho público el proyecto para saber lo que se hace con nuestro dinero?

7.-¿Qué autoridad de los tres niveles de gobierno es responsable de lo que pasa en el Centro de las Artes de Zamora?

8.-¿Cuál es el nivel de responsabilidad de las autoridades que permitieron que se violara todo tipo de normatividad en la construcción de este centro?

9.-¿Por qué todas las autoridades se han quedado calladas?

10.-¿Por qué no se ha solucionado el problema? ¿Definitivamente no tiene arreglo? ¿Por eso lo están ocultando?

Finalmente, demandan que se haga público el expediente del caso, que se sancione a los responsables –“así sean Vicente Fox Quesada, Marta Sahagún Jiménez, Lázaro Cárdenas Batel, el alcalde Pablo Gutiérrez Galván”– o se aclare si sólo se pretendió beneficiar a ICA.

La regidora panista Angélica Morales revela que los impugnadores del proyecto de Marta Sahagún ya tuvieron contacto con el gobierno del estado, pues el perredista Reynaldo Valdez, titular de Patrimonio, visitó el edificio en compañía del diputado priista Martín Samaguey. Ellos entraron al edificio, donde comprobaron los hundimientos y la acumulación de agua en el estacionamiento, así como el deterioro del techo, pero nada dijeron.

“Incluso el teatro Obrero o del Pueblo, contiguo al edificio (del Centro Regional de las Artes), se está inundando y todas las cortinas del estrado fueron retiradas por empleados del ayuntamiento porque apestaban feo”, detalla Morales.

Agrega que a Reynaldo Valdez le pareció que el problema se reducía a “pequeños detallitos que se pueden arreglar; no es para tanto”.

La regidora le respondió: “Si fuera su casa la que se construyera, ¿la recibiría con todas esas fallas y detalles? ¿No, verdad? Pues con ese mismo celo debe usted de ver esta obra, que es para el pueblo y con dinero del pueblo”.

Y es que a decir de Morales “existe la información de que se drenaron cinco pozos con el objetivo de que no se inunde el estacionamiento subterráneo, entonces está latente la posibilidad de hundimientos o cuarteamientos, y todo por culpa de una mala planeación”.

Además, varios de los participantes en las protestas no olvidan que esa mole de hierro y falso plafón se erigió donde estaban sus hogares.

“Nos quitaron nuestras casas, nuestros negocios y nos dieron la cantidad que ellos quisieron –dice Morales–, y ni abogados ni políticos ni autoridades nos preguntaron si requeríamos apoyo, para que esa mala mujer (Marta Sahagún), pues la mayoría de los terrenos de este sitio eran de su tía Conchita Jiménez, nos pisoteara nuestros derechos...

“Parece que Zamora es la ciudad de las obras inconclusas: inconclusa la catedral o Santuario de Guadalupe, inconcluso el teatro Obrero, inconcluso el Centro de las Artes, el estadio de futbol de Zamora, que aparece como ya terminado, y cientos de obras que el alcalde, Pablo Gutiérrez, dejara sin terminar.”



Curiosamente, durante el tiempo en el que se estuvo gestionando y construyendo este elefante blanco, en Zamora se disparó el consumo de drogas:

Ciudad de adictos

En el sexenio de Vicente Fox, Marta Sahagún consolidó su dominio familiar en Zamora, Michoacán, mediante obras que beneficiaron directamente a varios de sus parientes cercanos, como el controvertido Centro de las Artes, que se erigió sólo para darle lustre a su hermana Beatriz.

En contraste, Sahagún poco hizo para solucionar uno de los graves problemas que padecen los zamoranos: la adicción a las drogas, entre éstas la cocaína y las metanfetaminas.

En su libro Mi compromiso con México –un “informe de resultados” de la fundación Vamos México–, Marta afirma que de 2003 a 2005 se destinaron apenas 4.3 millones de pesos a 29 organizaciones civiles del país dedicadas a combatir las adicciones.

Fue precisamente en ese período cuando se disparó en Zamora el consumo de drogas, según un reportaje de The New York Times publicado el miércoles 3 en primera plana y firmado por el corresponsal James C. McKinley Jr. La nota se ilustra con cinco fotografías y un mapa.

La nota apunta que el problema de las adicciones es nacional, pero indica que en Zamora el panorama es desolador, con niñas que se prostituyen por unos cuantos pesos y jóvenes que roban y matan por dinero para comprar droga. Hace 10 años sólo se veía mariguana, pero desde “hace unos tres años vemos muchas señales ice, crack y heroína”, dijo a ese diario Juan Carlos Espinoza, comandante de la Policía Municipal.

En Zamora, dice McKinley, “la evidencia de las adicciones está en todas partes. Gente harapienta que duerme en lotes baldíos y en la calle. El crimen callejero es común. Algunas calles se han convertido en tianguis de drogas, con casas donde se vende crack desperdigadas entre carnicerías y salas de video. Los centros de rehabilitación privados han brotado en casi cada barrio pobre (…) La mayor parte de éstos son casas endebles en las que los adictos son encerrados durante tres meses y se les da un curso breve sobre el programa de 12 pasos desarrollado por Alcohólicos Anónimos”.

Uno de esos 24 centros de rehabilitación es La Esperanza, ubicado en la calle Matamoros. Es una casa unifamiliar que alberga a más de 30 adictos, quienes duermen en literas y comparten un solo baño hediondo. Entre los pacientes se encuentra Aurora Gómez, de 28 años, quien le cuenta al Times que se envició con las metanfetaminas y se prostituyó a los 13 años. Tiene tres hijos, a los que nunca ve. “Para mí es una vida perdida, triste, vagando por las calles, rechazada, humillada. La verdad es que nunca tuve un momento feliz”.

Otro caso es el de Joaquín Gutiérrez, de 39 años. Relató que se volvió consumidor de metanfetaminas cuando trabajaba como jardinero en San Diego, California. Dijo que al regresar a Zamora se sorprendió de que las metanfetaminas y el crack hubieran echado raíces en su pueblo natal. “Cuando era niño, casi nunca veías alguna droga. Ahora por cualquier calle que vayas ves gente vendiendo”.

Hace dos años, Gutiérrez empezó a rehabilitarse, con la ayuda de antidepresivos y psicoterapia, en el Centro de Integración Juvenil, “la única clínica federal para adictos que hay en el estado (Michoacán)”.

Esa es la Zamora de Marta Sahagún de Fox. (AJ)



Para cerrar con broche de oro, en esta nota hacen pedazos al libro de Fox que va a estar promocionando en la tele gringa esta semana:

Catálogo de mentiras…

J. Jesús Esquivel

En su delirio pospresidencial, Fox es capaz de todo. Hasta de publicar un libro. En coautoría con un publirrelacionista, lanza Revolución de la esperanza, no en México sino en Estados Unidos. Catálogo de autoelogios, recuento de mentiras y errores históricos, loas a Martita, diatribas contra Hugo Chávez y Andrés Manuel López Obrador y, claro, condescendencia servil con Washington.

WASHINGTON.- El pasado jueves 4 comenzó a circular en las librerías de Estados Unidos el libro Revolución de la esperanza, escrito por el expresidente Vicente Fox y Rob Allyn, un publirrelacionista texano vinculado al guanajuatense desde 1997 y que participó en su campaña por la Presidencia en el año 2000.

El texto, escrito en inglés, consta de 21 capítulos y 375 páginas, y fue publicado por Viking Press. Su precio: 27.95 dólares, más impuesto. Se trata de una autobiografía política plagada de autoelogios, errores históricos y mentiras. En ella Fox hasta se atreve a dar recomendaciones a presidentes y jefes de Estado. De paso, adula al gobierno estadunidense y confiesa haber aceptado financiamiento del extranjero para su campaña presidencial.

También contiene ataques y descalificaciones al presidente de Venezuela Hugo Chávez y al excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, y hace una enmielada apología de Marta Sahagún Jiménez, la mujer que, según él, nació sobrada de atributos: “Una voz plagada de cultura y una pose hecha para la televisión”.

El expresidente Fox asegura que escribió el libro en el rancho San Cristóbal. En la tercera de forros aparece una fotografía en la que se le ve frente a una computadora portátil tomando nota de lo que al parecer le dicta Allyn, quien se encuentra sentado a su lado derecho.

Entre las falsedades en que incurre se encuentra ésta: “Con (apenas) siete meses en la Presidencia de México di un discurso histórico ante las dos cámaras (Senadores y Representantes) del Congreso de Estados Unidos. Fui el primer presidente mexicano en hacerlo”.

Antes que él, por lo menos cinco presidentes de México se presentaron en sesiones plenarias de dicho Congreso: Miguel Alemán, el 1 de mayo de 1947; Gustavo Díaz Ordaz, el 27 de octubre de 1967; Luis Echeverría Álvarez, el 15 de junio de 1972; Miguel de la Madrid Hurtado, el 16 de mayo de 1984, y Carlos Salinas de Gortari, el 4 de octubre de 1989.

A lo largo de todo el libro, Fox asegura que es un hombre honesto, profundamente religioso y trabajador. Dice que cuando era vendedor de la Coca-Cola y manejaba un camión repartidor de esta empresa ya pensaba en ampliar y modernizar el rancho San Cristóbal.

Como parte de la campaña publicitaria de su libro, Fox participará en algunos programas de televisión, como el de Larry King, de la cadena de televisión CNN (el lunes 8) y acudirá a varias librerías de la Unión Americana para autografiar su obra.

La estrategia mercadológica presenta a un Fox profundamente enamorado de Estados Unidos y de la religión católica: “Así como amo a mi país y siempre seré mexicano hasta los dedos de mis botas (sic), en mi corazón guardo un lugar especial para los Estados Unidos (…) Estoy convencido de que están equivocados los negativos, el mundo no odia a Estados Unidos, amamos a Estados Unidos (…)”.

Dinero foráneo para la campaña

Aunque son pocas las revelaciones que hace Fox respecto de cómo logró llegar a la Presidencia de México, acepta que su campaña contó con dinero del exterior: “Para llevar nuestro mensaje a la gente necesitábamos dinero, mucho dinero (…) Para juntar nuestro primer millón (de dólares) (…) fui con los tipos que me dieron mi primer empleo: Coca-Cola. Después de nuestra primera reunión clandestina en Lagos de Moreno, Jalisco, los ejecutivos de la embotelladora se comprometieron a darnos los primeros recursos para comenzar la campaña presidencial”.

También dice que recibió el respaldo de empresarios mexicanos como Ricardo Salinas Pliego. “Salimos con nuestra estrategia de tres vertientes: Primero fuimos con Ricardo Salinas Pliego; él era el impetuoso joven fundador de Televisión Azteca, un nuevo rival de Televisa, el coloso conglomerado que pertenecía al fiel seguidor del PRI, Emilio Azcárraga, y que ahora estaba en manos de su hijo (…) Le presenté a Salinas Pliego un proyecto en el que le propuse hacer la cobertura de nuestra campaña de oposición, ya que podría ayudar a su televisora en la competencia con Televisa para ganar al teleauditorio (…) Argumentamos que si Televisa no abría totalmente la puerta o por lo menos una rendija, un público mexicano curioso podría dejar de ver Televisa y cambiarle a Azteca. ¡Funcionó! En respuesta a nuevas reformas, leyes y a la demanda popular, las dos principales cadenas de televisión y radio comenzaron a ponerle atención a la oposición”.

Para explicar cómo convenció al electorado para que votara por él, Fox se vale de algunas figuras del catolicismo: “Primero, como el apóstol Pablo, concentramos nuestro trabajo no entre los fieles seguidores de nuestro partido, sino en aquellos a quienes nosotros llamábamos los gentiles (…) los manipulados por el partido oficial, los miembros de sindicatos, el ejidatario campesino, los maestros y los dueños de changarros”.

Sus diatribas

Lo que más destaca en Revolución de la esperanza son los ataques que lanza Fox contra varios presidentes latinoamericanos, a quienes considera demagogos populistas que deben ser ignorados por el mundo entero, pero principalmente por su amigo, George W. Bush, presidente de Estados Unidos.

“Ahí está Venezuela, donde el bravucón y populista régimen de Hugo Chávez sostiene su demagogia con las ganancias del petróleo y respeta muy poco la democracia, la ley y los principios económicos básicos. Tristemente ahora Bolivia y Ecuador siguen el mismo ejemplo con economías nacionalizadas. Si usted cree que son peligrosos estos regímenes chavistas, espere a ver lo que pasa con ellos cuando caiga el precio del petróleo y del gas natural, y que no puedan pagar sus deudas. El próximo paso será la revolución o la represión, la triste y vieja historia de América Latina”, advierte Fox.

Fox también arremete contra López Obrador, a quien tilda de “toro enloquecido” e insiste en estigmatizar como “un gran peligro para México”.

En lo que se refiere a Felipe Calderón, actual presidente de México y quien para llegar al poder pasó por una elección interna en su partido, Acción Nacional, en la que derrotó al candidato de Fox, Santiago Creel, el exmandatario dice: “Felipe ganó las elecciones primarias prometiendo regresar al PAN a sus raíces y por ser un agente más agresivo del cambio; más Fox que Fox”.

En el libro, Fox destaca que Calderón cuenta con un equipo de colaboradores que forman parte de la revolución yuppie, y que ayudarán al desarrollo económico y democrático de México. Entre estos yuppies ubica a Juan Camilo Mouriño, Gerardo Ruiz, Josefina Vázquez Mota, Rodolfo Elizondo, Eduardo Sojo, César Nava, Alejandra Soto, Ernesto Cordero y Max Cortázar.

Y añade: “Con la fundación democrática y el equipo talentoso que integra a su gabinete y a su círculo de asesores políticos, este brillante joven (Calderón Hinojosa) liderará a México en el primer siglo XXI (sic) y será el presidente más exitoso de la historia de nuestra nación”.

De sus antecesores Fox descalifica casi a todos, y los tacha como corruptos y ladrones; sólo hace una excepción: “Ernesto Zedillo, quien dirigió la transición del país a la democracia y que ahora da clases en la Universidad de Yale, hizo un poco de historia al ser un expresidente tan honesto que actualmente necesita trabajar para sobrevivir”.

Fox acepta que uno de sus mayores fracasos consistió en no conseguir, pese a su “amistad” con Bush, que el Congreso de Estados Unidos aprobara una reforma migratoria integral para beneficiar a los más de 7 millones de mexicanos indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos. Sin embargo, dice estar convencido de que su libro puede contribuir a que en el futuro la reforma migratoria sea una realidad en este país.

En Revolución de la esperanza Fox habla de su relación con Bush y de los desacuerdos que tuvo con él cuando se decidió la invasión de Irak.

“El 12 de marzo de 2003, mientras era llevado al hospital para ser sometido a una difícil operación en la espina dorsal, Bush me llamó una vez más: El voto en las Naciones Unidas es mañana, me dijo tersamente. Es muy importante que tengamos el apoyo de México. El presidente hizo alusión a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y sobre su certeza de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, como una forma de presión fuerte para conseguir mi apoyo.

“Antes de ser anestesiado para la operación, di instrucciones muy estrictas a mi nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez: ‘Negocia para obtener más tiempo y sigue presionando para que nos den más evidencias’, le dije. En ningún caso, México va votar a favor de la guerra, le ordené a Derbez.”

En su texto, Fox omite muchos detalles sobre escándalos y situaciones controversiales que ocurrieron durante su sexenio. Del Toallagate, el exmandatario simplemente dice que fue un error de novatos. “Nuestro equipo aprendió su primera lección cuando uno de los ayudantes pagó 400 dólares por un juego de toallas de baño que tenían grabadas nuestras iniciales, que yo nunca vi”.

En el último capítulo, titulado Bardas de miedo y sueños de esperanza, dice que ahora se dedicará a promover por el mundo su fe espiritual, la democracia, la seguridad económica, el capitalismo y el respeto a los derechos humanos: “Este será el próximo capítulo de mi vida: nuevamente en el camino cabalgando con Marta en mi caballo favorito, el Dos de Julio. Pero no cabalgaremos hacia la puesta del sol, nos dirigimos hacia ti; a vender nuestros sueños”.


¿Se dirigen hacia ti? ¿O sea que es una amenaza? ¡Chiaaale!


Una razón más para apoyar al peje en el 2007.

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