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viernes, julio 06, 2007

SOBERANÍA PÉTROLERA SIGNIFICA INDEPENDENCIA ECONÓMICA

Soberanía petrolera, reformas sociales e independencia económica en Venezuela
por Salim Lamrani*

Venezuela ha concluido el proceso de nacionalización del sector energético anteriormente en manos de empresas transnacionales extranjeras. Con los ingresos de la renta petrolera se ha cancelado la deuda externa pública y se financia las reformas, como la alza de las ayudas sociales. Una política de soberanía nacional y de progreso, en contra corriente de la globalización, que tanto exaspera a Washington.

El 1 de mayo de 2007 el gobierno venezolano recuperó su soberanía energética al proceder a la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, económicamente muy lucrativa y que contiene las reservas mundiales más importantes. De ahora en adelante la empresa petrolera estatal “Petróleos de Venezuela SA” (PDVSA) controlará al menos el 60% de las operaciones de la región. Las multinacionales extranjeras que antes se encargaban de la zona, como la British Petroleum PLC, Exxon Mobil, Chevron, ConocoPhillips, Total y Statoil ASA, podrán participar en la extracción del petróleo pero sólo como socios minoritarios (1).

La apertura petrolera al capital extranjero, que se inició hace más de 10 años, ocasionó al país una sangría económica sin precedentes, con consecuencias sociales desastrosas. Las extraordinarias ganancias de las multinacionales se repatriaban constantemente y no servían de ninguna manera al desarrollo de la nación. Además el estado perdió varias decenas de millones de dólares pues las empresas petroleras privadas no pagaban casi ningún impuesto. En efecto, la tasa sobre las ganancias durante los años 1980 y 1990 era increíblemente baja y no superaba el 1%. A guisa de comparación, a principios del siglo XX, bajo el gobierno de Juan Vicente Gómez, el impuesto ya era del 3% (2).

“Los gobiernos de la Cuarta República, la elite que gobernó Venezuela en los años 80 y 90 [que] entregó aquellas áreas donde no hay ningún tipo de riesgo para la explotación del petróleo”, son los principales responsables de la expoliación del país y de la violación de la “soberanía nacional”, denunció el Presidente Hugo Chávez (3). “Hemos enterrado 10 años de apertura petrolera”, añadió. En adelante los recursos naturales de la región no se destinarán a enriquecer a los accionistas de las multinacionales sino a construir el “socialismo del siglo XXI”. “Hoy es el final de esa época en la que nuestras riquezas naturales terminaban siempre en manos de cualquiera menos del pueblo venezolano” (4), concluyó el líder bolivariano, agregando que no podía construirse un proyecto nacional si el país no tenía el control de sus riquezas, sus recursos naturales y su economía (5).

El presidente de Venezuela también anunció que las multinacionales podrían ser demandadas por violar los acuerdos firmados procediendo a la extracción de petróleo fuera de las zonas definidas y sin utilizar el vapor de agua. Estas infracciones causaron “un gravísimo daño al patrimonio nacional”, según el gobierno. PDVSA ya no puede extraer petróleo en algunos pozos pues las condiciones iniciales de presión y temperatura ya no existen. Las multinacionales extranjeras “sacaban el 7% [del petróleo] y se mudaban a otro pozo [...] incluso extendiéndose en algunos casos más allá del doble de la extensión territorial convenida en el contrato sin contar con nadie, sin pagar un centavo”, subrayó Chávez (6).

Estas nuevas nacionalizaciones permiten ahora al país disponer de más de los 400.000 barriles de petróleo diarios que se producen en la Faja Petrolífera del Orinoco, cuya capacidad es de más de 600.000 barriles al día. “Hasta hoy no podíamos disponer de esos barriles. Esas empresas nos pagaban una miseria y se llevaban el petróleo”, señalaba el presidente, indicando al mismo tiempo que esa época ya ha pasado. Estos nuevos recursos energéticos refuerzan considerablemente el poder económico del país y van a mejorar sustancialmente el nivel de vida de la población (7).

Lucha contra el latifundio y promoción de la agricultura
Desde su primera elección en 1998 y conforme a la Constitución, el gobierno de Chávez ha recuperado cerca de 2 millones de hectáreas, o sea el 28,74% de las tierras productivas, de los latifundistas sobre los 6,5 millones de hectáreas que se deben nacionalizar. El objetivo es desarrollar el campo de la agricultura y alcanzar la soberanía alimentaria. El 49% de las tierras recuperadas se distribuyeron a los campesinos, el 40% se destinan a proyectos estratégicos y el 11% se entregaron a cooperativas. El país dispone de una superficie agrícola global de 30 millones de hectáreas, cuya mayor parte está concentrada en las manos de grandes terratenientes (8).

En Hato Calleja, en el Estado de Barinas, un solo individuo poseía 24.800 hectáreas de tierras fértiles casi abandonadas. El presidente de la nación subrayó que esa situación era inaceptable: “Estos son latifundios, tierras fértiles improductivas. Esto es un atentado contra el interés nacional, viola la Constitución, las leyes y todos los principios de la justicia, del derecho, de la seguridad y soberanía del país” (9).

En marzo de 2007 se lanzó el nuevo Plan Integral de Desarrollo Agrícola con el objetivo de alcanzar la plena soberanía alimentaria del país. El acento se ha puesto en los cultivos de arroz, caña de azúcar, cacao, café y en la ganadería, la pesca y la apicultura, el algodón, el tubérculo y las frutas y verduras. Chávez explicó que la idea era “impulsar el nuevo modelo de producción sobre la base de los principios del socialismo agrario y de la propiedad social” (10).

Protección del medio ambiente
Paralelamente el ministerio de Medio Ambiente ha emprendido una política de saneamiento de las cuencas de los ríos con el fin de generalizar el acceso al agua potable al conjunto de la población. Las costas y playas también se limpiarán con el fin de favorecer el turismo, promover la actividad económica y sobre todo mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Estas medidas se inscriben en la continuidad de las reformas adoptadas desde la llegada de Hugo Chávez al poder. En 1998, el 80% de los habitantes de las ciudades tenían acceso al agua potable. Ahora representan el 92% gracias a las enormes inversiones que se han efectuado en este sector. En el ámbito rural se han realizado grandes esfuerzos pasando del 55% en 1998 al 71% en 2006 (11).

Desde 1998 el tratamiento de las aguas usadas ha pasado del 10 al 25%. Algunos estados vanguardistas como Nueva Esparta e Isla Margarita alcanzan el 92% en este campo. Venezuela dispone ahora de más de 100 fábricas de depuración. Además se ha elaborado un gran proyecto para limpiar los grandes lagos del país como los de Valencia y Maracaibo (12).

Reformas sociales
Con ocasión de la fiesta de los trabajadores del 1 de mayo de 2007, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela anunció un alza espectacular de un 20% del salario mínimo, que se convierte así en el más elevado del continente latinoamericano con 286 dólares mensuales. Incluso en Chile, considerado como el modelo económico neoliberal, el salario mínimo sólo es de 250 dólares. En numerosos países del continente el ingreso mínimo ni siquiera llega a 100 dólares. Al contrario que los gobiernos precedentes, Chávez ha aumentado regularmente el ingreso básico desde 1998 que estaba estancado en 118 dólares. Después pasó a 154 dólares en 2003 a pesar del terrible sabotaje petrolero que orquestó la oposición y que costó más de 10.000 millones de dólares a la economía. Por fin en 2005, alcanzó los 192 dólares (13).

A guisa de comparación, bajo la Cuarta República, el salario mínimo, en el mejor de los casos se estancaba, y a veces disminuía. En 1996, cuando la inflación del país alcanzó una tasa vertiginosa del 100%, el salario mínimo era sólo de 36 dólares, mientras que en 1994 era de 101 dólares y en 1992 de 132 dólares (14).

Además las personas mayores que nunca han trabajado dispondrán de un ingreso de protección equivalente al 60% de salario mínimo. Las mujeres desprotegidas así como las personas discapacitadas recibirán una ayuda equivalente al 80% del salario mínimo. Las amas de casa mayores de 61 años recibirán en adelante una pensión completa con una prioridad hacia las más pobres. Además de la subida del salario base y de la ayuda a los desfavorecidos, el gobierno bolivariano ha previsto reducir el horario laboral a 6 horas diarias y 36 horas semanales a partir de 2010 sin disminución del salario. Este importante progreso social es el símbolo de la voluntad del gobierno de Chávez de mejorar la suerte de los más desfavorecidos (15).

El presidente Chávez también anunció que el estado procedería al pago retroactivo de las pensiones para el año 2006. Esta medida debería beneficiar a cerca de 88.000 jubilados. El servicio de seguridad social disponía de cuentas de pensiones congeladas desde hace 10 años. El líder bolivariano se sublevó ante esta situación: “Eso es parte del adecentamiento nacional y de la lucha contra tantos vicios y corruptelas existentes en el sector público y privado” (16).

En el ámbito de la educación el gobierno inaugurará cerca de 2.379 nuevas escuelas bolivarianas en todo el país en 2007. Estas instalaciones se agregarán a las 5.875 escuelas bolivarianas ya existentes. “Debemos dedicarle el mayor esfuerzo posible al tema educativo” pues, como subrayó Simón Bolívar, “las naciones marcharán hacia la grandeza con el mismo paso con que camine su educación”, señaló Hugo Chávez. Para él, la escuela debe estar en el epicentro del trabajo social y comunitario (17).

La universalización del acceso a la educación que se ha elaborado desde 1998 ha tenido resultados excepcionales. En 2007, Venezuela cuenta con cerca de 12.700.000 estudiantes de una población de 26 millones de habitantes. El número de inscripciones no ha dejado de aumentar desde la llegada de Chávez al poder. En 2001 era de 6.900.000; en 2002 alcanzó la cifra de 9.500.000, para estabilizarse en 11.300.000 en 2004. En 2005 había 11.800.000 estudiantes y 12.100.000 en 2006. Este aumento regular y masivo certifica la eficacia de la política educativa del gobierno bolivariano. La masificación de la educación también se ha acompañado de una sensible mejoría de la calidad de la enseñanza (18).

La quiebra del FMI y el Banco Mundial y la esperanza del Banco del Sur
El 13 de abril de 2007 Anoop Singh, Director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, hizo partícipe de su voluntad de encontrarse con el gobierno venezolano con el fin de dialogar sobre el problema de la inflación que afecta al país: “No sólo desearía dar una recomendación sino tener una discusión en algún momento del año con las autoridades”. Pero es poco probable que el deseo de Singh se realice (19).

En efecto, el FMI es el principal responsable de las dramáticas crisis que asolaron las economías latinoamericanas en los años 1990 y 2000. El FMI, cuya misión oficial es “luchar contra la pobreza”, en realidad sólo perpetúa la colonización económica de la que son víctima los países subdesarrollados. Los acuerdos firmados con la organización internacional y los planes de ajuste estructural que se impusieron han arruinado a las poblaciones del continente. Sus préstamos con tasas de usureros, en vez de desarrollar la economía, no servían más que para saquear las riquezas de esas naciones al borde del abismo, aplastadas por una deuda ilegítima e impagable.

Además sus recetas draconianas, que constituyen una inaceptable afrenta a la soberanía de las naciones latinoamericanas, son la causa del desastre económico, social y humano que afecta al Nuevo Mundo. El FMI es ahora una institución aborrecida en el continente y ya no dispone de casi ninguna influencia. En efecto, controlada mayoritariamente por Washington y utilizada para promover los intereses de las multinacionales estadounidenses, ha perdido toda credibilidad.

La bancarrota del FMI y del Banco Mundial es tal que Venezuela, que rembolsó todas sus deudas a estas instituciones, acaba de formalizar su salida de estas entidades. “Señores del Banco Mundial, señores del Fondo Monetario Internacional: chao con ustedes. Venezuela es libre y soberana”, anunció Rodrigo Cabezas, ministro de Finanzas. Al rembolsar anticipadamente la deuda que vencía en 2012, el país ahorró 8 millones de dólares. El FMI, por otra parte, cerró sus oficinas en Venezuela a finales del año 2006. “Cerramos un ciclo histórico de endeudamiento con los organismos multilaterales”, agregó Cabezas (20).

Los planes de ajuste estructural que impuso el FMI en 1989 a Venezuela ocasionaron una inflación sin precedentes y una miseria que llevó a la población a la desesperanza. La única respuesta del gobierno de la época fue mandar al ejército para que reprimiera ferozmente al pueblo, provocando centenares de víctimas (21).

El ejemplo venezolano
La decisión de Venezuela constituye sin lugar a dudas un ejemplo para América Latina y las naciones endeudadas del Tercer Mundo. Brasil, Argentina y Uruguay siguieron a Caracas pagando anticipadamente sus deudas al FMI. Ecuador está a punto de seguir el mismo camino. Además Venezuela ha lanzado la idea de crear a partir de junio de 2007 un Banco del Sur destinado a desarrollar las naciones latinoamericanas y a promover una integración económica regional. Al contrario que en el FMI y el Banco Mundial, la lógica ya no será financiera, destructora y expoliadora sino emancipadora, constructiva y solidaria (22).

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, rindió homenaje a Hugo Chávez a quien calificó de “aliado excepcional a nivel político y comercial”. Los intentos de la administración Bush de crear tensiones entre las dos grandes naciones latinoamericanas fracasaron. “Antes de Chávez, Venezuela era casi totalmente dependiente de Estados Unidos. Hugo Chávez es un presidente latinoamericano orientado a dar prioridad a la cuestión de América Latina. Venezuela se muestra al mundo como un país soberano, con potencial y con una capacidad mayor de ayudar”, saludó Lula (23).

Venezuela constituye la perfecta ilustración de la renovación latinoamericana donde los pueblos han llevado al poder de varias naciones a líderes representativos del interés general, con una voluntad política real de poner término a las desigualdades que devastan el continente. Más allá de los resultados extraordinarios que ha conseguido el gobierno bolivariano desde 1998, Chávez es portador de una alternativa creíble al neoliberalismo salvaje que defiende Washington. Su influencia y su ejemplo superan las fronteras del continente para inundar el resto del mundo e incluso algunos sectores de los países desarrollados. Ello explica la obsesión frenética y sumamente preocupante de la administración Bush contra Caracas.

VOLTAIRENET

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