La analogía reclama su derecho de inmediato. Frente al área verde de Villa de Seris, el monumento en memoria de la desaparición de Suaqui, Tepupa y Batuc es, cuando menos, un vaticinio.
Por Imanol Caneyada / Dossier Político
Dia de publicación: 2007-06-15
Agonizando. (Foto: Carlos Sánchez)
La analogía reclama su derecho de inmediato. Frente al área verde de Villa de Seris, el monumento en memoria de la desaparición de Suaqui, Tepupa y Batuc es, cuando menos, un vaticinio. El recuerdo de que el progreso cobra su cuota de sangre y de vida, en este caso, tal vez de sabia. Sólo tal vez, porque el ruido es mucho entorno al parque y el bosque parecería no dejar ver los árboles.
Este pulmón está muy raquítico, descuidado y agonizante. Se ve de entrada que ya hace años lo fueron olvidando, administración tras administración, y sólo la memoria conserva su riqueza. Los mismos trabajadores del parque rememoran. Eran niños y venían de campamento. La sombra era una en todo el área de tan frondosos los eucaliptos, y el zacate cubría lo que ahora es polvo seco, miserable. La memoria de los jardineros desnuda entonces la estulticia de aquellos que dejaron caer el bosque.
Ahora hay más tierra que flora. Ahora hay más sol que sombra. Ahora parece que se trata de resucitar un cadáver. Y parece de entrada que éste es un pretexto.
Un grupo de niños recorre el parque. En ellos y en las plantas subyace una majestuosa indiferencia a la mezquindad de los hombres. Las palmeras, que las hay, se regocijan de la decadencia de aquellos otros árboles que no tienen patente de desierto. También brotan socorridos mezquites y unos bisoños olivos negros que, comentan los trabajadores, también se irán junto con los otros a la Hacienda de la flor, a un lado del vado, donde piensan trasladar el bosque –qué pretencioso— para que el programa Impulsor y Ricardo Bours desarrollen todavía no se sabe muy bien qué. Porque ingenieros y jardineros coinciden en que para noviembre –ahora el clima lo impide— la flora será trasplantada.
El sol cae como un carnívoro cuchillo, diría Miguel Hernández. Buscamos sombra y tregua. El tráfico, a la vera del parque, persigue su vocación desquiciante. A espaldas del bosque la pobreza del vado invoca otros crímenes ecológicos que no tienen voz. Aquí hace tiempo que la indiferencia seca las hojas de esos eucaliptos que han perdido hasta el olor a medicina. Aquí, más allá del grillerío, que lo hay y mucho, palpita una verdad irrenunciable: al bosque lo fuimos matando poco a poco, mucho antes de que Bours e Impulsor afilaran el colmillo.
A la salida del parque, un empleado que afirma trabajar para el gobierno hace más de 40 años proclama victorioso, como si él fuera el mismísimo gobernador, que ya se fregaron los ejidatarios, que las 3.5 hectáreas son ya propiedad del Estado. Quince millones de pesos le dieron al ejido, si bien, el avalúo tasaba los terrenos en 28 millones. La necesidad, justificaron en su momento, los orilló a aceptar la oferta.
LAS MUSAS DEL BOSQUE
En todo bosque se pueden evocar criaturas fantásticas que habitan mitologías nacidas de los misterios de las plantas. En éste, su propia aridez lo sentencia. Aquí, la única leyenda que ronda es la de un proyecto indefinido al que han llamado Musas.
Musas existe de manera concreta. Tiene forma de tres edificios que se construirán en los terrenos del parque: uno albergaría a la Secretaría de Turismo; el otro, una galería de arte con la posible residencia de la Filarmónica de Sonora y un tercero tendría la vocación de auditorio y cine.
Por su parte, Ricardo Bours Castelo, Vicepresidente de Operadora de Proyectos Estratégicos Impulsor, ha negado en repetidas ocasiones que el proyecto Musas vaya a realizarse en los terrenos en cuestión. Tajante, ha asegurado que tampoco va a construirse ningún centro comercial ni de convenciones. “Luego lo vamos a presentar”, declaró a diferentes medios hace unos días. Verdades a medias, información escasa y la sombra de la especulación.
Y LA RESISTENCIA
El gobierno municipal se lava las manos. Aduce que los terrenos no le pertenecen, que fueron vendidos al Gobierno del Estado por el ejido. Pero a la sombra de Pilatos se ha formado ya un movimiento civil, Ciudadanas y Ciudadanos por la defensa del Parque de Villa de Seris y los Espacios Públicos. El objetivo, evitar la tala de árboles y la desaparición del parque. La estrategia, obligar al Ayuntamiento a verificar las condiciones de uso de suelo y la viabilidad o no, según reglamento, de construir cualquier cosa en el área. Quedan ya pocos pulmones en la ciudad, argumentan, y van a impedir que aniquilen éste.
De hecho, han convocado para este próximo 16 de junio una movilización en el parque para denunciar las intenciones de Impulsor. Emisoras independientes como Radiobemba hacen el llamado a la población para que se unan a la resistencia ciudadana.
Mientras tanto, los eucaliptos, imponentes, sobrios, no por viejos han renunciado a su follaje sino por falta de riego y cuidado, y esperan un destino más benévolo que el de los tocones y las raíces muertas que salpican este pulmón tísico, del que algunos quieren prescindir, otros trasplantar y algunos más revivir.
¡No se olviden de sintonizar mañana "...Y Sin embargo Se Mueve"!
/tr> |
sábado, junio 16, 2007
(Hermosillo) Parque Villa de Seris: el pulmón enfermo
Publicadas por Anónimo a la/s 6:30 p.m.
Etiquetas: eduardo bours, impulsor, parque villa seris, radiobemba, y sin embargo se mueve
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario