PARECE QUE LOS DEL REFORMA NO ESTÁN RECIBIENDO CHAYO.

REFORMA.
Felipe Díaz Garza.

¿Quién nos rescata a nosotros?
Hace apenas una semana, en Nuevo León, el presidente Calderón se lamentó quejumbrosamente: "Qué más quisiéramos los gobernadores, el Presidente, poder hacer con dinero del gobierno todas las obras y todas las carreteras que se necesitan", para caer en que "lo que vamos a hacer ahora es aprovechar los distintos modelos que permitan la participación de inversionistas para complementar el capital que se requiere para construir carreteras".

Calderón habló así al arrancar, en Santa Catarina, uno de los municipios del poniente del área metropolitana regia, los trabajos de la autopista Monterrey-Saltillo. Los 95 kilómetros de la nueva vía costarán más de 3 mil millones de pesos, que invertirá el consorcio español Isolux-Corsán, a cambio de los derechos de peaje durante 30 años.

El mismo Presidente y su secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, revelaron la inminente concesión a empresas privadas, en los mismos términos, de nuevos proyectos carreteros para su construcción y operación y del regreso a la iniciativa privada de las concesiones de las autopistas que fueron rescatadas y saneadas por el gobierno federal, con cargo a los contribuyentes, luego de la crisis económica de 1994.

Calderón fue muy claro: el gobierno no tiene dinero y lo va a sacar de las concesiones de las carreteras de cuota, para así obtener recursos que se reinvertirán en nuevas carreteras. ¿En cuáles carreteras?, me pregunté al leer la noticia. El Presidente me contestó un día más tarde, el sábado pasado en Ciudad del Carmen, donde presentó un programa de empleo temporal, destinado a la construcción de caminos rurales, en el que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) aplicará este año mil 235 millones de pesos.

Hay varios puntos que considerar en este tema. El primero es que el dinero que pagarán los empresarios por las carreteras que a precio de oro "saneó" el gobierno federal no es dinero duro ni fresco, pues ya lo habíamos pagado en el rescate del 94. En todo caso son recursos que regresan a la Tesorería de la Federación, devaluados y sin pago de servicio de deuda, pero que fueron aportados por el pueblo de México.No es ganancia, vamos, lo que nos pagarán por las concesiones de las carreteras desconcesionadas hace una docena de años. Es más bien un reembolso, una especie de devolución de impuestos pagados de más, que eso y no otra cosa fue el rescate carretero: un impuesto de emergencia pagado de más por los contribuyentes.

Es mejor verlo así, porque de esa forma tiene algún sentido que el gobierno federal regrese esos recursos al pueblo, al gastar miles de millones de pesos provenientes de la reconcesión en el pago de caminos de mano de obra.Le escribo caminos de mano de obra porque, dicho por el propio presidente Calderón, se trata de un programa de empleo temporal, destinado colateralmente a la construcción de caminos rurales, pero primordialmente enfocado a generar 150 mil empleos temporales para jornaleros que aplanarán la tierra mexicana para hacer veredas que no tardarán mucho en desaparecer, para que los mismos u otros desempleados tengan un trabajo reaplanando la tierra mexicana.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir lo mismo que el programa de Estancias Infantiles para una Nueva Generación, nombre de campaña mercadotécnica bajo el que se esconde otro programa de mano de obra, que opera mediante la creación de cientos, quizás miles, de guarderías infantiles improvisadas en casas de familia. Estas guarderías son atendidas por las madres de esas casas de familia y sus hijas o vecinas desempleadas, improvisadas como guardadoras de niños, que tendrán así un empleo financiado por el gobierno federal. En esa forma las madres de los niños guardados pueden atender un empleo irregular, seguramente temporal y sin seguridad social, en el que ganarán un salario, sí, pero gracias al patrocinio del gobierno federal, con cargo a los contribuyentes, de cuyos impuestos ya han sido destinados a este otro rubro de mano de obra mil millones de pesos.Obviamente las guarderías son deficientes, las propietarias y encargadas no están debidamente capacitadas y consecuentemente los niños son mal atendidos. Esto ya es un hecho. Pero hay empleos de mano de obra.

Es obvio también que los caminos rurales del programa de caminos de mano de obra, además de no conducir a ninguna parte, serán de mala calidad, construidos por trabajadores sin capacitación y sin la tecnología necesaria, pues la única herramienta que un programa de esta naturaleza permite es la mano de obra. Malas guarderías, malos caminos y malos trabajadores y trabajadoras que tendrán chambas de pasadita, que no les ayudarán a conseguir buenos empleos pues así no aprenderán a trabajar: bonito saldo.Otra vez le metemos dinero bueno al malo o viceversa, da lo mismo.

Hipotecaremos, lo hará el presidente Calderón en nuestra republicana representación, el futuro de México: 30 años es todo un futuro. Con el dinero de la hipoteca haremos caminos y guarderías de mano de obra que no tendrán utilidades, igual que las nuevas autopistas que, al menos para nosotros y durante 30 años, tampoco tendrán utilidades. Y las que hay se las llevará la constructora hipotecaria y, si a ésta le va mal, el gobierno la rescatará y saneará su patrimonio por cuenta de los contribuyentes mexicanos, usted por delante, vecino.