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domingo, enero 14, 2007

MÉXICO, REHÉN DE CORRUPTOS.

La tercera cadena, en suspenso... PDF Imprimir E-Mail
domingo, 14 de enero de 2007

Apenas se acomodaba Luis Téllez en su asiento como secretario de Comunicaciones y Transportes, quiso emprender el difícil trayecto para concesionar una nueva red de televisión, de acuerdo con las órdenes que le dio el presidente Felipe Calderón. La sociedad Palmas 26 (General Electric y Grupo Saba) hizo los trámites de rigor. Todo iba sobre ruedas, pero la información se filtró a los medios, y Televisa y TV Azteca comenzaron su labor...

En menos de un mes, el gobierno de Felipe Calderón pasó del banderazo inicial para licitar a principios de este año las casi 200 frecuencias disponibles en televisión abierta para crear una “tercera o cuarta cadena” que compitiera con Televisa y TV Azteca, a la suspensión de este proyecto ante la fuerte resistencia de las dos grandes compañías que concentran el 96% de las concesiones en el país y que lograron doblegar, por el momento, a uno de los personajes centrales de esta trama: Luis Téllez, el nuevo secretario de Comunicaciones y Transportes.
En este mismo lapso, las dos empresas televisoras emprendieron una agresiva campaña informativa en contra del Grupo Saba, socio mexicano de General Electric en la empresa Palmas 26, el primer consorcio en solicitar abiertamente ante la Cofetel, en septiembre del año pasado, su participación en la licitación de frecuencias.
Lejos de amedrentar los proyectos de ese corporativo (que controla los estudios cinematográficos Universal, la cadena estadounidense NBC y Telemundo, la segunda compañía televisiva en la audiencia de habla hispana en Estados Unidos) las presiones provocaron que su presidente, Jeff Immelt, durante su reciente visita a México reiterara:
“Si es con esta administración, bien; si no, con la próxima o con la siguiente, pero queremos entrar al mercado de la televisión mexicana a largo plazo”.
El actual presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Héctor Osuna, reconoce que existe un estudio entregado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que analiza la disponibilidad del espectro mexicano para nuevas señales de televisión abierta, pero que “estamos por validar ese documento” y que será en el marco de un nuevo Plan Nacional de Desarrollo que se decida abrir las licitaciones que puedan crear una nueva cadena televisiva privada.
“Nosotros creemos que el tema de la cadena no está en la ley, por lo tanto, son concesiones en particular. Yo creo que lo que el presidente Calderón dice es correcto: que este sea un asunto avalado por todos”, afirma Osuna.
-¿Qué significa que esté avalado por todos? -se le pregunta.
-Que se tome como una estrategia del Plan Nacional de Desarrollo —responde.
En el estudio sobre disponibilidad de espectro para televisión abierta, elaborado por la SCT, se calcula que existen entre 175 y 200 frecuencias disponibles, 80% en la banda UHF (la que va de los canales 14 a 69 y utilizan de 300 a 3 mil megahertz) y 20% en la banda VHF (de los canales 1 al 13 y utiliza de 30 a 300 megahertz). Una de estas frecuencias está localizada en la Ciudad de México, la plaza de mayor interés comercial y tecnológico.
En el debate, la Comisión Federal de Competencia, desde el 28 de noviembre pasado, estableció en su opinión sobre el acceso a los contenidos audiovisuales la necesidad de “adjudicar a la brevedad el espectro radioeléctrico disponible para el desarrollo de nuevos canales de televisión abierta mediante mecanismos de licitación pública que promuevan la competencia y eviten concentraciones contrarias al interés público”.

La estrategia abortada
El lunes 11 de diciembre, a escasos días de asumir como nuevo titular de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez se reunió con los cinco comisionados de la Cofetel (Héctor Osuna, Eduardo Ruiz Vega, José Luis Peralta, Ernesto Gil Elorduy y Gerardo González Abarca) para plantearles que tenía instrucciones del presidente Felipe Calderón de iniciar los trámites para una nueva red de televisión.
Acompañado por el subsecretario Rafael del Villar y por su jefe de asuntos jurídicos, Gonzalo Martínez Pous, Téllez se refirió a la agresiva campaña que los noticiarios de Televisa y TV Azteca emprendieron contra Isaac Saba, socio de General Electric, a cuyo grupo empresarial acusaron de ser un “monopolio de la muerte” al controlar la distribución de fármacos y encarecer el mercado de medicinas.
Desde el 11 de mayo de 2006 el grupo Palmas 26 obtuvo la autorización de la Dirección General de Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía para que la inversión extranjera neutra proveniente de General Electric fuera hasta en un tope de 49%. En septiembre Palmas 26 presentó ante la Cofetel su solicitud para participar en la licitación de una nueva cadena de televisión abierta.
El titular de Comunicaciones y Transportes les pidió discreción a los asistentes a la reunión para evitar una reacción en contra de Televisa y TV Azteca.
A los tres días, el 14 de diciembre, el contenido de la reunión se filtró en columnas de negocios y programas radiofónicos; este encuentro fue calificado como un ataque a la “autonomía de la Cofetel” y un intento de escarmiento de Téllez a Televisa y, en especial, a TV Azteca por su campaña contra la familia Saba.
En algunos casos, se mencionó que Téllez, ex secretario de Energía y ex funcionario del fondo de inversiones Carlyle, tenía intereses en apoyar al consorcio General Electric con fuertes inversiones en el mercado energético mexicano. También se le reprochó que nombrara como colaboradores a Rafael del Villar y a Gonzalo Martínez Pous, ex aspirantes a comisionados de la Cofetel que promovieron un recurso de amparo contra los senadores que desecharon sus candidaturas para formar parte de la comisión responsable de regular las telecomunicaciones, la radio y la televisión en México.
El litigio mediático rindió efecto. Un día después, el viernes 15 de diciembre, Téllez tuvo que recular públicamente. En una fallida conferencia de prensa afirmó que no se había recibido “ninguna solicitud por parte de Telemundo para participar en televisión abierta” y que no se licitaría una tercera cadena, sino sólo se analizan frecuencias regionales.
“Se está analizando las frecuencias que se pueden utilizar en las distintas ciudades y cómo se utilizarían tanto en radio como televisión, como frecuencias para la utilización de banda ancha”, afirmó Téllez.
A manera de reproche, también criticó los candados existentes en Estados Unidos para que otras compañías extranjeras participen en el mercado televisivo, como ha sido el caso de Univisión, compañía en la que Televisa participó y perdió en la oferta por hacerse del control accionario de la primera cadena destinada al mercado de habla hispana.
“Si los Estados Unidos y otros países nos permiten abrir o abren, por ejemplo, su televisión o su radio para que puedan participar empresas mexicanas en ellos, pues podríamos llegar a un acuerdo para que pudieran participar empresas de este país en nuestro país”, indicó el titular de Comunicaciones y Transportes.
Ante sus colaboradores más cercanos, Téllez reconoció en privado que “por ahora” se suspendían los planes para licitar la tercera cadena y que, efectivamente, hubo buenas razones para que la SCT criticara en su momento las reformas que dieron lugar a la Ley Televisa, que le permiten al principal consorcio televisivo quedarse con el espectro sobrante de la transición hacia el modelo digital.
De esta manera, Téllez se hizo a un lado frente a la posición adoptada por la Comisión Federal de Competencia, encabezada por Eduardo Pérez Motta, y dejó en un plazo indefinido la posibilidad de poner nuevas frecuencias a licitación, en la cual participarían no sólo Palmas 26 sino otros empresarios que han expresado su interés de participar en el mercado de la televisión abierta: Joaquín Vargas, dueño de Multivisión, Olegario Vázquez Raña, propietario del Grupo Imagen, el ex gobernador de Veracruz Miguel Alemán, el propietario de Grupo Pegaso, Alejandro Burillo Azcárraga, y los radiodifusores Clemente Serna y Francisco Aguirre.
En medio de esta polémica, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrad, envió el 9 de enero una solicitud ante el presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, para “iniciar el procedimiento relativo al otorgamiento del permiso requerido para que el gobierno de la Ciudad de México opere un canal de televisión”.
El oficio de dos párrafos, firmado por la consejera jurídica Leticia Bonifaz Alfonso, y del cual Proceso obtuvo una copia, no aclara si se trata de un servicio de televisión abierta o restringida, pero anuncia que la administración capitalina también realiza los trámites exigidos en los artículos 17-E, fracción V, 20 y 21-A de la Ley Federal de Radio y Televisión para obtener el permiso, figura jurídica distinta a la de una concesión para explotar comercialmente.

Tarde o temprano
El mismo martes 9 de enero llegó a la Ciudad de México el presidente y CEO de General Electric, Jeff Immelt, quien sostuvo una reunión por la noche con el primer mandatario Felipe Calderón. Al día siguiente sostuvo encuentros con Alfredo Elías Ayub, director de la Comisión Federal de Electricidad, con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, y con la titular de Energía, Georgina Kessel. El secretario de Hacienda, Agustín Cartens, simplemente no lo recibió.
De acuerdo a Rafael Díaz Granados, director de General Electric para México y América Latina, la gira de Immelt responde a una “tradicional visita corporativa” que se realiza cada año por parte de la cabeza del consorcio multinacional.
Immelt “vino a conocer la nueva administración. En México tenemos 110 años, registramos un crecimiento anual del 17% y tenemos ventas anualizadas de mil millones de dólares”, expresa Díaz Granados.
De acuerdo con el ejecutivo, Immelt trató con Calderón los siguientes temas: el mejoramiento de la infraestructura de Pemex, las reformas necesarias para elevar el nivel de competitividad de México, el enfoque de la política industrial de la nueva administración y la estabilidad macroeconómica del país.
Immelt sostuvo un encuentro también con cerca de 350 clientes y con alumnos del Tec de Monterrey´, ante quienes comentó que “México, a pesar del momento difícil de la elección del 2006, tiene una estabilidad macroeconómica”.
-¿Qué se habló sobre el tema de la tercera cadena y las telecomunicaciones?
-Se tocó el tema en los diferentes encuentros, al ser un asunto muy público. Cuando se le preguntó a Jeff, dijo que el mercado televisivo es estratégico y que en esta materia tenemos una visión a largo plazo -subraya Díaz Granados-. Nosotros sí queremos participar. Sabemos que tenemos que hacerlo con un socio mexicano, y Jeff Immelt dijo: ‘Si es con esta administración bien, si no con la próxima o con la siguiente, pero queremos entrar al mercado de la televisión mexicana a largo plazo’“.
-¿No se modifica la sociedad de Palmas 26 con el Grupo Saba?
-El esquema de Palmas 26 sigue. Es una coinversión tanto en el tema de la licitación como en el de la producción. La productora Estudios Mexicanos Telemundo sigue avanzando. Nuestra idea es crear talento para producir, aprovechando el gran talento que existe en México de productores, camarógrafos y artistas.
Díaz Granados precisó que actualmente las oficinas de Telemundo México, ubicadas en el Paseo de la Reforma, realizan cinco producciones, como el programa Decisiones y el noticiario Al rojo vivo, que sólo se transmite en territorio estadounidense.
“La sociedad con Saba se constituyó entendiendo los esquemas de capital neutro en materia televisiva. Solicitamos la aprobación de la Secretaría de Economía y nos lo aprobaron. En ese contexto, en septiembre solicitamos ante la Cofetel que se abra una licitación. Todo esto fue muy público, abierto. En cada uno de los pasos hemos informado lo que hemos ido haciendo”, abundó Díaz Granados.
Antes de la visita de Immelt se publicaron distintas versiones sobre la salida del Grupo Saba de la sociedad con General Electric, como resultado de la presión generada por la campaña de Televisa y TV Azteca. Informes del mismo grupo, encabezado por Isaac y su hijo Manuel Saba, reiteraron a Proceso que continúan en la sociedad de Palmas 26 y que están en espera de que el gobierno federal tome una decisión sobre la licitación de las frecuencias de televisión.
Un “proceso abierto”
El presidente de Cofetel, Héctor Osuna, coincide en que la licitación de las nuevas frecuencias de televisión no se hará de manera inmediata, sino que formarán parte del nuevo Plan Nacional de Desarrollo. También dice que el organismo a su cargo está validando el estudio de disponibilidad del espectro que le dejó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno anterior.
-¿Hay frecuencias disponibles? -se le cuestionó al ex senador y político panista de Baja California.
-Es una pregunta muy vaga.
-¿Existe disponibilidad de frecuencias de acuerdo a las plazas?
-Es obvio que la concentración poblacional nos arroja un congestionamiento de concesiones y frecuencias. En la Ciudad de México hay más estaciones de radio y de televisión, como también hay más taxis, hay más tiendas que en cualquier otra parte de la República. La plaza está congestionada. ¿Qué tanto? Depende de la norma oficial que se adopte. También depende del proceso de digitalización de la televisión y de la radio, que nos obliga a ocupar o a no ocupar un mayor espacio del espectro para transición. Y también influye el interés comercial que puede existir.
-¿Cuál es la posición de Cofetel en el debate sobre la tercera cadena?
-Nosotros somos un vehículo de lo que el país decida. Si el país decide que hay que licitar frecuencias, lo hacemos. Existe un estudio que entregó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que analiza lo que es el espectro. Nosotros estamos por validar ese documento. Va a tener que ser un proceso abierto, vamos a sopesar que sea un auténtico vehículo para la competencia económica.
-¿Cuál es el número de frecuencias disponibles?
-Yo no me atrevería a dar un número, porque sería una respuesta muy vaga. Ese no es el tema. El tema es dónde existe interés, básicamente es en las ciudades medias y grandes.
-Sobre la sociedad de Palmas 26 y la participación de General Electric y Grupo Saba, ¿qué información ha recibido la Cofetel?
-Vinieron aquí y entregaron la solicitud. Nosotros creemos que el tema de la cadena no está en la ley, por lo tanto son concesiones en particular. Yo creo que lo que el presidente Calderón dice es correcto: que este sea un asunto avalado por todos.
-¿Qué significa que esté avalado por todos?
-Que se tome como una estrategia del Plan Nacional de Desarrollo.
-¿Hay resistencias por parte de Televisa y TV Azteca?
-Mire, cuando era alcalde había un reglamento que decía que no podía haber una farmacia a equis distancia de la otra. La competencia es la competencia, en todos los campos se da. Lo importante es que no prevalezca la discrecionalidad que existía antes. Ese es el debate que se dio en torno a la reforma de la Ley Federal de Radio y Televisión.
(Jenaro Villamil/APRO)

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