LA MICHA Y EL MONSEÑOR.

Conrado Farías Segundo, escribe:


ADELA MICHA NO INCOMODA CON EL CYBERFRAUDE A ABASCAL CARRANZA.


23-06-2006.

Como mandan los usos y costumbres del poder, una conductora entrevista con el papel pautado en el atril. El sueldo que recibe lo devenga cantando por nota. Su información, su agilidad mental y su civismo, los manda a descansar, porque para un asunto de Estado son un estorbo. La chamba es primero. Además, qué tal si al mexicano se le ocurre equivocarse. Finalmente no soy más que una comunicadora y yo vengo por mi lana, ha de decir. Las dos preguntas más importantes también se clasificaron como estorbo por esa misma razón de Estado.

Entonces la entrevista se convierte en un mensaje gubernamental, pero de doble filo y Adela Micha pasa a ser parte de la coreografía. El filo oculto es el más peligroso y Adela lo cubre muy bien. Lo disfraza. Es la traición a la buena fe de la gente. Es la manipulación con la exquisitez que proporciona el dominio de las técnicas de la comunicación humana; Pero también es el cinismo en su uso más dañino: el que intenta abollar la inteligencia del ciudadano por medio de una actuación hipócrita ante las cámaras.

Hay un libreto y se finge espontaneidad. Hay sumisión y se finge igualdad, Hay servilismo y se finge valentía, hay contubernio y se finge autonomía. Se trata de un asunto delicado de Estado y se aparenta una entrevista de la farándula. Es la mejor forma de adueñarse de las riquezas de un país: Usando a la democracia como vehículo del asalta bancos y a los medios de comunicación como micrófono para que el asaltante grite a todos que agarren al ladrón.

Las dos cuestiones más importantes que debió explicar el secretario de gobernación, eran las relativas a las manos del cuñado de Calderón adentro del padrón electoral y al manejo tramposo de las cifras que el mismo IFE ha estado presentando, ocultando, maquillando y dividiendo y multiplicando a su antojo. El futuro del país esta en juego. Están incidiendo dos acciones criminales en el organismo con mayor responsabilidad en la contienda electoral.

Una mafia tiene invadido al IFE. Un candidato va a ganar con la manipulación de datos adentro de la computadora y Adela Micha le pregunta al obispo Abascal obviedades.

Las respuestas fueron proporcionales a las preguntas: basura vil. Abascal puso todo su esfuerzo y se lució con frases como: “Todos los seres humanos tenemos aciertos y errores”. Otra: “Yo soy liberal en su sentido más propio”. Y Adela Micha no se quiso quedar atrás y le lanzó el straight que Abascal tenía que abanicar; Era su mejor lanzamiento de la Micha, era lo que le habían preparado para matizar de honradez su actuación. Abascal había leído bien el libreto. “Lo que pasa es que no lo dije como un político refinado” contestó cuando la Adela lo acusó de ser dueño de una frase misógina.

Para qué hablar de cosas importantes si un secretario de gobernación las habla con quien tiene interés. Si al mexicano le interesara, ya estarían los intelectuales denunciando, los lideres marchando, el ciudadano protestando y los candidatos agredidos, respondiendo.

El golpe cibernético tiene futuro. Calderón es el próximo presidente. La locutora también sabe esas cosas importantes, ahora se trata de hacer lo que le dijeron que hiciera. Además a ella también le beneficia el fraude cibernético. Pero Abascal sí tenía un mensaje. A eso fue. Eso sí que le importa. Y mucho. Abascal está en la jugada de la invasión del IFE. Él sabe perfectamente bien qué hace el cuñado de Calderón ahí. Abascal sabe porqué las cifras del IFE parecen pelota de malabarista. Adela Micha también, pero es la parte en que le toca ser la ayudanta del mago. Lo tiene que dejar trabajar. El fue a decir que nadie debe de dudar cuando el IFE declare ganador a Calderón.

El fue a que Adela le pusiera el micrófono en la boca para decir que el IFE es el único organismo al que el mexicano le tiene toda la fe puesta. Que nadie debe faltarle al respeto. Y ahí se siguió el obispo Abascal Carranza a lo largo de la entrevista a repetir, a tomar y a retomar cada que quería, que el IFE es casi el arcángel Gabriel que va a dar la buena nueva el 2 de julio en la noche y a más tardar el 3 de julio.

Un secretario de gobernación que aparenta muy bien que no está enterado de los ácidos que tiene en estos momentos la panza del IFE, para poder santificar el alumbramiento. No se preocupa porque se le tenga fe con base en la limpieza de la que él es responsable. No se preocupa porque se le pueda caer el teatrito. Se siente seguro de que nadie en todo México es capaz de detener el fraude cibernético que está cocinando. Si a Adela fui capaz de hacerla callar, soy capaz de hacer callar a todo México ha de pensar

No le preocupa ni menciona ni se lo pregunta Adela, cuál es la respuesta a Julio Hernández López, cuando cuestiona las cifras del IFE con base en los propios datos de ese organismo. El director ejecutivo Dr. Alberto Alonso y Coria, le comunicó como Director Ejecutivo del Registro Federal de Electores, en carta oficial, que las diferencias numéricas encontradas por el periodista, respecto a las bajas del padrón por duplicación de datos, “se debieron a un descuido de gabinete, pero no es un problema que afecte la voluntad electoral de los ciudadanos”.

Pero, dice Julio Hernández: “La autoridad electoral genera un nuevo enigma pues, aun aceptando las explicaciones relativas al enredo con las fechas ‘de corte’ de información, resulta terriblemente difícil entender como casualidad o accidente que en 101 distritos electorales (un tercio del total) las cifras correspondientes a 2004 y 2006 sean divisibles o multiplicables, según se prefiera, por números exactos. Es decir, en 49 distritos, las cantidades corresponden rigurosamente a una multiplicación (o división) por dos; en 15, por tres; en 19 por cuatro; en 13 por cinco, y en cinco, por seis.

Ciento un casos increíbles de precisión aritmética absoluta, impecable. Ni una baja de más o de menos: resultados aritméticos cerrados, un milagro cívico mexicano más (un ejemplo: el distrito 4 de Iztapalapa tenía 22 mil 770 bajas en 2004 y en junio de 2006 fueron 3 mil 795: 22 mil 770 entre 6, igual a 3795)”.


Si no se está hablando aquí de un crimen de Estado, entonces Abascal y Adela Micha hicieron muy bien en pasarlo por alto. En el próximo artículo hablaremos de la otra pregunta que nunca hizo Adela Micha, porque ni ella se lo puede permitir a sí misma.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.