COLUMNAS DE HOY DE MILENIO

Salen las columnas que me parecieron interesantes de Milenio de hoy:

Joaquín López Dóriga:

El licenciado López Obrador

Todo comenzó el lunes, en la mesa política de Radio Fórmula, cuando el diputado panista, Germán Martínez, sacó una copia de la historia académica de Andrés Manuel López Obrador en la UNAM, y tachó de apócrifo su título como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública.

Con base en esa copia, derivó que el tabasqueño no cubrió los 300 créditos indispensables para licenciarse, una vez cumplido con la tesis y la aprobación del examen profesional, el 1 de octubre de 1987. Y dio a conocer que rebasó los plazos de la legislación universitaria, pues ingresó a la Faculta de Ciencias Políticas y Sociales en 1973 y se recibió 15 años después, el 12 de noviembre del mismo 1987, habiendo obtenido la cédula profesional 1418552, dos años después, el 8 de noviembre de 1989.

Martínez lo calificó de “pirata” y “apócrifo”, y lo acusó de haberlo obtenido ilegalmente con los falsificadores de la plaza de Santo Domingo.

Esto fue desmentido por el vocero de AMLO, César Yáñez, quien lo emplazó a que lo reconociera públicamente, después de que ambos se tacharan de mentirosos.

La UNAM había dado a conocer el mismo lunes por la noche un comunicado acreditando la legalidad del título profesional de Andrés Manuel.

Por su parte, el director general de Administración Escolar de la UNAM, el ingeniero Leopoldo Silva, confirmó ayer la validez de los documentos profesionales de López Obrador.

En cuanto a los tiempos para titularse, explicó que la reforma a la legislación universitaria que marca nuevos plazos es de 1997, por lo que no se puede aplicar en forma retroactiva a López Obrador.

Yo creo que alguien sorprendió a Germán Martínez con esta información, que ya había dado a conocer Reforma y que, en su momento, la UNAM le reprochó por violar, con su publicación, el secreto que protege los expedientes de los universitarios.

También le ocultaron al panista que esa historia académica ya publicada estaba, además, incompleta.

Y por eso, creo, se fue con la finta en estos tiempos de campaña y de crispación, en los que para algunos las cosas no tienen por qué ser verídicas; con que sean verosímiles, dicen, sobra.

Y por eso luego las aclaraciones.

Retales

1. TRILINGÜE. Lo que es otra cosa es que en l987, como otros muchos, AMLO haya acreditado el requisito de traducción de dos idiomas, francés y portugués;

Ciro Gómez Leyva:

Azules palos de ciego

Lo más admirable en el equipo de Felipe Calderón era su serenidad. Entendieron que él no era el candidato de Vicente Fox para representar al PAN. Contuvieron a Santiago Creel sin subir la voz, lo desarmaron y lo único que pidieron cuando la victoria era irrebatible fue que los dejaran ganar. Impecable.

Reconocieron que el arranque de la campaña presidencial era un desastre. Dieron de baja al exitoso publicista Paco Ortiz, se reforzaron, reajustaron y salieron a encarar sin complejos a Andrés Manuel López Obrador, quien llevaba una cómoda ventaja en las encuestas. A fines de abril le habían arrebatado la delantera.

Pero algo ocurrió desde entonces. La campaña se pasmó. López Obrador pudo recuperarse y, en pleno repunte, les acaba de asestar el cuñadogate. La encuesta de María de las Heras, publicada ayer en MILENIO, registró que el tabasqueño se ha encaramado de nuevo hasta la cima.

Como López Obrador hace un par de meses, Calderón descalificó groseramente a María de las Heras por ser esposa de un líder del PRI. Una reacción hasta cierto punto lógica, si se revisa lo descarriado del desempeño del equipo en la última semana.

Han sido incapaces de dar una explicación que convenza sobre los contratos del cuñado, Diego Hildebrando Zavala, en los tiempos en que Calderón era secretario de Energía. Se confunden, contradicen tratando de contrarrestar la ofensiva del adversario.

Juan Molinar pierde en los medios la lucidez y puntería de marzo y abril. Germán Martínez se saca de la manga un fraude académico de López Obrador en la UNAM, que la UNAM desmiente en seguida. César Nava se cuelga de una columna convertida en nota de portada para presentar una demanda por lavado de dinero y otras cosas raras contra López Obrador. Palos de ciego que dejan ver que, en mal momento, la brújula se ha extraviado en el cuartel de Calderón.

Me recuerdan a Carlos Castillo Peraza en el ocaso de la elección de 1997 para jefe de Gobierno del DF, tratando de bajar a pedradas a Cuauhtémoc Cárdenas. Vicente Fox ganó en el 2000 sembrando un poco de certidumbre, un mucho de esperanza. Incluso, a dos semanas de los comicios, cuando la mayoría de las encuestas lo ponían unos cinco puntos detrás del líder.

Y me abstengo de poner las patadas de ahogado que publicó hoy Nacho Zavala (el otro cuñado incómodo) por que de plano me dió pena ajena leerlo. Prefiero ahorrarle a los lectores la nausea.

Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.