Los panistas trataron de ocultar los abusos y las violaciones de la PFP y de la policía estatal en Atenco diciendo que no había denuncias. ¿Y cómo las iban a haber si todos los torturados estaban en la cárcel y las mujeres violadas fueron deportadas inmediatamente?
Pero salen de la cárcel y empiezan a llover las denuncias:
Crónica
Relato de tortura sobre ruedas
Salen de Almoloyita los primeros detenidos. Y surgen las primeras denuncias directas de brutalidad ambulante.
La cabeza rapada ya dice las primeras palabras. Sus ronchas de sangre seca, la cicatriz en la nuca que difícilmente se borrará y los pelos mal cortados se adelantan a la denuncia. Ignacio Buendía Galicia, el primero de los 172 presos en ser liberado, cuenta su relato en la fría madrugada de Almoloya.
De San Salvador Atenco a este penal de Santiaguito cualquier vehículo se traslada en menos de hora y media. Pero Nacho coincide con los testimonios recopilados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al decir que el recorrido de ellos duró mucho más tiempo.
“Nos estuvieron dando vueltas alrededor del Estado de México como 4 o 5 horas mientras nos iban golpeando y haciendo lo que querían”, rememora minutos después de cruzar la reja del reclusorio estatal.
El traslado de los detenidos fue una calculada operación policiaca de tortura ambulante, se comienza a decir ya por estos valles inhóspitos, de plantón y protesta, de incertidumbre y espera, donde familias enteras tratan de asimilar lo que sucedió hace una semana exactamente.
Ignacio continúa con su relato: “La mayoría de los golpes y la tortura fue en el traslado, aunque también hubo en la cárcel”, para luego aseverar: “Ese autobús hizo dos paradas y bajaron a dos personas que prácticamente estaban inconscientes desangrándose; a esas personas no las volvimos a ver, no se encuentran en el penal y no están en los hospitales. También hay tres casos de violación, los policías violaban a las mujeres en esos autobuses, eso sin contar la manera en que se nos apiló infrahumanamente y se nos siguió golpeando”.
Sus pómulos están destrozados. El ojo derecho sigue derramando sangre por dentro. Ignacio sonríe como si fuera feliz. Amigos lo rodean. Él sigue con su relato: “En mi caso tuve lesiones en los glóbulos oculares. Nunca tuve atención médica, pasó un doctor y quedaron de darnos medicinas, pero no nos las dieron. Lo que creo es que ahora el gobierno jugó una estrategia en la cual pensaban encarcelar a toda persona pensante y congregarnos en Atenco, pero le salió el tiro por la culata. Ahora ya la organización se le está saliendo de las manos, ahora ya no somos unos cuantos los que decimos ‘basta’”.
Cerca de él, otro de los 17 jóvenes absueltos —también rapado y golpeado— toma el micrófono del improvisado equipo de sonido para decir sus primeras palabras: “Felipe Suárez, te saludo desde aquí afuera y no vamos a dejar de luchar por ti Luis Ángel Alvarado, Bernandino, Arturo, Gabriel, Leopoldo, Arturo, Alejandro, Víctor, Vicente , Damián —ellos son mis compañeros de celda— y no nos vamos a detener hasta que ustedes salgan y se haga justicia por esta atrocidad que se cometió”.
Disparos
Detenido en Atenco
"Nos estuvieron dando vueltas mientras nos iban golpeando"
Otro testimonio
"Ese autobús hizo dos paradas y bajaron a dos personas inconscientes; no las volvimos a ver"
Quiero pedir a todos los lectores de este blog que por favor graben todos los noticieros que puedan para vigilar que se diga la verdad sobre la brutalidad de Atenco. Esto que hicieron los panistas y los priistas no debe de quedar impune. Se le debe dar a conocer al mundo entero. Lo que hicieron es exactamente lo que hizo el PRI en el 68: represión, tortura, violaciones y desaparecidos. YA BASTA.
Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.
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